Cada vez entendemos más del por qué la OMS impulsó las torpes medidas de cuarentenas que tanto daño han causado y lo poco eficientes que han sido para contener la diseminación y la mortalidad por la pandemia.

QUÉ HAY DETRÁS DEL MENSAJE MIXTO DE LA OMS ACERCA DE LAS CUARENTENAS

Por Stacey Rudin

American Institute for Economic Research
14 de octubre del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede buscarlo en su buscador (Google) como stacey rudin institute for economic research WHO October 14, 2020 y si quiere acceder a las fuentes, dele clic en los paréntesis azules.

La semana pasada. en un importante alejamiento de meses de mensajes a favor de cuarentenas, el enviado británico a la Organización Mundial de la salud (OMS), el Dr. David Nabarro, les pidió a los líderes mundiales que dejaran de poner a sus países en cuarentena (called for world leaders to stop locking down their countries) y a la economía como el “método primario” para controlar al COVID-19. “Quiero decirlo de nuevo: nosotros en la Organización Mundial de la Salud no promovemos las cuarentenas como el medio principal de control de este virus,” le dijo el Dr. Nabarro a The Spectator (Dr. Nabarro told The Spectator).

“El único momento en que creímos que se justificaba fue para comprar tiempo para reorganizar, reagrupar, rebalancear sus recursos, proteger sus trabajadores de la salud exhaustos, pero, en general, mejor no lo hagamos.” La posición del Dr. Nabarro se pone en línea con la Declaración de Great Barrington (Great Barrington Declaration), de la cual él habló muy a favor, en que 30.000 científicos y expertos en la salud pública se unieron para abogar por un regreso inmediato a la vida normal para aquellos que tienen un riesgo bajo. Nabarro y los miles de firmantes de la Declaración opinan que este enfoque minimizará la mortalidad general y disminuirá la carga desproporcionado de las cuarentenas sobre la clase trabajadora y los menos privilegiados.

El día después de que Nabarro hizo sus comentarios, el director general de la OMS Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus directamente le contradijo, declarando que levantar las cuarentenas sería una receta para “innecesarias infecciones, sufrimiento y muerte.” Tedros alega que la inmunidad de rebaño puedo sólo lograrse “con seguridad” por medio de la vacunación, conclusión basada en la premisa de un supuesto aterrador cual es que el desarrollo de una vacuna segura y efectiva esté garantizado, y la premisa dudosa de que las infecciones naturales pueden frenarse “tanto tiempo como se requiera” para preparar y distribuir la vacuna. No obstante, según Tedros, no hay otra forma: “permitir un virus peligroso que no entendemos a plenitud que corra libremente es simplemente no ético. No es una opción” (allowing a dangerous virus that we don’t fully understand to run free is simply unethical. It’s not an option.)

Es difícil reconciliar esta posición con los datos de estados y naciones que no impusieron una cuarentena por el COVID-19. Por ejemplo, la mortalidad por todo tipo de causas en Suecia para el 2020 es la promedio ̶ increíblemente, la nación tenía una mortalidad per cápita mayor hace tan sólo cinco años, un año en que no hubo pandemia. Este hecho innegable, fácilmente verificable, es impactante a la luz de la aniquilación de la economía mundial, bajo la premisa de “frenar” un patógeno “altamente mortal.” Lejos de ser “no ético,” permitir que el virus “anduviera libre” produjo un resultado mucho mejor que las cuarentenas estrictas, como aquellas impuestas en Argentina y el Peru ̶ sin embargo, Tedros lo está ignorando. La pregunta es ¿por qué?

EL CAMINO DESPEJADO POR CHINA PARA EL DIRECTOR GENERAL DE LA OMS

En el 2017, Nabarro y Tedros compitieron por el puesto de director general de la OMS. Por primera vez, la posición se llenó mediante el voto directo de los estados miembros, y no por la junta directiva de la OMS. La candidatura de Tedros se vio envuelta en varios escándalos. Etíopes y ciudadanos del globo preocupados les rogaron a los países que votaban en la elección que rechazaran a Tedros, pues él representaba representante de un régimen político represor (reject Tedros because he was a representative of a repressive political regime), que había ayudado a construir y mantener un estado de vigilancia con una total ausencia de transparencia gubernamental (surveillance state with a total lack of government transparency). Los críticos dijeron que Tedros se sentía “cómodo con el secretismo de los estados autocráticos (comfortable with the secrecy of autocratic states) ̶ una característica que podría causar estragos en el mundo si él asumía una posición de poder dentro de la OMS.

También, Tedros fue criticado por su papel al encubrir la epidemia de cólera mientras que fue ministro de Salud de Etiopía entre el 2005 y el 2012. Tedros rechazó sumariamente la queja, formulada por uno de los asesores de Nabarro, asimilándola a la reapertura de la investigación de James B. Comey del servidor de correo privado de Hillary Clinton, sólo días antes de la elección presidencial del 2016. Él también le atribuyó motivos raciales y elitistas a su acusador, alegando que “gente que respalda al Dr. Nabarro tienen una ‘mentalidad colonial típica dirigida a ganar a cualquier costo y descreditando a un candidato de un país en desarrollo’” (Dr. Nabarro’s backers have a ‘typical colonial mind-set aimed at winning at any cost and discrediting a candidate from a developing country.)

A pesar de lo dicho, los hechos indisputables muestran a un ministro de Salud que está haciendo una de dos cosas: negar groseramente hacer exámenes de prueba por el cólera, o priorizar intencionalmente la economía de su nación antes que proteger a la gente del cólera. Tedros alegó que los brotes, de lo que él llamó una “aguda diarrea acuosa,” en el 2006, 2009 y 2011, no eran de cólera, si bien no pudo producir un examen que excluyera al patógeno mortal, y los vecinos Somalia y Kenia mostraron al cólera como la causa de sus propios brotes simultáneos (simultaneous outbreaks). Tedros alegó que hacer exámenes en su país era “demasiado difícil,” pero esto lo desmintió el hecho de que expertos externos pudieron hacer los exámenes y encontrar pruebas de la bacteria del cólera en muestras de heces (stool samples). Hacer exámenes en busca del cólera es sencillo y requiere menos de dos días (takes less than two days). Es difícil valorar por qué expertos externos y otros países fueron capaces de hacer exámenes, mientras que el gobierno etíope no pudo.

El cólera puede matar a una persona en tan poco como cinco horas. Las noticias de brotes de cólera pueden tener un impacto rápido y devastador sobre la economía de un país, así que, algunas veces, las naciones africanas fallan en declarar emergencias de cólera, aún cuando saben que es un hecho que tienen una. Por ejemplo, durante el brote del 2006, Etiopía “no compartió los resultados de pruebas de laboratorio desde que [empezó el brote]” pues “ello puede significar algunas pérdidas económicas serias, en especial en términos del comercio y el turismo internacional” (“it can mean some serious economic losses, especially in terms of international trade and tourism”), dijo Kebba O. Jaiteh, funcionario de emergencias de la OMS en Etiopía.

Durante brotes previos de cólera en Etiopía (o de la “aguda diarrea acuosa,” dependiendo de a quién le cree), los medios The Guardian y The Washington Post investigaron y reportaron que funcionarios etíopes “estaban presionando a las agencias de ayuda para que evitaran usar la palabra ‘cólera’ y que no reportaran el número de personas afectadas (“were pressuring aid agencies to avoid using the word ‘cholera’ and not to report the number of people affected.”) Una investigación de Human Rights Watch encontró que el gobierno etíope “estaba presionando a sus trabajadores de la salud para que evitaran toda mención de cólera, que pudiera dañar la imagen del país y desalentar a turistas (“was pressuring its health workers to avoid any mention of cholera, which could damage the country’s image and deter tourists.”) A pesar de esta acumulación de evidencia, Tedros se mantuvo firme en negarlas, impidiendo que se le entregara ayuda a Etiopía: la ONU no puede actuar sin permiso y sin una declaración de un brote.

También, no se hacen asequibles vacunas cuando un país falla en declarar un brote de cólera, así que Tedros les negó a sus compatriotas esta opción, aún cuando sus vecinos en Somalia y Kenia la recibieron. Esto parece haberse escapado de ser notado por el Dr. Seth Berkley, principal funcionario ejecutivo de Gavi, la alianza de vacunas, quien alabó el “compromiso” de Tedros con la salud humana y la vacunación: “Es claro el compromiso de Tedros con la inmunización. Su trabajo con Gavi siendo ministro de salud de Etiopía le ayudó a elevar la proporción de niños alcanzados con la vacuna de menos de la mitad a más de dos tercios.” (“Tedros’s commitment to immunization is clear . . . His work with Gavi as Ethiopia’s health minister helped boost the proportion of children reached by vaccines from less than half to more than two-thirds.” Otros defensores de Tedros incluido el anterior director de los Centros para el Control y Diseminación de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC), Tom Frieden, a quien Obama nombró para encabezar la Agencia para el Registro de Sustancias Tóxicas y Enfermedades. Frieden alabó a Tedros como “una elección excelente para dirigir la OMS” (an excellent choice to lead the WHO), y verbalmente hoy está de acuerdo con Tedros (vocally agrees with Tedros) en cuanto a las cuarentenas, mascarillas y distanciamiento social.

Quien más fuertemente respaldó a Tedros durante estas controversias no fue un individuo sino un gobierno: China. Como lo describió un escritor de opiniones en la prensa de India (Indian press), “China apoyó a Tedros.” La apatía estadounidense en la arena de la salud pública ha permitido que China “colonice” la salud global:

“Una razón por la cual Tedros se ha salido con tan desvergonzado amiguismo es que Estados Unidos pone poca o ninguna atención a la salud pública global, excepto tirar dinero como un papaíto rico… China empezó un esquema de colonización global de la salud y ganó pues Estados Unidos no pensó que fuera lo suficientemente importante. Los chinos se apalancaron en sus inversiones a través de África para respaldar a Tedros, [y] también que Paquistán retirara su candidato que se estaba oponiendo a aquel, dicen fuentes… las credenciales diplomáticas de India ayudaron a encubrir el pasado obscuro de Tedros y el hecho de que su principal respaldo fuera una dictadura comunista (and the fact his main backer was a Communist dictatorship).”

“HE TENIDO SU RESPALDO, Y USTEDES HAN TENIDO EL MÍO”: TEDROS RESPALDA LA ESTRATEGIA CHINA DE “SUPRESIÓN” DEL COVID-19

Lleguemos rápidamente a la epidemia del COVID-19. A principios del 2020, Tedros hizo grandes esfuerzos por felicitar a China ante su respuesta al “novedoso coronavirus.” El 30 de enero, la OMS emitió una declaración (issued a statement) alabando efusivamente a la respuesta china, destacando el “compromiso con la transparencia" del gobierno chino y los esfuerzos por “investigar” y “contener” el brote. La declaración afirma que la novedosa estrategia de “cuarentena” -por la cual el dictador Xi Jinping encerró a la gente en sus apartamentos, en nombre del “control de la enfermedad”- es “buena, no sólo para ese país, sino también para el resto del mundo.” Tedros siguió a esto con un tuit (tweet): “En realidad China está estableciendo un nuevo estándar de respuesta al brote.” Durante ese lapso, cientos de miles de mensajes en los medios, que después se trazaron hasta China (hundreds of thousands of social media posts later traced to China), elogiaron la cuarentena, y criticaron y ridiculizaron a los líderes mundiales que no siguieron el ejemplo.

La estruendosa alabanza de China por la OMS continuó hasta febrero del 2020, al convocarse a un “Foro para la Investigación e Innovación Global” (Global Research and Innovation Forum) sobre el novedoso coronavirus, para estudiar “el origen del virus, historia natural, transmisión, diagnóstico, prevención y control de la infección,” entre otras cosas. El 24 de febrero, la Misión Conjunta del grupo realizó una conferencia de prensa (On February 24, the group’s Joint Mission held a press conference) para reportar acerca de sus hallazgos, en la cual declaró, “no hay duda que el enfoque osado de China frente a la diseminación rápida de este nuevo patógeno respiratorio, ha cambiado el rumbo de lo que estaba rápidamente escalando y que continúa siendo una epidemia mortal.” La razón que se dio para esta declaración inequívoca acerca de la efectividad de las cuarentas, fue la que sigue:

“Y hay un par de otros gráficos… aquí, en la parte baja, está el brote que sucedió en todo el país. Aquí está cómo lucía el brote afuera de Hubei. Aquí están las áreas de Hubei afuera de Wuhan. Y, luego, la última es Wuhan. Como pueden ver, es una curva mucho más aplanada que las otras. Y eso es lo que sucede cuando usted tiene una acción agresiva, que cambia la forma que usted esperaría de un brote de una enfermedad infecciosa.

Esto es extremamente importante para China, pero es extremamente importante para el resto del mundo, en donde el virus que ustedes han visto está tomando ventaja para explotar en ciertos ámbitos. Y no fue fácil, pues lo que no mencioné en la lámina es que cada una de estas líneas representa una enorme decisión de parte de quienes hacen las políticas y los políticos en ese país y líderes, para en realidad cambiar la forma con grandes medidas como, ustedes saben, suspender viajes, el consejo de quedarse en la casa y otras medidas increíblemente difíciles; tanto para tomar decisiones acerca de ello, como también para lograr que la población las siga. Y esa es la razón de por qué, de nuevo, el papel del individuo aquí en China es también tan importante.”

La conclusión de la Misión Conjunta, de que las acciones de China “funcionaron,” es una descripción perfecta de la falacia lógica clásica post hoc, ergo propter hoc: del latín “si pasó después, por tanto, fue causado por ello.” Si bien, en efecto, es posible que una curva “más plana” en Wuhan podría atribuirse a las órdenes gubernamentales, hay posibilidades iguales o mayores: una, que los protocolos de los exámenes variaran; dos, que China fue simplemente testigo del curso natural de su “novedoso” patógeno. La última es particularmente posible, pues no había una base de referencia ante la cual comparar las epicurvas presentadas.

Debería ser obvio que la mera emisión de órdenes del gobierno no significa que, automáticamente, ellas sean efectivas -esto es particularmente cierto aquí, pues la comunidad científica global previamente ya había considerado y rechazado las cuarentenas en gran escala, como método para controlar la epidemia (the global scientific community had previously considered and rejected large-scale quarantines as a method for controlling epidemics). Los virus respiratorios nunca se distribuyen uniformemente a través de países, provincias o estados, así que es absolutamente imprudente concluir que la varianza observada en la diseminación -la cual, de nuevo, puede no ser más que un error de registro, debido a aberraciones en los exámenes- se debía a otra cosa distinta de factores naturales. Fue criminal concluir resumidamente, con base en esta evidencia, que las acciones draconianas del gobierno chino condujeron a un “resultado favorable,” y, después, usar esta conclusión, patentemente ilógica, para venderles las cuarentenas al resto del mundo. Pero, eso es exactamente lo que la OMS hizo.

“China no se aproximó a este nuevo virus con una estrategia para una enfermedad u otra enfermedad. Desarrolló su enfoque propio para una nueva enfermedad y, extraordinariamente, le ha dado una vuelta a esta enfermedad con estrategias que la mayoría del mundo no sabía que funcionarían… Lo que China le ha demostrado al mundo es que, usted tiene que hacer esto. Si usted lo hace, puede salvar vidas y prevenir miles de casos de lo que es una enfermedad muy difícil.”

La Misión Conjunta repitió esta afirmación –“las cuarentenas funcionan, pueden salvar y salvan vidas”- en diversas formas, a lo largo de su conferencia de prensa, trayendo de regreso a la mente las palabras de un famoso propagandista llamado Joseph Goebbels: “repite una mentira el número suficiente de veces y se convierte en la verdad.” La investigación muestra que esta ilusión de verdad “funciona tan fuertemente tanto para cosas conocidas como desconocidas, sugiriendo que un conocimiento previo no impide que la repetición haga tambalearse nuestras valoraciones de plausibilidad” (works just as strongly for known as for unknown items, suggesting that prior knowledge won’t prevent repetition from swaying our judgements of plausibility.) Nuestros padres nunca escucharon acerca de una cuarentena, y entendieron y aceptaron que, tristemente, los humanos no pueden “detener” una enfermedad altamente contagiosa, como la influenza -incluso con una vacuna- sin embargo, súbitamente, el planeta se estaba comportando, no sólo como si esta no fuera una misión razonable, sino algo para lo cual era razonable y deseable sacrificar vidas sociales, relaciones, sonrisas, negocios y educación, al servicio de aquella misión.

Al mando de la OMS, indudablemente Tedros jugó un papel clave en la creación de esa percepción. Gracias a los muchos experimentos individuales de cuarentenas alrededor del mundo, ahora sabemos que él estaba totalmente equivocado: ninguna cuarentena era necesaria en vez alguna para “aplanar la curva” ̶ de hecho, las cuarentenas dispararon la curva. La epicurva de la Suecia que no impuso cuarentenas fue mucho más aplastada que muchas áreas con cuarentenas estrictas, incluyendo a la Ciudad de Nueva York, Italia y España. Si bien esto puede ser adecuadamente explicado por la Navaja de Hanlon [Nota del traductor: adagio que dice: “Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez.”], es un hecho muy interesante que la Misión Conjunta hizo grandes esfuerzos por proteger los intereses comerciales y de viajes de China, a pesar del promover cierres simultáneos para otras naciones:

“Y esto nos lleva a lo que pienso es una de las recomendaciones más importantes que debemos hacer, en relación a lograr que China vuelva a ponerse de pie después de esta crisis. El mundo necesita la experiencia y materiales de China para que tenga éxito en la batalla contra esta enfermedad del coronavirus. China tiene la mayor experiencia en el mundo con esta enfermedad, y es el único país que ha logrado darle vuelta después de brotes serios en gran escala. Pero, si los países crean barreras entre sí y China, en términos de viajar o comerciar, sólo va comprometer la habilidad de todos para lograr esto. Y esos tipos de medidas necesitan que, cualquier cosa que vaya más allá de lo recomendado por las Regulaciones Internacionales de Salud (IHR, por sus siglas en inglés, un acuerdo dentro de la OMS), deba ser reevaluada, pues el riesgo proveniente de China está cayendo, y lo que China tiene que agregar a la respuesta global está creciendo rápidamente.”

La comunidad de derechos humanos no compartió este entusiasmo hacia China, su cuarentena draconiana, o su oferta por “ayudar” a otros países a enfrentarse al virus. El 2 de febrero, The Guardian publicó una pieza de opinión de un defensor de los derechos humanos, en que subraya las serias violaciones a los derechos humanos por la cuarentena y opina que la OMS rompió su propio compromiso con “los derechos y la salud humana” (human rights and health) al elogiar a China. El compromiso de la OMS dice así en una parte:

“Los derechos humanos son universales e inalienables. Se aplican por igual, a toda la gente, en todas partes, sin distinción. Los estándares de Derechos Humanos -a la alimentación, salud, educación, ser libre de tortura y de tratamiento inhumano o degradante- también están interrelacionados. La mejoría de un derecho facilita el avance de los otros. De la misma forma, la privación de un derecho afecta adversamente a los otros.”

Para proteger estos derechos humanos “universales e inalienables” durante una emergencia de salud pública, la ley internacional requiere que las restricciones a los derechos humanos se basen en la legalidad, necesidad, proporcionalidad y asentados en evidencia (international law requires that restrictions on human rights be based on legality, necessity, proportionality and grounded in evidence). Similarmente, los Principios de Siracusa (Siracusa Principles) -en los que las Naciones Unidas esboza un acuerdo internacional global acerca de derechos civiles y políticos- afirman que las restricciones a derechos y libertades en nombre de la salud pública deben ser estrictamente necesarias y lo menos intrusivo disponible para alcanzar su objetivo:

“En el ejercicio de sus derechos y libertades, todos estarán sujetos sólo a tales limitaciones según sean determinadas por ley, únicamente con el propósito de asegurar el reconocimiento y respeto debido a los derechos y libertades de otros y cumplir con los requerimientos justos de moral, orden público y el bienestar general en una sociedad democrática.”

La “cuarentena” va mucho más allá de estos límites a los derechos humanos básicos. Ahora se ponen a prueba tan sólo para dañar a sociedades ̶ incluso empeoran los resultados del COVID-19. Cuando El Economista analizó (analyzed) todas las epidemias registradas desde 1960, concluyó que “las democracias enfrentan menores tasas de mortalidad por enfermedades epidémicas que sus contrapartes no democráticas.” Estos hallazgos son verdaderos para todos los niveles de ingresos.

Tedros se alineó a sí mismo, no con las democracias y sus principios fundamentales, sino con la dictadura autocrática, la misma dictadura que le ayudó a él a asumir el poder dentro de la OMS. Juntos, usando falacias lógicas y una pseudo ciencia, ellos traicionaron la ley internacional que gobierna los derechos humanos, los propios principios establecidos por la OMS, y cometido crímenes contra la humanidad (crimes against humanity) en una escala masiva. ¿Debemos continuar escuchando a Tedros, o debemos recurrir al Dr. Nabarro, otro experto calificado quien -como los miles que firmaron la Declaración de Great Barrington- urge un regreso a las normas democráticas, por ser necesarias para minimizar el sufrimiento humano?

“Las cuarentenas sólo tienen una consecuencia, que usted nunca debe, en vez alguna, menospreciar, y esa es hacer que la gente pobre se empobrezca muchísimo más. Tan solo mire lo que les ha pasado a los pequeños agricultores en todas partes del mundo. Vean lo que está sucediendo con los niveles de pobreza. Parece que, el año que viene, bien podríamos tener una duplicación de la pobreza mundial.” ̶ Dr. David Nabarro

Ya no más es posible ignorar la larga historia de Tedros Adhanom Ghebreyesus con regímenes autocráticos, incluyendo a China. Cualquiera que sea el motivo detrás de su promoción de cuarentenas continuadas, los datos inequívocamente invalidan su posición. Las cuarentenas no salvan vidas ̶ las cuarentenas matan. El reino de la tiranía debe terminar, inmediatamente y para siempre, con una restauración plena de los derechos y privilegios de cada persona para que escoja cuál nivel de riesgo él o ella acepta, como miembro respetuoso de la ley en una sociedad democrática funcional.

¿Quién (WHO-OMS), qué, donde y cómo? Aún no tenemos todas las respuestas, pero, sabemos que el director general de la OMS está del lado equivocado en el debate acerca de las cuarentenas.

Stacey Rudin es escritora, activista, líder comunitaria, voluntaria y previa litigante en movimientos de base para asegurarse que pandemias futuras sean administradas de acuerdo con las directrices establecidas de salud pública. Una ávida jugadora de tenis y lectora, Stacey vive en Short Hills, Nueva Jersey.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.