DESMITIFICANDO SIETE CRÍTICAS FRECUENTES A LA ECONOMÍA AUSTRIACA

Por Per Bylund
Mises Institute
25 de noviembre del 2020


Aclaremos algunas concepciones erradas acerca de la economía austriaca.

Si la gente desea descartar esta escuela de pensamiento, a lo que muchos se inclinan por razones políticas (no teóricas), al menos deberían hacerlo basados en hechos y conocimiento, no en falsedades. He aquí las correcciones:

“LA ECONOMÍA AUSTRIACA NO ES EMPÍRICA.”

Falso.

Los estudios empíricos (“historia”) son importantes en la economía austriaca y tienen un ámbito mayor que en la economía de la corriente principal. Mises trabajó en investigación aplicada en la Cámara de Comercio de Viena y fundó el Instituto Austriaco para la Investigación del Ciclo de los Negocios, para lo cual nombró a Hayek como su primer director. Es aquí en donde Hayek hizo mucha de su investigación acerca del ciclo de los negocios, que más tarde le dieron el premio Nobel. Lo que los críticos fallan en entender es la definición de los austriacos más reducida de teoría, que no es una colección hipótesis, sino de afirmaciones generales verdaderas. La “teoría” económica austriaca no puede desarrollarse usando mediciones incompletas e imprecisas de observaciones. Pero, esto no significa que los austriacos no puedan o no harán investigación empírica.

“LA TEORÍA ECONÓMICA AUSTRIACA NO ESTÁ RELACIONADA CON EL MUNDO REAL.”

Falso.

Los austriacos, siguiendo a Mises, derivan afirmaciones verdaderas acerca de la naturaleza de la acción humana: esto es, un comportamiento con un propósito; es decir, los actores apuntan a lograr algo que ellos consideran es tanto alcanzable como valioso, usando los medios que reconocen como apropiados y efectivos. La acción siempre tiene su lugar en el mundo real y es a través de nuestra experiencia en el mundo real como reconocemos que la naturaleza de la acción es, en efecto, verdadera. Lo que se deriva lógicamente de una afirmación verdadera acerca de una acción, no puede mágicamente perder su relevancia empírica sólo porque se deriva lógicamente, en vez de “dejar que los datos hablen.” Los austriacos mantienen la visión típica de los economistas desde, al menos, Adam Smith: que la teoría no puede ser derivada de observaciones. La teoría austriaca, como en la teoría económica tradicional clásica, es más como matemática que física empírica. La matemática produce afirmaciones a priori que usamos para entender lo que observamos. El que podamos calcular derivadas parciales, pero no observarlas, no las hace a ellas menos verdaderas en o acerca del mundo real. Es lo mismo con la economía austriaca.

“LA TEORÍA ECONÓMICA AUSTRIACA NO PUEDE EXPLICAR FENÓMENOS EN EL MUNDO REAL.”

Falso.

Similar a la previa concepción errada, esta afirmación evalúa la teoría austriaca usando una definición diferente de teoría. La economía de la corriente principal alega explicar más, incluso casos específicos, cuando adopta una definición de teoría más holgada y, por tanto, más amplia, lo que sólo la hace menos confiable. En sencillo, la economía de la corriente principal no puede afirmar la verdad. La economía austriaca puede, pues su teoría se deriva solo de un axioma verdadero (la acción como un comportamiento con un propósito) ̶ nada más allá de lo que puedes derivarse lógicamente disfruta del estatus de teoría. Los austriacos hacen la afirmación más fuerte, pero se adscriben a los límites más estrechos de la teoría. Esto no hace que la teoría no esté relacionada con el mundo real, sino que sea más confiable. Tal como, por ejemplo, los ingenieros usan verdadera matemática para hacer cálculos confiables acerca de proyectos del mundo real, los austriacos usan verdadera teoría económica como marco para descubrir los tejemanejes de la economía verdadera.

“LA ECONOMÍA AUSTRIACA NO PUEDE EXPLICAR POR QUÉ LA GENTE ACTÚA.”

Falso.

El axioma de la acción afirma exactamente por qué la gente actúa: busca obtener algo que personalmente valora, buscando cambiar su situación presente por una que se anticipa es mejor. Pero, es cierto que los austriacos no intentan explicar los procesos mentales que hacen que una persona valore una cosa por encima de otra. Sin embargo, ese no es el papel del economista. Al ser lógicos, los austriacos usan definiciones y distinciones muy estrictas y claras. Distinguen con claridad entre los reinos de la economía y la psicología, siendo el primero el estudio de la acción y sus efectos y, el último, el estudio de las motivaciones para el comportamiento. De manera similar, dentro de la economía, los austriacos distinguen entre teoría, que es a priori y verdadera, e historia, que es el estudio de datos empíricos bajo los lentes de la teoría. Es desafortunado que otras escuelas de pensamiento sean comparativamente descuidadas en sus definiciones y distinciones, lo que las hace menos confiables, menos académicas y, así, menos científicas.

“NO HAY FORMA DE REVELAR SI LA TEORÍA ECONÓMICA AUSTRIACA ES CORRECTA.”

Falso.

Si este fuera el caso, entonces, tampoco habría forma de decir si las afirmaciones de lógica, matemática, geometría, etcétera, son verdaderas. Ese claramente no es el caso. La afirmación comete el error de suponer que la teoría económica es inductiva y empírica, lo que no es cierto de la escuela austriaca (ver arriba) ̶ y no fue cierto de la economía sino hasta bien entrado el siglo XX. La economía era (y propiamente es) una ciencia deductiva.

“LA ECONOMÍA AUSTRIACA ES UNA APLICACIÓN IDIOSINCRÁTICA DE LA ECONOMÍA.

Falso.

La economía austriaca continúa la tradición de razonamiento económico de la economía clásica, pero agrega el análisis marginalista y la subjetividad del valor de Carl Menger. Es la economía moderna la que rompe con las raíces de la disciplina en la teorización social deductiva, debido a su envidia hacia la física, la matematización, su adentramiento en el reino de la psicología y la orientación hacia la ingeniería social eficiente por medio de la política, en vez del entendimiento de la economía de mercado.

“LA ECONOMÍA AUSTRIACA ES IDEOLÓGICA.”

Falso.

De las concepciones erradas esta es la más ridícula e ignorante. Note cómo la teoría económica austriaca es deductiva a priori y basada en la lógica. No hay espacio para la ideología. En efecto, esto hace que la economía austriaca sea mucho menos ideológica que las escuelas de pensamiento económico que se basan en análisis empíricos para teorizar, pues ese análisis necesariamente incluye un alto grado de interpretación (así entra fácilmente el punto de vista personal del teórico y a menudo lo hace). Lo que esta crítica significa es que el crítico tiene un resentimiento ideológico o emocional ante los mercados libres, típicamente afirmando que “los mercados no funcionan.” Los austriacos no hacen esas afirmaciones normativas, sino que sólo explican (al revelar) cómo funcionan los mercados: libres, intervencionistas, y centralmente planificados. El juicio de valor acerca de cuál es mejor no es parte de la teoría, pero, los austriacos pueden expertamente señalar si un medio es apropiado para el fin establecido. También, los austriacos primero teorizan correctamente acerca del libre mercado (es decir, una [inter]acción sin obstáculos), para después descubrir el impacto de influencias específicas (regulaciones, cambios en las preferencias, etcétera). Usted no puede entender cómo una influencia cambia las cosas, a menos que usted primero entienda cómo funciona la economía sin ella.

Formateado desde Twitter @PerBylund.

Per Bylund es profesor asistente de empresariedad y profesor Records-Johnson de la Libre Empresa en la Escuela de Empresariedad en la Universidad del Estado de Oklahoma.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.