Una buena lección aclaratoria de este tema económico, ante nuevas teorías que buscan justificar la irresponsabilidad en el gasto gubernamental y la emisión monetaria.

LA TEORÍA MONETARIA MODERNA: NADA NUEVO BAJO EL SOL

Por Nicolás Cachanosky
The Library of Economics and Liberty
1 de marzo del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como nicolás cachanosky the library of economics and liberty monetary March 27, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

¿QUÉ ES LA TEORÍA MONETARIA MODERNA?

El término “moderna” probablemente no es la mejor escogencia de palabras en la Teoría Monetaria Moderna (TMM), pues implica que hay algo nuevo en la TMM. Como lo señalan muchos críticos de la TMM, buscar algo nuevo en la TMM es un ejercicio sin sentido. No hay nada nuevo por encontrar. Paul Krugman [1], Lawrence H. Summers [2], y Kenneth Rogoff [3], son tres economistas renombrados que no lanzaron sus puñetazos al evaluar la TMM. Aun así, la ausencia de novedad y fuertes reacciones adversas no han detenido la popularidad creciente de la TMM, en especial entre hacedores de políticas inclinados hacia el progresismo. ¿Por qué eso?

Para entender esta situación, es importante, primero, aclarar lo que es y no es la TMM. Al menos, como entiendo esta teoría, el término “moderna” en la TMM no se refiere a algo nuevo o novedoso, sino a la forma de hacer política monetaria en el mundo moderno. Esto es, el término moderna se refiere a una época que empieza con el abandono de los restos de patrón oro en 1971. “Moderna” se refiere a la plena adopción del dinero fiduciario; no es una referencia a un nuevo modelo o teoría. Podemos estar de acuerdo en que la adopción del dinero fiduciario cambia las reglas del juego en la formulación de la política, pero estar en desacuerdo con las implicaciones de ese cambio en el régimen monetario.

El hecho de que los bancos centrales emiten dinero fiduciario significa que ellos no tienen una obligación de darle oro u otro activo a cambio de las notas bancarias. Por tanto, si el gobierno puede emitir deuda denominada en su propia moneda, los bonos del tesoro pueden ser pagados con expansión monetaria sin riesgo alguno de default. Aún más, no hay limite a cuánta deuda puede emitir el Tesoro. En consecuencia, no existe límite a cuánto puede aumentar el gasto gubernamental. No hay riesgo inflacionario al monetizar el déficit. Debido a que este país emite una moneda universal de reserva, su demanda es ilimitada.

Esta es, en resumen, la tesis de la TMM. Suponga que un país puede emitir deuda denominada en su propia moneda. En ese caso, las condiciones del mundo moderno significan que el gobierno puede aumentar su gasto sin límite alguno. La conclusión de la TMM de que la creación de dinero es un almuerzo gratis, ha sido seriamente cuestionada por la profesión de la economía. Las conclusiones de la TMM parecen ser más mágicas [4] que reales. No sorprende que los hacedores de política orientados al progresismo están encariñados con la TMM. Esta teoría promete que pagar por programas grandes, como el Nuevo Trato Verde, está libre de problemas económicos.

NADA NUEVO BAJO EL SOL I: EL MODELO

Uno de los problemas de la TMM es su ausencia de claridad, en especial al tratar de explicar por qué sus predicciones osadas son consistentes, aún si no autoevidentes y en contradicción con la profesión en general. Esta ausencia de transparencia dificulta identificar la singularidad de la TMM. Una forma de destacar su peculiaridad es reformulando la TMM en términos de los modelos económicos estándares.
Al hacerlo, cualquier diferencia entre la TMM y modelos o teorías bien conocidos, debería ser evidente. Hasta el momento, la TMM no ha hecho ese ejercicio. El punto no es tanto acerca de tener un modelo matemático per se, sino construir uno como forma para llevar claridad y hacer consciencia de lo que significa la TMM. Si se encuentra que la TMM es confusa por una gran audiencia de economistas profesionales, como parece ser el caso, entonces, el problema no es con la audiencia, sino con la TMM.

De hecho, ya tenemos modelos y teorías que ofrecen las mismas predicciones que la TMM. Los viejos modelos keynesianos, como los de lS-LM y la cruz keynesiana [Nota del traductor: IS-LM representa el equilibrio entre el ahorro y la inversión o del mercado de bienes, y LM representa la oferta y demanda de dinero o del mercado monetario, que, en conjunto, describen el equilibrio de los mercados reales y monetarios en una economía. A su vez, la cruz keynesiana es la representación del equilibrio del gasto agregado y la oferta agregada], predicen la posibilidad de un aumento en la demanda agregada sin afectar el nivel de precios. Estos modelos alcanzan esta predicción al suponer que el nivel de precios es una constante (el nivel de precios no es parte del modelo) debido al gran número de recursos ociosos. La TMM llega a la misma conclusión, al asumir una demanda infinita de dinero. Dejando de lado los méritos y deméritos de los modelos keynesianos, la TMM falla en ofrecer una diferencia significativa. Considere, por ejemplo, lo que implica el supuesto de una demanda de dinero infinita para el modelo de la TMM. Suponer una demanda infinita de dinero significa que el nivel de precios es estable, aún si la expansión monetaria se da bajo condiciones de pleno empleo.

Además, la simple característica keynesiana de la TMM no opera en su favor. La estabilidad en el nivel de precios de estos modelos depende de condiciones muy particulares, como un gran número de recursos ociosos. Sin embargo, al aproximarse una economía al pleno empleo, es de esperar la inflación. Cuando se les presiona en esta situación, los promotores de la TMM reconocen que puede ser un problema en el límite. En ese caso, la política fiscal (impuestos) debería usarse para controlar la inflación. Este paso hacia atrás hace que la TMM se parezca a los modelos keynesianos simples, con una nueva carátula. La alternativa es que la TMM es una teoría que mantiene el supuesto indefendible de que no existe escasez de recursos.

El reconocimiento de la TMM de que la inflación puede ser un problema no es un detalle sin importancia. Significa que la predicción de la TMM es contingente a las condiciones económicas presentes, en vez de supuestos universales. No obstante, reconocer esta contingencia hace una diferencia entre el episodio keynesiano de los años treinta y la TMM. La revolución keynesiana ocurrió durante la Gran Depresión, época en que el supuesto de alto desempleo era apropiado. También, era una época de gobiernos más pequeños y niveles menores de deuda pública que los niveles que hoy en día vemos. Son embargo, la TMM emergió en un contexto cercano al pleno empleo y con gobiernos ya grandes con una deuda mayor sobre sus hombros.

Es el caso que, en contraste con la época de la Teoría General de Keynes, hoy los bancos centrales emiten dinero fiduciario irredimible. Sin embargo, no se deduce que la posibilidad de monetizar los déficits sea un almuerzo gratis. La conclusión de la TMM no se deduce de sus propias premisas. Si fueran correctas las predicciones de la TMM, esperaríamos ver que las tasas de inflación se reduzcan en países que emiten una moneda de reserva mundial. Sin embargo, sabemos que esto no ha sucedido. Países como Estados Unidos han visto aumentos, en vez de una caída, en la tasa de inflación con la adopción de dinero fiduciario.

La TMM no parece ofrecer algo significativamente diferente de los simples modelos keynesianos. Sin embargo, tan problemáticos como estos puedan ser, los modelos keynesianos simples se desarrollaron teniendo en mente las condiciones económicas presentes en aquella época. La TMM parece asumir condiciones iniciales irreales. Aún si fuera teóricamente consistente, la admisión de que la inflación puede ser un problema, significa que la TMM es inaplicable en épocas actuales.

NADA NUEVO BAJO EL SOL II: LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA TMM

No es un misterio la atracción política de la TMM. Esta idea promete deshacerse de la etiqueta del costo de los proyectos gubernamentales grande, como el Nuevo Trato Verde, cuido de la salud y educación gratuitos para todos, o cualquier tipo de programa de pleno empleo. La TMM es un evangelio [5] para los hacedores de políticas que favorecen los planes de un gobierno grande. Para ellos, la TMM significa que no existe restricción presupuestaria. El límite lo es sólo su propia imaginación y cualquier oposición de otros partidos políticos. No debe sorprender que esta descripción le parece familiar. Una vez más, la TMM le ofrece un paralelo al episodio keynesiano.

La TMM no es sólo conocida por sus predicciones osadas. También, es conocida por su retórica confusa, opaca, y contradictoria. [6] Cualquiera familiarizado con la Teoría General de Keynes probablemente recordará qué tan confusa, opaca y contradictoria es. Sin embargo, para quienes hacen las políticas, tal confusión semántica mostró ser un activo en vez de una limitante. La Teoría General de Keynes brindó una plataforma ideal [7] (o excusa) para embarcarse en un proyecto de gobierno grande.

John Maynard Keynes, un renombrado profesor británico, descubrió una idea económica oscura que justificaba la ejecución de programas gubernamentales grandes. Keynes no brindó sólo un apoyo teórico para los impulsores del gran gasto; también les dio apoyo psicológico. El éxito de la visión keynesiana del mundo se debió en parte a una combinación de un mandato moral y la conveniencia política de abrazar las ideas de Keynes. En el largo plazo todos estamos muertos, dijo Keynes famosamente; por tanto, es inmoral sentarse y esperar a que el libre mercado finalmente se corrija a sí mismo. El gobierno tiene la capacidad y obligación moral de actuar cuando el mercado falla.

Asumir el fundamento moral elevado de que el gobierno “debe hacer algo” durante una crisis, significa que las limitaciones teóricas de las teorías de Keynes y la TMM se hacen menos relevantes. Debido a que el argumento moral tiene precedencia, quienes se oponen a un programa de gasto extenso o las ideas de la TMM, deben ser o ideológicamente ciegos o están protegiendo sus propios intereses. La reciente defensa de James Galbraith [8] de la TMM es un ejemplo de esta situación. Tal vez, el hecho de que la defensa de la TMM deba acudir a este tipo de estrategia ad hominem [9], es indicativo de sus problems de inconsistencia. Este el argumento retórico que rodea las políticas de la TMM. El gobierno tiene un mandato moral de crear empleos o salvar al ambiente. Y la TMM brinda un descubrimiento teórico que abre los ojos, que sólo quienes los pueden entender (o que lo quieren) pueden verlo.

El área de la Elección Pública ofrece una literatura extensa que explica cómo y por qué políticas mal diseñadas llegan a ser abrazadas por los hacedores de políticas. Es una característica frecuente en la historia económica, que muchas conclusiones económicas bien establecidas entren conflicto con las ambiciones de los hacedores de políticas. Evitar salarios mínimos, aceptar el libre comercio y la inmigración pacífica, e impuestos bajos y simples, son sólo algunos ejemplos de qué tan lejos está el mundo político de la economía básica. Tal vez, el abrazo rápido y entusiasta de los hacedores de políticas inclinados hacia el progresismo a la TMM, debería leerse como un signo de advertencia, en vez de una oportunidad perdida de embarcarse en proyectos faraónicos.

NADA NUEVO BAJO EL SOL III: LA EVIDENCIA HISTÓRICA

Otra característica destacada de la TMM es su tono especulativo. La TMM predice qué sucedería bajo ciertas condiciones si se ejecuta una política específica. Explicar lo que realmente pasó parece ser menos relevante. Esto edifica cierta tensión entre los registros históricos y las predicciones de la TMM.

Parece ser inútil señalar qué países sufrieron o han sufrido inflación como prueba de las inconsistencias de la TMM. La razón es que estos países no dan muestras de las condiciones requeridas para que se abrace la TMM. Esto es, ya sea que ellos no pueden emitir deuda en su propia moneda, o que no emiten una moneda de reserva universal. Tome el caso de Argentina, que ha estado sufriendo altas tasas de inflación por más de una década. Argentina no puede emitir deuda denominada en pesos, y su moneda no es demandada por el resto del mundo. Incluso no es un buen almacén de valor para los argentinos. La inflación argentina no ofrece evidencia conflictiva debido a que las precondiciones requeridas no están presentes. Y esta es la situación de cualquier país con inflación elevada. Suponga que uno fuera a contrastar la TMM con la experiencia del mundo real. En ese caso, uno puede encontrar, ya sea que la evidencia está presente en países que no se ajustan a los requisitos de la TMM, o que los países que dan muestras de los requisitos de la TMM, pero que no ponen en práctica políticas de la TMM. Sea como sea, no existe un desafío empírico a la TMM.

Pero, la ausencia de evidencia empírica relacionada con la predicción de la TMM cambia significativamente si revisamos la pregunta del párrafo previo. En vez de preguntar si los países con alta inflación contradicen las predicciones de la TMM, deberíamos preguntar si la TMM no es la razón por la que esos países están adonde están hoy. Al cambiar el enfoque de la pregunta desde las condiciones presentes a las políticas pasadas, el registro histórico se hace más iluminativo. Estos países llegan a ser economías con problemas (alta inflación e incapaces de emitir deuda en su propia moneda) al seguir lo que podemos llamar las “ideas de la TMM.” América Latina [10] puede considerarse un experimento de tamaño continental de los resultados de políticas inspiradas en la TMM. Países como Argentina [11] no son un desafío a la TMM porque sufren de inflación si imprimen demasiado dinero, sino porque las políticas del tipo de la TMM son las razones de porqué llegaron a su situación actual. La visión histórica es importante para evitar una mala lectura de la evidencia empírica. La experiencia de países como Argentina es relevante, pues llegó a perder los requisitos de la TMM precisamente porque adoptaron las ideas de la TMM.

CONCLUSIONES

La TMM ha sido abrazada entusiastamente en algunas esquinas del mundo político. No será una sorpresa si su popularidad aumenta en el corto plazo. La TMM ofrece un evangelio conveniente y una herramienta retórica para los programas de gran gasto favorecidos por la administración del nuevo gobierno.

La reacción teórica hacia la TMM en un espectro amplio de economistas no es porque esta teoría tiene complicaciones. Podría parecer que la profesión de la economía ha sobre reaccionado ante la TMM. Después de todo, no hay una teoría clara o idea novedosa a la cual responder. La razón de esa reacción crítica es porque, lejos de ser una política de un almuerzo gratis, adoptar la TMM sería jugar con fuego. [12] En cuanto al incremento en popularidad de la TMM, podemos concluir lo opuesto, que la reacción crítica no ha sido lo suficientemente fuerte.
Parafraseando a George Selgin, [13] la TMM es demasiado buena como para ser cierta, aunque es una teoría muy atractiva para los hacedores de políticas.

NOTAS AL PIE DE PÁGINA

[1]
Krugman, Paul (2019). “Running on MMT” (Wonkish). The New York Times. 25 de febrero.
[2] Summer, Lawrence H. (2019). “The Left’s Embrace of Modern Monetary Theory is a Recipe for Disaster.” The Washington Post. 4 de abril del 2019.
[3] Rogoff, Kenneth (2019). Modern Monetary Nonsense. Project Syndicate. 4 de marzo.
[4] Cochrane, John (2020). Marginal Monetary Theory Full Review. The Grumpy Economist. 5 de julio.
[5] Lemieux, Pierre (no disponible). MMT Gospel : Is This Time Different?. Library of Economics and Liberty, 3 de febrero del 2020.
[6] Bisin, Alberto (2020). Book Reviews. Journal of Economic Literature 58 (4): 1197-1201.
[7] Buchanan, James M. y Richard E. Wagner (1977[2000]). The Collected Works of James M. Buchanan: Vol. 8 Democracy in Deficit. Library of Economics and Liberty. Indianapolis: Liberty Fund.
[8] Galbraith, James K. (2020). Who’s Afraid of MMT? Project Syndicate. 23 de diciembre.
[9] Cachanosky, N. (2021) Galbraith Offers a Poor Defense of MMT. American Institute for Economic Research. 16 de enero del 2021.
[10] Edwards, Sebastian (2019). Modern Monetary Theory: Cautionary Tales from Latin America. Economic Working Paper 19106. Hoover Institution.
[11] Cachanosky, N. (2019). What Should Modern Monetary Theory Learn from Argentina? American Institute for Economic Research. 27 de marzo del 2019.
[12] Yang, Ethan (2020). Modern Monetary Theory is Playing with Fire. American Institute for Economic Research. 8 de agosto del 2020.
[13] Selgin, George (2019). “The Modern New Deal That’s Too Good to be True. “Alt-M: Ideas for an Alternative Monetary Future. 8 de febrero del 2019.

Nicolás Cachanosky es Profesor Asociado de Economía en el Departamento de Economía de la Metropolitan State University of Denver (MSU Denver), compañero sénior del American Institute for Economic Research (AIER), y coeditor de la revista Libertas: Segunda Época.

Traducido por Jorge Corrales Quesada