Y todavía aparecen algunos que consideran que el proceso electoral en Venezuela es justo y que todas sus elecciones han sido victorias claras y honestas para el dictador.

EL ENÉSIMO FRAUDE ELECTORAL EN VENEZUELA

Por Álvaro Vargas Llosa
Independent Institute
Viernes 23 de octubre del 2020


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El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, está preparando un nuevo fraude electoral para el 6 de diciembre, cuando él tendrá una elección parlamentaria que le entregará el control de la Asamblea Nacional. Para empeorar las cosas, parte de la oposición está facilitando este resultado. Enrique Capriles, el candidato que corrió contra Maduro en la última elección presidencial, es cómplice del fraude que el gobierno está organizando ̶ ha roto filas con otros 27 partidos y anunciado que participará su organización política.

La Asamblea Nacional ha estado bajo el control teórico de la oposición desde el 2015, cuando la Coalición por la Unidad Democrática logró, a pesar de limitaciones severas impuestas por el gobierno y actos de intimidación sistemáticos, obtener una mayoría de los asientos. Sin embargo, en la práctica, el gobierno ha usado diversas herramientas para reducir la Asamblea a la impotencia. Entre otras cosas, en el 2017, la Corte Suprema, una institución altamente supeditada a Maduro, asumió todos los poderes parlamentarios, asegurándose que ninguna decisión proveniente de la Asamblea tuviera significación alguna.

Dicho forcejeo condujo a la crisis del 2019, cuando la Asamblea determinó que Maduro era un presidente ilegítimo y, basada en la constitución, eligió a Juan Guaidó, cabeza de la Asamblea, como presidente interino. La movida condujo al reconocimiento de Juan Guaidó por más de cincuenta países, incluyendo a Estados Unidos. Aunque la presión internacional y varios intentos de deponer a Maduro fallaron en derrocar al régimen, el aislamiento diplomático y la crisis doméstica (debido a la economía catastrófica y a la violencia cinco millones de venezolanos han huido del país) dificultaron la vida del dictador. Esta es la razón de su obsesión por tomar el control de la mayoría de los asientos en la Asamblea y hacer que sea insostenible la posición de Guaidó. En sus cálculos, eso obligaría a los países que reconocen a Guaidó a abandonarlo y apoyar alguna forma de negociación que deje a Maduro en el poder.

Una gran mayoría de la oposición está boicoteando la elección parlamentaria del 6 de diciembre. A la mayoría de las figuras importantes de la oposición se les ha prohibido participar en cualquier elección, el gobierno no está permitiendo manifestaciones y otras actividades de campaña y el cuerpo electoral es notorio, al igual que la Corte Suprema, en cometer fraude electoral tras fraude electoral. Pero, Capriles, y unas pocas otras figuras prominentes que se sienten relegados a un lado ante el surgimiento de Guaidó, han encontrado una oportunidad de tomar protagonismo. Han estado de acuerdo en que sus partidos presenten candidatos parlamentarios, aun cuando a ellos mismos no se les permite aspirar a un cargo, debido a una prohibición sustentada en cargos de corrupción inventados.

Desde el inicio, algunos países gobernados por líderes de izquierda o de centro-izquierda han estado incómodos ante el reconocimiento de Guaidó como presidente interino. España, cuya voz tiene peso en asuntos de la Unión Europea o de Latinoamérica, es uno de ellos. El hecho de que ahora la Unión Europea esté promoviendo un nuevo diálogo entre el régimen de Maduro y la oposición, a pesar del fracaso de intentos previos, y los contactos que Europa ha establecido con Maduro para tratar de persuadirlo de que posponga la elección de diciembre, a cambio de enviar observadores y legitimar su resultado, indica que hoy el frente internacional está tan dividido como la oposición doméstica.

Hasta el momento, Maduro no ha mostrado estar dispuesto a hacer concesiones aún a potenciales aliados internacionales y está determinado a llevar a cabo su fraude electoral el 6 de diciembre, lo cual hará que sea muy difícil para la Unión Europea aceptar los resultados. En todo caso, el problema verdadero siempre ha sido la vida al interior de la dictadura venezolana, no el juego de ajedrez diplomático. El fin de la Asamblea dirigida por la oposición, si bien este cuerpo nunca fue capaz de actuar efectivamente, significará un duro golpe para la causa de la libertad en Venezuela.

Álvaro Vargas Llosa es compañero sénior del Independent Institute. Sus libros allí incluyen Global Crossings, Liberty for Latin America y The Che Guevara Myth.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.