“La pandemia más mortal del siglo XX ‘casi que no dejó marca discernible sobre la economía agregada de Estados Unidos,’ escriben (write ) los economistas Efraim Benmelech y Carola Frydman. ‘De acuerdo con algunas estimaciones, en 1919 el producto nacional bruto real en realidad creció.’”

LA PANDEMIA DE 1918 Y LA LIBERTAD ECONÓMICA

Por Pierre Lemieux

Library of Economics and Liberty
23 de julio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.econlib.org/the-1918-pan...nomic-freedom/

Uno pensaría que, en caso de un golpe económico, como una pandemia, una economía sufriría menos daño y se recuperaría más rápidamente entre mayor fuera su nivel de libertad económica (economic freedom) y entre más flexible sea. Para el economista típico, esto parece ser algo obvio en teoría. Pero, ¿se confirma empíricamente?

Peor que la actual pandemia del COVID-19, la pandemia de influenza, que empezó en 1918, infectó a 500 millones de individuos o un tercio de la población mundial y mató a 50 millones.

En un artículo reciente, “Economic Freedom and the Economic Consequences of the 1918 Pandemic” (SSRN, mayo del 2020), dos jóvenes economistas, Vincent Geloso (del King’s University College de Ontario, Canadá) y Jamie Bologna Pavlik (Texas Tech University) brindan una confirmación empírica de que la libertad económica mitigó los efectos de la pandemia de 1918. Ellos analizan a 20 países para los que, para el período 1901 a 1929, hay estimaciones de libertad económica, así como datos de muertes por la pandemia (y de la Primera Guerra Mundial, para evitar este factor distractor). Ellos hacen una regresión de los niveles o del crecimiento de PIB real per cápita sobre esas variables. Ellos admiten que el número pequeño de países en la muestra representa “la principal desventaja de [su] enfoque.”

La libertad económica es medida por el índice de largo plazo (que en algunos casos va tan atrás como 1850) desarrollado por Leandro Prados de la Escosura (developed by Leandro Prados de la Escosura) de la Universidad Carlos III en Madrid y similar al contemporáneo Índice de Libertad Económica del Mundo del Instituto Fraser. En ambos casos, la calificación de la libertad económica corre de cero a un máximo de 10.

Por lo general, las estimaciones econométricas de Geloso y Bologna Pavlik son estadísticamente altamente significativas, en especial en su principal especificación. Ellos muestran que,

“países con los mayores niveles de libertad económica sufrieron sustancialmente menos por la pandemia… [N]iveles más altos de libertad económica mitigan el efecto de la crisis. En términos de magnitud, un punto extra [de 10] de libertad económica compensa aproximadamente a un 16% del efecto [económico] de una muerte extra por influenza por cada 100.000 personas.”

Otro resultado interesante, pero que no sorprende, es que la regulación general y las restricciones al comercio internacional son las que más interfirieron en mantener y recuperar el PIB per cápita.

Una versión más extendida del artículo será publicada en Contemporary Economic Policy. Además, el artículo muestra que la democracia tuvo un efecto mucho más pequeño que la libertad económica, en mitigar el impacto económico de la pandemia.

Permítanme agregar que la importancia de la libertad económica para mitigar el impacto de la pandemia de 1918, sugiere que la economía estadounidense (y en la mayoría, si no es que en todas las otras economías del mundo) habría capeado mucho mejor al Covid-19, si los precios no hubieran sido controlados, pues ellos habrían racionado la cantidad demandada (mejor que las filas), incitado a los productores a aumentar la cantidad ofrecida y, así, impedido escaseces (shortages). En Estados Unidos, la mayoría de los estados tienen leyes contra la “especulación de precios,” que impiden que los precios aumenten una vez que se declara la emergencia. En el nivel federal, la Ley de Defensa de la Producción, invocada por el presidente Donald Trump el 18 de marzo, también ha contribuido a las escaseces.

Pierre Lemieux es un economista afiliado con el Departamento de Ciencias de la Administración de la Université du Québec en Outaouais. Su último libro es Who Needs Jobs? Spreading Poverty or Increasing Welfare (New York: Palgrave Macmillan, 2014). Vive en Maine. E-mail: PL@pierrelemieux.com.