MUERTE POR CUARENTENA

Por Jeffrey A. Tucker
American Institute for Economic Research
2 de noviembre del 2020

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como jeffrey a. tucker institute for economic research death November 2, 2020 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

El 28 de marzo -muy temprano en la pandemia- AIER publicó un artículo que, en ese momento, sentí que había recibido muy poca atención. “Drogas, Suicidio y Crimen: Estudios Empíricos de las Pérdidas Humanas por la Cuarentena,” de los economistas Audrey y Thomas Duncan, citó literatura empírica acerca de las pérdidas humanas por la devastación económica.

El artículo predijo más de 100.000 muertes en exceso debido a sobredosis de drogas, suicidio, alcoholismo, homicidio y depresión no tratada ̶ todo ello resultado, no del virus, sino de políticas de separación humana obligatoria, recesión económica, cierres de negocios y escuelas, servicios médicos cerrados y la depresión general que viene con una pérdida de libertad y elección.

Estos dos economistas demostraron que, aún con lo malo que es un virus, las políticas que destruyen el funcionamiento normal de la sociedad causarán sufrimiento y muerte masivo y totalmente innecesario. Debido a que el artículo contenía muy buenas citas, con referencias a toda la literatura disponible, pensé que haría una diferencia. Pero, después de que apareció, se escucharon los cantos de grillos. Yo estaba asombrado. Ahí tenía usted una bella pieza de investigación que hacía un pronóstico perfecto de la pesadilla que estaba siendo creada por políticos y sus asesores, y no hizo mella en la narrativa nacional.

Aquí estamos, siete meses después y lo peor se ha hecho una realidad. Esos dos economistas deberían ser considerados profetas. Efectivamente, los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) han documentado un número impactante de muertes en exceso no por el Covid.

Lo resume Scott Atlas:

  • Hispanos: 40% de muertes en exceso NO relacionadas con el Covid
  • Negros: 46% NO relacionadas con el Covid
  • Blancos: 38% NO relacionadas con el Covid
  • Edades entre 25 y 44: 77% de muertes en exceso NO relacionadas con el Covid
  • Edades de 65 y más: 39% NO relacionadas con el Covid

Los datos más sorprendentes tienen que ver con el grupo de edad entre 25 y 44 años. Este es un grupo con una tasa de fatalidades relacionadas con la infección del Covid de 0.0092%, lo cual es decir que escasamente del todo es una enfermedad para casi todo mundo en este grupo. Y, sin embargo, ellos están muriendo a una tasa muy superior a la esperada y principalmente por casos no relacionados con el Covid. No debería haber muertes en exceso. En vez de ello, encontramos gente que está cayendo muerta en formas que son impactantes.

Los cuatro cuadros de la “Figura 2: Cambio porcentual en el número semanal de muerte en el 2020, con respecto al promedio de las mismas semanas durante el 2015-2019, por grupo etario, Estados Unidos 2015-2019 y 2020,” pueden encontrarse en jeffrey a. tucker institute for economic research death November 2, 2020.

Estas muertes en exceso han afectado profunda y desproporcionadamente a comunidades de minorías.

Los cuatro cuadros de la “Figura 3: Cambio porcentual en el número semanal de muerte en el 2020, con respecto al promedio de las mismas semanas durante el 2015-2019, según raza y etnicidad hispana, Estados Unidos 2015-2019 y 2020,” pueden verse en jeffrey a. tucker institute for economic research death November 2, 2020.

La parte relevante de este gráfico de la CDC, el cual marca las muertes por encima de las esperadas este año, son las porciones azules y negras del gráfico, que indicaron las muertes no por el Covid.

El gráfico citado puede encontrarse en jeffrey a. tucker institute for economic research death November 2, 2020.

Ahora considere el intento de la CDC de tapar lo que realmente está pasando aquí, al tratar cuidadosamente de no usar la palabra cuarentena.

“En general, un estimado de 299.028 muertes en exceso han ocurrido en los Estados Unidos desde fines de enero hasta el 3 de octubre del 2020, con dos terceras partes de estas atribuidas al COVID-19. Los incrementos porcentuales mayores se dieron entre adultos con edades entre 25 y 44 años y entre personas hispanas o latinas (hispanas). Estos resultados brindan información acerca del grado en que las muertes por COVID-19 pueden ser sub comprobadas e informa de los esfuerzos por prevenir la mortalidad directa o indirectamente asociada con la pandemia con el COVID-19, tales como los esfuerzos por minimizar las disrupciones en el cuido de la salud.

Esta es la forma de la CDC de decir: estas políticas están matando gente. En cuanto a minimizar las disrupciones en el cuido de la salud, aquí un elemento importante es que la gente ha estado evitando este año recibir el cuido de su salud, por temor al Covid, por temor al trazado de los contactos, y, también, porque muchos servicios médicos se reservaron obligadamente para gente con Covid, y al diablo con todos los demás. Ciertamente se han visto alterados los exámenes de cáncer, chequeos de rutina, procedimientos normales, por no decir algo de servicios de dentistería. Ahora podemos ver la carnicería a plena luz del día.

El reporte evita especular acerca de las causas de estas muertes misteriosas, pero ofrece esta pista:

“Específicamente, las muertes por enfermedades circulatorias, la enfermedad de Alzheimer y la demencia, y las enfermedades respiratorias han aumentado en el 2020, comparado con años previos, y no es claro en qué grado representan muertes mal calificadas por el COVID-19 o muertes indirectamente relacionadas con la pandemia (por ejemplo, debido a disrupciones en el acceso o utilización del cuido de la salud).”

Esa es una forma algo fría de decir que las cuarentenas han fallado completamente en proteger a los más vulnerables y que, más bien, también aumentaron las muertes entre la población de más edad.

De lo que conozco, esta es la primera contabilización de lo que ha estado pasando por debajo de la superficie cubierta por el Covid, tópico acerca del cual los medios casi del todo no han demostrado interés alguno. Usted puede leer en la Asociación Médica de los Estados Unidos acerca de sobredosis, o ver un resumen completo de las noticias ABC (algo raro).

La gente está muriendo en todas las demografías debido a la transformación radical de la vida en sí. Además, nueva investigación está mostrando que ha habido un aumento enrome en muertes en exceso en asilos de ancianos, probablemente debido a la desesperanza y soledad, al impedirse visitas de familias.

Todo el panorama es extraordinario y profundamente trágico. También era totalmente predecible. En vez de lidiar racionalmente con un virus de libro de texto, tal como lo hemos hecho durante todo el siglo XX, nos embarcamos en un nuevo experimento social y político de las cuarentenas. Nosotros intentamos intimidar un virus con PhDs y el poder político, esperando que pudiera marchitarse y morir, y, al hacerlo así, invalidamos dramáticamente la libertad humana y el funcionamiento de la sociedad. ¿Qué hemos conseguido? Una carnicería masiva, y un virus que todavía está con nosotros.

Jeffrey A. Tucker es director editorial del American Institute for Economic Research. Es autor de muchos miles de artículos en la prensa académica y popular y de nueve libros en 5 idiomas, siendo el más reciente Liberty or Lockdown. También es editor de The Best of Mises. Es conferenciante habitual en temas de economía, tecnología, filosofía social y cultura.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.