ACABAMOS DE OBTENER INCLUSO MÁS PRUEBAS DE QUE FRACASARON LAS ÓRDENES DE QUEDARSE EN CASA

Por Brad Polumbo
Fundación para la Educación Económica
Lunes 21 de junio del 2021

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Un nuevo estudio encuentra que las órdenes de cuarentenas no redujeron la mortalidad en general, y que incluso pueden haberla aumentado.

La vida bajo cuarentena fue du para todos nosotros. Desde destrucción económica a aislamiento social, los costos de las políticas gubernamentales restrictivas que buscaban mitigar la diseminación del COVID-19, han sido altos. Pero, ahora, aún otro estudio sugiere que los beneficios obtenidos con nuestro sacrificio colectivo eran, en el mejor de los casos, insignificantes ̶ y que las órdenes de quedarse en casa incluso pueden haber aumentado la mortalidad general

En un nuevo artículo, economistas de la Universidad de California del Sur y de la Corporación RAND examinaron la efectividad de órdenes de “protegerse en la casa” (PEC), también conocidas como órdenes de quedarse en casa, usando datos de 43 países y todos los 50 estados de Estados Unidos. Los expertos analizan no sólo las muertes por el COVID-19, sino las “muertes en exceso,” una medida que compara las muertes generales por todas las causas, con una línea de referencia histórica.

Los autores explican que las órdenes de cuarentena podían haber tenido consecuencias no previstas letales por sí solas, tal como un aumento en las sobredosis de drogas, un empeoramiento de problemas de salud mental, un aumento en el abuso infantil, retrasos mortales en el cuido médico diferente del COVID, y más. Así que, para saber si las órdenes de quedarse en casa en verdad ayudaron más de lo que dañaron, la clave es examinar las muertes en acceso, no sólo las resultantes de la pandemia.

Los resultados no son bonitos.

“Fallamos en encontrar que las políticas de quedarse en casa salvaron vidas,” reportan los autores. De hecho, concluyen que, en las semanas que siguieron a la puesta en práctica de esas políticas, en la realidad, la mortalidad en exceso aumenta ̶ aunque típicamente había venido declinando antes que tuvieran lugar las órdenes. Y, a través de todos los países, el estudio encuentra que, un aumento de una semana en la duración de las políticas de quedarse en casa, coincide con 2.7 más muertes en exceso por cada 100.000 personas.

Simplemente, las cuarentenas no funcionaron.

“Fallamos en encontrar que los países o estados de Estados Unidos que pusieron en práctica más temprano políticas PEC, y donde las políticas PEC tuvieron más tiempo de operar, tuvieron menos muertes en exceso que países y estados de Estados Unidos que fueron más lentos en poner en marcha políticas PEC,” explican los autores.

Y su hallazgo no es un caso atípico. Una cantidad de otros estudios creíbles similarmente han concluido que las cuarentenas fueron infectivas en disminuir la diseminación del COVID-19. Además, ahora otra investigación muestra que la mayoría de la diseminación del COVID-19 ocurrió en el hogar, no afuera en el mundo, haciendo que, en retrospectiva, las órdenes de quedarse en casa fueran sumamente absurdas.

Por supuesto, hay una tremenda resistencia a reconocer el hecho de que el sacrificio que todos nosotros, en diferentes grados, sufrimos, evidentemente no logró nada ̶ e incluso puede habernos dejado peor. Pero, debemos reconocer y lidiar con la dolorosa verdad, a fin de protegernos ante errores similares en el futuro.

Aquí la lección no es sólo que las órdenes de quedarse en casa son una política pública ineficiente. Es que los políticos siempre alegarán que pueden resolver nuestros problemas si tan sólo les damos suficiente poder centralizado. Pero, no debemos caer en su retórica y enfocarnos sólo en los beneficios vistos, tangibles, de la acción gubernamental ̶ como potencialmente disminuir la diseminación del COVID-19. También, debemos considerar los efectos y consecuencias de segundo orden, no previstas e inesperadas.

Brad Polumbo es un periodista libertario-conservador y Corresponsal de Políticas en la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.