No hace mucho alguien me preguntó qué era eso de “por traslación” y “retro traslación” de los impuestos. Pues este comentario explica bien el caso de la propuesta de Biden de aumentar los impuestos a los ricos, y de cómo estos se trasladan a los trabajadores (retro traslación), o bien mediante precios más altos de los productos producidos hacia los consumidores (pro traslación). Y ahora muchos claman por mayores impuestos a “los ricos.” Que serán trasladados a los consumidores y a los trabajadores.

EL PLAN ECONÓMICO BIDEN/HARRIS

Por John C. Goodman
Independent Institute
5 de octubre del 2020


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Joe Biden quiere aumentar los impuestos sobre los ricos, pero también subsidiarlos.

Los economistas del Goodman Institute, Lawrence Kotlikoff y Alan Auerbach, fueron los cerebros detrás de la reforma de impuestos (Ley de Recorte de Impuestos y Empleos del 2017). Mucho de lo que esos economistas recomendaron se convirtió en ley, incluyendo una reducción de la tasa más alta del impuesto a las empresas, desde un 35% a un 21%.

Los economistas predijeron (economists predicted) que resultaría en un gran influjo de capital desde el exterior, inversión incrementada y salarios más altos. También estimaron que la nueva ley tributaria sería igual de progresiva (just as progressive) (o hasta más) que la ley que reemplazaba. Aunque claramente el coronavirus ha disminuido las cosas, un capital de más de $1 millón de millones ($1 trillion in capital) ha sido repatriado por empresas estadounidenses.

El candidato presidencial Joe Biden está proponiendo aumentar el impuesto a las empresas a un 26%. A su compañera de papeleta, Kamala Harris, le gustaría devolver la tasa del impuesto a aquel 35% ̶ dándonos la tasa de impuestos a las utilidades de las empresas más alta del mundo. Virtualmente, todos los grupos respetables de modeladores de la economía predicen que impuestos mayores a las empresas son una carga para todos los grupos de ingresos ̶ a pesar del alegato de Biden (Biden’s claim) de que nadie con un ingreso inferior a los $400.000 se vería afectado.

La Oficina del Presupuesto del Congreso y la mayoría de los modeladores privados asumen que un 25% del impuesto a las empresas recae sobre la mano de obra y que el 75% cae sobre los dueños del capital. Sin embargo, Kotlikoff y sus colegas, usando el modelo más sofisticado de flujos internacionales jamás desarrollado, estiman que virtualmente todo el impuesto sobre las empresas es pagado por la mano de obra (paid by labor). Esto implica que los impuestos a las empresas son, en realidad, bastante regresivos (quite regressive).

En otras palabras, un impuesto a las utilidades de las empresas es un impuesto al trabajo, no un impuesto al capital.

En un estudio con economistas del banco de Reserva Federal de Atlanta, Kotlikoff y Auerbach estiman que la familia promedio de Estados Unidos puede esperar una ganancia a lo largo de su vida de $25.000 (lifetime gain of $25,000) debido a la ley de reforma tributaria del 2017. Dependiendo de cuánto de la ley es repelido, las familias de ingreso moderado tienen mucho que perder.

Una cantidad de propuestas de políticas es sorprendentemente antiliberal. Por ejemplo:

• Biden propone un subsidio a las primas del Obamacare del 40% para las familias de mayores ingresos, quienes actualmente no reciben subsidio alguno en las bolsas de seguro de salud. Como porcentaje del ingreso, los compradores ricos obtendrían la misma ayuda que reciben los casi pobres.

• Él propone reducir la edad de elegibilidad para el Medicare hasta los 60 años. Sin embargo, según la más reciente Encuesta de Población Actual (Current Population Survey), este grupo etario tiene ingresos superiores al promedio y una riqueza superior a la del promedio. Es más, de los casi 30 millones de personas en Estados Unidos que actualmente no tienen seguro, sólo alrededor de 1.7 millones son adultos mayores. Si estas personas compran su propio seguro de salud y tienen ingresos por debajo del promedio, ya ellos tienen derecho a los mismos subsidios que tiene cualquier otro ciudadano. Si ellos reciben más ingresos para poder calificar para recibir los subsidios según la ley actual, ellos enfrentan primas que se mantienen artificialmente bajas. De hecho, en comparación con primas actuarialmente justas, este grupo etario es el más favorecido de todos.

• Él propone hacer que los dos primeros años de universidades de las comunidades no paguen matrícula. Sin embargo, probablemente no hay otro factor que por sí solo explique mejor la desigualdad, que la posesión de un título universitario (possession of a college degree) y el bache entre el ingreso de graduados universitarios y graduados no de universidades ha estado creciendo con el paso del tiempo. Además, los estudiantes de familias de bajos ingresos que asistan a las universidades, ya casi no están pagando matrícula (paying almost no tuition).

• Él propone revertir el progreso de la administración Trump en desregulación. Sin embargo, Casey Mulligan (economista de la Universidad de Chicago y anterior miembro del Consejo de Asesores Económicos) estima que los efectos económicos de la regulación son muy regresivos. El costo de la carga regulatoria de Burden igualaría a un 15.3% del ingreso del quintil más bajo de la distribución del ingreso, pero sólo al 2.1% del quintil superior.

• Aunque no está incluido en su sitio en la red, Biden ha daño apoyo verbal a la remoción del tope a la deductibilidad de los impuestos locales y estatales, y esta es una prioridad alta de los demócratas en el Congreso. Sin embargo, economistas de la Institución Brookings (Brookings Institution economists) estiman que sólo este cambio impositivo, sería más valioso para los ricos que para el resto combinado del paquete de reforma impositiva del 2017.

Dicho todo eso, el plan económico de Biden pide nuevos impuestos para los ricos, alegando que ellos no pagan “su porción justa.” Uno se pregunta, ¿cuál sería la porción justa? El 1 por ciento más alto de generadores de ingresos en Estados Unidos ya paga alrededor del 38.5% de todos los impuestos al ingreso. El 10 por ciento más alto paga el 70%. Y, actualmente, los Estados Unidos tiene el sistema de impuestos al ingreso más progresivos del mundo (most progressive income tax system in the world).

El rompecabezas es este, ¿Por qué? ¿Por qué imponer un montón de nuevos impuestos a los ricos y, después, darse la vuelta y darles a ellos un montón de nuevos beneficios?

Lo que aquí falta es algún propósito de política pública defendible moralmente (morally defensible public policy purpose) ̶ lo que George Bush llamó una vez “la cuestión de la visión.”

También publicado en Forbes, el lunes 28 de setiembre del 2020.

John C. Goodman es uno de los principales pensadores del país en asuntos de política de la salud. Es presidente del Goodman Institute for Public ¨Policy Research, compañero senior del Independent Institute y autor del aclamado libro Priceless: Curing the Healthcare Crisis.

Traducido por Jorge Corrales Quesada