LAS ALTAS TASAS DE MORTALIDAD DE SUECIA ENTRE LOS NÓRDICOS: “LA LEÑA SECA” Y OTROS FACTORES IMPORTANTES

Por Joakim Book, Christian Bjørnskov y Daniel B. Klein

American Institute for Economic Research
29 de agosto del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.aier.org/article/swedens...rtant-factors/

Este año nos ha dejado estupefactos ̶ !Sólo Dios sabe qué sigue ahora! Lo que ha sido tan extraño en la conversación acerca del coronavirus es la persistente carencia de matices. Muchos han tratado las respuestas a la pandemia bajo un argumento unidimensional, que ni siquiera pasaría una prueba de olfato rudimentaria. La historia es algo como esto: El imperativo moral del día es cerrar la sociedad, pues eso reducirá la interacción social, la transmisión y las muertes.

Y, súbitamente, aquél que era el más adorable de los países, Suecia, es el más perverso y peligroso. Su enfoque de un toque más liviano se discute como “El Cuento Mundial con una Moraleja” (the World’s Cautionary Tale), un “Un tipo de Fracaso muy a lo Sueco,” (A Very Swedish Sort of Failure), y “La Amarga Verdad acerca del ‘Modelo’ Sueco” (The Grim Truth about the Swedish ‘Model’.)

Permitir que restaurantes y escuelas y salas de belleza permanezcan abiertos en medio de una pandemia contagiosa ha atraído una feroz oposición internacional. Por mantener su sociedad más abierta que la mayoría de todas las demás, se nos ha dicho que Suecia ha pagado un precio alto: casi 6.000 muertes en una población de poco más de 10 millones. Si Suecia hubiera invocado las cuarentenas estrictas de sus vecinos nórdicos, tantas muertes innecesarias se hubieran prevenido. El usualmente tan cacareado país sacrificó sus ancianos a cambio, nada más, que exhibir como excepción a jardines de niños y cafés al aire libre. Un artículo en la revista Business Insider se titula “Expertos Escépticos en Suecia Vieron en su Decisión de no Imponer Cuarentenas un Error Terrible que Ninguna Nación Debería Copiar” (Skeptical Experts in Sweden Say Its Decision to Have No Lockdown Is a Terrible Mistake that No Other Nation Should Copy.)

Pero, ¿es verdadera la historia?

En un artículo nuevo (new paper), consideramos otros 15 factores que ayudan a explicar la tasa de mortalidad excesiva de Suecia, comparada con sus vecinos nórdicos. Al inicio de la pandemia, Suecia se encontraba en una posición muy diferente a la de sus países vecinos ̶ extraordinariamente posicionado, si a usted le parece, para sufrir un peor resultado de una pandemia como la del coronavirus.

Muchos observadores discuten a lo largo de la expresión latina post hoc ergo propter hoc, usualmente traducido como “si sigue a esto, entonces, se debe a esto.” La idea es que, dado que tasas de muertes horrendas siguieron su rechazo a poner a su sociedad en cuarentena tan estrictamente como otros países, lo último debe haber sido causado por lo primero.

Nosotros invocamos otra expresión latina como más pertinente para las muertes en exceso por el virus en Suecia: ceteris paribus, o “todas las cosas igual.” Muchos observadores internacionales, en particular estadounidenses, pueden cometer el error de pensar que todos los países nórdicos con iguales ̶ todos países del tamaño de Minnesota, casi con el mismo idioma y cultura e instituciones social-democráticas.

No es así. Suecia difiere de maneras identificables de Noruega, Finlandia y Dinamarca. Es más, la pandemia es particular, y las características de tiempo y lugar pueden ser enormemente importantes.

ALGUNOS FACTORES IMPORTANTES DETRÁS DE LAS MUERTES POR EL CORONAVIRUS EN SUECIA

Los epicentros de la pandemia en todos los países nórdicos han sido sus ciudades capitales: por ejemplo, Estocolmo da cuenta de un 42% de todas las muertes por el virus corona, aunque sólo un 20% de la población vive allí. Similarmente, el área metropolitana de Copenhague contiene alrededor del 35% de la población de Dinamarca, pero el 58% de las muertes por el coronavirus y, Oslo, un 24% de la población del país, pero un 36% de muertes por el coronavirus.

Otras regiones densamente pobladas de Suecia, como las tierras fronterizas con Dinamarca, han visto tasas de mortalidad que no se pueden distinguir de las regiones danesas al otro lado del Öresund, sugiriéndonos que hay algo especial acerca del brote en Estocolmo, que no refleja las políticas suecas más amplias. Una es la población relativamente más grande y el área alrededor de la metrópoli. Como hemos visto en la Ciudad de Nueva York y el área de los tres estados [Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut], el contagio aumenta crecientemente entre más gente haya en vecindades cercanas. El sistema del tren subterráneo de Estocolmo transporta más gente, entre tres y cinco veces, que la transportada por sus vecinos nórdicos.

Otra es la propensión de los residentes de Estocolmo de ir a esquiar a los Alpes. También, es notorio para Estocolmo el momento de las vacaciones “deportivas” en Suecia (sportlov), en que las familias a menudo van a Italia o Austria para esquiar. Los respiros vacacionales están escalonados en las tres áreas metropolitanas más grandes de Suecia: Gotemburgo del 10 al 16 de febrero; Malmoe del 17 al 23 de febrero y Estocolmo del 24 de febrero al 1 de marzo. Las vacaciones de invierno en Estocolmo coinciden con el auge en infecciones en el norte de Italia, mientras que parece que los viajeros de las otras dos áreas en mucho haberlas desaprovechado. Karin Tegmark Wisell, de la Agencia de Salud Pública de Suecia, reportó que, cuando estaban investigando el virus, ellos podían “ver con claridad las enormes importaciones desde Italia.” Dado que la población de los otros tres nórdicos no viaja tanto a los Alpes, no habrían tenido mucha exposición temprana por medio de este canal de infección.

Al usar los momentos de las cuarentenas, discutimos un argumento más devastador contra la creencia de que aquellas les habrían ayudado mucho a Suecia. Los otros nórdicos cerraron rápidamente sus fronteras y sociedades, alrededor del 12 de marzo, momento cuando una Suecia contra fáctica podía haber seguido a sus colegas nórdicos y hecho lo mismo. Según la Organización Mundial de la Salud, toma algo así como 12 días para la muerte desde los primeros síntomas por el coronavirus ̶ y agregue otros pocos días que van desde la exposición a los primeros síntomas. Tan sólo podemos calcular 18 días desde el 12 de marzo (la barra roja en el gráfico que se presenta abajo en el artículo original) y sugiere que la diseminación e infecciones antes de ese momento no podían haber sido prevenidas por una cuarentena:

Los gráficos que muestran todas las causas de muertes para los 4 países nórdicos en diversas semanas calendario a partir del 2020, y cuya fuente original es Euromomo, Jacob Gudiol, pueden verse en https://www.aier.org/article/swedens...rtant-factors/

Se puede mirar lo mismo, pero sólo en los casos de muertes por el COVID:

El gráfico de las muertes causadas por el COVID-19 en Suecia en diversas semanas calendario a partir del 2020, y cuya fuente original es Adam Altmejd, puede verse en https://www.aier.org/article/swedens...rtant-factors/

La línea roja horizontal en el gráfico citado expande las muertes que se estaban cocinando hacia el 12 de marzo. Gran parte del pico estadístico al que Suecia tuvo que subir, ya había sido infectado para el 12 de marzo. En esta fecha, ya el virus se había expandido mucho más en Suecia, que en los otros nórdicos: las acciones tomadas el 12 de marzo no habrían deshecho el pasado, sino sólo alterado el futuro.

También, en el artículo discutimos el impacto de las poblaciones inmigrantes, no sólo porque los inmigrantes no occidentales infectados tiene alrededor de un 50% (about 50%) de mayor posibilidad de muerte que aquellos que descienden de europeos, sino que, también, Suecia tiene una población mucho más grande de ciudadanos nacidos en África o Asia ̶ 9.8% comparados con el 5 por ciento de Dinamarca, el 7 por ciento de Noruega, y el 3 por ciento de Finlandia. Si eso es un riesgo mayor, Suecia esta peor posicionada.

Asimismo, en alto grado los trabajadores de cuido de ancianos es un personal integrado por inmigrantes. Como en todas partes, la mayoría de las muertes en Suecia han ocurrido en servicios de cuidado de ancianos, entre las cuales Suecia tienen el mayor número y las mayores instalaciones, con más residentes vulnerables que sus vecinos. También, creemos que el trabajo cruzado entre diversas instalaciones de hogares de cuido (cross-work among several care home facilities) es más común en Suecia que en los otros nórdicos, ofreciendo otro canal para la transmisión de la enfermedad (transmitting the disease) hacia aquellos más vulnerables.

“LEÑA SECA”: EN GRANDE Y CLARA COMO EL CRISTAL

Pero, el factor único más importante de por qué a Suecia le fue más mal que a sus vecinos nórdicos durante el coronavirus, es la hipótesis de la “leña seca.” Somos conscientes acerca de que pedimos prestada (borrowing) la metáfora de la “leña seca” para personas con almas humanas, pero la metáfora es esclarecedora: Tal vez, un país tiene más fuegos forestales este año que sus vecinos, debido a que tuvo menos incendios en años previos, y así la leña seca se acumuló, esperando una chispa.

En la estación de gripe del año previo, Suecia vio tasas de mortalidad notoriamente bajas, con respecto a su propia historia reciente y aquella de sus vecinos. Jonas Herby, del Centro Danés de Estudios Políticos, muestra la situación de leña seca de Suecia, al reportar las tasas de mortalidad durante las cinco previas estaciones de gripe:

El gráfico de la situación de la “leña seca” en Suecia en diversas semanas calendario a partir del 2020, y cuya fuente original es Herby 2020, con base en datos de Estadísticas de Suecia. puede verse en https://www.aier.org/article/swedens...rtant-factors/

La línea roja punteada en el gráfico muestra la inusual leve tasa de mortalidad durante el año 2018/2019 y en las primeras semanas del 2020; Suecia estaba cargada de “leña seca” cuando llegó el coronavirus.

Un usuario de Twitter (EffectsFacts) usó la Base de Datos de Mortalidad Humana de demógrafos del Instituto Max Planck y la Universidad de California, Berkeley, para presentar los datos de diversas maneras. El gráfico a continuación tiene un panel para cada uno de los cuatro países. La cuestión crítica en cada panel es el pico de la estación de la gripe del 2018/2019 montado entre dos valles. Mire el área del pico comparado con las áreas de los dos valles. Es gráficamente evidente que el cociente del área del pico/el área de los dos valles, es, por mucho, el más bajo. Tuvo menos fuegos forestales en años previos. El resultado fue más leña seca hacia el 2020. (El ingeniero en instrumentos médicos Ivor Cummings brinda un espléndido video pedagógico de 2 minutos (2-min pedagogical video) para ilustrar esos números).

El cuadro comparativo por país, que muestra que Suecia tuvo un cociente pico/valles menor y cuya fuente es @EffectsFacts, está en https://www.aier.org/article/swedens...rtant-factors/

Al ingresar a la pandemia del coronavirus del 2020, Suecia ya tenía una abundancia de ancianos vulnerables, quienes no habrían sobrevivido una estación de gripe más fuerte ̶ y cuyas contrapartes danesa, noruega y finlandesa no sobrevivieron en las estaciones previas de gripe en esos países.

En nuestro artículo (our paper), presentamos y hacemos un ligamen con numerosos otros análisis del efecto de la “leña seca” en Suecia. Es muy real, y es muy grande. Brindamos algunos cálculos sencillos para sugerir que eso podría explicar la mitad de la tasa excesiva de muertes por el COVID en Suecia.

¿Por qué es que, durante los años previos 2018-2019, a Suecia le fue mejor -o, tal vez, tuvo más suerte- que a los otros nórdicos en prevenir muertes? No lo sabemos. En todo caso, es la “leña seca” la razón por la que “Suecia Registra en la Primera Mitad del 2020, la Más Alta Tasa de Mortalidad en 150 Años” (Sweden Records Highest Death Tally in 150 Years in First Half of 2020) ̶ y es algo que cualquier periodista serio que estaba escribiendo el 19 de agosto del 2020, habría aprendido e informado acerca de ello a sus lectores. Ese artículo en The Guardian epitomiza la ausencia de matización que marca a los medios izquierdistas.

Dar el veredicto acerca de la respuesta de Suecia a la pandemia del coronavirus debe tomar esto en cuenta: entrando en el 2020, Suecia ya estaba en una posición más vulnerable que sus vecinos.

Aún si uno descarta nueva investigación que sugiere que las cuarentenas no funcionan (ver aquí (here), aquí (here) y aquí (here)), es improbable que la cuarentena liviana de Suecia sea una de las principales razones posibles de las alta tasas de mortalidad por el COVID en Suecia. Pero, hacemos un listado de otros 15 factores (15 other factors). La historia obtusa de que la alta tasa de mortalidad en Suecia, comparada con los otros países nórdicos, emana de una política relativamente liberal ante el virus, carece de matiz. Hay muchas otras diferencias entre Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, incluso diferencias específicas al presente. Comparada con sus vecinos, Suecia habría tenido una tasa de mortalidad peor, independientemente de las medidas de política que tomó en marzo del 2020.

Joakim Book es un escritor, investigador y editor, entre otras cosas, acerca de dinero, finanzas e historia financiera. Posee una maestría de la Universidad de Oxford y ha sido académico visitante del American Institute for Economic Research en el 2018 y el 2019. Sus escritos han aparecido en RealClearMarkets, ZeroHedge, FT Alphaville, WallStreetWindow y Capitalism Magazine, y es un escritor frecuente en Notes On Liberty. Sus trabajos se pueden encontrar en www.joakimbook.com y en el blog Life of an Econ Student.

Christian Bjørnskov es profesor de economía de la Universidad Aarhus en Aarhus, Dinamarca. También, es investigador asociado del Research Institute of Industrial Economics (IFN) en Estocolmo, Suecia y es profesor visitante de la Universidad Göttingen y de la Universidad de Heidelberg, y está asociado con el Centro de Estudios Políticos de Copenhague y con el Instituto de Estudios Económicos de Londres.

Daniel B. Klein es profesor de economía y tiene la Silla JIN en el Mercatus Center de la Universidad George Mason, en donde dirige un programa acerca de Adam Smith. Es también asociado del Ratio Institute (en Estocolmo, Suecia) y principal editor de Econ Journal Watch.