Este es un tema que debemos tener muy claro: las medidas para contener el virus y disminuir su mortalidad, además de no haber dado lugar a los resultados deseados en su totalidad, también han causado y están causando grandes daños a las vidas de las personas en sociedad. De ahí que, cuando las autoridades proponen formas de cuarentena -intervenciones no médicas- se deben sopesar los costos con los beneficios y los primeros parecen haber sobrepasado a los segundos. Eso no significa que las personas mayores de 65 años y con comorbilidades no sigan medidas que se consideran convenientes para disminuir el contagio, pues su riesgo de daño y de su severidad es mucho más elevado que para el resto de la población.

LA RECESIÓN DEL 2020: CULPE A LAS CUARENTENAS, NO AL VIRUS

Por Jack Nicastro & Ethan Yang
American Institute for Economic Research
20 de marzo del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

Es un hecho bien establecido que las cuarentenas han devastado a la economía de una forma no vista desde la Gran Depresión. El American Institute for Economic Research (AIER) ha escrito extensamente sobre este tema y se puede ver aquí un reporte amplio que detalla como varias regiones del país fueron afectadas. El compañero sénior de AIER Robert Hughes hace ver que,

“El producto domestico bruto real se hundió en el segundo trimestre en una tasa histórica de 32.9 por ciento anualizada, reducido drásticamente de un ritmo severo de -5.0 por ciento de declinación en el primer trimestre. Durante los últimos cuatro trimestres, el producto doméstico bruto real ha disminuido en un 9.5 por ciento, el peor registro de año a año… En una base nominal, el producto doméstico bruto se derrumbó en un 34.3 por ciento en el segundo trimestre, ubicando el cambio desde un año atrás en un -9.0 por ciento.”

La tasa anualizada de crecimiento para Estados Unidos en el 2020 fue registrada en -3.5%, peor que la de las Crisis Financiera del 2008. En resumen, las cuarentenas han generado la contracción económica más fuerte en la historia estadounidense e incluso a través del mundo. Lo hace ver un artículo de investigación de la American Association for the Advancement of Science,

“Los datos muestran un panorama consistente: El impacto económico y las disrupciones concomitantes en las formas de vidas durante etapas tempranas de la pandemia parecen ser grandes a través de un rango de poblaciones en África, Asia, y América Latina. La escala de la disrupción incluso puede exceder los efectos que los economistas han documentado en otras crisis globales recientes, incluyendo la Crisis Financiera de Asia de 1997, la Gran Recesión del 2008, y el brote del Ebola en el 2014.”

Sin embargo, el artículo, como muchas piezas de investigación que detallan el daño económico durante la era del Covid-19, hace el descargo de responsabilidad de que,

“Enfatizamos que nuestros datos no hablan de la consecuencia económica de imponer o relajar políticas específicas de cuarentena.”

El Fondo Monetario Internacional fue menos ambiguo en sus predicciones de devastación económica global, en un artículo que siguió a su publicación del World Economic Outlook, April 2020: The Great Lockdown [Perspectiva de la Economía Mundial, abril de 2020], titulado, “The Great Lockdown: Worst Economic Downturn Since the Great Depression [El Gran Confinamiento: La peor desaceleración económica desde la Gran Depresión]:”

“Bajo el supuesto de que la pandemia y su contención requerida hace su pico en el segundo trimestre en la mayoría de los países del mundo, y que disminuye en la segunda mitad de este año, en la Perspectiva de la Economía Mundial de abril, proyectamos que el crecimiento global en el 2020 caerá en -3 por ciento. Este es un ajuste a la baja de los 6.3 puntos porcentuales a enero del 2020. Una revisión importante en un plazo muy corto. Esto hace al Gran Confinamiento la peor recesión desde la Gran Depresión, y mucho peor que la Crisis Financiera Global.” (El énfasis es nuestro)

La más reciente Perspectiva de la Economía Mundial del FMI (enero, 2021) revela que su predicción de abril del 2020 era esperanzadora, comparada con la contracción global actual del 3.5% -medio punto porcentual completo peor que su predicción de abril- y el “colapso severo en el 2020 que ha tenido impactos adversos agudos sobre las mujeres, jóvenes, los pobres, los que trabajan en la informalidad, y aquellos que laboran en sectores intensivos en contacto.”

Aunque es generalmente cierto que nosotros no podemos formular juicios precisos acerca de los efectos de políticas específicas de cuarentena, descargos de responsabilidad extraños como estos aparecen frecuentemente a través del discurso académico y político. A menudo, intentan sugerir que el daño económico causado por las cuarentenas podría ser causado por el propio Covid-19, cuando la gente voluntariamente desea quedarse en casa al desatarse el virus. Algunos economistas en instituciones de prestigio, como la Universidad de Chicago, incluso han sugerido que, la idea de que la gente cometería suicidio en reacción a cuarentenas, es una “teoría favorita.” Tales comentarios sugieren una idea absurda de que cerrar por la fuerza a la sociedad no tendrá un efecto devastador, en especial cuando el Covid-19 se ha confirmado ser una enfermedad relativamente benigna, principalmente peligrosa para ancianos y aquellos comprometidos en su inmunidad.

De acuerdo con un ensayo producido por el Dr. Donald Henderson, más famoso por conducir la erradicación de la viruela, las políticas de cuarentena, tales como cierres de negocios y órdenes de quedarse en casa, no tienen precedente en la historia de la salud pública, ni deberían considerarse como políticas efectivas.

Desde el inicio de la pandemia hasta la fecha actual, políticos, periodistas y economistas han lamentado el impacto del “coronavirus” sobre el empleo, la productividad, y la economía en general. Para ver diez de los ejemplos más atroces de aquella retórica evasiva, lea el artículo de Jeffrey Tucker, “The Entrenchment of Lockdown Denialism” [“El atrincheramiento del Negacionismo de las Cuarentenas”]. Atribuir la realidad económica negativa a la “pandemia” falla en reconocer el agente causal de esta caída en el empleo y producción: las políticas de cuarentena.

La humanidad ha sido confrontada con emergencias de salud en el pasado, que incluso postularon una mayor amenaza a la vida, pero no fueron recibidas con el grado de intervención estatal o cataclismo económico que hoy estamos experimentando. Nacionalmente, hay evidencia de una covarianza entre el desempeño económico, revelado por cifras de desempleo, y la severidad de las políticas de cuarentena, en una comparación de estado a estado. Internacionalmente, existe una variación similar entre países con distanciamiento social estricto y políticas de cierres de negocios, con aquellos con políticas menos restrictivas. Uno simplemente no puede maldecir a “la pandemia” por ocasionar el sufrimiento económico; uno debe analizar las políticas que son directamente responsables de ello.

UNA COMPARACIÓN HISTÓRICA

La pandemia de influenza de 1918, también conocida como la Gripe Española, no fue sólo un virus especialmente virulento, sino igualmente uno particularmente mortal. Según un reporte de 1957 del National Bureau of Economic Research (NBER), “Annual Estimates of Unemployment in the United States, 1900-1954,” la Gripe Española causó aproximadamente

“40 millones de muertes en todo el mundo a lo largo de 18 meses: 675.000 de ellas ocurrieron en Estados Unidos.”

Si bien en términos absolutos estas cifras son espantosas, un reporte de mayo del 2020 del NBER, “Social and Economic Impacts of the 1918 Influenza Epidemic,” analiza la significancia relativa de estas cifras:

“Un estimado de 40 millones de personas, o el 2.1 por ciento de la población global, murió en la Pandemia de la Gran Influenza de 1918-20. Si hoy ocurriera una pandemia similar, resultaría en 150 millones de muertes en todo el mundo… La gripe mató a 550.000 en Estados Unidos, o sea, el 0.5 por ciento de la población.”

Para el 18 de marzo del 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta un total de más de 120 millones de casos confirmados de Covid-19 y más de 2.6 millones de muertes atribuidas a la enfermedad. La cifra de la OMS debe tomarse con un grano de sal (o con varios) al considerar los diferentes estándares de exámenes y reportes de los países alrededor del mundo. Aun así, considerando que la tasa de mortalidad ajustada por la población de la Gripe Española, es totalmente el doble en órdenes de magnitud mayores que las vidas perdidas por el Covid-19, sería absolutamente justo describir la Gripe Española como considerablemente más severa que el coronavirus, en términos de la amenaza que planteó a la salud pública.

Además de la diferencia absoluta en mortalidad entre la Gripe Española y el coronavirus, una consideración importante para la siguiente comparación económica, es quién está sucumbiendo a las dos enfermedades. Como se ha sabido desde el principio de la pandemia, el coronavirus tiene un mayor riesgo de mortalidad en poblaciones de mayor edad (65 años de edad y más), comparado con el grupo de control de 5 a 17 años de edad.

El cuadro “Riesgo ante el COVID-19 de Infección, Hospitalización, y Muerte Según Grupos de Edad” (Datos cortesía de los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC)) puede verse en jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021.

En contraste la Gripe Española tuvo “tasas de mortalidad inusualmente mayores en individuos de edades entre 18 y 40,” como lo reportó la NBER en su artículo de 1957. En el mismo sentido, John M. Barry, historiador y autor de The Great Influenza [La gran gripe: la pandemia más mortal de la historia], estimó en el Washington Post que

“[E]n 1918, aproximadamente la mitad de quienes murieron eran hombres o mujeres en sus veintes o treintas. La gente se estaba enfermando y muriendo en la plenitud de sus vidas. Tanto como un 8 a un 10 por ciento de todos los adultos que entonces vivían, puede haber sido matado por el virus.”

Investigadores de Canadá. el Reino Unido, y Estados Unidos, confirmaron en el 2013 tal afirmación, con su reporte, “Age-Specific Mortality During the 1918 Influenza Pandemic: Unravelling the Mystery of High Young Adult Mortality:”

El cuadro correspondiente puede verse en jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021.

Aun así, a pesar de la catastrófica tasa de mortalidad de la Gripe Española desproporcionadamente soportada por la población en edad de trabajar, el NBER calculó que en 1918 la influencia precipitó sólo un “1.5 por ciento de la declinación en el PIB y un 2.1 por ciento de caída en el consumo.” Eso es significativamente menor que el descenso en el 2020 del producto doméstico bruto real de un 9.5 por ciento.

Estos datos impredecibles plantean una pregunta obvia: ¿qué explica la severidad de nuestra actual crisis económica en Estados Unidos, dado nuestro mejor desempeño durante la Gripe Española? Los investigadores de la NBER afirman, si bien temblorosa y vagamente, la siguiente explicación:

…algunos de los esfuerzos de mitigación que actualmente están en marcha, en particular aquellos que afectan al comercio y viajes, es posible que amplifiquen el impacto del virus sobre la actividad económica.” (La letra cursiva es nuestra).

Las comparaciones nacionales entre estados con tasas similares de casos y muertes per cápita de Covid-19, pero con puntajes de tasas significativamente diferentes de desempleo y severidad de las cuarentenas, apoyan esta aseveración.

UNA COMPARACIÓN NACIONAL: SEVERIDAD, DESEMPLEO, MUERTES POR COVID-19

A través de los Estados Unidos, diversos gobiernos estatales han tomado diferentes medidas en respuesta a la pandemia del coronavirus. Estados como Nueva York, California, y Massachusetts emitieron decretos ejecutivos de amplio alcance, cerrando negocios, ordenando el distanciamiento social, y uso de mascarillas desde temprano en la pandemia, mientras que estados como Dakota del Sur, Utah, y Florida en mucho se han abstenido de imponer controles de arriba hacia abajo sobre sus ciudadanos. La diferencia en las medidas restrictivas de estos estados se refleja en sus calificaciones de severidad para enero del 2021, calculadas por la Universidad de Oxford: 69.91 (Nueva York), 63.43 (California), 69.44 (Massachusetts), 9.26 (Dakota del Sur), 35.9 (Utah), 33.8 (Florida).

El cuadro correspondiente de “Calificaciones de Severidad versus Cambio en la Tasa de Desempleo: Comparaciones Estatales,” puede verse en jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021.

En su pieza reciente, “The Florida Versus California Shutdown,” Amelia Janaskie detalla las similitudes demográficas entre los dos estados y explica la diferencia clara en las respuestas de los gobernadores al Covid-19 y la discrepancia resultante en el desempeño económico de los dos estados. Janaskie documenta que Florida ha mantenido abiertas las clases en persona para niños desde kínder hasta 12 años durante la pandemia, no ha impuesto cuarentena obligatoria a viajes, y no ha impuesto restricciones en todo el estado a la capacidad de los restaurantes. Por otra parte, ella destaca que California ha adoptado todas las arriba mencionadas políticas en un grado particularmente severo y prolongado.

En consecuencia, Florida tiene una calificación de severidad de 33.8, mientras que California tiene una de 58.8. A pesar de sus respuestas claramente yuxtapuestas, California y Florida tienen un número similar de casos y muertes por Covid por cada 100.000 pobladores: 119 versus 135 y 8.621 versus 8.370, respectivamente. A pesar de que Florida tiene una población de adultos (de 65 o más años) con un riesgo significativamente más alto que California, 16.5% versus 14.8%, California experimentó en la realidad más muertes en hogares de ancianos por cada 100 residentes que Florida: 2 versus 1.

¿La principal diferencia entre Florida y California? El desempleo: la tasa de Florida es de 6.1% mientras que la de California es de un increíble 9%.

Thomas Hogan explica cómo se manifiesta esta tendencia a través de los Estados Unidos, en su pieza “Only Ending Lockdowns Can Stimulate the Economy.” Él detalla que, para enero del 2021, diez estados lograron tasas récord de bajo desempleo, tan bajas como un 4%, similares a las vistas, en un nivel nacional, sólo en cinco ocasiones desde la Gran Depresión. Por el contrario, Hogan hace ver que seis estados y Washington, D.C. tienen tasas de desempleo históricamente altas mayores al 8%, lo que, en el nivel nacional, ha sido experimentado sólo en tres ocasiones desde la Gran Depresión. De los diez estados con un desempleo históricamente bajo, nueve están en la mitad inferior del Indicador de Respuesta Gubernamental al Covid de Oxford (CGRT por sus siglas en inglés), mientras que, de las siete regiones con desempleo históricamente alto, cinco están en la parte superior del indicador.

Como lo analiza Vicente Geloso en su pieza, “Spanish Flu Was Awful But We Moved On Anyway,” estos hallazgos confirman la conclusión de un análisis publicado en el European Journal of Political Economy

“que estudió 212 crisis económicas en 175 países entre 1993 y el 2010 [y] encontró que son los países con instituciones más abiertas a la competencia y la actividad empresarial, los que experimentan las recesiones menos severas, así como las recuperaciones más rápidas.”

De esto, podemos derivar con confianza la conclusión de que son las políticas restrictivas de las cuarentenas y no el simple temor al Covid-19, lo que ha causado el daño económico y social visto hasta el día de hoy.

UNA COMPARACIÓN INTERNACIONAL

A través del mundo vemos los efectos de las cuarentenas, incluso en países que eran menos estrictos que Estados Unidos y Europa. Asia es un ejemplo primario de cómo las cuarentenas alrededor del mundo ayudaron a derribar la sociedad en todos los ámbitos. La mayoría de los países asiáticos, desde Japón a la India, califican relativamente bajos en muertes per cápita comparados con América del Norte y Europa. Aún más, las políticas de cuarentenas fueron relativamente más moderadas y diversas en Asía, con Taiwán que nunca declaró una cuarentena, Japón que usó una seudo cuarentena, e India que entró en plena cuarentena. Aun así, lo que hayan sido las restricciones, pasaron la factura a sus economías respectivas y esos impactos económicos empeoraron por cuarentenas en otros países, cuando el comercio y el viaje internacional llegó a un alto. Los datos siguientes, provistos por Deloitte, muestran que el daño económico en Asia incluso excedió a la Crisis Financiera del 2008.

El cuadro “Economías de Asia muy posiblemente sufrirán mucho más en el 2020 de cómo lo hicieron en el 2009” puede verse en jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021.

Aunque el temor al Covid-19 puede explicar algo de la contracción económica, es claro que políticas de cuarentenas fuertes, que impidieron a la sociedad funcionar apropiadamente a la vez que también exacerbaron el temor del virus, han causado la fuerte recesión económica. Esto es demostrado todavía más por los efectos de las cuarentenas en otros países, que tienen efectos subsecuentes sobre el turismo y exportaciones de Asia. Esos son 2 componentes vitales de la economía asiática. Akrur Barua escribe para Deloitte cuando hace ver que,

“Para economías en el Sur y Sureste de Asia, que tienen sectores de turismo grandes, la pandemia y las restricciones continuas a viajar han significado que los ingresos por turismo se hayan secado. En Tailandia, las llegadas de turistas internacionales disminuyeron en un 42.8% en febrero, 76.4% en marzo, y luego cayeron a cero en abril y mayo… Economías más pequeñas y menos diversificadas, como las Maldivas e incluso Sri Lanka, parecer estar listas para un impacto mayor sobre el crecimiento…

Los movimientos de pasajeros en el Aeropuerto Changi, Singapur, cayeron en un 99.5% en abril y mayo. Otros centros de viajes aéreos, como Hong Kong y Kuala Lumpur, Malasia, muestran declinaciones similares en el tráfico de pasajeros. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, el tráfico de pasajeros de las aerolíneas del Asia-Pacífico se estima que caiga en un 53.8% en el 2020, por tanto, conduciendo a una caída en ingresos del 27.5%.”

En jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021, se presenta el gráfico “Flujo internacional de turistas se ha frenado en destinos claves turísticos en Asia.”

Todavía más, el sector exportador de Asia ha sido devastado por la ausencia de demanda cuando las economías alrededor del mundo son sacudidas y se deshacen las cadenas globales de suministro.

En jack nicastro & ethan yang institute for economic research recession March 20, 2021, se presenta un gráfico que exhibe cómo “La lenta demanda externa y la disrupción de las cadenas de suministros han golpeado las exportaciones de Asia.”

Todos estos países descansan fuertemente en la demanda externa de sus bienes manufacturados, ya sea ropa de India o semiconductores de Taiwán. Las cuarentenas no sólo de Asia, sino también alrededor del mundo, han cerrado artificialmente las líneas de suministros y reprimido la demanda de los consumidores, lo que ha culminado claramente en un golpe devastador al mercado de exportación de Asia.

En países más pobres, como Nepal y Bangladesh, las cuarentenas han causado alzas en la inseguridad de alimentos después del periodo de
cosecha, que es cuando tales tasas son históricamente más bajas.

Las cuarentenas por el Covid-19 han creado la contracción económica más grande en la historia reciente. Más grande que la Crisis Financiera del 2008, la Fiebre Porcina, y, en el contexto de Estados Unidos, el doble del impacto económico de la Gripe Española de 1918 (una contracción del 3.5% en el PIB real en comparación con el 1.5%). A diferencia de una crisis financiera, que ocurre cuando la economía está enferma y necesita una corrección, el Covid-19 emergió en una época de prosperidad global. Es claro que la variable independiente en cuestión es la cuarentena, obligada y sin precedente, de la sociedad por la fuerza del gobierno.

LECCIONES CLAVES

La pandemia del Covid-19 ha dado lugar a la contracción económica más grande en la historia moderna registrada, no sólo en Estados Unidos, sino a través del mundo, incluso más grande que la crisis financiera posterior a la Gran Depresión. Ciertamente los brotes de enfermedades han conducido a declinaciones en la actividad económica, pero nunca de esta escala.

Sugerir que el Covid es el responsable, no el freno sin precedentes a la actividad social por la fuerza del gobierno, sería el colmo de la ignorancia. Las cuarentenas, tal como se han aplicado en el 2020, nunca han sido puestas en práctica en la historia de la salud pública y ahora hemos visto por qué. Los datos son claros. Las cuarentenas han provocado un nivel de daño económico sin precedentes, que ha excedido en mucho a cualquier acontecimiento en la historia moderna, ya sea otra pandemia o una crisis financiera. Esto es porque, a diferencia de cualquier otro desafío en la historia, los gobiernos a través del mundo obligatoriamente impidieron que la sociedad reaccionara y se recuperara. No debería ser objeto de controversia y, francamente, es intelectualmente honesto, decir que fueron las cuarentenas las que causaron las miserias que nos hemos visto obligados a sufrir, no el Covid-19.

Jack Nicastro es un interno de investigación en el American Institute for Economic Research. Actualmente está aspirando a la licenciatura en Economía y Matemáticas en Dartmouth College. Jack es director de programación de los Libertarios de Dartmouth, escritor y creador de contenido para el Dartmouth Political Times, es copresidente del Consejo Ejecutivo del American Enterprise Institute en Dartmouth, asistente del director del programa Proyecto de Economía Política en Dartmouth y jinete en el equipo de adiestramiento. En su tiempo libre, Jack disfruta tocar guitarra baja.

Ethan Yang se unió al American Institute for Economic Affairs (AIER) en el 2020 como pasante en la parte editorial y es graduado del Trinity College. Recibió un BA en Ciencia Política junto con una materia secundaria en Estudios Legales y Organizaciones Formales. Sirve actualmente como Coordinador de la Región Noreste de Estudiantes por la Libertad y como director del Centro para el Estudio de la Libertad Humana en el Trinity College. Previo a unirse al AIER, fue pasante en organizaciones como el American Legislative Exchange Council, en el Senado del estado de Connecticut y en el Cause of Action Institute. Actualmente, Ethan tiene su base en Washington, D.C.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.