Estoy seguro de que muchos no sabían, y ni siquiera se imaginaban, que hace tan poco tiempo la OMS tenía criterios tan diferentes de los que hoy impulsa, según suelen alegar promotores de regulaciones gubernamentales de la pandemia.

LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD TAN SÓLO EL AÑO PASADO ESTABA EN CONTRA DE LAS CUARENTENAS

Por Edward Peter Stringham

American Institute for Economic Research
28 de mayo del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y en azul, si es de su interés, puede verlo en https://www.aier.org/article/the-wor...nly-last-year/

Les recomiendo un documento (document) escrito en tiempos de mayor sanidad, y que fuera publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS): ““Non-pharmaceutical public health measures for mitigating the risk and impact of epidemic and pandemic influenza” (Medidas no farmacéuticas de salud pública para la mitigación del riesgo e impacto de la influenza epidémica y pandémica.” Salió en el 2019. Abajo lo he resumido.

Cuando el documento dice influenza, se refiera a cualesquiera infecciones del tipo de la influenza, lo cual incluye al COVID-19; esto es, cualquier pandemia viral que se presente. En los últimos 100 años, ellos brindan cuatro ejemplos previos al virus actual.

Pandemia de 1918-1919: “gripe española.” Subtipo de influenza: H1N1. Impacto en la mortalidad: 20 a 50 millones de muertes (17).

Pandemia de 1957-1958: “gripe asiática.” Subtipo de influenza: H2N2. Impacto en la mortalidad: 1.1 millones de muertes (23).

Pandemia de 1968-1969: “gripe de Hong Kong.” Subtipo de influenza: H3N2. Impacto en la mortalidad: 1 millón de muertes (23).

Pandemia de 2009-2010: H1N1pdm09. Subtipo de influenza: H1N1. Impacto en la mortalidad: 123.000 a 203.000 de muertes respiratorias (22).

El punto del reporte es examinar una serie de las denominadas intervenciones no farmacéuticas, que pueden cubrir todo el rango de estrategias para el control de la enfermedad, desde el lavado de manos al uso de mascarillas a cuarentenas y a restricciones para viajar. El documento contiene tanto material bueno como lamentable y ambos son cubiertos abajo. Pero, los puntos notables para nosotros en la actualidad son que la Organización Mundial de la Salud, hasta el año pasado, sólo recomendó sólidamente contra las cuarentenas, incluso si sólo se limitaba a los expuestos y a los enfermos.

Nunca, ni siquiera, consideró la noción de encerrar universalmente a una población. En ese sentido, es una mejora con respecto a la práctica actual y es evidencia de que los gobiernos tiraron por la borda leyes y tradiciones de mucho tiempo, en un pánico sobre la enfermedad que destruyó las relaciones humanas y la economía global.

Dicho esto, un problema importante con el documento es su enfoque abiertamente formal, que busca modelar la severidad y respuesta gubernamental ante la enfermedad.

“El marco de evaluación de la severidad de la pandemia de influenza (PISA por sus siglas en inglés) fue introducido por la OMS en el 2017. La severidad de una epidemia de influenza o pandemia es evaluada y monitoreada por medio de tres indicadores específicos: transmisibilidad (referida a la incidencia), seriedad de la enfermedad y el impacto sobre el sistema de cuidado de la salud y la sociedad. La severidad se categoriza en cinco niveles: no actividad o por debajo del límite estacional, bajo, moderado, elevado o extraordinario. El marco PISA está siendo puesto a prueba y siendo mejorado durante las epidemias estacionales de la influenza; el objetivo es ayudar a que las autoridades públicas monitoreen y evalúen la severidad de la influenza, y que brinden información para las decisiones y recomendaciones apropiadas de las intervenciones.”

Aquí casi todo descansa en la habilidad de discernir y modelar la severidad de la enfermedad en tiempo real. El problema es que tenemos que hacer el juicio personal en medio de esta pandemia. A fines de febrero, el Dr. Fauci escribió (wrote), “las consecuencias clínicas generales del Covid-19 en última instancia puede ser más parecidas a aquellas de una influenza estacional severa.” Según los estándares de la OMS, ella calificaría como “moderada.”

Unas pocas semanas después, el temor a escaseces de camas en hospitales y la carencia de ventiladores, hicieron que la evaluación cambiara. En unos pocos días, nos movimos de pensar que era un problema estacional, a tratarlo como la pandemia más severa desde 1918, y no está realmente claro de por qué. Entre más conocemos del virus, más nos damos cuenta de que la afirmación original del Dr. Fauci era más cercana a la verdad, en especial cuando se considera cómo ella apunta a aquellos con una expectativa de vida muy baja, exactamente como lo predijera (predicted) John Ioannidis el 7 de marzo.

Se puede modelar fácilmente en el papel cuándo y en qué grado podrían ser necesarias las intervenciones no farmacéuticas, pero, es mucho más difícil evaluarlo en tiempo real. Todo es claro mirando hacia atrás. Ahora podemos saber qué necesitamos para saber cómo manejar las pandemias de 1968, 1957, 1948-51 (durante las cuales el gobierno casi no hizo nada y dejó la mitigación de la enfermedad a los profesionales), y en 1918, cuando algunos gobiernos emplearon poderes que posteriormente fueron condenados por profesionales de la medicina.

Pero, planificar hacia atrás en el tiempo no es lo que la OMS propuso el año pasado. Ellos esperaban que profesionales de salud de alto nivel se convirtieran en planificadores centrales en tiempo real, en medio de una enorme confusión acerca de los datos. Simplemente, no es posible hacer eso. Empoderar a los gobiernos con la responsabilidad de tomar estas decisiones extras sobre las vidas de las personas y la libertad, podría no ser la ruta más sabia por tomar.

No obstante, hay un bache bastante amplio entre lo que la OMS recomendaba en el 2019 y lo que los gobierno hicieron en la realidad en el 2020.

Considere sus recomendaciones del 2019:

Higiene de las manos

La higiene de las manos se recomienda como parte de la higiene general y de prevención de infecciones, incluso durante períodos de influenza estacional y pandémica. Aunque las pruebas de control al azar (RCTs por sus siglas en inglés) no han encontrado que la higiene de las manos sea efectiva en reducir la transmisión de influenza confirmada por el laboratorio en concreto, estudios mecanicistas han mostrado que la higiene de las manos puede remover de las manos el virus de la influenza, y la higiene de las manos ha mostrado que reduce el riesgo de infecciones respiratorias en general.

Etiqueta de la respiración

La etiqueta de la respiración se recomienda todo el tiempo durante la epidemia y pandemia de la influenza. Aunque no existe evidencia de que eso sea efectiva en reducir la transmisión de la influenza, hay plausibilidad mecanicista de la efectividad potencial de la medida.

Mascarillas

Las mascarillas usadas por gente asintomática son condicionalmente recomendadas en epidemias o pandemias severas, para reducir la transmisión en la comunidad. Mascarillas médicas, desechables, se recomienda que sean usadas todo el tiempo por individuos sintomáticos cuando entran en contacto con otros individuos. Aunque no existe evidencia de que eso sea efectivo para reducir la transmisión, existe la plausibilidad mecanicista de la efectividad de esta medida.

Limpieza de superficies

Medidas de limpieza de superficies y objetos con productos de limpieza seguros, se recomiendan como una intervención de salud pública en todos los casos para reducir la transmisión de la influenza. Aunque no hay evidencia de que eso sea efectivo para reducir la transmisión, existe la plausibilidad mecanicista de la efectividad potencial de esta medida…. La efectividad de diversos productos de limpieza para prevenir la transmisión de influenza -en términos de frecuencia de limpiado, dosis de limpieza, momento en el tiempo de la limpieza y limpiado del material y superficie del objeto al que va dirigida- sigue siendo desconocida.

Ventilación de las habitaciones

En todos los ambientes se recomienda una ventilación creciente para reducir la transmisión del virus de la influenza. Aunque no existe evidencia de que ello sea efectivo en reducir la transmisión, existe la plausibilidad mecanicista de la efectividad potencial de esta medida.

Trazado de contactos

En general, no se recomienda el trazado activo de contactos, debido a que no hay razón obvia para ello en la mayoría de los Estados Miembros. Esta intervención podría considerarse para algunas localidades y circunstancias, para recolectar información acerca de las características de la enfermedad o para retrasar la transmisión generalizada en las etapas muy tempranas, de una pandemia en comunidades aisladas.

Aislamiento voluntario

El aislamiento voluntario en el hogar de individuos enfermos con enfermedades no complicadas, se recomienda durante la epidemia y pandemia de la influenza, con excepción de los individuos que necesitan recibir atención médica. La duración del aislamiento depende de la severidad de la enfermedad (usualmente de 5 a 7 días) hasta que desaparezcan los síntomas mayores.

Cuarentena de gente expuesta

No se recomienda la cuarentena en el hogar de individuos expuestos para reducir la transmisión, debido a que no hay una razón obvia para esta medida, y habría dificultades considerables para ponerla en práctica…. Al igual que con el aislamiento, la principal preocupación ética de la cuarentena es la libertad de movimiento de las personas. Sin embargo, esa preocupación es más significativa para la cuarentena… Una cuarentena obligada aumenta considerablemente esa preocupación ética comparada con una cuarentena voluntaria. Además, la cuarentena en el hogar puede aumentar los riesgos de que los miembros del hogar se vean infectados.

Cierres de escuelas

Las medidas en escuelas (por ejemplo, política de exclusión más estricta para niños enfermos, aumento del espacio entre pupitres, reducción de la mezcla de clases y escalonamiento de recesos y horarios de almuerzos) se recomiendan condicionalmente, con una gradualidad de las intervenciones basada en la severidad. Cierres coordinados proactivos de escuelas o cierres de clases se sugieren durante una severa epidemia o pandemia. En esos casos, los efectos adversos sobre la comunidad deberán ser considerados plenamente (por ejemplo, la carga sobre la familia y consideraciones económicas), y el momento y la duración deberán limitarse a un período que se juzga es el óptimo.

Cierre de los sitios de trabajo

Recomendación: Las medidas para sitios de trabajo (por ejemplo, estimular el teletrabajo desde el hogar, escalonar turnos y aflojar las políticas de retiro por enfermedad y de pago por el retiro) se recomiendan condicionalmente, con una gradualidad de las intervenciones basadas en la severidad. Medidas extremas, como el cierre de los sitios de trabajo, pueden ser considerados en pandemias extraordinariamente severas, para reducir la transmisión.

Evitar actos masivos

Evitar actos masivos durante una pandemia moderada y severa, se recomienda condicionalmente, con una gradualidad de las estrategias, ligada a la severidad, para aumentar la distancia y reducir la densidad entre las poblaciones.

Viajes

No se ha identificado evidencia científica acerca de la efectividad de un consejo de viajar cuando hay una pandemia de influenza; sin embargo, brindar información a los viajeros es simple, factible y aceptable…. No se recomiendan exámenes de infección a la entrada y salida entre viajeros, debido a la carencia de sensibilidad de estas medidas para identificar a viajeros infectados pero que son asintomáticos (esto es, pre sintomáticos)

Cierre de fronteras

Generalmente el cierre de fronteras no se recomienda, a menos que sea requerido por ley nacional en circunstancias extraordinarias durante una pandemia severa, y los países que pongan en práctica esta medida deberán notificar a la OMS, tal como lo requieren las Regulaciones Internacionales de Salud (IHR por sus siglas en inglés) (2005).

Ahí lo tienen ustedes. En cuanto a la cuarentena universal, órdenes de quedarse en casa para gente que no está infectada, distinciones estrictas y legales entre actividades de negocios esenciales y no esenciales, cierre generalizado de bares y restaurantes y teatros, cuarentenas obligatorias de 12 semanas para todas las personas, obligación de usar mascarilla para todo el mundo, o reglas y mediciones estrictas acerca de separación humana, no vemos nada de eso en ningún lado del documento.

En comparación con lo que hemos vivido, este es un documente no muy restrictivo. Y, más recientemente, la OMS incluso recomendó el enfoque sueco más liberal (WHO even recommended Sweden’s more liberal approach ), que evita totalmente medidas extremas.

El problema real es epistémico: ¿quién decide qué es una pandemia normal, baja, moderada o severa? Deje esa decisión a políticos y burócratas, y usted tiene un problema. Ellos no saben y, como hemos visto, adoptan de inmediato las medidas más extremas y van más allá de ellas, contradiciendo la advertencia emitida por 800 profesionales de la medicina (warning issued by 800 medical professionals) el 2 de marzo del 2020.

El gobierno no es una institución idealmente adaptada para la evaluación o el control de la enfermedad.

Edward Peter Stringham es presidente del American Institute for Economic Research, Profesor Davis de Organizaciones Económicas e Innovación del Trinity College, y editor del Journal of Private Enterprise. Es editor de dos libros y autor de más de 70 artículos, capítulos en libros y estudios de políticas. Su trabajo ha sido discutido en 15 de los 20 principales periódicos de Estados Unidos y en más de 100 estaciones de transmisión, incluyendo MTV. Stringham es huésped frecuente en BBC World, Bloomberg Television, CNBC y Fox. Rise Global califica a Stringham como uno de los 100 economistas más influyentes del mundo. Obtuvo su Licenciatura del College of the Holy Cross en 1997, su Doctorado de la Universidad George Mason en el 2002. Su libro Private Governance: Creating Order in Economic and Social Life, lo publica Oxford University Press.