DE NUEVO, ¿CUÁLES FUERON LOS BENEFICIOS DE LA CUARENTENA?

Por Edward Peter Stringham

American Institute for Economic Research
25 de junio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.aier.org/article/again-w...-locking-down/

Los cierres de escuelas, las órdenes de quedarse en casa, ponerle candados a los negocios, la prohibición de cirugías electivas, cierre de actividades de entretenimiento físico, vuelos bloqueados y la imposición súbita de un plan central ̶ todo ello sucedió súbitamente en marzo, en el curso de sólo unos pocos días, y con un impacto enorme sobre aquella parte de la gente que previamente había dado por un hecho su libertad y derechos.

A pesar de una enorme presión (enormous pressure) de Washington, ocho estados no entraron en cuarentenas o sólo la utilizaron muy levemente: Dakota del Sur. Dakota del Norte, Carolina del Sur, Wyoming, Utah, Arkansas, Iowa y Nebraska.

Después de 100 día, estamos en una posición de efectuar un análisis preliminar acerca del desempleo en los estados cerrados versus aquellos que no impusieron cuarentenas. El Institute for Economic Research (AIER) ya ha publicado (already published) evidencia de que los estados que impusieron cuarentenas tenían tasas más elevadas de desempleo.

The Sentinel, una fuente de noticias sin fines de lucro del Kansas Policy Institute, confirma nuestra investigación, al reportar los siguientes datos: los estados cerrados tienen una tasa general de desempleo de un 13.2%, mientras que los estados abiertos tienen una tasa de desempleo de un 7.8%.

Usted puede encontrar el cuadro del “cambio en el empleo entre mayo del 2019 y mayo del 2020, para estados según tuvieron cierre o no,” en https://www.aier.org/article/again-w...-locking-down/

Pero, tal vez, ¿este mejor desempeño vino a expensas de la salud?

En términos de salud, los estados cerrados tuvieren tasas de mortalidad por el COVID-19 casi cuatro veces mayores.

Usted puede encontrar el cuadro de “estados no cerrados tienen mejores resultados en el COVID-19, al 17 de junio,” en https://www.aier.org/article/again-w...-locking-down/

Los resultados no prueban que permanecer abierto necesariamente causó los buenos resultados, pero, ciertamente, deberían conducirnos a cuestionar la noción de que “los cierres son necesarios o, de lo contrario, todos vamos a morir.”

Para estar claros, pueden existir muchos factores mitigantes. Los estados abiertos pueden haber tenido menos instalaciones de salud a largo plazo [como asilos de ancianos] que alojan a personas con bajas expectativas de vida; en cada estado, esas significan aproximadamente la mitad de todas las muertes por el COVID-19. De hecho (In fact), “las muertes en un pequeño grupo del 1.7% de la población, son mayores que las muertes del restante 98.3%.”

La densidad de la población entre los estados también varía y eso puede hacer sido una variable explicativa. También, los estados abiertos carecían de gobernadores que ordenaron que los asilos de ancianos aceptaran pacientes activos con el COVID (governors who mandated that nursing homes accept active COVID-patients). A principios de este mes, nosotros publicamos una investigación más detallada “Unemployment Far Worse in Lockdown States, Data Show” de la economista Abigail Devereux, quien encontró resultados similares.

Un tropo rutinario en los medios es que la gente que se opone a la cuarentena está poniendo a la libertad y la riqueza por encima de la seguridad y la salud. Pero, como pueden ver del simple examen de los resultados, los estados abiertos experimentaron menor dolor económico y menor dolor de la enfermedad como tal.

Estamos viendo intentos desesperados de políticos, funcionarios de salud pública y de comentaristas en los medios para que, de alguna manera, tenga sentido por qué Estados Unidos prosiguió el curso que tomó, con los cierres, órdenes de quedarse en casa, prohibición de viajar y una cuarentena casi universal, en violación de todo principio que los Estados Unidos han celebrado como parte de su cultura cívica.

Al aparecer evidencia de que los cierres no fueron económica ni médicamente efectivos, va a ser crecientemente difícil que los partidarios de la cuarentena arreglen ordenadamente la evidencia, para convencer al público de que aislar gente, destruir negocios y destruir las instituciones sociales, valió la pena.

Edward Peter Stringham es presidente del American Institute for Economic Research, Profesor Davis de Organizaciones Económicas e Innovación del Trinity College, y editor del Journal of Private Enterprise. Es editor de dos libros y autor de más de 70 artículos, capítulos en libros y estudios de políticas. Su trabajo ha sido discutido en 15 de los 20 principales periódicos de Estados Unidos y en más de 100 estaciones de transmisión, incluyendo MTV. Stringham es huésped frecuente en BBC World, Bloomberg Television, CNBC y Fox. Rise Global califica a Stringham como uno de los 100 economistas más influyentes del mundo. Obtuvo su Licenciatura del College of the Holy Cross en 1997, su Doctorado de la Universidad George Mason en el 2002. Su libro Private Governance: Creating Order in Economic and Social Life, lo publica Oxford University Press.