Un listado apropiado, reseña la opinión del filósofo Jeffrey A. Tucker, de quiénes, al menos en Estados Unidos, fueron los impulsores de las cuarentenas como medidas para mitigar la pandemia. ¿Serán aquellos que la historia responsabilizará por el descalabro provocado?

¿QUIÉNES QUISIERON CUARENTENAS POR LA PANDEMIA?

Por Jeffrey A. Tucker
American Institute for Economic Research
9 de febrero del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como jeffrey a. tucker institute for economic research who wanted February 9, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

En el futuro la gente mirará hacia atrás hacia estos 11 meses y estará muy confundida. ¿Cómo virtualmente el mundo entero podía haber descartado prácticas de libertades civiles, económicas y culturales, por un virus que resistía todo intento de control?

Este virus no es el ébola y ni siquiera nunca se ha aproximado a las tasas de mortalidad asociadas con en el H1N1 de 1918. En alguna medida, no ha sido tan mortal como 1957-1958, cuando apareció un virus y se alejó sin mucha atención pública del todo. Nuevos patógenos son parte de la vida, y no hubo ni hay nada particularmente inusual en este.

La pregunta permanente ahora y por muchos años por venir será: ¿por qué? Todos hicimos la pregunta miles de veces, y nos ha sido hecha el mismo número de veces. Es demasiado prematuro para saberlo, y posiblemente la respuesta será similar a otros acontecimientos épicos en la historia, como la Gran Guerra o la Caída de Roma.

La respuesta a la pregunta de por qué es: por múltiples causas. Aún no estoy preparado para sopesarlas.
Y, a pesar de lo anterior, parece razonable hacer la observación de que muchos grupos y sectores tenían una especie de anhelo por una pandemia. Ellos convirtieron un patógeno extendido y básicamente administrable -con relaciones médico/paciente y precauciones razonables por parte de los vulnerables- y lo convirtieron en base para un pánico global, que tiró por la borda siglos de progreso en el derecho y la libertad.

Entre ellos están:

1. Las compañías tecnológicas que llegaron a estar tan embelesadas con el mundo digital -y en esto podemos incluir a vendedores en línea- que se olvidaron de toda la gente que no puede y no quiere vivir enteramente alejada del mundo físico.

2. Las empresas farmacéuticas con cientos de miles de millones invertidos en laboratorios y círculos de distribución, que querían poner a jugar sus mercancías en medio de emergencias, además de la industria de pruebas PCR.

3. Intelectuales de la salud pública quienes, al menos por una década y media, entraron en un romance con el modelado de la computación y que estaban deseando tratar un nuevo método que mitigara la enfermedad.

4. El mega multimillonario Bill Gates, quien estaba contrariado por los virus de los computadores, que destrozaban su sistema operativo de Windows y, por tanto, desarrolló una pasión por bloquear los virus en general, a la vez que fracasó en comprender la diferencia entre biología y hardware del computador.

5. Funcionarios gubernamentales a quienes les gusta tratar nuevos usos del poder.

6. Empresas mediáticas que viven de los clics y saben con certeza que el pánico público es la mejor forma de garantizar la atención del consumidor, en especial si está encerrado en su casa sin nada más qué hacer.

7. El gobierno chino que estaba supremamente disgustado con las políticas comerciales de la administración Trump y exitosamente troleó a Occidente para que creyera que China rechazó al virus a través de controles totalitarios.

8. Opositores rabiosos de la administración Trump, quienes habían fracasado en sus acusaciones de colusión con Rusia y, después, en el juicio político por una llamada telefónica a Ucrania, se voltearon finalmente a crear un tremendo caos social, económico y político, al exagerar masivamente la severidad de un patógeno viral extendido, lo que en sí se convirtió en metáfora para la infección política que ellos creían que afectaba al país.

9. Sindicatos de maestros de escuelas, que por años habían estado esperando poder hacer una huelga que extrajera paga y beneficios del contribuyente, pero les preocupaba que, al hacerlo, su público se volteara en su contra; para ellos, las cuarentenas fueron la excusa perfecta para encontrar otro camino.

10. Una población de la clase gobernante que ha perdido su proximidad con gente que no puede vivir en sus computadores, se separó crecientemente del flujo de vida tal como existe en el mundo físico y, por tanto, falló en tener empatía con el sufrimiento de otros bajo cuarentena.

Ningún grupo de interés puede haber logrado esto por sí solo. Requería una tormenta perfecta. No tiene que ser una conspiración y mucho menos un complot específico. Sólo requiere que se presente la confluencia exacta de acontecimientos, de forma que promueva la acción y la cooperación.

Puedo agregar un impulso adicional para la pandemia que toca una filosofía general de la vida. El mundo de hoy está rebosando de personas que son consumidas por la ideología. Tienen una percepción de que algo está fundamentalmente equivocado con el mundo y son consumidas por una ardiente pasión por arreglarlo. Anhelan un gran cambio, un drama poderoso, giros épicos en la historia. Para ellos, mejorar marginalmente un mundo de existencia burguesa parece aburrido y anodino. Para ellas la pandemia fue algo excitante y memorable: presentó una oportunidad para un cambio grande.

Es casi una certeza que miraremos hacia atrás con asombro ante lo que le ha pasado al mundo. ¡La locura! Y la gente del futuro nunca parará de hacerse esa gran pregunta de por qué. Al final, la respuesta es insatisfactoria. Fue una metida de patas masiva por gente y grupos que querían tratar algo totalmente nuevo, ninguno de los cuales estaba dispuesto a asumir la responsabilidad por los resultados. Dependerá del resto de nosotros recoger los pedazos y hacer que la vida vuelva otra vez por sus fueros.

Jeffrey A. Tucker es director editorial del American Institute for Economic Research. Es autor de muchos miles de artículos en la prensa académica y popular y de nueve libros en 5 idiomas, siendo el más reciente Liberty or Lockdown. También es editor de The Best of Mises. Es conferenciante habitual en temas de economía, tecnología, filosofía social y cultura.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.