CÓMO EL CAPITALISMO GLOBAL AUMENTÓ LAS INMUNIDADES

Por Jeffrey A. Tucker

American Institute for Economic Research
25 de julio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.aier.org/article/how-glo...ed-immunities/

Desde el inicio del virus, las élites políticas han utilizado el lenguaje de la guerra. El enemigo invisible sería contenido, suprimido y reducido hasta la sumisión. Luego… desaparecería.

Las tácticas serían prohibir viajar, cierres, cuarentenas, separación humana obligada y restricciones a la respiración. Los modelos de computación mostraron que podían funcionar, con tanta certeza que ̶ la libertad, los derechos humanos y la libertad de asociación serían condenadas.

Todos hemos sido usados como caracteres no jugadores (non-player characters) en un experimento social, no intentado en toda la historia de la humanidad, y en formas que entran en conflicto con todos los valores en los que, como sociedades libres, creímos previamente,.
Nadie de quienes están a cargo le pide su opinión o la mía. Estamos aquí simplemente para desempeñar un papel en un modelo basado en agentes. Es la ludificación del despotismo.

El dogma se ha ido desenvolviendo en formas cada vez más extrañas, como restricciones (restrictions) totalmente deleznables de bares y restaurantes, e incluso con afirmaciones de que coros, instrumentos de viento y el propio órgano de tubos, diseminan la enfermedad. La Asociación Estadounidense de Organistas (American Guild of Organists) ha sido obligada a suplir un extenso documento para justificar (justifying) la existencia de música en las iglesias. La devastación de la comunidad artística es palpable (palpable). La carnicería es verdaderamente insondable. Y está empeorando: las regulaciones para elevadores harán que los poderosos rascacielos de Estados Unidos sean inútiles y no tengan sentido.

¿Qué si todo el paradigma está equivocado? Ningún libro acerca de biología celular o molecular que he encontrado, menciona que las cuarentenas y el ocultamiento son formas de derrotar a un virus. “Para la mayoría de los virus que atacan a humanos,” dice (says) el libro Cell and Molecular Biology for Dummies, “sus únicas defensas son la prevención y sus propios sistemas inmunológicos.”

Extraño, ¿no es así? Nada acerca del poder asombroso de los políticos para aplastar un virus. No debería ser una sorpresa que los análisis estadísticos más completos y globales (most comprehensive and global statistical analysis) hechos hasta la fecha, concluyan que “ los cierres rápidos a las fronteras, las cuarentenas generales y la amplia realización de pruebas no estuvieron asociados con la mortalidad del COVID-19 por cada millón de personas” ̶ lo cual quiere decir que ninguna de esa destrucción espantosa salvó vidas.

Una característica notoriamente extraña de la retórica de los medios durante estos terribles meses, ha sido el silenciamiento de las voces que hablan de la inmunidad, como la vía para derrotar a un virus de este tipo. El American Institute for Economic Research (AIER) los ha reportado cuando aparecen, pero, como lector descontento con el New York Times, les puedo decir que, del todo, las inmunidades por la vía de los anticuerpos no ha sido objeto de mucha cobertura.

De una forma que me impacta, esto ha cambiado súbitamente con un escrito coherente que apareció ayer: ¿Puede Usted Contagiarse de Nuevo con el COVID-19? Es Muy Poco Posible, Dicen Expertos (Can You Get Covid-19 Again? It’s Very Unlikely, Experts Say). Esta pieza correcta equivale a refutar uno de miles de artículos populares ridículos, que alegan que este virus es tan sin precedentes, tan letal, tan misterioso, que la única opción es deshacernos de toda moral y tratar a la gente como animales.

Dice el Times:

“Si bien se conoce definitivamente poco acerca del coronavirus, a tan sólo siete meses de pandemia, el nuevo virus se está comportando como la mayoría de los otros… Puede ser posible que el coronavirus contagie a la misma persona dos veces, pero es altamente improbable que lo haga en una ventana tan pequeña o que enferme a la gente por una segunda vez, dijeron ellos…. Típicamente la gente infectada con el coronavirus produce moléculas inmunes llamadas anticuerpos. Recientemente, varios equipos reportaron que los niveles de estos anticuerpos declinan en dos (two) o tres meses (three months), ocasionando cierta consternación. Pero, una caída en los anticuerpos es perfectamente normal después de que desaparece una infección aguda, dijo el Dr. Michael Mina, inmunólogo de la Universidad de Harvard. Muchos médicos clínicos están ‘rascándose las cabezas diciendo, ‘Qué virus tan extraordinariamente extraño que no está conduciendo a una inmunidad robusta,’ pero ellos están totalmente equivocados,’ dijo el Dr. Mina. ‘Nada es más de libro de texto que esto.’”

Imagine eso: “moléculas inmunes llamadas anticuerpos.” El Times escribe como si aquí estuviera introduciendo una nueva palabra al vocabulario, aunque las tropas de George Washington entendieron el punto y peligrosamente prosiguieron técnicas de inoculación (pursued inoculation techniques) contra la viruela.

Así que, pensemos acerca de esto. Usted contrae el virus C-19, usted se mejora (como lo hace el 99.8%, especialmente gente saludable) y, luego, por un tiempo, usted logra protección contra el virus y otros virus similares posibles. Su sistema inmunológico mejora. La coevolución del millón de años de los humanos con los virus, toma otro paso en dirección al progreso. La implicación: en vez de correr y esconderse, tal vez aquí se hace necesario un poquito de valentía informada científicamente.

Sí, pero si eso es cierto, ¿no estarían epidemiólogos competentes y con credenciales diciendo esto? Ellos tan sólo no están siendo escuchados debido a que los medios y políticos los ignoran.

Aquí, una de esas voces valientes e inteligentes es la de Sunetra Gupta, profesora de epidemiología teórica, quien dirige un equipo pleno de expertos en la Universidad de Oxford.

Su entendimiento es tan profundo que ella, en una entrevista (in an interview), brindó una tesis fascinante, que tiene que ver con por qué la pandemia de influenza del 2018 fue la plaga catastrófica verdaderamente última que hemos visto en el mundo moderno.

El argumento de Gupta es que, cuando vivimos en tribus aisladas que están protegidas ante la exposición, gradualmente esa gente se va debilitando y se hace más vulnerable. El patógeno equivocado llega en el momento equivocado y la gente no ha estado biológicamente preparada para él. Arrasa con aquellas en formas impactantes. Pero, con el capitalismo moderno, llegó un final a tal aislamiento estéril. Nos brindó nuevos métodos para viajar, mezclarse, asociarse, moverse y, por tanto, condujo a una mayor exposición ante la enfermedad y los anticuerpos resultantes. Por tanto, no es sólo una mejora terapéutica y vacunas las que nos ayudaron a conquistar algunas plagas, sino las propias inmunidades. Nuestra caja biológica de herramientas para luchar contra la enfermedad simplemente mejoró a través de viajar, intercambiar y por el comercio global.

Cito extensamente a Gupta, empezando con su clase introductoria acerca de inmunidad ante el virus, lograda en el curso del último siglo y, extrañamente, olvidada en este siglo:

“El otro asunto interesante del que súbitamente me di cuenta ante esta amenaza en particular, es que la gente lo está tratando como un desastre externo, como un huracán o un tsunami, como si usted puede encerrar a los pollitos y, en su momento, todo desaparecerá. Simplemente, eso no es correcto. La epidemia es una relación ecológica que tenemos que administrar entre nosotros mismos y el virus. Pero, en vez de ello, la gente lo está viendo como si fuera una cosa completamente externa…. Este es el eje de la discusión, pero, luego, hay un eje socioeconómico, que ha sido ignorado. Pero, hay un tercero, el acceso estético, que es acerca de cómo queremos vivir nuestras vidas. Nos estamos aislando, no sólo de la enfermedad, sino de otros aspectos de ser humanos…

Pienso que la compensación mutua es muy extrema. Obviamente, la manifestación más extrema de la compensación mutua es los 23 millones de personas que serán lanzadas por debajo de la línea de pobreza, como resultado de este enfoque del martillo. Pienso que los costos para las artes son, también, increíblemente profundos ̶ para teatros y otras formas de arte escénico. Pero, también, para el arte inherente de vivir, que pienso está siendo comprometido.

Los actos de bondad están siendo desalentados. Alguien me comentó ayer que su madre les había dicho “por favor, no vengan a la casa, usted nos va a matar.” …

Ahora, veo gente joven aterrorizada, aún cuando ella se da conoce que su riesgo es bajo, que puede infectar a un amigo quien, a su vez, se lo pasará a sus abuelitos. Esta cadena de culpa está de alguna forma localizada en el individuo, en vez de ser distribuida y compartida.

Tenemos que compartir la culpa. Tenemos que compartir la responsabilidad. Y tenemos que incorporar ciertos riesgos para poder llenar nuestras obligaciones y poder sostener el contrato social. Así que, me gustaría que los políticos les recordaran eso a la gente, porque esa es la razón por la que ellos fueron electos para hacer ̶ ver que el contrato social sea adecuadamente transado….

Es muy difícil. Pienso que no hay nada por hacer excepto recordarle a la gente que no es sólo puritano, sino equivocado. Porque, en realidad, la única forma en que podemos reducir el riesgo para la gente vulnerable de la población es, para aquellos de nosotros que estamos en capacidad de adquirir la inmunidad de rebaño, hacer tal cosa.

Aún si hubiera un poquito de riesgo. Tengo 55 años de edad, aquí hay alguien con un riesgo moderado. Pero, estaría dispuesto a asumirlo, tal como lo hago con la gripe. Hay un riesgo de que puedo morir por la gripe, pero estoy dispuesta a asumir ese riesgo, pues sé que, si no lo hago, entonces, la gripe aparecerá, como lo hizo antes, entrando en la población de individuos inmunológicamente ingenuos, y, entonces, habrá un riesgo elevado de infección, que tendrá un efecto desproporcionado sobre el sector vulnerable de la población.

Tal vez, la forma de contrarrestarlo es decir ahora que, en realidad, no sólo es una cosa buena que los jóvenes vayan allá afuera y lleguen a ser inmunes, sino que es casi su deber. Es una forma de convivir con el virus. Es así como vivimos con otros virus. La gripe ciertamente es un virus claramente peligroso, pero, la razón por la que no vemos más muertes por la gripe cada año, es que, por medio de la inmunidad grupal, los niveles de infección se mantienen tan bajos como lo podemos lograr….

Ahora, hacia más acerca de la magia bellamente aparente de la inmunidad de rebaño, que más recientemente ha sido estimada (most recently been estimated) siendo entre un 10 y un 20% :

“[La inmunidad de rebaño es] un término técnico para referirse a la proporción necesaria de la población, que esté inmunizada para prevenir que la enfermedad se disemine, que es el concepto central en las vacunas. Es un concepto epidemiológico fundamental, que claramente ha sido subvertido. Pienso que el hecho de incluir la palabra rebaño lo ha facilitado.

La verdad es que la inmunidad de rebaño es una forma de proteger de la muerte a personas vulnerables. Se logra a expensas de alguna gente que muere y eso podemos detenerlo, protegiendo a los vulnerables de la mejor forma posible, dejando que la gente continúe con sus asuntos, permitiendo que se construya la inmunidad de rebaño, asegurando que la economía no se derrumbe, asegurando que las artes sean preservadas, y asegurando el mantenimiento de las virtudes de la bondad y la tolerancia.

Vivimos, así parece, en este estado de terror. Sí, el viaje internacional facilita el ingreso del contagio, pero lo que también hace es traer inmunidad.”

Y finalmente acerca de las implicaciones para la historia y la forma en que el capitalismo global, ambos, acabaron nuestro aislamiento estéril, pero que, a la vez, nos trajo la inmunidad biológica y vidas más extendidas.

“¿Por qué ya no más tenemos pandemias de gripe? Debido a que, antes de 1918, no había suficiente viaje internacional o densidades de individuos como para mantener en existencia a la gripe, como la cosa de tipo estacional que es ahora. Bolsas de personas no inmunes se desarrollarían y, después, ellas serían arrasadas.

Ese fue el patrón hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. Desde ese entonces, muchas de las enfermedades han llegado a ser endémicas. Como resultado de ello, en general, estamos mucho más expuestos a enfermedades y a patógenos relacionados, así que, si algo nuevo aparece, estamos mucho mejor que como habría sido si no hubiéramos tenido algún tipo de exposición a ellos.

Si el coronavirus hubiera arribado en un ambiente en donde anteriormente no tuvimos una exposición a ningún coronavirus, podríamos estar mucho peor. También, parece que la protección contra enfermedades severas resultado de una exposición a coronavirus relacionados, alguna fracción de nosotros parece ser resistente a la infección.

En realidad, están son solo noticias fantásticas. Es de esperar que eso será consolidado a un nivel científico, de laboratorio. Nosotros mismos estamos buscando como los anticuerpos a los coronavirus estacionales, pueden impactar en la protección contra la infección y la enfermedad.

Tal vez, podremos construir un panorama que reasegure al público que, en realidad, estamos mucho mejor habiendo sido expuestos a coronavirus relacionados. Estamos en mejor posición para luchar contra esta infección, que lo que en realidad pensamos.”

Uno puede pensar que la visión de esta educada profesora, ofrecida desde su posición en tal vez una de las más prestigiosas universidades del mundo, tendría algún impacto sobre los medios y los políticos. Las implicaciones de lo que ella dice no sólo son que las cuarentenas son erradas. No sólo que los cierres no tienen sentido. Ella va mucho más allá: ellos nos están haciendo menos sanos, y tomando pasos para revertir el progreso en salud que hemos logrado a través de un siglo de viajar, mezclarnos y mantener relaciones comerciales estrechas.

Las implicaciones del punto de vista de Gupta -y de su voltereta a la narrativa de corran y escóndanse, quédense en sus casas- ofrecen una forma nueva y promisoria para entender la relación entre el capitalismo moderno y la mejora dramática en la salud humana, que hemos experimentado durante más de un siglo. También lanza un destello de advertencia: si mantenemos el curso actual de escondernos y de inútilmente tratar de suprimir el virus, terminaremos empobreciendo a todos en la sociedad, tanto material como espiritualmente, y, también, dándole un golpe peligroso a nuestra salud biológica.

Jeffrey A. Tucker es director editorial del American Institute for Economic Research. Es autor de muchos miles de artículos en la prensa académica y popular y de ocho libros en 5 idiomas, siendo el más reciente The Market Loves You. También es editor de The Best of Mises. Es conferenciante habitual en temas de economía, tecnología, filosofía social y cultura.