LAS CUARENTENAS ESTÁN MATANDO A ADULTOS JÓVENES

Por Phillip W. Magness
American Institute for Economic Research
1 de enero del 2021


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como phillip w. magness institute for economic research young January 1, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

El 16 de diciembre, la altamente reconocida revista Journal of the American Medical Association (JAMA) publicó un artículo que serviría como un impactante encabezado, acerca de los riesgos que el Covid plantea para la gente joven. El artículo y una pieza que le acompaña de autores del New York Times, implicó fuertemente que la gente de una edad menor a 45 años enfrenta un riesgo alto de la enfermedad y, además, que este riesgo es subestimado por las estadísticas oficiales.

La afirmación contradice la estimación de la propia CDC de Tasas de Fatalidades por Infección, según grupos de edad, que sugiere que los dos grupos demográficos más jóvenes (0-20 y 21-49) enfrentan un riesgo de mortalidad menor al de la influenza estacional. Las fatalidades por el Covid aumentan dramáticamente con la edad, y las personas de más de 70 tienen un riesgo pronunciado. Sin embargo, la gente joven encara, comparativamente, un riesgo bajo. En efecto, los datos de la CDC muestran que las personas de edad menor a 40 equivalen a menos del 2 por ciento de las fatalidades, a pesar de ser la mitad de todos los casos conocidos a la fecha.

A pesar de lo anterior, el estudio de JAMA asevera que las muertes por Covid de personas de menos de 45 años están severamente sub registradas. Para arribar a esa conclusión, ellos se refieren a las estadísticas de muertes por exceso de marzo hasta julio del 2020, recientemente expuestas por la CDC. Ellos comparan estas cifras con las estimaciones de muertes en exceso de los primeros seis meses del 2018, a fin de establecer elementos de referencia. Dado que, típicamente, las sobredosis de opioides califican como un asesino importante en esa demografía, usan las muertes por opioides en el 2018 como punto de comparación. Tal como luego afirman los autores:

“Las muertes debidas al COVID-19 excedieron las muertes no intencionadas por opioides en el 2108 durante 1 mes en el 2020 en la Región 2 del departamento de Servicios Humanos y de Salud (HHS por sus siglas en inglés) (en abril), en la Región 6 del HHS (en julio), y en la Región 9 del HHS (en julio) y o ya sea que excedieron (Región 6 del HHS) o fueron similares (Regiones 2 y 9 del HHS) las muertes no intencionales por opioides durante todo el período estudiado.”

Por lógica, el Covid ha sobrepasado las sobredosis de opioides como asesino importante entre los jóvenes, por tanto, ilustra su riesgo para este grupo etario. Predeciblemente, los medios noticiosos nacionales se tragaron la historia, y produjeron una oleada de artículos anunciando que la gente joven enfrentaba un riesgo por el Covid más alto del convencionalmente pensado. Por ejemplo, las noticias de la CBS declararon que “Los jóvenes adultos pueden pensar que su grupo etario no está en riesgo ante el COVID-19, pero, nueva investigación sugiere que la idea está peligrosamente equivocada.”

Sin embargo, el estudio de JAMA contenía una advertencia poco notada en una frase única al final del artículo:

“En adición, aunque las muertes por COVID-19 en algunas áreas excedieron las muertes no intencionales por opioides en el 2018, es posible que aumentos simultáneos en las muertes por opioides pueden haber ocurrido durante el período pandémico, dejando menos claro cuál de las 2 enfermedades representa la principal causa actual de muerte entre los adultos más jóvenes, en áreas que experimentan picos de COVID-19.”

En sí, la concesión es impactante. Si las muertes por sobredosis de opioides están en alza en comparación con su línea de base del 2018, ello podría explicar el aumento de las muertes en exceso entre gente joven, en vez de la especulada subestimación.

Los problemas con el abuso de opioides y otras sustancias tienen una conexión bien documentada tanto con la desesperación mental como con las recesiones económicas. Las políticas de cuarentena que han plagado a Estados Unidos desde la primavera, han desatado su propia pandemia de salud mental, además de destruir el sector de empleo nacional. No es irrazonable concluir que personas más jóvenes estén entre los más golpeados por estos dos puñetazos de la cuarentena.

El 18 de diciembre, exactamente dos días después de que apareció el estudio de JAMA, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) presentaron datos preliminares que sugieren enfáticamente que la explicación alternativa es correcta. Las muertes por abuso de sustancias, incluyendo sobredosis de opioides, han aumentado dramáticamente desde los números del 2018, que el artículo de JAMA usó como su punto de referencia.

Aún más, esas estas muertes por sobredosis ya crecientes, dramáticamente se aceleraron después del inicio de las cuarentenas. El nuevo estudio de la CDC muestra esta alza a través de todas las categorías medidas de muertes por abuso de sustancia entre abril hasta junio, únicos meses para los que se tienen registros al momento de escribir esto. Con toda posibilidad, este patrón continuará cuando, en su momento, estén disponibles los datos para el verano y otoño del 2020.

El cuadro 1: Mediciones de muertes provisionales de doce meses por sobredosis de todas las drogas, opioides sintéticos, cocaína y psicoestimulantes, en 50 estados, el Distrito de Columbia y la Ciudad de Nueva York: 12 meses que terminan en junio del 2019 a 12 meses que terminan en mayo del 2020, se puede encontrar en phillip w. magness institute for economic research young January 1, 2021.

Aunque las estadísticas del CDC no dividen esos números según edad, es razonable asumir que se superponen fuertemente a las demografías más jóvenes, al mantener los patrones históricos del problema existente de abuso de sustancias. Un pico sin precedentes en las muertes por sobredosis, así como otras enfermedades relacionadas con la depresión, como suicidios ocasionados por las cuarentenas, emerge, según ello, como el candidato más plausible del pico de exceso de muertes entre jóvenes, en comparación con años previos.

Curiosamente, los autores del artículo de JAMA no exploraron esta hipótesis alternativa en alguna profundidad, más allá de la una única frase de reconocimiento al final de su artículo. Tal vez más revelador es que los editores de JAMA no insistieran en alguna investigación ulterior de esta complicación obvia y crucial, de atribuir el exceso de muertes entre los jóvenes al Covid en sí.

Como con muchos ejemplos previos, otra prestigiosa revista médica ahora ha contribuido a una amplia diseminación de inferencias científicas incompletas y engañosas. Luego, predeciblemente, nuestros medios de noticias tomaron las mismas conclusiones fallidas e hicieron que calzaran en una narrativa política que confirma sus propios compromisos ideológicas pro cuarentenas.

Entre tanto, la historia más amplia de muertes por abuso de sustancias que surgen, no del Covid, sino de las políticas de cuarentena que ellos impulsan, se pierde en medio de la intimidación de la prensa a jóvenes con afirmaciones exageradas acerca de la severidad de las muertes pandémicas dentro de su grupo demográfico.

Phillip Magness es investigador sénior en el American Institute for Economic Research. Es autor de numerosos trabajos acerca de historia económica, impuestos, desigualdad económica, la historia de la esclavitud y la política educativa en los Estados Unidos.

Traducido por Jorge Corrales Quesada