Tantas cosas tan variables también en nuestro medio.

LAS MUCHAS VARIANTES DEL CONSEJO MUTANTE DE FAUCI ACERCA DEL COVID

Por Phillip W. Magness
American Institute for Economic Research
23 de marzo del 2021

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En una audiencia explosiva en el Senado de Estados Unidos, el 18 de marzo, el Dr. Anthony Fauci se enfrentó con el senador de Kentucky, Rand Paul, acerca de un tema que ha caracterizado mucho del comentario reciente acerca del Covid-19 del consejero de salud de la Casa Blanca: el espectro de reinfección causada por variantes emergentes del virus.

Varios estudios recientes sugieren que, tanto la inmunidad natural como la inducida por la vacuna ante el Covid-19, es robusta, al menos para el mediano plazo, e incluso quienes insinúan posibles reinfecciones sugieren que es un fenómeno raro, que aflige principalmente a personas con sistemas inmunes severamente debilitados.

A pesar de lo anterior, Fauci mantiene que las reinfecciones, en particular la variante Surafricana del virus, no sólo son cosa común, sino que justifican mantener intervenciones no farmacéuticas (INF), como cuarentenas, órdenes de usar mascarillas y regulaciones de distanciamiento social ̶ incluso, tal vez, por otro año.

Paul presionó a Fauci para que citara la literatura científica que apoyaba ese alegato, pero no contó con suerte. En vez de eso, Fauci desvió la pregunta repitiendo lugares comunes acerca de mascarillas y exagerando un estudio reciente acerca de reinfecciones. Según Fauci, gente previamente recuperada que “fue expuesta a la variante en Sur África” reaccionó “como si nunca antes hubiera sido infectada. No tenía protección.”

Un estudio danés, al que después Fauci se refirió para justificar esta aseveración, no hizo tal afirmación acerca de que la reinfección estaba diseminándose. Por el contrario, sus autores concluyeron “que la protección contra una infección repetida de SARS-CoV-2 es robusta y detectable en la mayoría de individuos, protegiendo a un 80% o más de la población naturalmente infectada menor a 65 años contra reinfecciones.”

Aún más, indicaron “que individuos de 65 años de edad y más tenían menos de un 50% de protección contra la repetición de la infección SARS-CoV-2” y para aumentar la inmunidad recomendaron vacunaciones orientadas hacia ese grupo. Pero, incluso este hallazgo vino con varias limitaciones reconocidas, como que el estudio no era diseñado para examinar la infección repetida en el vasto número de casos moderados o asintomáticos de la enfermedad, o verificar directamente si los casos sospechosos de reinfección eran el resultado de infecciones persistentes mal clasificadas.

No obstante, el estudio no apoyó la opinión de Fauci de que las reinfecciones se estaban convirtiendo en algo frecuente.

La audiencia de la semana pasada no es la primera ocasión en la memoria reciente en que Fauci ha exagerado la evidencia alrededor de la reinfección, en específico, al invocar la variante surafricana. A principios de febrero, un par de estudios produjo evidencia de que las reinfecciones de esta cepa eran posibles, aunque en ese momento parecen ser raras. El primero confirmó un sólo caso de reinfección de la variante surafricana, después de exámenes extensos para descartar una infección persistente mal clasificada.

El segundo, conducido como parte de la prueba de la vacuna Novavax, indirectamente infirió que un grupo minúsculo de sus participantes podía haber vuelto a infectarse con la variante surafricana, “sugiriendo que una infección previa con el COVID-19 puede que no proteja totalmente contra una infección subsecuente por la variante de escape surafricana.”

En ningún sentido alguno de los estudios alegó que las reinfecciones eran algo común o generalizado. Si hay algo, hubo llamados científicos comedidos para una ulterior investigación de cada posibilidad. Sin embargo, he aquí como Fauci los describió en una entrevista a mediados de febrero en CNN: “[L]a experiencia de nuestros colegas en Suráfrica indica que aún si usted ha sido infectado por el virus original, existe una tasa muy elevada de reinfección al punto que la infección previa no parece protegerlo contra la reinfección, al menos ante la variante surafricana.”

Este tipo de declaración exagerada es un tema familiar del principal burócrata de enfermedades infecciosas de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), que va tan atrás como su mal manejo de la crisis del SIDA a principios de 1980. Fauci tiene el mal hábito de apropiarse de un pedacito de datos científicos, para derivar inferencias generalizadas a partir de él, por medio de especulación sin base, y, luego, presentar su propio giro exagerado al público como si fuera algo de un hecho científico.

EL COMENTARIO CIENTÍFICO MUTANTE DE FAUCI

Aún más curioso, las exageraciones recientes de Fauci acerca de la reinfección de Covid-19 le ponen en conflicto directo con otra valoración “experta” de esa misma pregunta: la propia, en varios momentos en el curso de la pandemia en el año pasado.

El 28 de marzo del 2020 –justamente casi un año antes de su reciente intercambio con el senador Paul- Fauci desafió agresivamente la posibilidad de reinfección en una entrevista don Trevor Noah del Daily Show. “Nunca es el 100%,” explicó él, “pero estoy dispuesto a apostar cualquier cosa que la gente que se recupera está realmente protegida contra la reinfección.”

Los muchos creyentes entusiastas en medios noticiosos del administrador de los NIH, posiblemente respondan a esas afirmaciones contradictorias, alegando que Fauci tan sólo está actualizando su valoración a la luz de nueva evidencia. Pero, su registro histórico del año pasado sugiere una historia muy diferente. Lejos de incorporar los últimos hallazgos científicos, Fauci parece invocar o menospreciar selectivamente el espectro de reinfección con base en si sirve o no a sus objetivos políticos del momento.

Las aseveraciones de Fauci acerca de la reinfección no siguen una trayectoria consistente de evidencia que emerge acerca de si sucede o qué tan frecuentemente lo hace. En vez de eso, oscilan entre exponer la posibilidad como un temor exagerado, que tiene que ver sólo con unos pocos casos raros, o con una causa inminente de alarma que podría diseminarse a toda una población.

Durante los primeros meses de cuarentenas en Estados Unidos, repetidamente Fauci afirmó que la inmunidad del virus impediría la reinfección entre quienes hubieran contraído la enfermedad y recuperado. “Es un supuesto razonable que este virus no está cambiando mucho,” explicó en una transmisión en red a principios de abril del 2020, en el Journal of the American Medical Association. “Si nos infectamos ahora y regresa el próximo febrero o marzo, pensamos que esa persona va a estar protegida.”

Fauci repitió una afirmación similar en una entrevista en julio del 2020 con el director de los NIH, Francis Collins, quien específicamente le preguntó acerca de la posibilidad de reinfección. “No me sorprendería si hay un caso raro individual que entró en remisión y recaída,” explicó, “Pero, Francis, podría decir con confianza que es muy improbable.”

Estas afirmaciones tempranas se alinean con el mensaje político de Fauci en los primeros meses de la pandemia. Él estaba operando bajo el supuesto de que las cuarentenas contendrían exitosamente al virus, incluso alabando a Europa, en ese momento, por sacar a la luz “exitosamente” esta estrategia (la segunda ola contradiría esta afirmación, así como la noción de que las cuarentenas protegían incluso mínimamente contra el curso del virus). Si sólo los Estados Unidos aceptaran medidas similares a lo largo del verano y, tal vez, del otoño, la pandemia podía ser domada por medio de INFs. Entre tanto, las infecciones permanecieron siendo un tema ausente en los ojos de Fauci.

Cuando investigadores médicos documentaron uno de los primeros casos confirmados de reinfección en agosto pasado, Fauci no vio causa para la alarma. En un discurso virtual al personal de Centro Médico Walter Reed, el 26 de agosto, descartó el prospecto como “puramente raro y anecdótico.” Continuó Fauci; “en cada caso anecdótico que he visto podría existir otra explicación a eso. Así que puedo decir que, aún cuando debemos dejar abierta la posibilidad, es posible que eso sea tan, pero tan raro ahora con lo que sabemos, que no es un tema.”

Tenga en mente que esta descripción podía igual de fácil aplicarse a estudios recientes de la cepa sudafricana, que sólo han confirmado o sugerido un número minúsculo de reinfecciones. Simplemente, Fauci interpretó esos primeros estudios con mayor cuidado y moderación en vez de exagerar sus implicaciones.

No mucho después de sus comentarios de agosto del 2020, los mensajes de Fauci acerca de reinfecciones cambiaron hacia una táctica opuesta. Al asomarse en otoño el prospecto de otra ronda de cuarentenas, un grupo de científicos se reunió un fin de semana en el AIER. El 4 de octubre emitió la Declaración de Great Barrington (DGB), desafiando la eficacia de la estrategia de Fauci centrada en cuarentenas y llamó la atención acerca de los daños colaterales extensos que habían infligido a la sociedad. En vez de esas, afirmó la DGB, debería adoptarse una estrategia de “protección enfocada” hacia los más vulnerables, hasta que construyéramos la inmunidad de rebaño en la población en general.

La inmunidad de rebaño es un hecho biológico en vez de una estrategia de política. Viene a través de la combinación de inmunidad adquirida naturalmente de personas recuperadas, y de inmunidad inducida por vacunas entre los aún vulnerables. Con exámenes y aprobación anticipada de las primeras vacunas a fines del otoño o invierno, enfocarse en la protección ofreció un camino viable para reabrir y, por tanto, aliviar la amplia destrucción económica y social ocasionada por las cuarentenas del año pasado.

Súbitamente, Fauci empezó a cambiar su mensaje acerca de reinfecciones. Poco después de que apareció la DGB, el asesor acerca del coronavirus de la Casa Blanca, el Dr. Scott Atlas, endosó la “protección enfocada” como alternativa al ciclo perpetuo de cuarentenas. El propio Fauci, previamente, concedió la realidad de los efectos de la inmunidad de rebaño en la primavera y verano, al señalar que las reinfecciones eran anecdóticas, raras, y poco posibles. Pero, ahora, vio su autoridad política siendo desafiada por los autores de la DGB y las recomendaciones en paralelo del Dr. Atlas.

El 16 de octubre del 2020, por tanto, Fauci fue a la CNN con un nuevo mensaje de alarma acerca de reinfecciones; “Estamos empezando a ver una cantidad de casos que está siendo reportada de gente con reinfección, casos bien documentados de gente que fue infectado después de un lapso de tiempo relativamente breve. Así que, en realidad, usted tiene que ser cuidadoso pues usted no es completamente inmune.”

La aseveración de Fauci implicó que él tenía acceso a un cuerpo creciente de evidencia nueva acerca de reinfección. En realidad, tenía un ejemplo de libro de texto del tipo de caso que previamente caracterizó como “raro y anecdótico” en agosto, cuando estaba tratando de calmar temores del mismo fenómeno. Unos pocos días antes de la entrevista de la CNN en octubre, un equipo de investigadores en Holanda reportó un único caso confirmado, en que un paciente de 89 años de edad, objeto de tratamiento de cáncer avanzado, había contraído la enfermedad, se recuperó, y después falleció cuando se volvió a infectar con otra cepa. No obstante, para Fauci la posibilidad de reinfección -una vez descartada como un acontecimiento infrecuente- se convirtió en una herramienta política para protegerse del desafío de la DGB a las cuarentenas.

Durante las siguientes semanas, Fauci presentó el espectro de la reinfección cada vez que surgió el tema de la inmunidad de rebaño. “Hemos visto ejemplos específicos de reinfección, gente que se infectó, se recuperó, y se infectó con otro SARS Covid-2,” señaló en una entrevista en C-Span que salió al aire el 12 de noviembre. Esta declaración vino en respuesta a cuestionamientos acerca de inmunidad de rebaño de Francis Collins de los NIH -la misma persona que le hizo una pregunta similar en julio. Recuerde la respuesta de Fauci de aquel entonces; ““No me sorprendería si hay un caso raro individual que entró en remisión y recaída… Pero, Francis, podría decir con confianza que [la reinfección] es muy improbable.”

El 18 de noviembre, Pfizer anunció la terminación exitosa de pruebas de su vacuna y la intención de buscar una autorización de emergencia de la FDA en un asunto de días. Fauci, quien había estado criticando el concepto de inmunidad de rebaño e insinuando acerca de una reinfección sólo una semana antes, de nuevo dio un giro a su mensaje.

En cierto sentido, no tenía otra opción. La premisa central de la vacunación es expeditar el logro de la inmunidad de rebaño en la población.
Como lo hicieron ver los autores de la DGB, la inmunidad natural entre los recuperados y la vacunación entre los aún vulnerables, funcionan en concierto, la una con la otra, llevando a la sociedad por encima del umbral de inmunidad de rebaño de toda la población. Al inicio, Fauci estuvo de acuerdo, declarando en una entrevista el 22 de noviembre que, “si usted logra que una mayoría abrumadora de gente esté vacunada con una vacuna altamente eficaz, podemos llegar razonable y rápidamente a la inmunidad de rebaño, que sería un manto de protección para el país.”

En cosa de pocos días, la retórica de Fauci cambió, alejándose aún más de la reinfección y hacia promover la eficacia a mediano plazo de la inmunidad después de la vacunación. El 27 de noviembre, le dijo a McClatchy News: “De lo que sabemos acerca de la duración de la inmunidad a este momento, me sorprendería si resultara ser de 20 años, pero, también, me vería sorprendido si fuera de menos de un año.
Pienso que, probablemente, será de más de un año.” Pocos días después, Fauci le dijo a Fox News que el país lograría a inmunidad de rebaño una vez que alrededor de un 70% recibiera la vacuna.

LUEGO LAS REGLAS CAMBIARON

Enfrentado con presiones políticas crecientes para relajar las cuarentenas y otras medidas INF ante el inicio de la vacuna, Fauci empezó a lanzar nuevas razones para expandir su duración. En una ahora notoria entrevista con Donald McNeil del New York Times, el 24 de diciembre, Fauci impulsó su umbral para la inmunidad de rebaño hacia un 90%. Las metas menores del mes anterior, insistió ahora, eran parte de una mentira noble para coaccionar al público a mayor cumplimiento con sus propias directrices: “Cuando las encuestas dijeron que sólo alrededor de la mitad de los estadounidenses se pondría la vacuna, yo estaba diciendo que la inmunidad de rebaño tomaría entre un 70 a un 75 por ciento. Luego, cuando nuevas encuestas dijeron que el 60 por ciento o más se la pondría, pensé, ‘puedo elevar esto un poquito,’ así que llegué a un 80, 85.”

En todo este período, la discusión pública alrededor del Covid-19 se reenfocó en el surgimiento de nuevas variantes de la enfermedad, causado por mutaciones en curso del virus original. Por igual cambió el mensaje de Fauci, de nuevo enfocándose en el asunto de reinfecciones con un mensaje claro de minimizar el riesgo. Este es el argumento que le transmitió al gobernador de California, Gavin Newsom, en una breve conferencia en línea el 31 de diciembre del 2020. La nueva variante británica, insistió él en aquel momento, “no parece que evada la protección que es asequible con los anticuerpos que producen las vacunas… la gente que ha sido infectada no parece que se vuelva a infectar por eso.”

A pesar de lo anterior, con cada nueva cepa el mensaje de Fauci continuó cambiando. Para mediados de febrero, como se hizo ver arriba, de nuevo él estaba planteando el espectro de reinfección por la nueva variante sudafricana, como pretexto para mantener vigentes las órdenes de usar mascarillas y el distanciamiento social, incluso después de la vacunación. Fauci también dio un giro alejándose de establecer metas de umbrales de inmunidad de rebaño, cuando los números de vacunaciones se elevaron rápidamente a principios de la primavera. El 15 de marzo del 2021 dijo en conferencia de prensa de la Casa Blanca que “no deberíamos tener una fijación con este elusivo número de la inmunidad de rebaño” y, en vez de ello, sólo deberíamos enfocarnos en vacunar tanta gente como sea posible.

El intercambio de Fauci con Rand Paul acerca de la posibilidad de reinfecciones tomaría lugar después en esa misma semana, cuando aquel, de nuevo, se involucró en una especulación sin base, sustentada en evidencia que surge acerca de la variante surafricana. En tanto que los arriba citados estudios de esta variante documentaron o infirieron la posibilidad de reinfección, ninguno apoyó la afirmación de que eso fuera común o extendida.

Excepto que la descripción que de ellos hizo Fauci no ofreció ese detalle. En vez de eso, le brindó a Paul una generalización indiscriminada en la audiencia del 18 de marzo del 2021. El día siguiente insistió en la especulación exagerada, diciéndole a CNN, “Me temo, si la gente escucha lo que dice Rand Paul, y le cree, y usted tiene una persona mayor que ha sido infectada, y deciden, ‘Bueno, Rand Paul dice que no usemos mascarilla,’ así que no lo hacen. Ellos podrían volver a infectarse y entrar en problemas.”

En sólo un año, los mensajes de Fauci acerca de la reinfección e inmunidad de rebaño ahora ha mutado a través de docenas de variantes propias, cada una alineada convenientemente con sus mensajes políticos del momento. Aunque la reinfección proveniente de nuevas cepas continúa siendo una avenida de investigación y estudio, la evidencia que actualmente tenemos sugiere que permanece siendo poco común.
Eso no ha detenido a la “principal autoridad en enfermedades infecciosas” de Estados Unidos de involucrarse en una especulación salvajemente irresponsable desde un escenario nacional, aunque invariablemente apelando al alarmismo como pretexto para continuar las mismas políticas fallidas de cuarentenas, que, a la fecha, ha estado promoviendo por más de un año.

Phillip Magness es investigador sénior en el American Institute for Economic Research. Es autor de numerosos trabajos acerca de historia económica, impuestos, desigualdad económica, la historia de la esclavitud y la política educativa en los Estados Unidos.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.