Este análisis nos indica la conveniencia de evitar que el ajuste fiscal del país, que está en proceso de negociación con el Fondo Monetario, se lleve a cabo acudiendo a impuestos. Tal vez nos sirva de experiencia el hecho de que el anterior paquete fiscal de fines del 2018, que se caracterizó porque primordialmente descansaba en aumentos de impuestos y ni siquiera en una reducción en el gasto gubernamental, sino que apenas fue un freno relativamente liviano, se tradujo -antes de la pandemia- en un muy pobre crecimiento de la economía y un fuerte aumento en el desempleo y sin expectativas claras de que esas dos situaciones se revertirían prontamente.

AUMENTOS DE IMPUESTOS GENERARÁN MÁS GASTO, MÁS ENDEUDAMIENTO Y MENOR PROSPERIDAD

Por Daniel J. Mitchell

International Liberty
30 de julio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en color sepia, si es de su interés, puede verlo en https://danieljmitchell.wordpress.co...ss-prosperity/

Debido a una demografía cambiante (changing demographics) y a programas redistribucionistas pobremente diseñados, el peso del gasto gubernamental en Estados Unidos (en ausencia de una reforma genuina (genuine reform)) va a aumentar dramáticamente (increase dramatically) durante las siguientes pocas décadas.

El cuadro “El coronavirus presionará por un gasto federal en el 2020 superior a $49.000 por cada familia” puede verse en https://danieljmitchell.wordpress.co...ss-prosperity/

Esa mala perspectiva empeorará gracias a todo el gasto de Washington relacionado con el coronavirus (coronavirus-related spending).

Esas son malas noticias para Estados Unidos (bad news for America) pues más del producto de la economía será consumido por el gobierno, dejando menos recursos para el sector privado. Y ese problema existiría aún si todo el gasto fuera mágicamente compensado por millones de millones de dólares de ingresos tributarios inesperados.

No obstante, mucha gente piensa que el problema fiscal futuro de la nación radica en que los políticos pedirán prestado para financiar ese nuevo gasto. Pienso que esa es una visión equivocada (that’s a mistaken view), pues se enfoca en un síntoma (symptom) (el déficit presupuestario) en vez de la enfermedad subyacente (el gasto excesivo).

Pero, independientemente de la posición de uno acerca de este tema (that issue), la política fiscal va en un rumbo insostenible. Y eso significa que habrá pronto una batalla entre dos formas diferentes de enfrentar el triste panorama fiscal de la nación.

  • Frenar el crecimiento del gasto gubernamental.
  • Desviar más dinero de los contribuyentes al ente recaudador de impuestos.

Por suerte, ahora tenemos nueva evidencia que ayuda a guiar la política.

Un nuevo estudio (new study) del Mercatus Center [“Flattening the Debt Curve: Empirical Lessons for Fiscal Consolidation”], hecho por Veronique de Rugy y Jack Salmon, examina lo que sucede en la realidad cuando los políticos tratan de controlar el endeudamiento ya sea una restricción del gasto o con aumentos de impuestos.

He aquí lo que los autores quisieron investigar:

“La consolidación fiscal puede asumir dos formas: (1) adoptando un paquete de reducción de la deuda impulsado primordialmente por aumentos de impuestos o (2) adoptando un paquete que consiste, principalmente, de una restricción del gasto. …Quienes hacen las políticas puede que no sepan es cuál de esas dos formas de consolidación tiende a ser más efectiva, para poner orden en los niveles de endeudamiento, y cuál de ellas es menos dañina para el desempeño de la economía: una consolidación fiscal basada en impuestos (BI) o una consolidación fiscal basada en el gasto (BG).”

He aquí su metodología.

“Nuestro análisis se enfoca en consolidaciones fiscales grandes, o consolidaciones en donde el déficit fiscal, como porcentaje del PIB, mejora en al menos 1.5 puntos porcentuales en un lapso de dos años y no descienda en alguno de esos dos años. …Una consolidación exitosa se define como una en la que el cociente de la deuda con respecto al PIB declina en, al menos, 5 puntos porcentuales tres años después de que el ajuste toma su lugar o en, al menos, 3 puntos porcentuales dos años después del ajuste. …Los episodios en que la consolidación es, al menos, en un 60 por ciento por aumentos en los ingresos, se denominan BI, y a los episodios en que la consolidación es, al menos, en un 60 por ciento por descensos en el gasto, se les denomina BG.”

Y, he aquí sus resultados.

“…de los 45 episodios BG, más de la mitad fueron exitosos, mientras que, de los 67 episodios BI, menos de 4 de cada 10 fueron exitosos. …Los resultados presentados en el cuadro 2 muestran que, mientras que en los ajustes no exitosos la mayoría (74 por ciento) de los cambios son del lado del ingreso, en los ajustes exitosos, la mayoría (60 por ciento) de los cambios son del lado del gasto. En los ajustes exitosos, por cada 1.00 por ciento del PIN de aumento en los ingresos, los gastos son recortado en un 1.50 por ciento. En contraste, en los ajustes no exitosos, por cada 1.00 del PIB de aumento en los ingresos, los gastos son recortados en menos del 0.35 por ciento. A partir de estos hallazgos, concluimos en que los ajustes fiscales exitosos son aquellos que involucran reducciones significativas del gasto, con sólo aumentos modestos en la imposición. Sin embargo, los ajustes fiscales no exitosos típicamente involucran aumentos significativos en impuestos y reducciones muy modestas del gasto.”

El cuadro 2, “Características de consolidaciones fiscales exitosa y no exitosas” que resume los hallazgos, puede observarse en https://danieljmitchell.wordpress.co...ss-prosperity/

Como puede verlo, los aumentos de impuestos son la forma menos efectiva de lidiar con el problema. Ello tiene sentido, cuando usted se da cuenta que el problema fiscal de la nación es demasiado gasto (too much spending), no insuficientes ingresos (inadequate revenue).

En mi opinión no tan humilde, pienso que la tabla 1 que preparé allá en el 2014 (the table I prepared back in 2014) es aún más convincente.
Con base en datos del FMI, él muestra naciones que impusieron una restricción multianual del gasto y cómo esa política fiscalmente prudente generó resultados muy buenos ̶ tanto en términos de reducir la carga del gasto, como de disminuir el déficit.

El cuadro correspondiente puede verse en https://danieljmitchell.wordpress.co...ss-prosperity/

Cuando participo con mis amigos del ala izquierda en debates en conferencias, siempre les pido que me muestren un cuadro similar de países que hayan obtenido buenos resultados con incrementos en los impuestos.

Es innecesario decir que ninguno de ellos ni siquiera ha intentado preparar esa lista.

Ello porque las naciones que repetidamente aumentan los impuestos -como hemos visto en Europa (we’ve seen in Europe)- terminan con mayor gasto y mayor endeudamiento.

En otras palabras, los políticos nos meten gato por liebre. Ellos alegan que necesitan más dinero para reducir la deuda, pero, ellos usan cualquier cantidad de dinero adicional para comprar votos.

Esta es la razón por la que los proponentes de una buena política fiscal deberían oponerse firmemente (adamantly oppose) a todos y a cada uno de los aumentos de impuestos.

Terminemos dándole una ojeada a un par de cuadros más del estudio del Mercatus.

He aquí una mirada de cómo los políticos de Irlanda han escogido principalmente restringir el gasto.

El cuadro “Composición de Episodios de Consolidación Fiscal en Irlanda, 1997-2016, puede verse en https://danieljmitchell.wordpress.co...ss-prosperity/

Y he aquí una mirada de cómo los políticos de Grecia han optado principalmente por aumentos de los impuestos (mostly opted for tax increases).

El cuadro “Composición de Episodios de Consolidación Fiscal en Grecia, 1997-2016, puede verse en https://danieljmitchell.wordpress.co...ss-prosperity/

No hace falta decir (pero, de todas maneras, lo diré) que el enfoque griego ha sido muy infructuoso (very unsuccessful).

Daniel J. Mitchell se especializa en política fiscal, particularmente en reforma tributaria, competencia internacional en impuestos y en el peso económico del gasto del gobierno. También sirve en el directorio editorial de Cayman Financial Review.