CON EL CAPITALISMO, LA COOPERACIÓN ES JUSTAMENTE TAN IMPORTANTE COMO LA COMPETENCIA

Por Gary M. Galles
American Institute for Economic Research
10 de junio del 2021

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A menudo se ha afirmado que nosotros deberíamos cooperar en vez de competir en sociedad. Por ejemplo, Franklin Delano Roosevelt dijo,
“Se ha mostrado que la competencia es útil hasta cierto punto y no más allá, pero la cooperación, que es la cosa por la que luchamos hoy, empieza adonde llega la competencia.” Bertrand Russell lo expresó incluso más agudamente, al decir, “La única cosa que redimirá a la humanidad es la cooperación.”

No obstante, tales visiones, hoy tanto como en aquel entonces, tienden a incorporar un entendimiento falso de la competencia y la cooperación como opciones entre las que hay que elegir. De hecho, muchas actividades supuestamente cooperativas, en realidad, reducen la cooperación social, mientras que la competencia de mercado brinda un proceso pacifico que expande la cooperación.

Leonard Read, fundador de la Fundación para la Educación Económica (FEE), fue alguien quien tenía plena consciencia de nuestra dependencia mutua en la cooperación ̶ nuestra interdependencia. Un lugar en que él desarrolló acerca de este tema fue el capítulo 19 “The Good within Our Reach,” de su libro de 1981 book, ¿How Do We Know? En su cuarenta aniversario, vale la pena recordarlo.

“Suponga que no hay unión, cada individuo depende solamente de sus propios pensamientos y productividad. …!Todos pasarían hambre!... tan sólo pregúntese a sí mismo, quienquiera que sea usted, qué tan bien prosperaría si tan sólo dependiera de aquello que usted sabe cómo hacerlo.

¿Por qué unirse es un inicio? Porque resulta en una agrupación de nuestras especializaciones. …Hemos llegado a ser interdependientes; cada uno de nosotros depende de las especializaciones únicas de otros y de la libertad de intercambiar.

No hay duda que trabajar juntos conduce al éxito.”

Si bien muchos considerarían estas palabras como banales, lo que era notable fue que Read entendió la competencia del mercado como un medio esencial para expandir y mejorar la cooperación, en vez de ser una amenaza o limitante de ella. Esto es porque la competencia del mercado es un proceso de descubrimiento, que revela lo que, de otra forma, sería incognoscible ̶ quien cooperará mejor con nosotros, y cómo, a través de los casi incontables márgenes en donde interactúan las elecciones individuales. Quienes cooperan más efectivamente con otros, obtienen mayores recompensas, y, entre más fuerte sea la competencia en el patrocinio de consumidores y empleados, más se desarrolla dicha cooperación.

“El problema es mantener la libertad para cooperar y competir.

Un profesor destacado… en una importante universidad, condenó a la economía de mercado con base en que la cooperación era buena y la competencia mala. ¡Qué falacia! Por ejemplo: Cuando compiten los panaderos, aquel que provee el mejor -la calidad más alta al menor precio- es aquel con quien cooperamos. Competencia y cooperación son virtudes gemelas y cuando son estrictamente observadas, forman lo que bien se podría llamar ‘La sociedad de las gracias.’ Cuando compro un bollo de pan… digo “Gracias,” pues quiero más al pan que al dinero.
El panadero dice “Gracias,’ pues él quiere más al dinero que al pan. ¡Este es el mercado libre a nivel de pan y mantequilla!”

Leonard Read contrastó su entendimiento de la competencia como medio para mejorar la cooperación, con un intento fallido que él vivió del gobierno por forzar la cooperación.

“La situación actual recuerda la crisis ideológica durante los primeros días del Nuevo Trato: la Ley de Recuperación de la Industria Nacional [NRA por sus siglas en inglés] ̶ el NRA o el Águila Azul.

Importantes líderes empresariales y sus organizaciones nacionales endosaron este conjunto fantástico de controles estranguladores sobre la economía. …¿Por qué razón esta posición anti libre mercado?... una era la esperanza de deshacerse de la temida competencia.”

El NRA fue un fracaso, conduciendo a una oposición creciente, que culminó en una decisión de la Corte Suprema de que era inconstitucional, pero, el proceso de derogatoria fue impedido por argumentos a favor de dejar que gradualmente se eliminaran sus restricciones, a fin de evitar el daño a la economía (por supuesto, algunos de estos argumentos provenían de quienes ganaban con las restricciones). En contraste, Read arguyó a favor de lo opuesto ̶ que el mejor curso de acción era terminar con los abusos a las libertades de la gente tan rápidamente como fuera posible, debido a que eso restauraría más pronto nuestra habilidad para expandir voluntariamente nuestra cooperación del uno con el otro.

“Sin embargo, después de un año de este sinsentido político-económico, los líderes empresariales revirtieron su posición, pero algunos arrastraron los pies. Resumidamente, su razonamiento fue como sigue: ‘Debemos deshacernos de esta monstruosidad política, pero eliminémosla gradualmente. Hacerlo súbitamente destrozaría la economía.’

Deshacerse gradualmente de lo que es malo es una táctica sin sentido. …¡Restaure lo que es correcto ahora mismo! Y eso fue lo que sucedió con la NRA en mayo de 1935, con la decisión famosa de la Corte Suprema del “Caso de los Pollos.” A partir de ese momento, fue abolida toda frase de la NRA, no permaneció ni jota. ¡Lo malo abolido súbitamente! ¿Se hundió la economía? Por el contrario, súbitamente los ciudadanos fueron a trabajar. …La oportunidad de trabajar juntos fue aumentada."

Terminar de inmediato las restricciones de la NRA reinició el proceso de mercado de cooperación voluntaria, y se restauró la libertad de las personas para ofrecer bienes y servicios superiores, y enfoques organizativos que, mediante acuerdos pacíficos, voluntarios, condujeron a resultados mucho mejores. Pero, la mayoría no ha aprendido esa lección objetiva.

“[Por desgracia] sólo unos pocos aprendieron la lección y llegaron a comprender ¡cómo los mercados libres y sin restricciones logran sus maravillas para todos y cada uno!”

Leonard Read sí aprendió esa lección, reforzada por la ilustración de la NRA de que “trabajar juntos para beneficio mutuo” es, a menudo, la coartada usada para dañar a la competencia, lo que subvierte nuestra habilidad para cooperar, perdiéndose la libertad en el proceso. Él vio que, lo que Friedrich Hayek llamó el “orden extendido” creado por la competencia en el mercado, mejoraba los resultados debido al requisito de hacer necesario el consenso de todos aquellos cuyos derechos están involucrados (una restricción ausente en la determinación política), obligando a la competencia a ir por canales beneficios, brindado mejores posibilidades para todos.

La competencia del mercado conduce a una cooperación mejorada, pues todo mundo es libre de ofrecer cooperar bajo cualesquiera términos que encuentra aceptables. El proceso recompensa a aquellos más capaces de satisfacer los deseos de los consumidores, quienesquiera que sean, concluyendo en resultados mejorados para ellos, así como para quienes prefirieron tratar con ellos, si tuvieron la oportunidad. Favorece a quienes mejor sirven a otros, sin importar lo débiles que puedan ser en poder político (una debilidad que, a menudo, causa la determinación política de dañarlos), agregando opciones para toda forma de cooperación voluntaria, que es lo opuesto a la “cooperación” obligada.

Al contrario de quienes afirman la superioridad de la cooperación sobre la competencia, las relaciones de intercambio voluntario basadas en la propienda privada (capitalismo) brindan el único mecanismo que les quita fuerza a todas las relaciones, permitiendo la cooperación verdaderamente voluntaria. El tema no es competencia versus cooperación, sino canalizar la competencia exclusivamente hacia formas mutuamente acordadas. A diferencia de la condena frecuente de los mercados, como la antítesis de la cooperación, Leonard Read reconoció, junto con Ludwig von Mises (quien se había unido a la FEE al puro inicio, a pedido de Henry Hazlitt), que los mercados competitivos constituyen “un sistema de cooperación mutua,” en donde “la función de la competencia es asignar a cada miembro del sistema social esa posición en la que puede servir mejor a la sociedad como un todo y a todos sus miembros.”

De nuevo estamos en un momento en que los autoproclamados salvadores políticos están chillando por una “cooperación” impuesta por el gobierno, a expensas de derechos y libertades de los estadounidenses (como el impulso de la administración Biden a favor de casi toda ventaja sindical especial que jamás que alguna vez se haya soñado). Pero, esa “cooperación” socava la cooperación verdadera, voluntaria, que evoluciona a través de la competencia del mercado. Esta es la razón por la que vale la pena revisitar el entendimiento de Read acerca de cómo fomentar “lo bueno a nuestro alcance,” como defensa de nuestros derechos, libertades y bienestar.

Reimpreso de Mises Wire

El doctor Gary Galles es profesor de economía en Pepperdine. Su investigación se centra en finanzas públicas, elección pública, la teoría de la firma, la organización de la industria y el papel de la libertad, incluyendo los puntos de vista de muchos liberales clásicos y los fundadores de los Estados Unidos. Sus libros incluyen Pathways to Policy Failure, Faulty Premises, Faulty Policies, Apostle of Peace, y Lines of Liberty.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.