No dudo que los amigos ambientalistas encontrarán muchas buenas ideas con la lectura del libro Green Market Revolution: How Market Environmentalism Can Protect Nature and Save the World, que pueden pedirlo gratuitamente en el sitio Foundation for Economic Education.

LOS MERCADOS SON VERDES

Por Lawrence W. Reed

Fundación para la Educación Económica
Lunes 29 de junio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo y entre paréntesis, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/markets-are-green/

Un nuevo libro explora cómo los derechos de propiedad y los mercados libres son buenos para el ambiente.

Un nuevo libro que está por salir hoy a la luz, puede cambiar la forma en que vemos la conservación de los esplendores de la naturaleza. Titulado Green Market Revolution: How Market Environmentalism Can Protect Nature and Save the World, sus editores son el Austrian Economics Center y la British Conservation Alliance, a la que sirvo como su consejero. Los detalles aparecen abajo, pero, primero, unos pocos puntos.

Lo que no tiene dueño, nadie lo cuida. Aristóteles dijo algo al respecto, y es casi obvio e indisputable; las excepciones a eso son difíciles de hallar. Es una regla fundamental del comportamiento humano y, al mismo tiempo, un comentario poderosamente favorable acerca de la institución que llamamos “propiedad privada.”

Lo que es poseído por “todos” (es decir, “esto es del pueblo” o “aquello es del pueblo”) menudo tampoco es objeto de cuido. Por ejemplo, los peores casos de contaminación tienden darse en tierras públicas o aguas públicas, que supuestamente todos las poseemos en común.

Allá en los años de 1980, un reporte del Consejo Presidencial acerca de la Calidad del Ambiente, lo explicó de esta forma: “Los recursos no poseídos es más posible que sean sobreexplotados que los recursos poseídos y administrados privadamente, pues un dueño privado se beneficia directamente con la preservación y mantenimiento de esos recursos y, por tanto, es más posible que actúe como un administrador responsable.”

Estos puntos son tan fundamentales para la naturaleza y experiencia humana, que deberían esculpirse en roca sólida. A pesar de lo anterior, cuando se trata de conservar el ambiente natural, mucha gente cree que la supervisión del gobierno de la propiedad “pública” es la única alternativa. La verdad es que muchos de los mejores ejemplos de preservación de la naturaleza son resultados de la propiedad privada y de grupos privados, con o sin fines de lucro. Esos incluyen a los más grandes y más conocidos como Nature Conservancy, the Audubon Society, y Ducks Unlimited, así como incontables grupos locales, que poseen o mantienen pequeñas reservas e incluso tramos de carreteras.

Miles de organizaciones privadas de conservación alrededor del mundo se encuentran activamente involucradas en salvar cosas y lugares naturales, algunas veces en tierras poseídas por gobiernos. Algunas reciben financiamiento público, pero, muchas de ellas descansan enteramente en membresías, filantropía e incluso desarrollos comerciales en su propiedad. Muchas otras empresas que no tienen a la conservación como su objetivo principal, tales como cotos de caza, terminan conservando y ampliando a la Madre Naturaleza, con un producto resultante de sus actividades. Compañías privadas, con fines de lucro, de productos forestales, como Weyerhauser, son responsables de casi la mitad de los 1.6 miles de millones de arbolitos que se plantan cada año, tan sólo en los Estados Unidos.

La premisa de Green Market Revolution es que estos impulsos privados son una cosa particularmente buena. Es más, con políticas públicas correctas, que los estimulen y complementen con incentivos y el sistema de precios, puede hacerse mucho más. Los mercados, no los decretos, ya proveen casi todo lo que constituye nuestro estándar de vida. ¿Por qué no usarlos más plenamente en el ambiente? Los 21 autores del libro ofrecen suficientes ideas buenas que a cualquier ambientalista verdadero se le caerán las babas del potencial. Usted puede descargar una copia digital y ordenar una copia impresa aquí (here).

En su capítulo titulado “Why Government Fails the Environment? (¿Por qué el Gobierno Fracasa en el Ambiente?), Hannah Downey y Holly Fretwell del Property & Environment Research Center (https://www.perc.org/), afirman que

“… el ambientalismo de mercado ubica correctamente los incentivos para la conservación. Los derechos de propiedad y el intercambio voluntario alinean los incentivos de forma que podemos entender plenamente las concesiones mutuas y maximizar los beneficios que emanan de la conservación. Los ambientalistas que demandan una centralización cada vez mayor deberían tomar nota de esto.”

En el siguiente capítulo, Matthew Lesh del Adam Smith Institute hace ver que “Los países con la mayor libertad económica muestran un desempeño 50% mejor en el Índice de Desempeño Ambiental de las Universidades de Yale y Columbia, en comparación con países que son reprimidos o son principalmente no libres.” Lesh cita numerosos ejemplos de iniciativas efectivas, basadas en el mercado, que protegen al ambiente. Ellas apuntan en dirección de administrar las fuerzas del mercado “para potenciar el poder de los precios, pidiéndole a los actores en el mercado que internalicen los costos del daño externo.” Citando el trabajo de la premio Nobel, Elinor Ostrom, Ben Ramanauskas luego arguye convincentemente en favor de soluciones localizadas para los problemas ambientales, en vez de órdenes de arriba hacia abajo de burocracias reguladoras lejanas.

Uno de mis capítulos favoritos es “Success Stories of Market Environmentalism From Around the World” (“Historia de Éxito del Ambientalismo de Mercado alrededor del Mundo”), de Karl Weiss, del Austrian Economics Center (un contribuyente frecuente de FEE.org (a frequent contributor to FEE.org)). Entre los muchos ejemplos que él brinda, está uno que tiene que ver con el rinoceronte blanco. Escribe Weiss,

“[A]ctores privados también han mostrado ser capaces de proteger la vida salvaje. Tome el ejemplo de los rinocerontes blancos. En 1900, los rinocerontes eran una especie en peligro en Suráfrica. Pero, por medio de un sistema de subastas y la Ley contra el Robo por Cacería de 1991, que estableció derechos de propiedad privada sobre animales salvajes, el número de rinocerontes blancos aumentó significativamente, llegando hoy a 20.000, ‘convirtiéndolos en la especie más común de rinocerontes en el planeta.’”

Otros autores del libro tratan la aplicación de la visión del ambientalismo de mercado a los Estados Unidos, a Europa, en general, y a países como el Reino Unido y Austria, en particular ̶ todos de una forma que la gente, en cualquier lado del mundo, los puede encontrar útiles e instructivos. En su capítulo, "Why We Should Be Optimistic" (“Por qué deberíamos ser Optimistas”), el economista e historiador sueco Johan Norberg inspira al lector con una comprensión de que el mensaje de este libro no es un sueño teórico. En última instancia, es demasiado poderoso como para ser ignorado.

El fundador y presidente de la British Conservation Alliance, Chris Barnard, concluye el libro con un capítulo titulado "Towards a Greener and Freer Future" (“Hacia un Futuro más Libre y más Verde”). Él invoca la observación del psicólogo de Harvard, Steven Pinker, de que “Es más posible que la gente acepte el hecho de un calentamiento global, cuando se les dice que el problema tiene solución mediante innovaciones en políticas y tecnología, que cuando se les dan advertencias serias acerca de qué tan horrendo será eso.” Dice Barnard,

“Debemos aprovechar esta verdad de la psicología humana y construir el movimiento global que emerge de un ambientalismo de mercado alrededor del optimismo, la innovación de políticas y el progreso tecnológico. Debemos ofrecerle a la gente, preocupada por el futuro del mundo y de nuestro ambiente, una alternativa a la desolación negativa de los tipos que quieren cambiar el sistema.”

Él está en lo correcto. Cuando tenemos tanta lógica, economía, psicología y experiencia arguyendo en favor del poder de los mercados, ¿Por qué gente sensata querría alguna vez eliminar eso y reemplazarlo por políticas y políticos y su registro histórico dudoso?

La edad promedio de los 21 autores de Green Market Revolution es, diría yo, menos de 35. Son personas con futuras décadas de vida en este planeta. Ellos se han asido a verdades eternas y principios sólidos y los han desplegado al servicio de un ambiente limpio, en el cual ellos quieren vivir. Ellos no están casados con ninguna política fracasada del pasado, debido tan sólo a que esas políticas son superficialmente atractivas. Este es un libro con sustancia, accesible a una audiencia amplia, lleno de esperanzas de un futuro mejor.

Si dentro de 50 años, nos encontramos en un planeta con agua, aire y tierra más limpios que nunca antes y rebosante de vida abundante, no será porque pusimos comisarios y planificadores centrales a cargo. Será porque personas como usted, el lector, tomó en serio a libros como este e insistió en que su sabiduría fuera nuestra piedra angular.

Una vez más, usted puede obtenerlo aquí (here). [Nota del traductor: es gratuito].

Lawrence W. Reed es presidente emérito y compañero senior Familia Humphreys de la Foundation for Economic Education (FEE), habiendo servido por casi 11 años como presidente de la FEE (2008-2019), Es autor del libro del 2020, Was Jesus a Socialist? así como de Real Heroes: Incredible True Stories of Courage, Character, and Conviction y Excuse Me, Professor: Challenging the Myths of Progressivism.