EL REGRESO A LAS GUERRAS DE MASCARILLAS

Por Jim Geraghty
National Review
6 de agosto del 2021

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Hay algo entretenido al ver al mismo equipo editorial del New York Times convenciéndose a sí mismo acerca de una política que sabe muy en lo profundo que no va a funcionar, pero que la siente como buena y no quiere ser visto en público oponiéndose:

“Hasta que aumenten las tasas de vacunación, las mascarillas -y, por tanto, las órdenes de usar mascarillas- continuarán siendo necesarias.
La resistencia a esta idea es entendible. La guerra de la cultura de las mascarillas ha sido agotadora; la gente que posiblemente acate más los mandatos es la misma que menos necesita esas órdenes, como mínimo porque ya ellas están vacunadas; y, en el largo plazo, será mucho más importante hacer que la gente esté vacunada que molestarlos con coberturas faciales, Pero, las políticas públicas deberían reflexionar acerca de lo que la ciencia ha dejado claro: Que las mascarillas funcionan.”

Cuando su mentalidad es que, cualquier persona vacunada que interactúa con cualquier persona que puede no estar vacunada, constituye una amenaza, y que esa amenaza ha de ser mitigada a cualquier costo, es así como usted termina con el director de los Institutos Nacionales de Salud, Francis Collins, yendo a la televisión nacional y diciéndole a los padres que usen mascarilla cuando estén cerca de sus niños no vacunados: “Para niños de menos de doce, que eviten estar en lugares en donde pueden infectarse, lo que significa recomendaciones de usar mascarillas en escuelas y hogares. Los padres de niños no vacunados deberían pensar acerca de esto, y la recomendación es usar mascarillas ahí por igual. Sé que eso es incómodo. Sé que parece extraño, pero es la mejor forma de proteger a sus niños.” (Collins se desdijo de su declaración más tarde en el transcurso del día).

Una vez más, recibimos consejo acerca de la salud pública que es muy apropiado para robots programables, pero destinado a causar fricción entre seres humanos de verdad.

Es justo preguntarse si el quipo editorial del Times lee su propio periódico o su sitio en la red. Pues, con sólo un clic adicional, la Dra. Jennifer B. Nuzzo, epidemióloga en la Escuela Bloomberg de Salud Pública de Johns Hopkins, y Beth Blauer, directora ejecutiva de los Centros de Impacto Cívico de la Universidad Johns Hopkins, con recelo evalúan el regreso a la política de mandatos de usar mascarillas y hacen muchas preguntas.

“Volver a traer las mascarillas para todos será más efectivo si una cantidad significativa de transmisión del Covid-19 se está dando en espacios públicos, como supermercados y clubes de baile,” escriben ellas. “Pero, los funcionarios de salud no han compartido suficientes datos que muestren que tal es el caso, y que eso constituye un problema.”

También, Nuzzo y Blauer escriben que, “Dado que las vacunas ofrecen una protección duradera contra una enfermedad seria, ligar los requerimientos de mascarillas a unos objetivos razonables de cobertura de vacunación y niveles aceptables de hospitalizaciones, brindará una visión clara del progreso más que los números de casos, que pueden fluctuar.”

Y es ahí en dónde el reciente regreso a las órdenes de usar mascarillas empieza a lucir realmente como extraño.

El Condado de Marín, en California, acaba de anunciar una orden para que todo mundo use mascarillas incluso en la casa, y el condado “recomendó fuertemente” mascarillas en ubicaciones llenas de los exteriores. Un impactante 86.8 por ciento de la población de doce y más años del Condado de Marín ya está plenamente vacunado.

Los CDC están recomendando usar mascarillas en los Condados de Chittenden y Essex en Vermont. Más de un 85 por ciento de los residentes del Condado de Chittenden en edades de doce y más han recibido al menos una primera vacuna, y un 58.8 por ciento de los residentes de Essex en edades de doce y más, ha recibido al menos una vacuna. (Tenga en mente, que el Condado de Essex tiene menos de 7.000 personas y aproximadamente nueve personas por milla cuadrada). En general, un 84.2 por ciento de residentes de Vermont de doce y más ha recibido al menos una vacuna.

Empezando ayer en Westport, Connecticut, todo el personal y visitantes a los edificios del pueblo es requerido a usar mascarillas y tomarse la temperatura. (No importa el hecho de que los chequeos de temperatura no son una forma confiable de detectar la infección). Casi un 68 por ciento de los residentes de Westport está plenamente vacunado; en general, el 75 por ciento de los residentes de Connecticut está plenamente vacunado.

Usted puede ver hacia dónde va esto. Los condados más fuertemente vacunados en Estados Unidos van a empezar a usar de nuevo mascarillas, los condados menos vacunados en Estados Unidos no pondrán en práctica órdenes de usar mascarillas, y los medios noticiosos nacionales estarán llenos de gente preguntando por qué los restantes no vacunados parece que del todo no están motivados para conseguir sus inyecciones.

Luego, está la cuestión de si las mascarillas de tela son en realidad así de efectivas contra la variante Delta. El veredicto actual es que es mejor que nada, pero es mejor que usted deba usarla correctamente, según la profesora de ingeniería ambiental de la Universidad Virginia Tech, Linsey Marr, quien se especializa en transmisiones de enfermedad infecciosa por medio de aerosoles:

“MARR: La Delta se transmite en la misma forma en que hemos visto otras variantes, hasta el momento. Es sólo que la gente que está infectada parece que libera mucho más del virus al aire. Así que, las mascarillas todavía funcionan, pero, con la Delta, necesitamos mascarillas con un mejor desempeño.

STEIN: Así que Marr dice que todo mundo debería echarle una buena ojeada a su mascarilla para asegurarse que es buena. Una mascarilla que filtra, digamos, un 75 por ciento de las partículas virales puede haber sido buena antes de la Delta, pero, con la Delta, usted realmente necesita una mascarilla que va a filtrar más, como un 90 por ciento.

SIMON: Entonces, ¿qué tipo de mascarillas debería ser? Puesto que mucha gente ha llegado a estar muy acostumbrada a usar mascarillas de tela o, tal vez, mascarillas quirúrgicas. ¿Necesita cambiar a algo más como la N95?

STEIN: Bueno, esas son el patrón oro, e igual lo son mascarillas similares, como aquellas KN95. Pero, Marr dice que las mascarillas de tela aún pueden lograr el truco en el tanto en que se ajusten realmente bien, y que sean fabricadas con el material correcto.

MARR: Lo que significa que tiene que tener una capa de filtro especializado y que se ajuste bien, sin fugas.

STEIN: Así que no puede calzar flojamente, sabe, dejando baches en sus cachetes o bajo su barbilla, por donde el virus podría introducirse sigilosamente, y debería apretar herméticamente sobre su nariz. Y, si usted está usando una mascarilla de tela, debería tener una capa hecha de un material filtrante especial, no sólo de tela regular. Si usted no está seguro, puede mantener su mascarilla contra la luz para ver si puede ver pinchazos de luz a través de ella. Si usted puede, entonces, probablemente no es lo suficientemente buena. O, sabe, otra cosa que usted puede hacer es rociar agua a través de ella frente a un espejo. Si el agua atraviesa hasta el espejo, no es lo suficientemente buena.

Podríamos tener a estadounidenses, de costa a costa, manteniendo sus mascarillas frente a espejos y rociando agua y viendo si el espejo se moja, como si fuera algún experimento nacional extraño del Sr. Mago. O, sabe usted, podríamos enfocar realmente nuestros esfuerzos en lograr que más gente se vacune.

¿Qué es lo que las mascarillas protegen? Regresemos a Collins:

“¿Puede usted aclarar esto? ¿La mayoría de los estadounidenses vacunados necesita usar mascarillas en casa para protegerse a sí mismos y a otros estadounidenses vacunados, o es esto primordialmente acerca de proteger a estadounidenses no vacunados, incluyendo niños de menos de 12 o gente que está rehusando ser vacunada?” le preguntó el anfitrión Jake Tapper a Collins en el ‘Estado de la Unión’ de CNN.

‘Es principalmente acerca de proteger a los no vacunados. Ahí es donde está el verdadero riesgo serio de enfermedad,’ respondió Collins.”

Así que, las órdenes de usar mascarillas constituyen un requerimiento que gente que está plenamente vacunada, y que muy bien puede residir en áreas con altas tasas de vacunación, se ponga mascarillas que del todo puede que no sean efectivas contra esta variante, para proteger a niños que no pueden ser vacunados aún y gente que ha escogido no ser vacunada. Y para el equipo editorial del New York Times, esa suena como una idea maravillosa.

Hay una frase al final en la pieza de Nuzzo y Blauer que debería ser atendida por cualquier estadounidense que esté diseñando política de salud pública en cualquier nivel: “Simplemente, la nación no puede regresar a las tácticas generalizadas empleadas durante oleadas previas y esperar obediencia.”

No es abril del 2020, es agosto del 2021. La gente está cansada de que se le diga qué es lo que tiene que hacer, aún si ella hasta ahora ha hecho todo lo que se le dijo que hiciera. Una encuesta reciente de Quinnipiac encontró que, “un 37 por ciento dice que debería haber más órdenes de usar mascarillas, un 32 por ciento dice que debería haber menos mandatos, y un 24 por ciento dice que hay un número correcto de órdenes de usar mascarillas.” (Me encantaría ver a la gente responder una pregunta con diferentes palabras acerca de si debería haber más órdenes de usar mascarillas en la comunidad en donde ella vive.)

Tenga en mente que, tan recientemente como el 30 de junio, la directora de los CDC, Rochelle Walensky, salía en la televisión diciendo que gente plenamente vacunada no necesitaba usar mascarillas ̶ aun cuando se estaba diseminando la variante Delta. Muchos estadounidenses se sienten empujados de un lado a otro.

Piense acerca del cumplimiento público con la mitigación de la pandemia como un recurso finito. ¿Queremos desperdiciar el cumplimiento en las mascarillas? O, ¿queremos enfocarnos en la respuesta a un plazo más largo de lograr que la gente se vacune? Aquellos estadounidenses aún no vacunados pueden ser persuasibles. Ayer, 864.000 estadounidenses se vacunaron.

O, simplemente podíamos repetir todas las luchas acerca de las mascarillas en el 2020, y que el equipo editorial del New York Times se pueda sentir bien consigo mismo.

Jim Geraghty es corresponsal político sénior del National Review.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.