Aún en nuestro país existen cuarentenas en ciertas áreas, pero afortunadamente no es tan generalizada como en otros países, por ejemplo, en Europa (excluya a Suecia, Dinamarca y otros países del Norte), que en el pasado impusieron cuarentenas sumamente estrictas y generalizadas y no parecen haber disminuido la diseminación del virus, eso sí, dando lugar a tremendos costos sociales, económicos y de salud. Debemos seguir disminuyendo las cuarentenas, en vez de aumentarlas.

LAS CUARENTENAS NO IMPIDEN LA DISEMINACIÓN DEL CORONAVIRUS

Por Joakim Book & Christian Bjørnskov
American Institute for Economic Research
12 de enero del 2021

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como joakim book & christian bjornskov institute for economic research spread January 12, 2021 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

Se ha dicho mucho acerca de los modelos aterradores, que en la primavera proyectaron un número asombroso de muertes por el novedoso coronavirus.

Con lo que los investigadores han luchado desde ese entonces es en cómo medir el impacto de las diversas acciones tomadas. ¿Sabemos siquiera si está funcionando lo que estamos hacienda? ¿Dónde está la evidencia de eso, y cuáles son las cosas que deberíamos hacer, en vez de aquellas?

Naturalmente, los proponentes de las cuarentenas por mucho tiempo han dicho que la fuerte acción gubernamental previno todo tipo de horrores. En todo caso, los pobres resultados que tuvimos en la primavera y el otoño indicaron que no hicimos lo suficiente. Los escépticos, por otra parte, dijeron que las cuarentenas no lograron nada excepto dañar nuestras sociedades -física, económica, y mentalmente- y que las curvas de las tasas de infección se movieron en la forma en que lo hicieron independientemente de lo que políticos de fuertes palabras pusieron en práctica, y, a menudo, antes que sus políticas fuertes tuvieron efecto. El artículo de agosto en el National Bureau of Economic Research (NBER) de Andrew Atkeson, Karen Kopecky y Tao Zha ‘Four Stylized Facts about COVID-19’ [‘Cuatro hechos estilizados acerca del Covid-19’], explica la posición incómoda de la mayoría de formuladores de políticas: el virus parece diseminarse rápidamente, mata selectivamente y, de ninguna manera, responde a cualquier cosa que políticos bien intencionados hayan intentado contra él.

El debate general acerca del coronavirus se convirtió rápidamente en una batalla de señalar a tal o cual país: Los cuarenteneros escogieron a Australia y Nueva Zelandia; los escépticos escogieron a Suecia y Taiwán. Los feudos furiosos en las arenas políticas y páginas editoriales arrancaron fuertemente. Las tasas de mortalidad en Suecia superaron en mucho a aquellas de sus países vecinos, un tópico acerca del cual en agosto intentamos traer algo de claridad. Para una audiencia estadounidense o británica, que no puede diferenciar entre Bergen e Ystad, o entre confusos diptongos daneses o finlandeses, las tasas de mortalidad más altas y restricciones más débiles eran evidencia conclusiva de que la estrategia más abierta de Suecia había fracasado. No importa que los países nórdicos pueden diferir en otros aspectos. Un análisis estadístico de una variable en el peor de los casos, a la vez que prácticamente nadie comparó a Suecia con países de un peor desempeño, como el Reino Unidos, Bélgica o Francia.

Tal vez los países diferían enormemente el uno del otro en formas que harían que esas comparaciones ingenuas fueran totalmente erradas: demografía, densidades de la población, tamaño del impacto del Covid, efecto del consejo gubernamental, valores culturales blandos acerca de cómo interactúa la gente verdadera y de cómo respondieron a la pandemia. Además, todos estos países introdujeron tantas políticas nuevas y cambios de comportamiento, que hasta aquellos de nosotros que intentamos lograr algún sentido de ellas, rápidamente perdimos el rumbo.

Lo que necesitábamos era un experimento, en que aquellas diferencias en el trasfondo fueran controladas. Idealmente, una jurisdicción con condiciones similares, operando bajo reglas similares; en que algunas de sus áreas cerraron fuertemente, mientras que sus condados vecinos, idénticos en todo el resto de cosas, no lo hicieron. Un nuevo artículo, “Lockdown Effects on Sars-CoV-2 Transmission – The evidence from Northern Jutland” [Efectos de las Cuarentenas sobre la Transmisión del Sars-CoV-2 ̶ La evidencia de Jutlandia del Norte”], de Kasper Planeta Kepp y Christian Bjørnskov, está actualmente disponible en MedRxiv.

A fines del verano, se descubrió una nueva mutación del virus del Sars-CoV2 en granjas de visones en Dinamarca. En octubre, esa información súbitamente se hizo importante en el debate danés, cuando investigadores del Instituto Danés de Sueros advirtieron ante peligro de la mutación, y los políticos exigieron acción. El 4 de noviembre, el primer ministro anunció que, en la región danesa de Jutlandia del Norte, siete municipalidades iban a entrar en una cuarentena extrema, decretando la batería usual de trabajo desde la casa, cierre de actividades comerciales y de entretenimiento, y cerraron el transporte público. Distribuidas entre ellas, todas en la misma región de Jutlandia del Norte, hubo cuatro municipalidades que no lo hicieron; permanecieron bajo las reglas, en ese entonces relativamente moderadas, del resto de Dinamarca. En total, 289.000 personas y 126.000 empleos fueron afectados por la cuarentena extrema, al prohibírsele a la gente cruzar los límites municipales para ir a trabajar.

Aquí había una oportunidad de oro para medir los impactos de la infección en cuarentenas muy estrictas. Al comparar con lo que, de otra manera, eran municipalidades muy similares -lenguaje, cultura, región administrativa, geografía- los profesores daneses podían evitar los problemas con la identificación de causa y efecto, que afectaban observaciones cruzadas entre países. Además, la cuarentena de siete municipalidades no era justificada por diferencias en el número de casos o diseminación del virus, sino sólo por una preocupación acerca de una nueva mutación, que subsecuentemente mostró ser infundada.

Previo a las cuarentenas más fuertes en nuestras siete municipalidades, no había una diferencia sustancial detectable entre los dos grupos de Jutlandia del Norte. En los siete días previos a las cuarentenas, el grupo estricto tenía 0.15 exámenes positivos al día por cada mil habitantes, comparados con 0.14 en el grupo abierto. En la primavera, también, cuando mucha menos gente fue examinada, el primer grupo experimentó un total de 0.69 casos positivos por cada mil habitantes, mientras que el grupo abierto tuvo 0.82 exámenes positivos (todas las diferencias estadísticamente insignificantes).

Al tratar los dos grupos como unidades independientes, Planeta Keep y Bjørnskov escriben que,

“Previo a la intervención, no encontramos una diferencia estadística significativa entre los dos grupos de municipalidades. La fuerte similitud en tasas de infección en diferentes escalas de tiempo antes de la intervención, apoya fuertemente tratar a las cuarentenas como un experimento cuasi natural.”

En ninguna especificación estadística corrida por los investigadores, la variable cuarentena -movida por 4, 7 o 10 días para permitir un período incierto de la incubación del virus- pasa las pruebas de significancia estadística convencionales de su impacto sobre el número de infecciones. La única cosa que parece estar impulsando pruebas positivas en las municipalidades del Norte de Dinamarca, son las infecciones en días y semanas anteriores.

Como se observa en la Figura 1 del artículo, el número de infecciones por Covid en los dos grupos ya estaba declinando antes del inicio de las fuertes restricciones en las municipalidades bajo cuarentena ̶ y se mantiene descendiendo justamente igual en los dos grupos. En términos no estadísticos: al mirar condados idénticos, tan naturales como lo son los experimentos naturales, los investigadores no pueden detectar impacto alguno por las cuarentenas. Las cuarentenas no detienen, reducen o parecen afectar en forma alguna la diseminación futura de la enfermedad.

Lo que es destacable es que el estudio incluye una población lo suficientemente grande como para detectar ese cambio. Tiene grupos de prueba y control semejantes, con cientos de infecciones en cada uno de ellos. Había un gran impulso hacia examinar masivamente a ambos grupos, y así que virtualmente no había posibilidad de que los examinadores no detectaran un número significativo de infecciones. Los profesores reflexionan acerca del estudio y lo describen como

“[E]l más enfocado en espacio y tiempo conjunto de datos empíricos disponibles con suficiente poder estadístico, un grupo de control adecuado y homogéneo, exámenes casi totales, y con la contaminación más pequeña posible imaginable de variables confusionarias en un ambiente real.”

En gran contraste con las proyecciones aterradoras de modelos imaginados, este estudio mostró resultados reales con gente real viviendo sus vidas en una pandemia real. Puede ser que las cuarentenas funcionen en algunos ambientes, algunas jurisdicciones, y bajo ciertas condiciones. Pero, en un ambiente de cumplimiento voluntario, alta confianza en el gobierno y mucha información general asequible para el ciudadano, como lo es en Dinamarca (y otros países nórdicos y del Norte de Europa), las cuarentenas no parecen haber agregado algo para prevenir la diseminación.

Que este resultado sea exclusivo de una parte predominantemente rural de Dinamarca, o que más ampliamente se traduce a la cuarentena como una política preventiva, está por verse. Debido a que “ha carec[ido] de casos reales de control empírico,” la comunidad científica no ha sido capaz de sonsacar qué funciona y qué no funciona. Sin embargo, también, una cantidad de estudios recientes que tratan de sortear diferentes problemas en formas distintas, concluye que las cuarentenas no funcionan.

Lo que muestra el nuevo estudio de Jutlandia del Norte es que una forma extrema de cuarentena no funcionó en una de las sociedades más obedientes de la ley en el mundo. ¿Por qué, entonces, deberíamos esperar que las cuarentenas sean efectivas en cualquier otro lugar?

En joakim book & christian bjornskov institute for economic research spread January 12, 2021, puede verse la Figura 1: Niveles de infección reportados en la región administrativa de Jutlandia del Norte alrededor del momento de la cuarentena en noviembre (En azul: positivos nuevos diarios; en naranja: positivos vigentes sumados semanalmente). (A) Las siete municipalidades con órdenes de cuarentena. (B) Las cuatro municipalidades sin orden de cuarentena. Las líneas verticales indican los primeros y últimos días de efectividad de la orden (6 de noviembre y 9). Cualquier efecto tiene que emerger después de esto, pues también la prueba PCR toma tiempo en manifestarse en la población de positivos.

En joakim book & christian bjornskov institute for economic research spread January 12, 2021 puede verse la figura A2: incremento de la infección en diciembre. (A) Municipalidades con cuarentena. (B) Municipalidades sin cuarentena. Las líneas punteadas son promedios corrientes de 7 días. Las líneas verticales indican el día de efectividad del mandato (6 de noviembre) y el primer día en que los PCR positivos pueden posiblemente ser registrados (tres días). Este intervalo más pronto posible requiere casi intensidad perfecta de exámenes. El incremento en infección en diciembre es porcentualmente muy similar en ambos grupos (aproximadamente un aumento de 5 veces), confirmando, dentro del ruido, también la similitud post registro en el Identificador Nacional de Proveedores, puede verse.

Joakim Book es un escritor, investigador y editor, entre otras cosas, acerca de dinero, finanzas e historia financiera. Posee una maestría de la Universidad de Oxford y ha sido académico visitante del American Institute for Economic Research en el 2018 y el 2019. Sus trabajos han aparecido en el Financial Times, FT Alphaville, Neue Zürcher Zeitung, Svenska Dagbladet, ZeroHedge, The Property y en muchos otros medios. Es un escritor regular y cofundador del sitio sueco acerca de la libertad Cospaia.se, y escribe frecuentemente en CapX, NotesOnLiberty y HumanProgress.org.

Christian Bjørnskov es profesor de economía en la Universidad de Aarhus en Aarhus, Dinamarca. También está afiliad con el Instituto de Investigación de Economía Industrial (IFN) en Estocolmo, Suecia. El profesor Bjørnskov es profesor visitante en la Universidad de Göttingen y en la Universidad de Heidelberg, y está asociado con el Centro de Estudios Políticos de Copenhague y el Instituto de Estudios Económicos de Londres.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.