Un comentario muy interesante de la galardonada y prestigiosas escritora Naomi Wolf, representante de la llamada tercera ola del feminismo y estudiosa de las teorías de la conspiración. Uno puede estar en desacuerdo con aspectos de sus apreciaciones, pero vale la pena prestar atención a sus opiniones.

¿EL FINAL DE LOS ESTADOS UNIDOS?

Por Naomi Wolf
American Institute for Economic Research
19 de marzo del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como naomi wolf institute for economic research end March 19, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

En el 2008, escribí un libro, The End of America: Letter of Warning to a Young Patriot. Advertí, basada en mi estudio de la clausura de las democracias en la historia del siglo XX, que Estados Unidos necesitaba estar alerta ante un deslizamiento hacia el totalitarismo.

Advertí que tiranos potenciales, ya fueran de la izquierda o la derecha, siempre usan un mapa para clausurar las democracias, y que siempre toman los mismos diez pasos. Ya sea con un “invoquemos una Amenaza Interna y Externa,” “Creemos una Casta de Matones,” “Hagamos un Blanco de la Prensa,” o el paso final, “Suspendamos la Regla de la Ley,” esto pasos son siempre reconocibles; y siempre funcionan para aplastar las democracias y establecer tiranías. Al mismo tiempo, la “amenaza global” del terrorismo fue el espectro que los poderes invocaron para atacar nuestras libertades.

El libro fue ampliamente leído y discutido, tanto al momento de su publicación como en los últimos 12 años. Periódicamente, durante la última década, la gente me preguntaba si ya habíamos llegado al “Paso Diez.”

Nosotros -mi aguerrida editora, Chelsea Green, y yo- ahora estamos publicando gratis el primero y último capítulos de The End of America, en el 2021, y estoy llamando a la secuela de ese libro, que ahora estoy escribiendo, Step Ten ̶ pues a marzo del año pasado, de hecho, y me entristece decirlo, arribamos y empezamos a habitar en el Paso Diez de los diez pasos del fascismo.

Aunque en el 2008 no preví explícitamente que una pandemia médica sería el vehículo que movería a todo el mundo hacia el Paso Diez, en algunos momentos he advertido acerca de los peligros de las crisis médicas como vehículos que la tiranía puede explotar para justificar supresiones de los derechos civiles. Hoy, una crisis médica muy promocionada ha asumido el rol de usarse como pretexto para despojarnos de nuestras libertades esenciales, algo que, en última instancia no lograron los temores al terrorismo.

En el 2015, advertí que las enfermedades infecciosas podrían usarse como justificación para dar lugar a una supresión de libertades, siempre bajo el disfraz de medidas de emergencia. En el 2109, en un libro de los míos, Outrages: Sex, Censorship and the Criminalization of Love, mostré cómo las epidemias de enfermedades infecciosas, como el cólera y la tifoidea, habían sido explotadas en el siglo XIX por el estado británico para aplastar libertades e invadir la privacidad de la gente; escribí acerca de cómo los primeros movimientos antivacunas surgieron entre los padres británicos en el período victoriano. Ese libro fue inicialmente cancelado, y su mensaje de advertencia ha sido continuamente atacado.

Pero, ese libro fue profético. Al principio de marzo del 2020, por supuesto, se anunció una pandemia global: el Covid-19.

Inmediatamente después del anuncio y la narrativa de esa pandemia, la mayoría de los elementos de un totalitarismo encerrado de 360 grados se había puesto en vigencia en la mayoría de los países de Occidente, incluso en los que habían sido democracias robustas. Todo ello sucedió muy rápida y extensamente.

En los Estados Unidos ahora tenemos:

1. Medidas de emergencia en muchos estados, que suspenden el proceso debido de la ley. Este es el distintivo de un estado policíaco. El Covid-19 es invocado como la razón para la introducción de leyes de emergencia ̶ pero no existe un punto final de levantamiento de estas leyes de emergencia.

2. Los cierres de escuelas, que rompen el contrato social con la generación siguiente.

3. Leyes que están pasándose de “pasaportes de vacunas,” que ignora la Cuarta Enmienda de la constitución, al permitir al gobierno y empresas Grandes Tecnológicas entrometerse en la privacidad médica y crear un estado de vigilancia digital extendido.

4. Cierres obligatorios de negocios. Al intervenir directamente en la economía y permitir que ciertos negocios florezcan (Amazon, Wal-Mart, Target) a expensas de pequeñas empresas, tiendas de la calle principal, restaurantes y negocios de un único propietario, en general, el Estado ha fusionado al gobierno y las corporaciones de una forma característica del fascismo italiano, o del comunismo chino moderno. (En efecto, el hecho que las acciones de tecnología se elevaran en un 27% en un cuatrimestre de la pandemia, muestra un impulsor de esta guerra contra las libertades humanas y la sociedad humana: cada minuto que los seres humanos pasan en un aula, el bar o restaurante, o una iglesia o sinagoga, es tiempo que las compañías pierden dinero al no ser capaces de cosechar esos datos. Las políticas del Covid, impulsadas por una “Respuesta al Covid-19” -de compañías tecnológicas- aseguran que a los humanos no se les permita conectarse excepto por plataformas por vía digital. La razón es la ganancia, así como el control social).

5. Restricciones a reuniones. Algunos estados como California están multando a gente por visitar a sus amigos en sus hogares, y haciendo ilegal que los niños hagan reuniones de juegos con sus amigos. En un momento dado, Massachusetts restringió reuniones de más de diez personas, obligando a sinagogas e iglesias a permanecer cerradas, a pesar de una resolución de la Corte Suprema de Justicia en contra de estados que obligaban al cierre de iglesias. Los parques, campos de juegos y playas han sido cerrados. En países como Gran Bretaña, la gente es multada por dejar sus casas para hacer ejercicio diario durante más de una hora.

6. Coberturas faciales obligatorias. En Massachusetts, la gente es multada si no está usando mascarillas al estar fuera de su casa ̶ incluso niños tan jóvenes como cinco años de edad son obligados a hacerlo por ley. De nuevo, la orden no ha sido sustentada en estudio revisados por colegas mostrando la necesidad médica; y no hay un punto final proferido para estas violaciones extraordinarias de la libertad personal.

7. Supresión de la libre expresión. Las Grandes Tecnológicas están censurando a críticos de las políticas del Covid y las políticas de vacunas, así como censurando puntos de vista que están en la mano derecha del espectro político. “Incitación,” palabra que tiene un largo historial en el siglo XX para cerrar la libre expresión, se ha usado como arma por la izquierda para silenciar las libertades de expresión de la Primera Enmienda. En otras formas de censura y administración de la expresión y debate público, magnates como Bill Gates han estado financiando importantes medios, con millones de dólares dirigidos a la “educación ante el Covid.” Como resultado, las voces disidentes son marginalizadas y objeto de avergonzamiento, o incluso amenazadas con acción legal o pérdida de empleos.

8. La ciencia ha sido secuestrada en los intereses del “biofascismo.” Al financiar fuertemente a comentaristas científicos, como el Dr. Fauci en Estados Unidos, el Imperial College y SAGE en el Reino Unido, el Dr. Christian Drosten en Alemania, se han asegurado de partidarios acreditados para un conjunto dominante de políticas y pronunciamientos acerca del Covid que benefician a un pequeño grupo de malos actores ̶ notoriamente intereses tecnológicos y farmacéuticos, actuando en concierto con gobiernos. Pero, cuando otros científicos o instituciones buscan el debate o la transparencia, son amenazados con pérdidas de empleos o atacados en su reputación, como es el caso del Dr. Simon Goddeke de Holanda, a quien su universidad le dijo que se mantuviera tranquilo, cuando desafió los fallidos protocolos de pruebas PCR para el Covid.

9. Se han secuestrado datos para servir los intereses de este biofascismo. Esta manipulación de la verdad, que vislumbré en The End of America, es típica de censores soviéticos. Plataformas acerca del Covid, como Covid19tracking y la Universidad Johns Hopkins, financiados por tecnócratas como Michael Bloomberg, producen datos no verificables acerca del Covid que directamente afectan los mercados de valores.
De nuevo, si bien esta fusión anti estadounidense de los intereses corporativos y la política pública, es reminiscente del fascismo italiano, el giro brindado por la presentación de datos digitales y su relación con el mercado de valores es muy del siglo XXI.

10. Ataques a minorías religiosas. La comunidad judía ortodoxa en Brooklyn, y las iglesias cristianas en California, han sido blanco de penalización si ellas no siguen las reglas acerca del Covid ̶ una singularización de la religión característica de políticas comunistas de la izquierda, en especial en China.

11. Se ha introducido y vigilado políticas que debilitan los lazos entre seres humanos y debilitan a la familia. Este es el desarrollo más serio de todos.

El nuevo biofascismo en Occidente, en mucho impulsado por los líderes de las Grandes Tecnológicas, y pronto a ser explotado geopolíticamente por nuestros enemigos, es una guerra contra seres humanos libres y contra las cualidades que nos hacen humanos.

Las mascarillas quiebran la habilidad de los seres humanos para crear lazos cara a cara y disfrutar del contacto humano, sonrisas y chistes.
Las masacrillas disminuyen la efectividad de la “tecnología” humana, al dificultar “leernos” el uno al otro y recolectar las señales sociales.
Prohibir reuniones nos impide que formemos alianzas sociales contra esos intereses monstruosos. También, prohibir reuniones humanas impide que surjan nuevas culturas, nuevos héroes y nuevos modelos de hacer negocios. Todos estamos estancados con el Rolodex [Nota del traductor: archivo rotativo usado para almacenar información de contactos comerciales] y las ideas que teníamos en marzo del 2020.

Obligar a los niños a guardar distancia en las escuelas y que usen mascarillas aseguran que una generación de estadounidenses no sepa CÓMO formar alianzas humanas, y no confíen en sus propios instintos humanos. Esas son técnicas de entrenamiento contrarrevolucionario.

Trasladar todo el aprendizaje a un aprendizaje por plataformas a larga distancia (ya preparadas) asegura que los niños no sepan cómo comportarse en el espacio humano, un espacio no mediatizado por la tecnología.

Muchas políticas por el Covid parecen diseñadas para asegurar que los seres humanos ya no tendrán más un espacio “análogo” o que quede una cultura “analógica” ̶ no hay forma de sentirse confortable simplemente reuniéndose en una habitación, tocándose el uno al otro como amigos o aliados, o de estar juntos.

Finalmente, llevar toda la interacción humana a Zoom no sólo es una manera de cosechar toda nuestra tecnología, secretos empresariales o dirección IP ̶ es una forma de asegurarse que la intimidad y la conexión en el futuro sean hechas en línea y eso asesinará el contacto humano cara a cara.

¿Por qué esto? ¿Por qué desarrollar políticas que penalizan, dificultan y restringen el contacto humano en espacios analógicos (sin vigilancia, sin mediación)?

Porque el contacto humano es la gran fuerza revolucionaria cuando tiene que ver con la libertad y resistencia humana a esta forma de biofascismo generalizado -el biofascismo de la Nueva Normalidad- el Paso Diez médico-fascista.

Ahora, permítame recapitular del año 2008, y leerle mi introducción a The End of America, así como la advertencia hecha al final de ese libro.
[Ello puede encontrase en naomi wolf institute for economic research end March 19, 2021.]

Por desgracia su mensaje nunca ha sido más oportuno. Esta vez, las amenazas a la libertad justificadas antes por el terrorismo, se han revestido en trampas de la pandemia médica.

Pero, en esta ocasión no sólo enfrentamos una guerra contra la libertad. Esta vez encaramos una guerra contra los seres humanos, y todo lo que nos hace humanos.

Naomi R. Wolf, compañera visitante sénior del American Institute for Economic Research, es autora de ocho éxitos de venta de literatura de no ficción del New York Times. Ella recibió su licenciatura en artes en literatura estadounidense en la Universidad de Yale. Naomi fue Académica Rhodes en New College y recibió su doctorado en literatura inglesa en Oxford.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.