Ya los mercados financieros están tomando esto en cuenta: va llegando la hora de pagar las cuentas por el exceso de gasto gubernamental y emisión monetaria del gobierno de Estados Unidos. Difícilmente podremos soslayar aquí las presiones inflacionarias globales que se avecinan.

SÍ, ESTA VEZ TENDREMOS INFLACIÓN, Y HE AQUÍ POR QUÉ

Por James D. Gwartney
American Institute for Economic Research
25 de febrero del 2021

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Después de varias décadas de tasas de inflación relativamente bajas, es fácil pensar que continuaremos viendo poco cambio en los precios.
Pero, las semillas de la inflación han sido plantadas.

Las compras de activos financieros, primordialmente valores del Tesoro, son la herramienta primaria que la Fed utiliza para controlar la oferta de dinero. Cuando la Fed compra valores del Tesoro, le suministra al gobierno fondos que se pueden gastar. Cuando esos fondos se gastan, aumenta la oferta de dinero. En esencia, se crea dinero de la nada.

Desde el 2008, la Fed ha expandido estas compras mucho más rápidamente que en el pasado. Las tenencias de activos financieros por la Fed se cuadruplicaron durante el 2008-2019, expandiéndose desde $900 miles de millones hasta $4.1 millones de millones. Durante los últimos 12 meses, estas compras han aumentado en otro 80 por ciento, disparándose a $7.47 millones de millones en febrero del 2021.

No obstante, hasta ahora la tasa de inflación ha permanecida relativamente baja. Se han combinado dos factores para mantener la inflación frenada. Iniciándolo en octubre del 2008, la Fed empezó a pagar intereses a los bancos por depósitos de ellos en la Fed. Estos pagos de intereses estimularon a los bancos a tener depósitos más grandes en la Fed, en vez de llevar a cabo inversiones y otorgar préstamos. Durante los años 2008-2019, la Fed usó estos pagos de interés para inducir a los bancos a mantener una porción más grande de sus activos como reservas, amortiguando el crecimiento monetario y efectos inflacionarias de las compras de activos financieros enormemente expandidas por la Fed.

Además, las tasas de interés en todo el mundo declinaron a niveles históricos bajos durante la década que siguió a la Gran Recesión. Una diversidad de factores causó esto. Uno que ha sido básicamente ignorado, es el cambio demográfico dramático en países de altos ingresos, pues el número de personas en la etapa de la vida de prestar (aproximadamente de 50 a 75 años) aumentó, en relación con aquellos en la etapa de pedir prestado (con edad menor a 50). Las tasas de interés bajas y en declinación que resultaron disminuyeron el costo de oportunidad de mantener dinero, haciendo que se desplomara la velocidad o tasa de rotación del dinero. Como resultado de esta combinación de factores, el enorme aumento en compras de activos financieros y creación de dinero por parte de la Fede, hasta este punto, han tenido un impacto mínimo sobre la inflación.

A pesar de lo anterior, este escenario favorable está próximo a revertir su curso. Tres factores principales subyacen en la reversión.

Primero, la creación actual de dinero por la Fed hace que luzcan pequeñas aquellas de décadas recientes. Impulsada por los $3.6 millones de millones de gasto por el Covid-19 financiado al pedirle prestado a la Fed, la medición reducida de la oferta de dinero, conocida como M1, se ha expandido de $4.0 millones de millones hasta $6.8 millones de millones durante los pasados 12 meses, un aumento del 70 por ciento. A manera de comparación, los aumentos de doce meses durante los años inflacionarios de 1970, nunca excedieron al 10 por ciento. El único año previo más grande de aumento en M1 en décadas recientes, fue una cifra del 21 por ciento luego de la Gran Recesión. La historia es la misma para la medición más amplia de dinero, M2, que ha aumentado un 25 por ciento durante el año pasado. Las siguientes expansiones más altas en M2 durante 12 meses en los 75 años previos, fueron la de 1975-1976, con un aumento del 13.8 por ciento durante la inflación de dos dígitos de los setentas y la del 10.3 por ciento de aumento durante el 2011.

Uno tiene que ir tan atrás como la Segunda Guerra Mundial para encontrar algo comparable a los aumentos en la oferta de dinero de los pasados 12 meses. Aún más, incluso estas figuras gigantes subestiman el aumento monetario actual. En la actualidad, el Tesoro está manteniendo más de un millón de millones de dólares en fondos comprometidos en su cuenta bancaria, lo que se agregará a la oferta de dinero al gastarse en los próximos meses Se espera que el Congreso agregue combustible adicional que alimente el fuego con el paquete de gasto de $1.9 millones de millones actualmente en consideración.

Segundo, la inflación disparada por la enorme expansión monetaria aumentará la tasa esperada de inflación y las tasas nominales de interés.
A su vez, mayores tasas nominales de interés ocasionarán que aumente la velocidad de circulación del dinero, desatando presiones inflacionarias adicionales a las del rápido crecimiento de dinero del 2008-2019. Tasas de inflación más elevadas y tasas de interés mayores son dos guisantes de la misma vaina. Cuando sucede el primero, el segundo le sigue. Al impulsar la inflación al alza las tasas de interés, se revertirán las reducciones recientes de la velocidad, agregando a la presión inflacionaria.

Tercero, las cuarentenas impuestas han resultado en una enorme demanda reprimida. Una vez que una porción considerable de la población haya recibido la vacuna y el virus sea llevado bajo control, el gasto aumentará sustancialmente, brindando un impulso adicional tanto a la demanda como al nivel general de precios. Si bien la cuarentena impuso enormes costos a pequeñas empresas y empleados que perdieron sus trabajos como resultado de los cierres de negocios, el ingreso de otra parte significativa de estadounidenses continuó como usualmente lo era. De hecho, los ingresos de muchos en este grupo recibieron un impulso adicional con los pagos directos del gobierno a familias, mediante los paquetes de alivio por el Covid. Las restricciones en viajes, turismo, acontecimientos deportivos y otro entretenimiento redujeron el gasto y los ahorros personales más que se duplicaron, pasando del 8 al 17 por ciento durante el 2020. Ahora, muchas personas que tienen dinero han estado encerradas por mucho tiempo, y, en cuanto puedan, van a salir a gastar “en grande.”

La situación actual es similar a la de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente. Al igual que la pandemia, el aumento en el gasto gubernamental durante la guerra se financió principalmente mediante deuda y creación de dinero. Igualmente, las opciones de gastos eran severamente limitadas durante ambos acontecimientos. El desempeño de la economía de la postguerra brindó ideas acerca de nuestro futuro posible. Impulsada por una demanda pospuesta y ahorros en tiempos de guerra, la recuperación de la postguerra fue más fuerte que la esperada. Pero, también, se caracterizó por la inflación. Ambos, el Índice de Precios al Consumidor y el deflactor del PIB (dos medidas de inflación) aumentaron a tasas de dos dígitos durante 1946 y 1947.

Es posible que los siguientes dos a tres años sean similares. Virtualmente es una certeza que la inflación se eleve tal vez a dos dígitos. La demanda será fuerte y el PIB real es posible que crezca, si bien a una tasa lenta. Actualmente, las fuerzas políticas que apoyan las políticas anti crecimiento, como restricciones comerciales, salarios mínimos más altos, regulaciones perversas de la energía, y amiguismo, parecen ir en aumento, y ellas frenarán el crecimiento futuro. Estas políticas, junto con las incertidumbres que acompañan la inflación y el peso de financiar una deuda más elevada, retardarán el crecimiento real. Pero, la inflación va a ser la gran historia de la economía post pandemia.
Alístense para un paseo inflacionario.

Al autor le gustaría agradecer a Jane Shaw Stroup, Joseph Connors, y David Macpherson por su asistencia en la preparación de este artículo,

James D. Gwartney es profesor de economía y ciencias políticas en la Universidad del Estado de Florida. Es experto en temas económico como impuestos, política laboral y el análisis económico del gobierno. Su investigación se ha enfocado en la medición y determinación de los factores que influyen las diferencias entre países de sus niveles de ingresos y tasas de crecimiento. El Dr. Gwartney es coautor del reporte anual, Libertad Económica en el Mundo, que brinda información acerca de la consistencia de las instituciones y las políticas con la libertad económica en más de 150 países.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.