LOS MODELADORES SE ‘EQUIVOCARON ASTRONÓMICAMENTE’ EN LAS PREDICCIONES DEL COVID-19, DICE NOTABLE EPIDEMIÓLOGO ̶ Y EL MUNDO ESTÁ PAGANDO EL PRECIO

Por Jon Miltimore

Fundación para la Educación Económica
Jueves 2 de julio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo y entre paréntesis, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/modelers-we...ing-the-price/

En una entrevista reciente, el Dr. John Ioannidis hizo una fuerte evaluación de los modeladores, quienes predijeron que tantos como 40 millones de personas morirían y que el sistema de salud de Estados Unidos sería sobrepasado debido al COVID-19

El Dr. John Ioannidis llegó a ser un científico líder mundial mediante la exposición de ciencia mala (by exposing bad science). Pero, con todo, la pandemia del COVID-19 podría significar su desafío más grande aún pendiente.

Ioannidis, quien posee la Silla C.F. Rehnborg en Prevención de Enfermedades en la Universidad Stanford, en meses recientes ha estado bajo fuego por su oposición (opposition) a cuarentenas ordenadas por los estados, que él dice podrían causar daños sociales mucho más allá de sus beneficios supuestos. Pero, no parece que él se esté echando para atrás.

En una entrevista con el Greek Reporter (interview with Greek Reporter), que cubre una gama amplia de temas y que fue publicada este fin de semana pasada, Ioannidis dijo que estaban apareciendo datos que apoyaban su predicción de que las cuarentenas tendrían consecuencias sociales de un alto alcance y que los modelos matemáticos sobre los que se basaron las cuarentenas, estaban horrendamente fallidos.

También, Ioannidis dijo que un análisis comprensivo de la literatura médica sugiere que el COVID-19 se ha diseminado mucho más de lo que la mayoría de la gente sabe.

“Ya hay alrededor de más de 50 estudios que han presentado resultados acerca de cuántas personas, en países y ubicaciones diferentes, han desarrollado anticuerpos ante el virus.” Ioannidis, un médico greco estadounidense, le dijo al Greek Reporter. “Por supuesto, ninguno de estos estudios es perfecto, pero acumulativamente brindan evidencia conjunta útil. Una estimación muy burda parece sugerir que, alrededor de 150 a 300 millones o más de personas, ya han sido infectadas alrededor del mundo, muchos más de los 10 millones de casos documentados.”

Ioannidis dijo que los datos médicos sugieren que el riesgo de fatalidad es menor a estimaciones previas que indujeron a creer a los formuladores de políticas y que “es casi del 0%” para individuos de menos de 45 años de edad. No obstante, la mediana de la tasa de fatalidad es de, más o menos, 0.25%, pues el riesgo “se escala sustancialmente” para individuos de más de 85 y puede ser tan alto como un 25 por ciento de gente débil en asilos de ancianos.

“La tasa de mortalidad en un país dado depende mucho de la estructura de edades, de quiénes son las personas infectadas y de cómo se administran,” dijo Ioannidis. “Para gente menor a 45, la tasa de fatalidad de la infección es casi 0%. De 45 a 70, es probable que sea de alrededor de 0.05 y 0.3%. Para mayores de 70, se escala substancialmente…”

Debido a ello, Ioannidis ve a las cuarentenas masivas de poblaciones enteras como un error, aunque dice que pueden haber tenido sentido cuando los expertos creyeron que la tasa de fatalidad del COVID-19 era tan alta como de entre 3 y 5 por ciento.

En marzo, en un artículo en STAT (STAT article), que fue altamente leído, Ioannidis dijo que era incierto por cuánto tiempo se podrían mantener las cuarentenas sin que hubieran consecuencias serias.

“Una de las conclusiones es que no sabemos por cuánto tiempo las medidas de distanciamiento social y de cuarentenas, se pueden mantener sin que haya consecuencias importantes sobre la economía, la sociedad y la salud mental,” escribió Ioannidis. “Pueden aparecer evoluciones impredecibles, incluyendo crisis financieras, disturbios, guerra civil, guerra y un colapso del tejido social”

Casi tres meses después de esa entrevista, el mundo ha visto niveles de desempleo no vistos desde la Gran Depresión, cierres masivos de empresas, aumentos en suicidios y sobredosis de drogas, y disturbios sociales en una escala nunca vista en los Estados Unidos desde los años sesenta.

“Me siento extremamente triste de que mis predicciones se verificaron,” dijo Ioannidis. Continuó él:

“’Ya se han presentado consecuencias importantes sobre la economía, la sociedad y la salud mental.’ Espero que sean reversibles, y eso depende en un alto grado de si podemos evitar prolongar los cierres draconianos y administrar como tratar el COVID-19 con un enfoque inteligente, dirigido con base en la precisión de riesgos, en vez de cerrar todo ciegamente. Similarmente, ya hemos empezado a ver las consecuencias de las ‘crisis financieras, malestar y disturbios sociales.’ Espero que no sean seguidos por la “guerra y un colapso del tejido social.’ Globalmente, las medidas de cuarentena han aumentado el número de personas en riesgo de hambre a 1.1 miles de millones, y están poniendo en riesgo a millones de vidas, con el potencial de un resurgimiento de la tuberculosis, de enfermedades de niños, como sarampión, al alterarse los programas de vacunación, y la malaria. Tengo la esperanza de que los hacedores de políticas miren el panorama general y no sólo a la muy importante, pero pequeña porción de evidencia, que es el COVID-19.”

Ioannidis no eximió a los modeladores que predijeron que tantos como 40 millones de personas moriría, o a aquellos quienes clamaron que el sistema de salud de Estados Unidos sería rebasado.

“Las predicciones de la mayoría de los modelos matemáticos en términos de cuántas camas y de cómo se requerirían muchas camas en cuidados intensivos, se equivocaron astronómicamente,” dijo Ioannidis. “De hecho, el sistema de salud no se ha desbordado en ninguna parte de los Estados Unidos, aunque varios hospitales se vieron presionados.”

Por el contrario, agregó él, estas acciones tuvieron efectos perjudiciales sobre el sistema de cuido de la salud en Estados Unidos, el cual se vio “seriamente dañado” debido a las medidas tomadas.

Sólo el tiempo dirá si Ioannidis es confirmado correcto en sus evaluaciones. Pero, aún si él está en lo correcto a medias, eso sugeriría que los expertos, de hecho, de nuevo fallaron (did indeed fail again).

Hay poco cuestionamiento acerca de que las cuarentenas han ocasionado una extensa carnicería económica, social y emocional. Es difícil de encontrar (hard to find) evidencia de que a los estados de Estados Unidos que practicaron la cuarentena, les fue mejor que a los estados que no la impusieron.

Aunque aún no se tiene la certeza, la pandemia del COVID-19 bien podría resultar siendo otro ejemplo de cómo se equivoca la planificación centralizada.

Como lo hice ver previamente, es una triste ironía que los mayores desastres en la historia moderna -desde el sistema colectivo agrícola del “koljós” (kolkhoz) de Stalin al Gran Salto hacia Adelante (Great Leap Forward ) de Mao y más allá- son resultados de los planificadores centrales tratando de mejorar la suerte de la humanidad por medio de la acción coercitiva.

Durante la pandemia del coronavirus, expertos puede haber, sin proponérselo, ocasionado uno de los desastres humanos más serios de la historia moderna, al remover la elección de individuos que poseen un conocimiento local superior.

“No se discute si la planificación debe o no realizarse,” escribió Hayek en The Use of Knowledge in Society [El Uso del Conocimiento en Sociedad], “sino si ha de hacerse centralizadamente para todo el sistema económico a través de una única autoridad o si debe dividirse entre una pluralidad de individuos.”

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Sus reportajes y artículos han aparecido en la revista TIME, el Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News y el Star Tribune.

Otros: El Washington Times, MSN.com, El Washington Examiner, el Daily Caller, el Federalist, el Epoch Times.