ROMER Y ROMER ACERCA DE PROCESOS DE AJUSTE FISCAL

Por Jorge Corrales Quesada


Seguiré insistiendo en que no solo es necesario el acuerdo con el FMI ante la alternativa de que el país lo haga por sí mismo. Aprovecho para referirme al episodio histórico en la administración de don José Joaquín Fernández, en que, ante un problema fiscal importante, pero ni la sombra del actual, decidió realizar su ajuste. Lo dirigió un destacado economista, con Álvaro Hernández Piedra, quien tuvo éxito en el reordenamiento sin que mediara el Fondo, mediante la creación de un nuevo impuesto, el de ventas. Tal vez la economía reaccionó mejor de lo esperable porque el impuesto era de nueva creación, en un medio impositivo económico relativamente favorable, pero, en especial, porque detrás había un gobierno responsable en cuanto a frenar el gasto gubernamental y que la inversión extranjera regresó al país. Ahora las circunstancias son totalmente diferentes.

Hoy se tiene la oportunidad de llegar a un acuerdo basado esencialmente en reducir el gasto en vez de aumentar impuestos, si los ciudadanos actuamos en tal sentido a través del Congreso, quien definirá la conformación del paquete del acuerdo. Ya vimos como el anterior ajuste fiscal primordialmente buscó por medio del aumento de impuestos, en vez de reducción de gasto, lo que se reflejó en una economía totalmente anémica, con una elevadísima tasa de desempleo (llegó a un 12% de la fuerza de trabajo). Por desgracia, ahora al país le han caído los efectos de la pandemia y de las medidas gubernamentales tomadas, lo que ya se está reflejando en una enorme caída (decrecimiento) de la producción nacional y, como mínimo, a una duplicación de aquella tasa de desempleo abierto (sin tomar en cuenta a la creciente economía subterránea).

Ante esto, hoy les presente el noveno de mi serie de resúmenes sobre el ajuste fiscal deseable, citado en el artículo de Veronique de Rugy y Jack Salmon, “Flattening the Debt Curve: Empirical Lessons for Fiscal Consolidation” [“Aplastando la Curva de la Deuda: Lecciones Empíricas de Consolidación Fiscal”], y hecho por los economistas Cristina Romer y David Romer (2010). Estos concluyen en que los ajustes por medio de los impuestos contraen fuertemente las economías.

“Los economistas Christina y David Romer investigaron el impacto de cambios en los impuestos sobre la actividad económica en Estados Unidos, entre 1945 y el 2007. Los autores encuentran que, un aumento exógeno en los impuestos del 1 por ciento del PIB, reduce el PIB real en casi un 3 por ciento, lo que sugiere que los ajustes BI son altamente contractivos.” (p.15)

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 2 de setiembre del 2020.