Si alguna vez usted tiene la oportunidad de leer alguno de sus muchísimos libros, que van desde una introducción a la economía al análisis del racismo y del progreso humano, no lo dude en hacerlo: usted vivirá no sólo una experiencia enriquecedora, sino hasta placentera por su forma sencilla y profunda de comunicar sus ideas de libertad.

THOMAS SOWELL A LOS 90

Por Gerald P. O’Driscoll, Jr

Cato at Liberty
29 de junio del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo y entre paréntesis, si es de su interés puede verlo en https://www.cato.org/blog/thomas-sowell-90

El 30 de junio del 2020, Thomas Sowell llegará a los 90. Él es uno de los pensadores económicos y sociales más importantes de los últimos 50 años. Digo eso, reconociendo que se carrera se traslapa con luminarias como Friedrich Hayek y Milton Friedman. También, Sowell ha sido uno de los escritores de ciencias sociales más prolíficos de su época, evidenciado por el hecho de que su cumpleaños también marca la publicación de su último libro: Charter Schools and Their Enemies.

Sowell empezó su carrera como economista convencional, con un PhD. de la Universidad de Chicago. Fue un especialista en la historia del pensamiento económico y un académico estudioso de Marx. Fue profesor asistente de economía en la Universidad Cornell en 1969, cuando estudiantes negros tomaron Willard Straight Hall. Él se vio consternado por la violencia que observó. En el lenguaje de la época, uno puede decir que la experiencia lo radicalizó. Dejó Cornell y, después de un paso por la Universidad Brandeis, terminó en la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA). Fue allí adonde lo conocí.

Yo escuché su curso de postgrado en la historia del pensamiento económico. (Yo había completado mis cursos y exámenes preliminares para el PhD., incluyendo uno que cubría la historia del pensamiento. Pero, en realidad, no había tenido la oportunidad de llevar un curso de postgrado en esa materia). Fue una experiencia intelectual fantástica. Aunque era un oyente en su curso, me pidió que escribiera un artículo. Me imagino que hice un buen papel, tal que estuvo de acuerdo con servir en mi comité de tesis.

Sowell continuó escribiendo acerca de tópicos puramente de economía. Por ejemplo, en 1974, la Princeton University Press publicó su Classical Economics Reconsidered. Continúa siendo una maravillosa breve introducción al pensamiento de los economistas políticos clásicos. (Este libro no aparece en la entrada de Wikipedia acerca de Sowell). Él empezó una transición hacia temas de raza y etnicidad en su libro de 1975, Race and Economics (David McKay). Pero, Knowledge and Decisions (Basic Books 1980; reimpreso en 1996) es un texto económico sencillo en la tradición hayekiana.

No obstante, se enfocó más y más en los temas de raza y etnicidad, aquí [Estados Unidos] y alrededor del mundo. Eso es cierto de muchos de sus libros y artículos y de su columna sindicada de muchos años. Al hacerlo, Sowell derivó una distinción entre raza y cultura, convirtiéndose en uno de los principales proponentes del concepto de “cultura de la pobreza.” Por supuesto, ese no era un concepto enteramente nuevo. Por ejemplo, fue una de las conclusiones primordiales del famoso reporte de 1965 de Daniel Patrick Moynihan, acerca de The Negro Family: The Case for National Action. (Office of Policy Planning and Research, U.S. Department of Labor, marzo de 1965, Capítulo 2): “Existe considerable evidencia de que la comunidad Negra de hecho está dividiéndose entre un grupo de clase media estable, que constantemente crece con más fuerza y más éxito, y un grupo de clase más baja crecientemente desorganizado y desfavorecido.”

Sowell, como Moynihan, distinguió entre cultura o clase, y raza. Una raza comprende a diferentes clases o culturas. Esto es cierto tanto para blancos como para negros. En efecto, Sowell escribió acerca de por qué las clases inferiores blancas y negras exhiben patologías similares: debido a que comparten una cultura en común. (Black Rednecks and White Liberals [Encounter Books, 2005]). Desde el punto de vista de Sowell, muchos de los problemas que encaran los centros urbanos no están ligados a la raza, sino a la cultura. Lo mismo, indica él, es cierto para los pobres, blancos de los Apalaches, como lo exploraron más recientemente escritores como J.D. Vance y Nancy Isenberg. Estos problemas se agravaron por la Gran Sociedad del presidente Lyndon B. Johnson, quien expandió vastamente el moderno estado de bienestar como parte de su Guerra contra la Pobreza. Sowell señaló que el asistencialismo, desvinculado del trabajo o del matrimonio, creaba incentivos que minaban a la familia negra. El sistema asistencial estableció pagos que dependían de la comprobación de los ingresos para madres de bajos ingresos con niños, que requerían la ausencia de un padre y un generador de ingresos. En 1950, las familias encabezadas por una mujer eran el 18 por ciento de la población negra. Hoy, según Shelby Steele de la Hoover Institution, un 75 por ciento de las familias negras no tiene un padre presente. No existe programa social imaginable, ni suma de dinero, que puedan compensar las desventajas que sufrirán los niños de un solo padre, en comparación con los niños con ambos padres.

El senador Tim Scott (Republicano de Carolina del Sur) recientemente destacó este punto. Citando a Sowell, dijo que “Si usted tiene los dos padres en un hogar, usted reduce la pobreza en la comunidad afroestadounidense en un 85%. Esta es una verdad impactante que necesita de más oxígeno.” ((Wall Street Journal, 20-21 de junio del 2020).

Por mucho tiempo Sowell ha afirmado que las minorías pueden lograr el éxito económico incluso en presencia de discriminación severa. Eso ha sido cierto para los negros en Estados Unidos, como para judíos, chinos y libaneses alrededor del mundo. Los afroestadounidenses lograron un progreso económico constante en el siglo XX, tanto en lo absoluto como comparados con los blancos, incluso antes del hito legislativo de derechos humanos en la década de 1960. Cambiar corazones y mentes de personas es un proceso muy lento, sin seguridad de que tendrá éxito y es reversible. Es laudatorio para terminar la intolerancia. Pero, no es necesario para lograr el progreso económico.

Sowell es bien conocido por su crítica al programa de acción afirmativa. Ese tópico requeriría un comentario por aparte. Sin embargo, puedo resumir su posición. La acción afirmativa daña a aquellos que dice ayudar. Por ejemplo, las minorías admitidas a universidades de la élite bajo la acción afirmativa, a menudo no son capaces de desempeñarse según los estándares de esas escuelas. Luego, las minorías suponen que son víctimas de racismo. (Esa es la posición de Sowell acerca de lo que sucedió en Cornell en 1969). Esos mismos estudiantes, si hubieran asistido a universidades con menor competencia, bien podrían haber tenido éxito en la escuela y la vida.

En el 2015, Sowell escribió un libro muy importante que mereció mucha atención: Wealth, Poverty and Politics: An International Perspective (Basic Books). Aquí repitió temas familiares e introdujo otros nuevos. Yo escribí un comentario extenso acerca de él en el Cato Journal (invierno del 2016). Refiero al lector a ese comentario.

El catalizador para el trabajo de Thomas Sowell acerca de la raza puede haber sido la discordia racial de una época previa, pero, hoy, su trabajo ha cobrado relevancia. Su nuevo libro se enfoca en las escuelas independientes y en la importancia de la educación como un camino para salir de la pobreza para las minorías en desventaja. En una entrevista previa a la salida del libro, “Charter Schools’ Enemies Block Black Success” (“Los Enemigos de las Escuelas Independientes Ponen un Muro al Éxito”) (The Wall Street Journal, 19 de junio del 2020), Sowell se concentra en la experiencia de la Ciudad de Nueva York, y encuentra que la mayoría de las escuelas independientes “decisivamente tienen un mejor desempeño que las escuelas públicas tradicionales instaladas en los mismos edificios que aquellas.” La mayoría de los estudiantes de escuelas independientes son negros e hispanos de vecindarios pobres. Ellos ya pasan los exámenes en matemáticas e inglés a una tasa más alta que la de cualquier distrito escolar público en el estado. Él desinfla el argumento de que las escuelas independientes “se llevan la crema y nata” de las escuelas públicas, cuando admite a estudiantes particularmente motivados. La admisión es por sorteo, de forma que la mayoría de los estudiantes motivados permanecen en escuelas públicas, en donde fallan en llenar su potencial.

Así que, ¿por qué no podemos resolver el tema de los derechos civiles de nuestra época, la provisión de una educación de calidad para estudiantes de bajos ingresos, negros e hispanos? Debido a los intereses creados de los sindicatos de maestros de las escuelas públicas y administradores que se oponen a ella. Dicen hacerlo “en aras de los niños.” Como lo señala el titulo de la entrevista, de hecho, ellos están bloqueando el éxito para las minorías. Sowell concluye que “sólo los votantes, quienes tienen el poder final en una democracia,” pueden cambiar el sistema.

Por supuesto, nada de esto elimina la necesidad de excluir el racismo de nuestra sociedad, tanto individual como estructural. Pero, el trabajo de Sowell brinda ideas en otro aspecto de ese debate complejo.

Sólo una biografía intelectual de cuerpo entero de Thomas Sowell puede brindar una apreciación plena de la magnificencia de sus contribuciones intelectuales. Me alegra reportar que tal biografía está en proceso. Jason L. Riley, compañero sénior del Manhattan Institute, quien escribe la columna “ascenso social” para The Wall Street Journal, está escribiendo una biografía intelectual de Sowell.

Feliz cumpleaños, Tom.

Gerald P. O’Driscoll es compañero sénior del Instituto Cato. Es un experto ampliamente citado en asuntos monetarios y financieros internacionales. Previamente fue director del Centro para el Comercio y la Economía Internacional de la Fundación Heritage, O’Driscoll fue editor sénior del anual Índice de Libertad Económica, co publicado por Heritage y el Wall Street Journal. También ha servido como vicepresidente y director de análisis de políticas de Citigroup. Antes de eso, fue vicepresidente y asesor económico del Banco de Reserva Federal de Dallas. También, sirvió como director del equipo de la Comisión Meltzer ordenada por el Congreso, acerca de las instituciones financieras internacionales. O’Driscoll ha enseñado en las Universidades de California, en Santa Bárbara, en la del Estado de Iowa, y en la de Nueva York. Ha publicado ampliamente en publicaciones importantes, incluyendo al Wall Street Journal. Aparece con frecuencia en la televisión y radio nacionales, incluyendo a Fox Business News, CNBC y Bloomberg. Es miembro de la Sociedad Mont Pelerin y director de la Association of Private Enterprise Education. O’Driscoll obtuvo una licenciatura en Economía de la Universidad Fordham, y una maestría y un PhD en economía de la Universidad de California, en Los Ángeles.