Un tema que, sin duda, debe ser de nuestra atención.

TAIWÁN: EL NUEVO PUNTO ÁLGIDO GEOPOLÍTICO Y ECONÓMICO

Por Ethan Yang
American Institute for Economic Research
21 de abril del 2021

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La isla y nación de Taiwán podría ser actualmente el centro de atención por el manejo del Covid-19 sin cuarentenas, pero está cerca de convertirse en uno de los puntos geopolíticos más contenciosos de la década. El 17 de abril del 2021, el South China Morning Post reportó que,

“Los Estados Unidos y el Japón pidieron ‘paz y estabilidad a través del Estrecho de Taiwán’ en una declaración conjunta emitida después de una reunión entre el presidente de Estados Unidos Joe Biden y el primer ministro japonés Yoshihide Suga, quienes reafirmaron su compromiso de contrarrestar la ‘intimidación’ de China en los mares del Este y Sur de China, en conversaciones acerca de una diversidad de temas.

Es la primera vez desde 1969 que los máximos líderes de los dos países mencionaron a Taiwán en una declaración conjunta, movida que con seguridad enfurecerá a Beijing.”

En efecto, la movida atrajo la hostilidad de los chinos, como lo escribió Nikkei Asia,

“Horas después que Japón y Estados Unidos mencionaron a Taiwán en una declaración de la cumbre de los líderes por primera vez en más de cinco décadas, China respondió al comunicado, que también destacó las inquietudes dos los dos aliados acerca de Hong Kong y los temas de derechos humanos en Xinjiang.

‘Estos asuntos tienen que ver con los intereses fundamentales de China y no permiten interferencia. Expresamos una fuerte preocupación y una firme oposición a comentarios relevantes en la Declaración Conjunta de los Líderes,’ dijo un portavoz de le embajada china en una declaración el sábado.

Taiwán, Hong Kong y Xinjian pertenecen a ‘asuntos internos de China,’ dijo la declaración.”

Xinjiang es una región en China Noroccidental en que se reporta que el Partido Comunista Chino ha estado involucrado en actividades horrendas, como limpieza étnica, persecución religiosa, y mano de obra esclavizada. A Hong Kong, que llegó a estar bajo control chino en 1997, se le prometió que mantendrían respeto a sus normas democráticas en un período de lenta reintegración, que se estableció terminaría en el 2047. Esa promesa ha sido destrozada cuando el Partido Comunista Chino (PCC) desató una persecución brutal en respuesta a las Protestas de Hong Kong que empezaron en el 2019. Subsecuentemente, el trato de China a Hong Kong eliminó cualesquiera intenciones restantes de que los independentistas taiwaneses siquiera consideraran una unificación pacífica con la República del Pueblo Chino.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, quien es fuerte impulsora de la independencia de Taiwán y la identidad nacional, recientemente fue reelecta con la mayor avalancha popular de votos en la historia de la isla. Se ha hecho abundantemente claro a todos, en especial al PCC, que la ambición inamovible de China de anexarse la isla puede ahora lograrse tan sólo mediante la fuerza militar. Esto no es sólo aterrador, por el daño que este acontecimiento tendrá sobre la democracia, libertad, y prosperidad económica no sólo en Asia, sino alrededor del mundo, pues el conflicto militar inevitable con Estados Unidos y sus aliados será catastrófico. Dennis Roy dice en The Diplomat que,

“Entre esas valoraciones, ninguna tuvo mayor peso que aquella del almirante Philip Davidson, jefe militar del Comando Indo-Pacífico de los Estados Unidos. Davidson opinó ante un Comité del Senado de Estados Unidos en febrero, que China puede tratar de apoderarse de Taiwán por medios militares ‘en los próximos seis años.’”

También, Roy hace ver que los activos militares chinos han estado llevando a cabo juegos de guerra con frecuencia alarmante y abiertamente funcionarios chinos han afirmado que están entrenando para una invasión de Taiwán. Hasta Reuters señaló hace poco que la fuerza aérea china había entrado al espacio aéreo taiwanés con tanta frecuencia, que Taiwán dejó de enviar jets a que la interceptaran para conservar recursos. En vez, ahora están siguiente a los jets chinos con misiles basados en tierra.

LA IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE TAIWÁN

Estados Unidos está obligado por ley a apoyar la seguridad actual de Taiwán a través de la Ley de Relaciones con Taiwán, que es una pieza de legislación bipartita instrumental no sólo en apoyar a la isla nación, sino también los intereses básicos de Estados Unidos en la región Asía-Pacífico. Los lazos estrechos de amistad entre Estados Unidos y Taiwán sirven tanto a Estados Unidos como lo han hecho para los taiwaneses.
Dejando de lado la fama de Taiwán como bastión de libertad y prosperidad, impedir que China controle a Taiwán es una preocupación estratégica esencial para los intereses de la seguridad de Estados Unidos. China esto lo sabe bien.

Quienquiera que controle a Taiwán, controla al Asia-Pacífico. Una región en el mundo crucial en lo económico y lo estratégico.

Joseph Bosco explica la importancia estratégica de Taiwán en Taiwan Insight de la Universidad de Nottingham, al escribir,

“Con base en la experiencia histórica, la pregunta es si hoy Taiwán sería un activo estratégico tan valioso para un agresor potencial en Asia, como lo fue para Japón en la década de los años cuarenta.”

Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón mantuvo el control de Taiwán como una colonia. Desde Taiwán, fue capaz de lanzar empujes militares a las Filipinas, Indonesia, y Australia, a la vez que servía a las fuerzas en Corea y China. Esto se debe a la importante posición de Taiwán en el centro de lo que se conoce como la Cadena de la Primera Isla, que se extiende desde Japón hacia abajo al Sureste de Asia y Australia. Esta cadena de islas luego da espacio a la Cadena de la Segunda Isla más hacia el este en el Océano Pacífico hacia Hawái. Controlar Taiwán les permitiría a los militares chinos partir en dos al Asia-Pacífico y conducir hostilidades contra aliados estratégicos importantes de Estados Unidos, como Corea del Sur y Japón en el norte, los países del ASEAN (siglas en inglés de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y Australia en el sur. Entonces, puede empezar a expandir sus operaciones navales mucho más a lo interno del Océano Pacífico, como lo hizo el Japón Imperial durante la Segunda Guerra Mundial.

Los puertos de aguas profundas de Taiwán también le darían a la marina china la habilidad no sólo de dominar el Océano Pacífico y sus rutas comerciales, sino, también, ejercer un mayor apalancamiento sobre el Mar del Sur de China. A través del Mar del Sur de China en el 2016 pasaron casi $3.37 millones de millones en comercio global, y un 40 por ciento del comercio global de gas natural en el 2017. El estatus quo actual mantenido por Estados Unidos y sus aliados es de un orden internacional basado en reglas, dedicado a los derechos humanos, comercio y cooperación. Un Taiwán ocupado por los chinos le permitiría a China continuar su visión de convertir al Mar del Sur de China, una región revindicada por numerosos países, en un “Lago de China.”

La primacía china en la región hundiría a Asia, así como al mundo, aún más en la oscuridad autoritaria. China no sólo sería capaz de hacer más demandas territoriales a muchos países, sino que, también, puede amenazar con alterar el comercio y libre movimiento hacia cualquier país en el mundo que cuestione sus prácticas autoritarias.

IMPORTANCIA ECONÓMICA

Aunque Taiwán puede ser una isla del tamaño del estado de Maryland, es uno de los países más ricos del mundo, con un PIB (en términos de su poder adquisitivo) de $1.3 millones de millones, un PIB nominal estimado en el 2021 que aumente en más de $759 miles de millones, y una población de 23 millones. En comparación, esa es una población y un PIB (en términos de su poder adquisitivo) similar a Australia y un PIB nominal apenas detrás de Turquía, Arabia Saudita, y Suiza. También, Taiwán es un socio comercial crítico para Estados Unidos, siendo nuestro décimo socio comercial de bienes más grande y el sexto mayor consumidor de exportaciones agrícolas de Estados Unidos.

No obstante, aún más importante es el lugar de Taiwán en la economía global. Cuando los portugueses descubrieron la isla en el siglo XVI, le dieron un nombre que aún hoy se usa: Formosa. Se traduce como “isla bella” por lo que Taiwán fue, y ciertamente lo es, un destino turístico escénico. Sin embargo, hoy es uno de los productores más avanzados de semiconductores en el mundo y más generalmente un centro tecnológico. Los semiconductores son esenciales para producir todo, desde centros de datos, carros, teléfonos inteligentes y otras piezas de tecnología, que crecientemente están llegando a ser más importantes para el funcionamiento básico de la sociedad. Al momento, actualmente hay una escasez global de semiconductores que sólo ha sido exacerbada por las cuarentenas del Covid-19 y la transición acelerada hacia una sociedad digital.

Aún más, Taiwán ha tomado pasos grandes para posicionarse como el Silicon Valley de Asia, con inversiones masivas en investigación científica y una estructura amistosa para el inicio de empresas. La ubicación geográfica de Taiwán como peldaño para el resto de Asia y su libertad económica relativamente alta, hacen de esta visión una posibilidad decente. Al surgir Taiwán del Covid-19 con una economía relativamente no afectada por las cuarentenas, su importancia económica posiblemente sólo crecerá, al convertirse en un lugar más popular para la inversión. También, eso hace que sea un premio incluso mayor para los chinos y un activo para el mundo libre.

Taiwán como un país libre e independiente le convierte en un agente activo para hacer del mundo un lugar más próspero y tecnológicamente avanzado. Taiwán bajo el control chino le da al PCC incluso un apalancamiento mayor sobre cualquier país que se exprese contra su modelo autoritario. Sin dejar de mencionar que habrá removido una de las principales alternativas a la tecnología china, que se se ha sabido funciona como un arma del estado de vigilancia del PCC.

LECCIONES CLAVES

Con el escalamiento de tensiones entre Taiwán, China y todos en el medio, es claro que, una vez que el Covid-19 desparezca del panorama, Taiwán será uno de los siguientes puntos de tensión global. Esto parece ser más posible, cuando la administración Biden anuncia sus intenciones de retirar las tropas de Afganistán y con las tensiones entre Estados Unidos y China en uno de los puntos más altos de todos los tiempos. Durante la administración Obama, el sistema de política exterior de Estados Unidos anunció un “pivoteo hacia Asia,” y las razones para ello no pueden ser más claras.

Aunque Taiwán por décadas siempre ha sido un interés importante en la política externa de Estados Unidos, los acontecimientos actuales lo harán incluso el más importante. La isla está atrapada en medio de una tormenta perfecta de tensión geopolítica global, cambio económico radical, y una lucha ideológica existencial entre libertad y autoritarismo. Las apuestas no pueden ser mayores, mientras que un movimiento en falso puede desatar un conflicto armado devastador entre superpoderes globales. Un fracaso en actuar lo suficiente pondrá en peligro el futuro de la libertad y la prosperidad, no sólo de Asía, sino alrededor del mundo.

Ethan Yang se unió al American Institute for Economic Affairs (AIER) en el 2020 como pasante en la parte editorial y es graduado del Trinity College. Recibió un BA en Ciencia Política junto con una materia secundaria en Estudios Legales y Organizaciones Formales. Sirve actualmente como Coordinador de la Región Noreste de Estudiantes por la Libertad y como director del Centro para el Estudio de la Libertad Humana en el Trinity College. Previo a unirse al AIER, fue pasante en organizaciones como el American Legislative Exchange Council, en el Senado del estado de Connecticut y en el Cause of Action Institute. Actualmente, Ethan tiene su base en Washington, D.C.

Traducido por Jorge Corrales Quesada