Me trae a la mente cuántos no señalamos los efectos dañinos no previstos de las medidas de cuarentena impuestas por políticos, quienes muchas veces seguían las recomendaciones de la OMS y modelos computarizados de presunta infalibilidad. Se nos dijo que le dábamos preferencia a la economía y los negocios a la vez que despreciábamos vidas humanas, que morirían si no aprobábamos y acatábamos las órdenes gubernamentales de cuarentenas.
Ahora que los resultados se hacen obvios -que, entre otros, se reflejan en peticiones de mayores impuestos para reducir un gasto público incrementado y cuando los ingresos fiscales han caído enormemente debido a las limitaciones a la actividad económica- debemos pagar las consecuencias de las malas decisiones de aquellos políticos y asesores predispuestos a experimentar con cuarentenas a las sociedades. Impactante el cambio de posición de la OMS, lástima que una vez causado tanto daño.

OMS REVIERTE EL CURSO, AHORA ADVIERTE CONTRA EL USO DE CUARENTENAS “PENALIZADORAS”

Por Yaël Ossowski

Fundación para la Educación Económica
Lunes 12 de octubre del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo y entre paréntesis, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/who-reverse...ing-lockdowns/

Incluso cuando la OMS pide a las naciones que se abstengan de imponer cuarentenas, muchos gobiernos continúan usando esa estrategia.

Durante meses, una mayoría (majority) abrumadora de la población del planeta ha estado sujeta a cuarentenas crueles e irritantes: negocios cerrados, viajes restringidos y reuniones sociales mantenidas a un mínimo.

Los efectos de la pandemia del COVID-19 han hundido las economías, mantenidos separados a seres queridos, desbaratado funerales e hizo que la libertad personal y económica fuera una víctima, tanto como nuestra salud. Un reporte afirma (states) que ellos globalmente podrían costar $82 millones de millones durante los próximos cinco años ̶ aproximadamente lo mismo que nuestro PIB anual global.

Inicialmente muchas de estas cuarentenas se justificaron con base en las recomendaciones de política de parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, escribiendo en una actualización de estrategia en abril, pidió que las naciones continuaran (continue) con las cuarentenas hasta que la enfermedad estuviera bajo control.

Pero, ahora, más de seis meses de que las cuarentenas se convirtieron globalmente en el arma política favorita de los gobiernos, la OMS está pidiendo que terminen pronto.

El Dr. David Nabarro, Enviado Especial de la OMS acerca del COVID-19, le dijo (told) la semana pasada a Andrew Neil del Spectator del Reino Unido, que los políticos se habían equivocado al usar las cuarentenas como el “método primario de control” para combatir al COVID-19.

“Las cuarentenas tienen una consecuencia que usted nunca debe menospreciar, y esa es hacer que la gente pobre sea mucho más pobre,” dijo Nabarro.

El Dr. Michael Ryan, Director del Programa de Emergencias de Salud de la OMS, expuso un sentimiento similar (offered a similar sentiment).

“Lo que queremos tratar de evitar -y algunas veces es inevitable y aceptamos eso- pero, lo que queremos tratar y evitar son estas cuarentenas masivas que tanto penalizan a comunidades, sociedad y todo lo demás,” dijo el Dr. Ryan, hablando en una reunión informativa en Ginebra.

Estas son declaraciones impactantes, provenientes de una organización que ha sido una autoridad clave y voz moral, responsable del manejo de la repuesta global a la pandemia.

Indicaciones de la OMS han respaldado todas y cada una de las cuarentenas nacionales y locales, amenazando con lanzar a la pobreza (poverty) a 150 millones de personas para fines de este año.

Como lo dijo Nabarro, la vasta mayoría de la gente dañada por estas cuarentenas ha sido la que está en peores condiciones.

Todos conocemos personas que han perdido sus negocios, perdido el empleo y visto esfumarse a sus ahorros de toda una vida. Eso es especialmente cierto para quienes trabajan en las industrias de servicios y de hospitalidad, que han sido diezmadas por las políticas de cuarentenas.

E incluso cuando la OMS pide a las naciones que se frenen en la imposición de cuarentenas, muchos gobiernos continúan usando esa estrategia. Las escuelas en muchos estados de Estados Unidos continúan cerradas, los bares y restaurantes están fuera de límites, y reuniones grandes -excluyendo las protestas por justicia social- son condenadas y suprimidas por la fuerza.

Los efectos de cuarentenas prolongadas sobre los jóvenes ahora se van esclareciendo. Un estudio (study) reciente de la Universidad de Edimburgo señala que mantener cerradas las escuelas aumentará el número de muertes debido al COVID-19. Agregue a eso que el estudio dice que las cuarentenas “prolongan la epidemia, en algunos casos resultando en más muertes a largo plazo.”

Si queremos evitar más daño, deberíamos de inmediato terminar con esas políticas desastrosas. Cualesquiera nuevos llamados por imponer cuarentenas debe ahora ser visto con el máximo escepticismo.

Es hora de que termine la locura. No sólo porque la Organización Mundial de la Salud lo dice, sino porque nuestras vidas dependen de ello.

Como lo afirmaron médicos y científicos en la Gran Declaración de Barrington (Grand Barrington Declaration), firmada este mes en Massachusetts, “los impactos físicos y de salud mental de las políticas prevalecientes sobre del COVID-19” han causado efectos devastadores en la salud, tanto a corto como a largo plazo.

No podemos continuar arriesgando nuestra salud y bienestar en el largo plazo cerrando nuestras economías y a nuestra gente, en el corto plazo. Ese es el único camino hacia adelante si es que buscamos recuperarnos de los efectos ruinosos de la política gubernamental alrededor del COVID-19.

Yaël Ossowski es subdirector del Centro para la Elección del Consumidor, grupo activista de jóvenes mileniales basado en Washington, D.C., el cual promueve una mayor elección de parte de los consumidores.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.