Más evidencia de que las cuarentenas no logran el fin para el cual se nos dijo que se impondrían: desacelerar el Covid-19. Sus resultados deben tenerse presente cuando funcionarios públicos pretendan imponerla o aumentarlas aún más, por supuesto, bajo un mismo alegato de protegernos del virus, pero que, en realidad, parece causar más daños que beneficios.

3 ESTUDIOS QUE MUESTRAN QUE LAS CUARENTENAS NO TIENEN EFECTO EN DESACELERAR EL COVID-19

Por Jon Miltimore
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 9 de diciembre del 2020

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El daño colateral de las cuarentenas está bien documentado. No obstante, sus beneficios permanecen siendo turbios.

A través de los Estados Unidos y Europa, muchos funcionarios de gobierno están reasumiendo las cuarentenas y apretando restricciones a la luz de casos crecientes de COVID-19, hospitalizaciones y muertes.

El daño colateral de las cuarentenas, que ha sido bien documentado, incluye una pobreza diseminada, depresión, quiebras y desempleo. Entre tanto, los beneficios de las cuarentenas permanecen siendo turbios.

Varios estudios muestran que existe poca correlación entre las restricciones gubernamentales y menores tasas de muertes por el COVID. He aquí tres de ellos:

1. THE LANCET, JULIO

Un estudio publicado el 21 de julio en The Lancet, una revista semanal de medicina general, revisada por colegas, fundada en 1823, indicó que las cuarentenas gubernamentales no eran efectivas.

Los investigadores recolectaron datos de los 50 países con la mayoría de los casos y encontraron que las cuarentenas no estaban asociadas con reducciones de mortalidad en casos críticos del COVID-19, aunque sí lo estaban factores como obesidad, fumado y expectativa de vida.

“…acciones gubernamentales como cierres de fronteras, cuarentenas plenas y una tasa elevada de exámenes de COVID-19, no estaban asociadas con reducciones estadísticamente significativas del número de casos críticos o de la mortalidad general,” concluyó el estudio.

2. FRONTIERS IN PUBLIC HEALTH, NOVIEMBRE

Similarmente, un estudio publicado por Frontiers in Public Health varios meses después del artículo en The Lancet, encontró que ni las cuarentenas ni el grado de severidad de las cuarentenas, estaban correlacionadas con menores tasas de mortalidad. Los investigadores procesaron datos de 160 países durante los primeros 8 meses de la pandemia, poniendo a prueba a numerosos factores -como salud pública, demografía, política gubernamental, economía y medio ambiente- para determinar cómo cada uno de ellos se correlacionaba con la mortalidad por el COVID-19.

“La severidad de las medidas establecidas para luchar contra la pandemia, incluyendo a la cuarentena, no parece estar ligada con la tasa de mortalidad,” concluyeron los investigadores.

3. ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE TEL AVIV, OCTUBRE

Investigación de la Universidad de Tel Aviv publicada en octubre en el sitio en la red medRxiv, dijo que las cuarentenas estrictas pueden no salvar vidas. Los investigadores analizaron datos de movilidad recolectados de iPhones y no encontraron asociación estadística entre la severidad de la cuarentena y el número de fatalidades por el COVID-19.

“Habríamos esperado ver menos fatalidades por el COVID-19 en países con cuarentenas más severas, pero los datos revelan que ese no es el caso,” explicaron los investigadores.

BONIFICACIÓN: EL ANÁLISIS DE BLOOMBERG DE LOS DATOS DE SEVERIDAD DE LA UNIVERSIDAD DE OXFORD, MAYO

En un artículo de Bloomberg en mayo, titulado “The Results of Europe’s Lockdown Experiment Are In” [“Ya Están Aquí los Resultados con el Experimento Europeo en Cuarentenas”], la periodista de datos Elaine He compartió varias imágenes basadas en el trabajo hecho por la Escuela de Gobierno Blavatnik de la Universidad de Oxford, que rastreó un rango de medidas de severidad de los gobiernos a través de Europa.

La mortalidad por el COVID, dijo He, no parece estar asociada con la severidad de la cuarentena.

“Si bien no es una evaluación de si las decisiones tomadas fueron las correctas, ni de qué tan estrictamente se siguieron, el análisis brinda un sentido claro de la estrategia de cada gobierno para contener el virus,” escribe He.

“’Algunos -sobre todo Italia y España- aplicaron cuarentenas prolongadas y estrictas después de que las infecciones se dispararon,’ continúa He. ‘Otros -en especial Suecia- prefirieron un enfoque más distendido. Portugal y Grecia escogieron cerrar mientras los casos eran relativamente bajos. Francia y el Reino Unido tomaron más tiempo en decidir imponer las medidas más restrictivas.

Pero, como muestra nuestro siguiente gráfico, hay poca correlación entre la severidad de las restricciones de una nación y si administró para frenar las muertes en exceso ̶ una medida que mira al número total de muertes en comparación con las tendencias normales,’ concluye el reporte.” (énfasis mío)

Los funcionarios de salud pública creen que ellos pueden administrar un virus por medio de una planificación central efectiva, pero esa es una tontería y una arrogancia. El comportamiento y la acción humana son increíblemente complejos, demasiado complejos para que burócratas y funcionarios gubernamentales los controlen por medio de directrices de políticas (muchas de las cuales son prima facie insensatas).

Las pandemias son problemas serios, pero, la creencia de que ellas pueden ser efectivamente administradas por planificadores centrales, quienes se rehúsan a reconocer los límites de su propio conocimiento y poder, postula una amenaza más grave en el largo plazo a la libertad y prosperidad humana.

En su discurso al recibir el premio Nobel, el economista F.A. Hayek advirtió que tal arrogancia tenía el potencial de hacer del hombre “no sólo un tirano de sus semejantes sino… en el destructor de una civilización no diseñada por ningún cerebro, alimentada de los esfuerzos libres de millones de individuos.”

El reconocimiento de los limites abrumadores a su conocimiento debería enseñarle una lección de humildad al estudiante de la sociedad, creía Hayek.

Trágicamente, nuestros lideres están a punto de recibir una fuerte dosis de ella.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune. Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.