Aquí también tenemos “pequeños hermanos” quienes siguen a pie juntillas lo que dice el Gran Hermano de Orwell. Aquellos se prestan para el juego de este, al no aceptar posiciones que divergen de las del Gran Hermano, mediante su oposición a someterlas al debate y cuestionamiento propios del método científico. Prefieren acudir al dogma y mala fe intencional al usar la falacia ad hominem en sus diatribas, cuando acusan de acientífico, a quienes divergen del poder y sapiencia del omnipresente Gran Hermano, aunque si bien estos disidentes tengan experticia y conocimiento y profesionalismos universitario suficiente sobre temas relacionados que los pequeños hermanos dogmáticamente alegan y proclaman saber con gracia totalitaria.

EL GRAN HERMANO DEPENDE DE LOS PEQUEÑOS HERMANOS

Por Barry Brownstein
American Institute for Economic Research
12 de mayo del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como barry brownstein american institute for economic research brother May 12, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

Gracias a los CDC, de nuevo A muchos niños se les robará una experiencia formativa en campamentos de verano. Según las directrices irracionales para campamentos de verano de los CDC para el 2021 ante el Covid, “Todos en el campamento -incluyendo personal y cualquier otro muchacho mayor a dos años de edad- deben usar mascarillas todo el tiempo, a menos que estén comiendo o nadando.”

Las guías incluyen distanciamiento social continuo, integración limitada, y prohibiciones a algunos deportes. Las reacciones de expertos en salud han sido fuertes. Uno llamó a la guía, “cruel para nuestros niños.” Otro agregó, “recomendaciones irracionales no harán ningún bien, en este caso podrían causar daño, y, en realidad, desacreditan a las agencias federales.”

¿Seguirán los directores de los campamentos de verano las guías de los CDC? Podemos sentir empatía con los directores de campamentos: están caminando por la cuerda floja. Las autoridades estatales de salud pueden demandar cumplimiento de las guías de los CDC. Su asegurador puede demandar que las cumplan. Los padres de los niños que irían al campamento pueden tener puntos de vista en conflicto.
Podemos entender por qué es posible que los directores de los campamentos eviten responsabilidades potenciales y sigan la guía de los CDC.

“Nadie es despedido por comprar IBM” es un viejo adagio del mundo de los negocios. Vaya a lo seguro y haga la elección que otros están haciendo. O, agite las aguas y sufra repercusiones potenciales pues usted no siguió a la manada. ¿”Comprarán IBM” los directores, seguirán la guía del Gran Hermano de los CDC, y se convertirán en pequeños hermanos? El Gran Hermano no tiene poder sin que pequeños hermanos estén dispuestos a seguirlo.

LA SUBSTRACCIÓN ES NECESARIA

En abril, la Dra. Nicole Spahier escribió en el Wall Street Journal: “Funcionarios de salud pública y políticos se arriesgan a la rebelión pública si no empiezan a tomar en cuenta el sentido común y si, en vez de ello, persisten en calificar a cualquiera que cuestione esos decretos como ‘anti ciencia.’ Después de más de un año de restricciones, ellos deberían priorizar regresar a la normalidad.”

Escribiendo en el Harvard Business Review, Gary Hamel y Michele Zanini indicaron que “la burocracia frena la iniciativa, inhibe asumir riesgos, y aplasta la creatividad.” Ellos llaman a la burocracia “un impuesto al logro humano.” En su libro Bureaucracy [Burocracias] Ludwig von Mises explica por qué quienes toman decisiones nunca pueden tomar buenas decisiones cuando operan sin las señales de mercado de ganancia o pérdida. Escribe Mises, “La dirección socialista es como un hombre obligado a pasarse toda la vida con los ojos vendados.”

Un artículo en abril del 2021 en Nature ilumina aún más por qué los burócratas de los CDC continúan emitiendo guías sinsentido e ignoran voces como la de Spahier. La mente humana está sesgada a favor de agregar “soluciones” para lograr resultados. Los autores del estudio de Nature encontraron que, en la toma de decisiones, “la gente sistemáticamente deja de lado cambios substractivos.” Los autores del estudio reportan evidencia experimental que muestra que es poco común que quienes toman decisiones resuelvan problemas mediante la resta de regulaciones, prácticas, o programas existentes.

Tom Meyvis y Heeyoung Yoon analizaron los hallazgos reportados en el artículo de Nature. Ellos explican la razón de por qué participantes en el experimento “ofrecieron tan pocas soluciones substractivas, que no se debe a que ellos no reconocieron el valor de esas soluciones, sino porque fallaron en tomarlas en consideración… una exposición previa frecuente a soluciones aditivas les ha convertido en cognitivamente más accesibles, y así es más posible que sean tomados en consideración.”

En resumen, “la gente está inclinada a aplicar una heurística de ‘¿qué podemos agregar aquí?’ (por defecto, una estrategia que simplifica y acelera la toma de decisiones). Esta heurística puede ser sobrepasada al ejercer un esfuerzo cognitivo extra que considere otras soluciones menos intuitivas.”

Meyvis y Yoon ofrecen razones adicionales para explicar el sesgo a favor de soluciones aditivas y no considerar la sustracción, lo cual interfiere con resultados mejorados. Los burócratas, buscando promover sus carreras, pueden creen que “es menos posible que soluciones substractivas sean también apreciadas” y, así, “esperan recibir menos crédito por soluciones substractivas que por aquellas aditivas.”

Meyvis y Yoon sugieren que “quienes formulan políticas y líderes organizacionales podrías explícitamente solicitar y valorar propuestas que resten en vez de que agreguen.” Para organizaciones que necesitan satisfacer la prueba de mercado al servir a clientes, este es un consejo viable. Este mismo consejo es poco posible que sea considerado en burocracias gubernamentales, en donde, una vez que un programa se establece, raramente muere.

Los CDC no desaparecerán pronto en algún momento. No espere a que los CDC busquen “soluciones sustractivas.” En vez de ello, continuarán explotando el sesgo que favorece soluciones aditivas. Aún peor, en esencia los medios y las Grandes Tecnológicas han prohibido el diálogo acerca de soluciones substractivas en los problemas del Covid. Si es que regresa la normalidad, sucederá cuando más individuos se rehúsen a ser pequeños hermanos obedeciendo edictos del Gran Hermano de los CDC, y empiecen a involucrarse en conversaciones abiertas no contaminadas por el sesgo que favorece las soluciones aditivas.

CÓMO NO SER UN PEQUEÑO HERMANO

El Dr. Joost Meerloo fue un psiquiatra holandés-estadounidense, quien escapó de una prisión nazi en la Holanda ocupada. Su libro The Rape of the Mind: The Psychology of Thought Control, Menticide, and Brainwashing [La violación de la mente; la psicología del control del pensamiento, menticidio y lavado de cerebro], explora cómo las sociedades totalitarias lavan los cerebros de sus ciudadanos. Aunque fue escrito en 1956, Meerloo brinda lecciones eternas para resistir presiones autoritarias en tiempos del Covid contemporáneo.

Meerloo explicó como la Rusia Estalinista, la Alemania Nazi, y otras sociedades totalitarias usaron estrategias pavlovianas primitivas para controlar a la población: “Aquel quien dicta y formula las palabras y las frases que nosotros usamos, él, quien es el amo de la prensa y la radio, es amo de la mente.”

Escribe Meerloo, “La libertad de discusión y el intercambio intelectual libre dificultan el condicionamiento. Sentimientos de terror, sentimientos de temor y desesperanza, de estar sólo, de tener la espalda de uno contra el muro, deben ser inculcados.” Hoy, para muchos, “el temor y la desesperanza” son compañeros frecuentes. En nuestra cultura de la cancelación, es difícil el libre intercambio intelectual.

¿Por qué las Grandes Tecnológicas están depurando incluso los puntos de vista alternativos más inocuos? Meerloo explicó por qué: “La mente que está abierta ante preguntas, está abierta al disentimiento. En el régimen totalitario, la mente que duda, que es inquisitiva e imaginativa, tiene que ser suprimida. Al esclavo totalitario sólo se le permite memorizar, salivar, cuando suena la campanilla.” Agrega Meerloo:

“En el grado en que el individuo es convertido en objeto de constante manipulación mental, en el grado en que las instituciones culturales pueden tender a debilitar la fortaleza intelectual y espiritual, en el grado en que el conocimiento de la mente se usa para domesticar y condicionar a la gente, en vez de educarles, en ese grado la propia cultura produce hombres y mujeres quienes están predispuestos para que acepten la forma de vida autoritaria. El hombre que no tiene mente propia puede con facilidad convertirse en el peón de un dictador potencial.”

La estrategia pavloviana estimula el comportamiento de rebaño cuando la gente está “más y más condicionada a preguntarse a sí misma,
‘¿Qué es lo que otra gente piensa?’” Continúa Meerloo, “Como resultado, se crea un engaño común: la gente es incitada a que piense lo que otra gente piensa, y así la opinión pública puede crecer como un hongo hasta convertirse en un perjuicio masivo. Expresado en términos psicoanalíticos, a través de un ruido propagandístico cotidiano, respaldado por claves verbales contundentes, la gente puede ser obligada más y más a identificarse con el poderoso causante del ruido.”

Escalofriantemente, escribe Meerloo, “la voz del Gran Hermano resuena en todos los pequeños hermanos.” Hoy, “pequeños hermanos” están demasiado dispuestos a repetir perogrulladas que han escuchado del Dr. Fauci y de “expertos” favorecidos por los medios. Escribe Meerloo,
“Los especialistas en el arte de la persuasión… pueden diluir la espontaneidad y creatividad de pensamientos e ideas, en clichés estériles y simplificados, que dirigen nuestros pensamientos aun cuando todavía tenemos la ilusión de ser originales e individuales.”

El resultado de esto, como lo señala Meerloo, es que “En países totalitarios… ha desaparecido el hombre subjetivo, quien piensa por sí mismo… El intercambio pacífico de pensamientos libres en una conversación libre alterará los reflejos condicionados y, por lo tanto, es tabú.
Ya no más existen cerebros, sólo pautas condicionadas y músculos educados… El autómata mental se convierte en el ideal de la educación.”

Meerloo brinda consejo a aquellos que no viven en países totalitarios. Debemos evitar las tentaciones mentales personales que conducen hacia el camino del totalitarismo:

“Los hombres libres en una sociedad libre deben aprender, no sólo a reconocer este ataque sigiloso sobre la integridad mental y luchar contra él, sino, también, debe aprender que hay una mente al interior del hombre que lo hace vulnerable al ataque, que hace que él, en muchos casos, anhele una salida a las responsabilidades que una democracia republicana y la madurez le ponen.”

Escapar de la responsabilidad seduce a muchos. Escribe Meerloo:

“Las presiones de la vida diaria impulsan a más y más gente a buscar una salida fácil ante la responsabilidad y madurez. De hecho, es difícil soportar estas presiones; para muchos, la oferta de una panacea política es muy tentadora, para otros la oferta de escape por medio del alcohol, drogas, u otros placeres artificiales, es irresistible.”

Meerloo advierte, “Sin saberlo, podemos llegar a ser robots tercos:”

“Buscamos situaciones que crean temor superficial para cubrir ansiedades internas. Nos gusta escapar hacia lo irracional, pues nos disgusta el desafío del estudio propio y pensamiento propio. Nuestro tiempo de ocio crecientemente se ocupa en actividades automatizadas, en las que no tomamos parte: escuchando palabras entubadas y viendo pantallas de televisión. Nos damos prisa con carros y vamos a la cama con una pastilla para dormir.”

Meerloo advirtió que “muchas mentes ‘libres’ se han rendido en su lucha por la decencia y la individualidad. Ellas se rinden al ‘Zeitgeist’ [‘Espíritu de la Época’], a menudo sin darse cuenta de ello. La opinión pública moldea nuestros pensamientos críticos de todos los días.”

Como antídoto, Meerloo aconseja “la valentía espiritual, un coraje mental que va más allá de uno mismo. Sirve una idea… pide que haya una hiper consciencia de uno mismo como ser espiritual pensante.” Escribe él:

“La valentía espiritual no se encuentra entre los conformistas o aquellos que predican uniformidad o entre aquellos que ruegan por un ajuste social tranquilo. Requiere una alerta mental continua y una fortaleza espiritual que resistan la corriente de arrastre del pensamiento conformista. El hombre tiene que ser más fuerte que la simple voluntad de la protección de uno mismo y la autoafirmación, tiene que ser capaz de ir más allá de sí mismo al servicio de una idea y, al encontrarse con valores superiores, tiene que ser capaz de reconocer lealmente que ha estado equivocado. En efecto, existe un coraje espiritual que va mucho más allá de toda acción reflejo automática.”

Presiones financieras, sociales, u otras, pueden hacer que usted sienta que no se puede resistir al Gran Hermano. La resistencia empieza gentilmente al reconocer nuestro propio proceso mental que nos hace vulnerables a la corriente del pensamiento conformista. Al estar mentalmente alertas nos ponemos a tono con la fortaleza espiritual. Con el estudio propio, nos preparamos para el intercambio pacífico de ideas con quienes actualmente eligen ser pequeños hermanos. Todavía hay suficiente libertad en Estados Unidos para que, sin el apoyo de los pequeños hermanos, el Gran Hermano encuentre que no tiene poder propio.
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Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es contribuyente sénior en Intellectual Takeout y autor de The Inner-Work of Leadership.

Traducido por Jorge Corrales Quesada