¿Han visto algo de eso aquí?

AL MENOS ALGUNOS POLÍTICOS ADMITEN EL ERROR (UNA ESPECIE DE ELLO)

Por Jeffrey A. Tucker

American Institute for Economic Research
19 de junio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.aier.org/article/at-leas...error-sort-of/

Vivimos una edad de simulación. Los gobiernos se han comportado más lamentablemente, ignorantemente, arbitrariamente y caprichosamente que durante una o dos generaciones. Y., con todo y ello, no vemos disculpas, a menos no generalmente. El fracaso está a todo nuestro derredor, en todas partes. ¿Cuáles son las excepciones a la regla? Hice la pregunta en Twitter y he aquí las respuestas que hemos encontrado.

La primera ministra de Noruega: Erna Solberg se presentó en televisión a fines de mayo, admitiendo que a ella le dio pánico e impuso una cuarentena estricta “por temor.” “¿Era necesario cerrar las escuelas? Tal vez, no. Pero, al mismo tiempo, pienso que fue la cosa correcta por hacer en ese momento. Basados en la información que teníamos, tomamos una estrategia de precaución.”

Esta no es exactamente una disculpa, pero, al menos, es una admisión del error. Adicionalmente, ella se preguntó si debió haber seguido el camino de Suecia. Además, cuando tomó la decisión de cerrar, rechazó el consejo de sus propios consejeros en asuntos de salud.

El primer ministro de Pakistán: Imran Khan obtiene el premio por la mejor y más elocuente apología, que él publicó en Twitter (which he tweeted out) el 24 de abril. “Cuando buscamos una cuarentena total sin pensar acerca de las consecuencias para los asalariados cotidianos, los vendedores de las calles, los trabajadores, todos los cuales enfrentan pobreza & hambre para sí mismos & sus familias. Que Alá perdone nuestro pecado al descuidar a nuestros desposeídos & ciudadanos pobres.”

La gobernadora Kristi Noem de Dakota del Sur: La gobernadora ha sido completamente firme, rehusándose desde el inicio a emitir órdenes de quedarse en casa. Ella se plantó frente a unos medios vociferantes (a howling media ) ante cualquier decisión e incluso explicó en un discurso qué estaba mal con modelos de predicción viral. Ella ¡sonaba como Hayek! (sounded like Hayek). Uno lamenta que ella, aparentemente, expresó que no se plantó más firmemente ante el alcalde de Sioux City, quien cerró los restaurantes por unas pocas semanas.

El gobernador Henry McMaster de Carolina del Sur: Él no emitió (didn’t issue) una orden de permanecer en las casas y prometió no hacerlo y mantuvo su palabra. Él no ha dado excusas por las restricciones que impuso, pero, al menos, expresó alguna humildad al ver los límites del poder gubernamental.

El primer ministro de Rusia: No exactamente una apología, pero Mikhail Mishustin denunció (denounce) a los gobernadores regionales por ser demasiado insistentes en la imposición de cuarentenas. Probablemente esto estaba dirigido a Chechenia, así que podría haber razones políticas para eso.

El primer ministro de India: Narendra Modi obtiene algún crédito por su apología (his apology), pero ningún crédito al decir que las cuarentenas eran necesarias. “Doy disculpas por tomar estos pasos difíciles que han causado dificultades en nuestras vidas, en especial a la gente pobre. Sé que algunos de ustedes están bravos conmigo. Pero, estas medidas duras eran necesarias para ganar la batalla.” Más aún (Further): “Busco que me perdonen… Estoy seguro que usted me perdonará porque tuvo que pasar por tantos problemas. Alguna gente dirá que qué clase de primer ministro es este, pero estas son circunstancias especiales.” Dar disculpas es una cosa; admitir el error es otra.

El jefe de epidemiología de Suecia: Anders Tegnell admitió (admitted) que Suecia podía haberlo hecho mejor. Eso hizo que la prensa tuviera su agosto distorsionando los comentarios de él. No dijo que ellos deberían haber cerrado. En vez de eso, dijo que deberían haberse enfocado más en proteger a los ancianos. “Continuamos creyendo que la estrategia es buena, pero, desde luego, siempre hay mejoras que uno puede hacer, en especial cuando mira hacia atrás en el tiempo,” dijo en una conferencia de prensa. “Sería extraño si usted da una respuesta diferente a esa pregunta.”

El gobernador de Nueva York: Al momento, usted ya sabe que Andrew Cuomo ha dicho exactamente de todo, pero, enterrada entre esa mescolanza de tonterías cotidianas, él dijo; “Si usted volvía a pensar en eso o si tuviera tiempo para analizar la estrategia de salud pública, yo no sé que usted diría ponga en cuarentena a todo mundo. Ni siquiera sé si ella era la mejor política de salud pública… Lo que hicimos fue que cerramos todo. Esa fue nuestra estrategia de salud pública. Simplemente cierre todo, todos los negocios, trabajadores mayores, gente joven, ancianos, gente pequeña, gente alta. Toda escuela cerrada, todo.” Luego, él de inmediato se olvidó de eso e impuso más cuarentenas.

El presidente de los Estados Unidos: Hubo un chispazo de esperanza que brilló durante un breve momento, en una entrevista (interview) con Trump el 24 de mayo. “Ahora bien, ¿lo cerraría de nuevo? No, porque ahora lo entendemos mucho mejor. No sabíamos acerca de eso, era nuevo, estaba fresco.”

Pero luego, de inmediato, lo siguió con: “Tomé esa decisión por mí mismo y resultó ser una gran decisión. Cientos de miles de vidas fueron salvadas.”

En las semanas que siguieron, sus “cientos de miles” se había convertido en tres millones. Considere sus comentarios acerca del tema en una entrevista en el Wall Street Journal:

“Acerca del coronavirus, yo actué muy rápidamente, y actué temprano. Y ellos no lo pueden dejar pasar. Número uno. Número dos. Si no hubiera actuado, habríamos tenido 3 millones de muertes. Y, en vez de ello, tenemos 110.000. Y podríamos estar encaminados hacia un número que es, usted sabe, mayor a 150.000 hasta 200.000, todo podría estar terminando ahora dependiendo de cómo salen las cosas. Estamos haciéndolo muy buen en vacunas. Lo estamos haciendo muy bien en terapéutica. Pero, si yo no hubiera hecho lo que hicimos, tendríamos entre 1.5 millones y 3 millones de muertes. Eso sería 20 veces más que lo que terminaremos teniendo, ¿lo sabe usted? 10 a 30 veces más.”

Sí, a eso se le llama doblar la apuesta, e incluso siendo dueño de las cuarentenas. Y, ¿qué pasa con los datos que muestran (data showing ) que la mediana de la tasa de fatalidad de la infección para gente de menos de 70 es 0.04% y cero para los niños?

“Usted tiene cierta población… ahora sabemos que la gente mayor, especialmente gente mayor que tiene un problema como enfermedad del corazón o varios… literalmente hay una lista, ¿bien? Literalmente hay una lista. Diabetes, enfermedad del corazón, creo que serían el número uno y el dos. Pero, están en una lista. Si son ancianos, y tienen esas enfermedades, no es fácil. No va ser algo placentero, ¿bien? Así que sabemos adónde deberíamos proteger. Tuvimos un número de gobernadores que hicieron un trabajo muy, muy, pobre. Y deberían haber hecho algo mucho mejor.”

Así, él admite lo que hemos sabido desde febrero y marzo que el COVID-19 puede ser terrible para un subconjunto en particular de la población (ancianos con comorbilidades), pero difícilmente del todo una enfermedad para la mayoría de los demás. Cerrar las escuelas, cerrar todo, excepto lo esencial, fue claramente un error épico. El foco debía haber estado en las instalaciones de cuido a largo plazo, que claramente fueron desatendidas en el frenesí.

¿Cómo, entonces, puede él hablar acerca de tres millones de muertes en Estados Unidos sin una cuarentena? Él nunca lo explica, sino que, en vez de eso, continúa excavando:

“Bueno, la gente tiene que saber que, sí, usted lo hace. Pero es una pequeña porción. Es un porcentaje muy pequeño. Hicimos lo correcto. Lo cerramos. Lo cerramos. Caro. Pero, usted no le puede poner un precio a salvar millones de vidas. Salvamos millones de vidas. Usted sabe, mucha gente dice rebaño. Bueno, ¿qué tal funcionó el rebaño para Suecia? No bien. ¿Qué tal funcionó el rebaño para Brasil? No bien.”

Tal vez, ese párrafo requiere de un poquito de explicación. Él está hablando acerca de la “inmunidad de rebaño,” (herd immunity), que es la idea de que, después de que cierta cantidad de inmunidad se haya construido en la población, el virus se acaba. Es así como generaciones de profesionales de la medicina han lidiado con los virus: la inmunidad natural y la inmunidad artificial con vacunas, para lo cual no hay una para el COVID-19. Es difícil ver como una cuarentena es un sustituto, pues, como explica (explains) Knut Wittkowski, el eslogan “aplaste la curva” no es nada sino otra forma de decir prolonguen el dolor. Los virus no desaparecen porque usted se esconda de ellos.

En cuanto a Suecia, incluso la Organización Mundial de la Salud admite que este país hizo lo correcto, de no ser por la desatención de las instalaciones de cuido a largo plazo. A Brasil no le ha ido peor que a los Estados Unidos. Tal como este sitio lo ha documentado repetidamente, no hay una relación estadísticamente significativa entre las muertes por el COVID-19 y la cuarentena versus permanecer abiertos.

El gráfico titulado “Muertes acumuladas confirmadas por el COVID-19 por millón de personas” puede verse en https://www.aier.org/article/at-leas...error-sort-of/

Este virus ha fortalecido a gobiernos y sus poderes en todo el mundo, y para este momento debería haber terminado toda pretensión acerca de la habilidad de la cuarentena de controlar la diseminación y las muertes. Pero, como podemos ver, los funcionarios de gobierno están reacios a admitir el error de cualesquiera acciones, mucho menos de incompetencia en algún área de la vida, incluso cuando sus acciones han empobrecido y destruido las vidas de millones. Así que podemos preguntar: ¿Cuándo los políticos admitirán su error con las cuarentenas? (when will the politicians admit their lockdown mistake?

Jeffrey A. Tucker es director editorial del American Institute for Economic Research. Es autor de muchos miles de artículos en la prensa académica y popular y de ocho libros en 5 idiomas, siendo el más reciente The Market Loves You. También es editor de The Best of Mises. Es conferenciante habitual en temas de economía, tecnología, filosofía social y cultura.