Hay muchas cosas por mejorar, pero eso no debe hacernos pensar que todo está mal, y ese resultado del esfuerzo humano debe ser celebrado.

EL MUNDO IGNORANTE Y QUÉ HACER AL RESPECTO

Por Joakim Book
American Institute for Economic Research
25 de abril del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como joakim book institute for economic research ignorant April 25, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

Un fantasma recorre al mundo occidental ̶ el fantasma de un entendimiento groseramente errado acerca del mundo.

Niños británicos tienen pesadillas acerca del clima. La mitad de los franceses que respondieron, piensa que es posible que el cambio climático cause “la extinción de la raza humana.” Maestros estadunidenses acurrucan a alumnos que tienen ataques de pánico cuando se desatan incendios forestales con furia en alguna parte del planeta. La eco ansiedad claramente ha atrapado al mundo occidental, pero, lo que es peor, la mayoría de la gente tiene un panorama desolador de todo progreso de la humanidad, no sólo del cambio climático.

Debido a que los cambios lentos pasan sin ser notados, y debido a que los humanos usan atajos mentales para entender al mundo, terminamos con una visión burdamente mal informada acerca de lo que es. El desaparecido Hans Rosling, el profesor sueco de salud internacional, que la mayoría de nosotros conoció como el hombre excitado en YouTube (aquel que explica el progreso del mundo con burbujas y bloques gigantescos), dedicó su vida a desbaratar esas malas percepciones. La Fundación Gapminder, que ahora acarrea su legado, escribe,

“Nuestras encuestas acerca de la ignorancia han mostrado que el público en general está equivocado acerca de muchos hechos globales básicos. Hay estadísticas globales confiables para cada casi todo aspecto del desarrollo global, pero, esos números no se transforman en un entendimiento popular debido a que emplear y enseñar estadísticas es aún demasiado difícil.”

Rutinariamente, Gapminder hace 12 preguntas (algunas veces con una decimotercera acerca de temperaturas globales, que la mayoría de la gente tiende a responder correctamente) acerca de cambios básicos, no controversiales, del desarrollo global ̶ preguntas de elección múltiple acerca de cosas como cambio demográfico, cuántas muchachas en países pobres terminan la escuela primaria, y qué ha sucedido con la pobreza extrema durante los últimos veinte años.

Los resultados son terribles, pero no es un asunto de ignorancia. Si la gente genuinamente no lo supiera, tan sólo escogería al azar la respuesta correcta un tercio de las veces: este es el umbral del chimpancé. En vez de eso, el humano promedio logra responder correctamente 2.2 respuestas. El resultado para algunas preguntas, como la expectativa de vida global (¿50, 60, o 70?), debería asustarnos más que cualquier visión sombría acerca del cambio climático. Habiéndose más que duplicado desde 1900, las mejoras globales en los últimos cuarenta años parecen simplemente haber sido dejadas de verse por la mayoría de la gente inteligente. Entre estudiantes y facultades de las mejores universidades, menos de uno en cinco obtuvo esto correctamente ̶ incluso laureados con el Nobel tienen un desempeño menor que los chimpancés. Los grupos con el peor desempeño fueron los sindicalistas suecos (10% logró las respuestas correctas) y los maestros noruegos (7% correcto). En una conferencia inolvidable, Rosling exclamó animadamente “¡¿Qué demonios les están enseñando a los muchachos?!

En tan sólo esa frase descansa mucho del problema acerca de nuestra continua mala información acerca del mundo.

La cobertura mediática nos inunda con un flujo constante de catástrofes desde una a otra parte del mundo, mientras que deja de ver los grandes no acontecimientos del mundo. Cuando super huracanes matan a 128 personas, en vez de los cientos de miles que solían o habrían matado, ni siquiera escuchamos acerca de ellos. Cuando cientos de miles de personas salen de la pobreza extrema diariamente, todos los días, eso ya no vale la pena como noticia. El resultado es, hace ver Gapminder, que “la gente termina cargando un saco de hechos obsoletos que usted obtuvo en la escuela (incluso conocimiento que, a menudo, ya era obsoleto cuando se adquirió en la escuela).”

Contrarrestar eso requiere información y un marco actualizado para pensar acerca del mundo. Para abrazar la noción de que las cosas mejoran gradualmente -no que empeoran- cuando nosotros resolvemos más problemas, inventamos mejores cosas, y llevamos más gente al mercado global. El rendimiento de esa mentalidad optimista (Rosling prefiere la palabra “posibilista”) no requiere más que aceptar que los “hechos son mejores que los mitos ̶ en especial para entender al mundo.”

NO DESINFORMARÁS

Decir que el mundo está mejorando no es ser complaciente con sus problemas. No es ser irracionalmente optimista [“Pollyannaish”] acerca del futuro o creer que desde aquí el único camino es hacia arriba. Es para decir que, en términos netos y con el paso del tiempo, el mundo mejora. Es para decir que el progreso se gana duramente; que es un proceso gradual, con raíces históricas y culturales profundas; que hasta los pequeños cielos que podemos crear en nuestras vidas se combinan para hacer que el mundo entero sea ligeramente menos malo, que como lo era ayer. Yo trabajo para usted haciendo aquello para lo que soy bueno; usted trabaja para mí haciendo lo que usted que es bueno para hacerlo ̶ y los inventores y los empresarios alrededor de todo el mundo se figuran cómo hacer cosas que mejoran nuestras vidas.

Este no es un rumbo predeterminando, y, con certeza casi total, no siempre es hacia arriba. El año pasado vio un retroceso en casi cada cosa que sabemos cómo medir (mortalidad, esperanza de vida, pobreza). El siglo XX vio algunas de las peores atrocidades de la humanidad: guerras mundiales, genocidios, autócratas. Algunas veces el progreso hace pausas, y algunas veces nuestros progresos del pasado dan lugar a nuevos desafíos que todavía deberemos sobrepasar ̶ como la concentración de CO2 en la atmósfera proveniente de carbón y petróleo, que quemamos para un uso (¡grandioso!) como combustible, producción y transporte.

Si bien ese es un desafío global, del cual hablar seriamente acerca de él con nuestros niños, no tenemos que exagerarlo. Imbuirlos de malos augurios errados no le ayuda a nadie. Cuando lo hacemos, no estamos creando la nueva generación para un mundo floreciente, ni siquiera uno fáctico.

Nadie les dijo a esos muchachos que hoy los incendios forestales destruyen menos áreas de lo que solía ser y que antes que llegaran los europeos los bosques en California se incendiaron mucho más. Las muertes por desastres naturales, como aquellos por tormentas, huracanes, e inundaciones, que usualmente asociamos con un empeoramiento por el cambio climático, se han reducido masivamente a lo largo de casi cualquier marco de tiempo, aún cuando somos mucha más gente en el planeta. La mortalidad infantil está cayendo en todas partes alrededor del mundo, y producimos más comida de la que jamás hayamos tenido alguna vez. Ninguna de esas tendencias está próxima a detenerse súbitamente, revertirse, y deshacer el progreso ya logrado.

¿CUÁL ES LA RAZÓN PARA ESTUDIAR CUANDO EL MUNDO ESTÁ COLAPSANDO ALREDEDOR NUESTRO?

Este es un asunto que muchos niños escolares han elevado, tal vez Greta Thunberg con mayor prominencia. El mundo está encaminado hacia un urgente desastre climático, así que, ¿por qué deberían ellos estudiar un futuro que no tendrán?

Una razón sería aprender que el mundo no está colapsando, que las cosas están mejorando ̶ aun cuando la cobertura de la pandemia y el alarmismo del cambio climático parecen sugerir lo contrario. Las desgracias son rápidas y súbitas; el progreso es lento y duro de lograr.
Vivimos vidas más amplias, saludables, seguras, mejores y satisfactorias, con un acceso mejor a casi cualquier cosa que usted se puede imaginar. Hasta el momento, la ingeniosidad humana ha sobrepasado cualquier cosa que un planeta hostil nos haya lanzado o que una mentalidad de declinación haya conjurado.

Por suerte, en medio de este caos, hay al menos una cosa que usted puede hacer: imbuir en su niño, no los peligros del mundo, sino el progreso fáctico del mundo. Esto es lo que está haciendo Tony Morley, compañero de viaje e impulsor prominente del progreso. Dirigido a niños de 6 a 12 años, Morley está reuniendo cientos de historias de una página acerca del esfuerzo, la gente, y la historia asombrosa de cómo los humanos han progresado y mejorado colectivamente nuestros estándares de vida globales. Human Progress for Beginners [Cosas del progreso] busca

“contar la historia dramática de la civilización humana y el camino irregular hacia arriba de estándares de vida mejorados en los últimos 250 años. Desde el umbral de la Revolución Industrial, la civilización ha experimentado el mayor aumento en estándares de vida, prosperidad, y bienestar en la historia de nuestra especie. […] Human Progress for Beginners contará a lectores jóvenes la historia no contada de progreso en un libro brillante y atractivo, algo que nunca se había intentado.”

Los capítulos abarcan las innovaciones que impactaron nuestro mundo: las imprentas, poder del vapor, y máquinas de combustión interna; la historia de los estándares de vida, de luz, y alimento; y del progreso de la literatura, paz y contaminación.

“Un progreso futuro” enfatiza Morley, “no es un progreso completado,” y sin duda nuestro mundo tiene espacio para mejorar. Pero, esa no es razón suficiente para la desesperanza e invocar el espíritu [“zeitgeist”] de fatalidad y pesimismo de una “declinación de la civilización,” “apocalipsis,” o “emergencia climática.” En vez de ello, deberíamos celebrar nuestros logros, incluso en las áreas en que mucha de nuestra gente joven cree que ahora están irrevocablemente destruidas.

Es una noción contraintuitiva y cosa difícil en la cual sumergir nuestra mente, que el mundo puede ser simultáneamente mejor y aún así estar mal en muchas cosas. A nadie le hacemos favores, y mucho menos a nuestros niños, al exagerar uno de ellos, a la vez que se olvida qué tan lejos hemos llegado.

Joakim Book es un escritor, investigador y editor, entre otras cosas, acerca de dinero, finanzas e historia financiera. Posee una maestría de la Universidad de Oxford y ha sido académico visitante del American Institute for Economic Research en el 2018 y el 2019. Sus escritos han aparecido en el Financial Times, FT Alphaville, Neue Zürcher Zeitung, Svenska Dagbladet, Zero Hedge, The Property Chronicle y muchos otros medios. Él es escritor regular y cofundador del sitio libre sueco Cospaia.se, y escritor frecuente en CapX, NotesOnLiberty, y en HumanProgress.org.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.