Esa confusión, generalmente estimulada por gobernantes y comentaristas cercanos a estos, así como funcionarios de salud, está llegando a niveles exasperantes en la ciudadanía. La credibilidad de aquellos está por los suelos y cada día cambian de discurso.

UNA NARRATIVA QUE INDUCE AL ERROR ACERCA DE LOS NO VACUNADOS

Por Jim Geraghty
National Review
10 de agosto del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como jim geraghty national review narrative August 10, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

GRUPOS MINORITARIOS NO VACUNADOS EN ESTADOS UNIDOS

Usted no tiene que buscar mucho en medios sociales para encontrar gente afirmando que los no vacunados restantes son abrumadoramente republicanos, y que la razón por la cual la pandemia del COVID-19 es aún un factor importante en la vida estadounidense son los votantes irresponsables, cabezones, de Trump. No importa que el New York Times hiciera un trabajo bueno, completo, el primero de agosto, demostrando que, la gente que aún permanece sin vacunarse, no es política o culturalmente monolítica. Cuatro días después que el National Review publicó que las ciudades más grandes de Estados Unidos tenían porcentajes significativos de los no vacunados -mucho más allá de los porcentajes que votaron por Trump en la elección pasada- el Times igualmente dio cuenta de ello y compartió ese hecho con los lectores:

“Parte del desafío es que los no vacunados viven en comunidades distribuidas en todo Estados Unidos, tanto en condados poco como densamente poblados. Aunque algunos estados, como Missouri y Arkansas, se han quedado atrás en la nación en cuanto a tasas de vacunación, los estadounidenses no vacunados se encuentran, en grados diferentes, en todas partes: En el condado Cook, Illinois, que incluye a Chicago, un 51 por ciento de los residentes está plenamente vacunado. El condado Los Ángeles es apenas superior, con un 53 por ciento. En el condado Wake, de Carolina del Norte, parte del área altamente tecnológica y estatista conocida como el Triángulo de la Investigación, la tasa de vacunación es de un 55 por ciento.”

Un aspecto menos discutido acerca de la población que permanece sin ser vacunada, es que los 2.5 millones de personas no vacunadas en un sitio como el condado Los Ángeles, tienen un riesgo considerablemente mayor que aquellos que viven en, digamos, el condado Smith, en Mississipi, que posee una de las tasas de vacunación parcial más bajas (el 27 por ciento ha recibido al menos una inyección). El condado Los Ángeles tiene 2.344 personas por milla cuadrada, mientras que el condado Smith tiene 26 personas por milla cuadrada; los residentes de las ciudades simplemente se van a encontrar en su vida diaria potencialmente con más personas infectadas y contagiadas.

La semana pasada la Fundación Familia Kayser (KFF por sus siglas en inglés) publicó un nuevo estudio que no obtuvo mucha atención, probablemente porque no calzaba con la narrativa preexistente: “Mientras que los adultos blancos significan la porción mayor (57 por ciento) de los adultos no vacunados, las personas negras e hispánicas continúan teniendo una posibilidad menor que sus contrapartes blancas de haber recibido una vacuna, dejándolas con un riesgo mayor, en particular al diseminarse la variante.” (Un poco más del 60 por ciento de los estadounidenses se clasifican en el censo como solamente blancos; un 18,5 por ciento son hispanos o latinos, un 13.4 por ciento son negros, y alrededor del 6 por ciento son asiáticos). Continua el estudio:

Según se observó en semanas previas, la gente blanca e hispana ha recibido participaciones menores en vacunaciones, comparada con sus participaciones en la población total de la mayoría de estados. También, la participación de vacunaciones recibidas por gente negra continúa siendo más pequeña que su participación en muertes en la mayoría de estados, aunque en algunos estados es similar a la participación en muertes. La participación de vacunaciones recibidas por gente hispana es similar o superior a sus participaciones en muertes en la mayoría de los estados que reportaron, aunque en algunos estados continúa siendo menor. Por ejemplo, en California, un 30 por ciento de las vacunaciones ha ido a la gente hispana, si bien ella significa un 63 por ciento de los casos, un 48 por ciento de las muertes, y un 40 por ciento de la población total del estado. Similarmente, en el Distrito de Columbia, la gente negra ha recibido un 43 por ciento de las vacunaciones, a la vez que ella constituye un 56 por ciento de los casos, un 71 por ciento de las muertes, y un 46 por ciento de la población total. El tamaño de estas diferencias varía entre estados. Ha aumentado con el paso del tiempo el número de estados en que las participaciones de vacunaciones recibida por gente negra e hispana están más en proporción a sus participaciones dentro de la población total o su participación en casos o muertes en el estado.”

Con lo incómodo que esto le puede parecer a alguna gente, si el esfuerzo de vacunación en Estados Unidos en el 2021 es considerado un fracaso, lo es, en parte considerable, por un fracaso en convencer a miembros de grupos minoritarios para que se vacunen. El estudio de la KFF hizo ver que:

“Para el 2 de agosto, menos de la mitad de la gente negra e hispana había recibido al menos una dosis de la vacuna para el COVID-19, en la vasta mayoría de estados que reportan datos. La tasa de vacunación para personas negras es menor al 50 por ciento en 38 de los 42 estados que reportan, incluyendo 7 estados en que menos de un tercio de la gente negra ha recibido una o más dosis. Similarmente, en 32 de 40 estados que reportan, menos de la mitad de la gente hispana ha recibido una dosis de la vacuna para el COVID-19, incluyendo 9 estados en que menos de un tercio ha recibido al menos una dosis.”

Actualmente, los cuatro estados que están siendo más golpeados por la variante Delta son Florida, Luisiana, Arkansas, y Mississippi. Según datos de la KFF, las noticias algo buenas son que esos estados están viendo un aumento en vacunaciones ̶ en algunos casos, a través de todas las líneas étnicas:

“Luisiana, que tuvo el número de casos diarios por millón más alto, tuvo uno de los aumentos puntuales porcentuales más altos en las tasas de vacunación de vacunación, a través de grupos étnicos raciales. Similarmente, Mississippi tuvo el segundo aumento porcentual puntual más alto en la tasa de vacunación para personas negras (3.1 puntos porcentuales, desde 35.6 por ciento a 38.7 por ciento), el tercer aumento porcentual puntual mayor para blancos (2.0 puntos porcentuales, desde 35.6 por ciento a 37.7 por ciento), y el cuarto más alto para gente asiática (2.4 puntos porcentuales, desde 72.2 por ciento a 74.7 por ciento). Florida tuvo el sexto aumento mayor en tasas de vacunación para gente blanca e hispana y el noveno mayor aumento en la tasa de vacunación para personas negras. Arkansas no reporta públicamente datos de vacunación según raza o etnia.”

La explicación que más frecuentemente se ofrece del rechazo a la vacuna entre negros es el Experimento de Tuskegee, aunque algunos disputan esa explicación, y afirman que la desconfianza de negros en médicos y la comunidad médica surge de experiencias negativas mucho más recientes. Según un artículo de febrero de la radioemisora KQED:

“Quienes no quieren la vacuna tienen razones muy modernas para no quererla. Le dicen a Toler que es debido a creencias religiosas, preocupaciones con la seguridad o desconfianza al anterior presidente de Estados Unidos y su relación con la ciencia. Sólo un puñado menciona a Tuskegee, dice ella, y, cuando lo hacen, son confusos en detalles de lo sucedido durante el estudio de 40 años.”

El estudio fue expuesto y cancelado en 1972, hace casi 50 años. Pero, para quienes citan a Tuskegee como razón para no recibir la vacuna para el COVID-19, parece haber una resistencia extraña de líderes nacionales para decirles lo obvio a esos escépticos: “El esfuerzo nacional de vacunación contra el COVID-19 no es el Experimento de Tuskegee de nuevo. Este es parte de un esfuerzo global por salvar todas las vidas que podamos, al asegurarse que tanta gente como sea posible tiene los anticuerpos para luchar contra el virus. Miembros de todo grupo étnico están muriendo por el virus, incluyendo el suyo. La vacuna funciona para todo grupo étnico, incluyendo el suyo. Esa es la mejor manera de protegerse a sí mismo y a sus seres amados.”

Deberíamos tener en mente que alguna gente simplemente no quiere ser persuadida, y que esa gente viene en todo color, desde todos lados de la vida. Allá en junio, el Equipo de Futbol Americano de Washington trajo a “Kizzmekia S. Corbett, una inmunóloga e investigadora importante de la vacuna para el coronavirus, para que hablara con jugadores y entrenadores por medio de una video conferencia… para dar información general acerca de las vacunas, responder preguntas y disipar cualesquiera inexactitudes que ellos podían haber oído.” Corbett es “la científica guía del Equipo para Vacunas e Inmunopatogénesis de los Institutos Nacionales de la Salud, del Centro de Investigación de Vacunas del Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas.” Ella recientemente se unió a la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard para continuar la investigación de desarrollo de vacunas. Ella bien puede ser la persona más calificada, conocedora y experimentada en la Tierra para responder preguntas de cualquiera acerca de la vacuna.

Y, a pesar de ello, el defensa extremo de Washington, Montez Sweat, salió sin ser impresionando. “No soy un fan de [la vacuna],” dijo Sweat, después de escuchar a Corbett. “Probablemente yo no me vacuno sino hasta disponer de más hechos y esas cosas. Del todo no soy un fan de ella. Aún no me he contagiado con el COVID, así que no me veo tratando al COVID sino hasta que en realidad contraiga al COVID.”

La noción de que los no vacunados que aún permanecen son votantes de Trump “anti ciencia,” puede dar confianza a voces en los medios que prefieren creer que todas las cosas buenas emanan del Partido Demócrata y que todas las cosas malas emanan del Partido Republicano. De no ser así, aquellas voces podrían tener que criticar a miembros de grupos minoritarios por continuar sin ser vacunados, y ellas no se sienten cómodas haciendo dicha cosa.

Jim Geraghty es corresponsal político sénior del National Review.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.