LA “AGENDA DE TRANSICIÓN” DE JOE BIDEN ESTÁ LLENA DE TOMAS DE PODER POR PARTE DEL GOBIERNO GRANDE

Por Brad Polumbo
Fundación para la Educación Económica
Martes 10 de noviembre del 2020


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La retórica de Biden se centra en restaurar el orden y la estabilidad en medio de una emergencia, pero los detalles de su agenda de transición involucran una agitación radical de nuestra economía.

Joe Biden planea ponerse a trabajar de inmediato después del día de su inauguración como presidente.

Joe Biden y su compañera de fórmula, Kamala Harris, han publicado una ambiciosa agenda de transición que esperan poner en práctica después de asumir el poder. Incluye varios asuntos principales: COVID-19, estímulo económico, igualdad racial y cambio climático.

Si bien Biden hizo su campaña como un Demócrata moderado, esta agenda de transición es muy radical. Incluye todo un conjunto de políticas que van más allá de la retórica de un “regreso a la normalidad” que definió su campaña.

Por ejemplo, Biden prometió responder a la continuada pandemia del COVID-19 haciendo uso adicional de la Ley de Defensa de la Producción. La ley de emergencia permite que el gobierno federal se apropie del control de industrias privadas y dictar su manufactura. Biden dice que él usaría ese poder para comandar a más manufactureros privados y obligarlos a aumentar el suministro estadounidense de Equipo de Protección Personal (EPP).

También, Biden dice que usaría la crisis del COVID-9 como causa para impulsar una expansión masiva del control gubernamental sobre el cuido de la salud de los estadounidenses.

Según su sitio de transición, Biden promoverá una “opción pública” manejada por el gobierno que “compita” con las empresas de salud privadas.

Como lo ha explicado la analista de cuido de la salud del Pacific Research Institute, Sally Pipes, esto conduciría en poco tiempo al cuido de la salud socializado. ¿Por qué?

Bueno, el gobierno puede obligar a los proveedores médicos a aceptar tarifas más baratas y subsidiarse a sí mismo. Las empresas no pueden hacer eso. Ninguna empresa privad

Biden dice que su plan es necesario en nombre de una respuesta de emergencia ante la pandemia. Pero, su opción gubernamental mostraría ser más que una medida de corto plazo ̶ ciertamente pondría a los Estados Unidos en camino de un cuido de la salud para todos permanentemente manejado por el gobierno.

En el frente económico, la retórica de Biden se centra en restaurar el orden y la estabilidad, pero los detalles de su agenda de transición involucran una agitación radical de nuestra economía hacia una mayor intervención y control estatal.

Por ejemplo, el plan de Biden de recuperación económica de emergencia incluye, permanentemente, poner en práctica un salario federal mínimo de $15. Deslizada en su respuesta a la crisis, esta provisión pondría controles nacionales de precios en el mercado de trabajo y, según la no partidaria Oficina del Presupuesto del Congreso, eliminaría millones de empleos.

Es correcto: Biden ha colado una política económica de gobierno grande altamente debatida dentro de la letra menuda de su plan de emergencia ante el COVID-19. Y esta quieta reforma económica va más allá del salario mínimo.

“Este no es el momento de sólo reconstruir la forma en que las cosas eran antes, con las debilidades estructurales y desigualdades de la vieja economía aún en pie,” se lee en el sitio de transición de Biden. “Es el momento de imaginar y construir una nueva economía estadounidenses para nuestras familias y la próxima generación.”

Esta revisión incluiría un rescate financiero federal a estados y gobiernos locales en quiebra y una expansión adicional a lo que se suponía sería un aumento de corto plazo, ultra generoso, de beneficios por desempleo. De hecho, ¿se acuerda que los beneficios pagaban hasta un 70 por ciento del ingreso para el desempleado, por permanecer en su casa bajo asistencia en vez de regresar a trabajar?

Biden quiere extender lo que se vendió como una medida de emergencia. (Y, estoy seguro, prorrogarla después y después…)

El desincentivo obvio para trabajar así creado, evidentemente no le preocupa a Biden, o, él ha decidido que es un precio que vale la pena pagar por una expansión masiva del estado de bienestar. Así que, también, Biden se aprovecharía de la pandemia para inyectar aún más al gobierno dentro del mercado laboral por medio de la creación de los “Cuerpos de Trabajadores de la Salud Pública.”

Y, como parte de esta respuesta económica a la “emergencia,” Biden quiere que se apruebe la Ley PRO, una ley que destruiría permanentemente muchos empleos de la economía colaborativa y borraría las leyes de derecho a trabajar en todo el país.

Ah, y por supuesto, no se olvide del cambio climático.

También, la agenda de transición Biden-Harris promete encarar de inmediato el cambio climático y “lograr un sector energético libre de contaminación de carbono para el 2035.” En busca de este objetivo drástico, inyectarían recursos para el mejoramiento de 4 millones de edificios y 2 millones de viviendas, así como promovería la construcción de 1.5 millones de nuevas unidades de vivienda “sostenibles.”

Debemos reconocer que todas estas revisiones de políticas son eminentemente debatibles. Mientras que los partidarios del mercado libre y los conservadores fiscales sin duda que encontrarán que muchas de ellas son dañinas, gente de buena voluntad podría apoyar la agenda de Biden.

Lo que es realmente desalentadora es la forma silenciosa en que provisiones de políticas claramente radicales se han deslizado en la agenda de transición de Biden y en la respuesta a la emergencia. En esto, podemos observar uno de los peligros perennes del poder gubernamental ̶ que se aprovechará de emergencias para expandirse, a la vez que nunca retrocede.

Este es el peligro que el economista Robert Higgs identificó en su trabajo fundamental Crisis and Leviathan, como “el Efecto de Trinquete.” Como escribí con anterioridad:

“Higgs mostró cómo, a través de la historia, las crisis han sido usadas para justificar apropiaciones gubernamentales del poder. Después de cada crisis, el gobierno cede algo de poder, pero nunca su totalidad. Como resultado, el poder del gobierno federal (el Leviatán) ha hecho ‘un trinquete,’ crisis tras crisis, a lo largo de los últimos cien años.”

Aparentemente, esto es lo que se espera que construya la agenda de transición.

Por supuesto, Biden y Harris tienen todo derecho a proponer su agenda de gobierno grande, progresista, una vez que estén a cargo. Sin embargo, todos deberíamos demandar que sean sinceros con pueblo estadounidense, acerca de qué es lo que están haciendo.

De otra forma, millones podrían estar de acuerdo, sin darse cuenta, en tomas permanentes del poder por el gobierno -enmascaradas como medidas de emergencia de corto plazo- de las que bien podríamos nunca ser capaces de revertir.

Brad Polumbo es un periodista libertario-conservador y Compañero Escritor Eugene S. Thorpe en la Fundación para la Educación Económica.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.