EL “CERTIFICADO DE NECESIDAD” DE LAS LEYES SOBRE CUIDO DE LA SALUD EMPEORÓ EL COVID-19


Por Gavin Wax

Fundación para la Educación Económica
Lunes 11 de mayo del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo y entre paréntesis, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/certificate...19-much-worse/

De toda la burocracia que ata al mercado del cuido de la salud, las leyes del “certificado de necesidad” (CON por sus siglas en inglés) pueden ser las más obviamente inútiles.

“Aplanar la curva” fue un objetivo noble para el 2020, pero la curva sólo existía debido a una ley de hace medio siglo. Las leyes de “certificados de necesidad” en casi tres docenas de estados de los Estados Unidos, protegieron a los carteles del cuidado de la salud, pero causaron estragos en medio de una pandemia.

De toda la burocracia que ata al mercado del cuido de la salud, las leyes del “certificado de necesidad” (CON por sus siglas en inglés) pueden ser las más obviamente inútiles.

Treinta y cuatro estados y el Distrito de Columbia hacen cumplir alguna versión, por la cual un consejo estatal o una comisión limitan artificialmente el número de hospitales y cuartos de emergencia que se construyan o los instrumentos o servicios que se adquieran.

El problema que las leyes CON buscan resolver es demasiado acceso, competencia e inversión en la industria del cuido de la salud. Usted lo leyó bien.

La idea va tan atrás como 1964, cuando Nueva York adoptó la primera ley CON. Se teorizó que la competencia de libre mercado incentivaba que proveedores del cuido de la salud construyeran en exceso y que, después, les cobrarían mucho a los pacientes o los dejaría mucho tiempo hospitalizados, a fin de cubrir los costos extra.

En 1974, el Congreso estimuló a otros estados para que siguieran la guía de Nueva York, a fin de poder recibir financiamiento federal. La Ley de Planificación y Desarrollo de Recursos de la Salud Nacional condujo a que 49 estados aprobaran sus propias leyes CON, pero, en 1968, el Congreso terminó con su requisito del CON para obtener financiamiento federal, después de no verse beneficio financiero, según el Institute for Justice.

El proceso para la aprobación de un CON puede tomar años y costar millones de dólares, según (according) los abogados Aaron Gott y Jarod Bona, de la firma de derecho de leyes de competencia y antimonopolios Bona Law PC. Siempre existe el riesgo de que se le niegue por cualquier razón y, por tanto, todo el esfuerzo sería un desperdicio. ¿Qué tipo de proveedor podría permitirse ese riesgo?

En Virginia, por ejemplo, una solicitud del CON puede rechazarse si el edificio o máquina nuevos “subvierten la habilidad esencial de los proveedores de la comunidad para mantener su viabilidad financiera.”

De acuerdo con el Mercatus Center en la Universidad George Mason, los asilos de ancianos y los proveedores de cuido de largo plazo deben obtener permiso para agregar más camas en 34 estados. Veintiocho estados requieren que los hospitales obtengan una aprobación antes de agregar camas.

Afortunadamente, 22 de los 34 estados echaron para atrás sus leyes CON en respuesta a la pandemia del COVID-19, de acuerdo con la Pacific Legal Foundation. Desafortunadamente, el daño ya estaba hecho y es muy posible que las regulaciones sean restituidas una vez que disminuya la expansión del coronavirus.

Es difícil imaginar una ley CON en casi cualquier otra industria. A menudo, las regulaciones tienen consecuencias no previstas que limitan que surja nueva competencia contra las empresas más grandes, pero, las leyes CON son más fáciles de ver a través de ellas. ¿Deberían las cadenas de supermercados de alimentos decidir cuándo entra al mercado un nuevo proveedor? ¿Y qué si Facebook, Twitter y YouTube decidieran que no había más necesidad de plataformas alternativas de medios sociales?

Tampoco es fácil defender la historia de consolidación en la industria del cuidado médico. En 1980, había más de 1.3 millones de camas de hospitales, mientras que en el 2015 ese número se redujo (dropped) a menos de 900.000, a pesar de un aumento en la población de más de 94 millones.

Ahora bien, la caída en el número de camas de hospitales no es sólo atribuible a las leyes CON, sino que ¿cuántas más camas habría sido deseable tener en el 2020? Para el 8 de mayo, más de 77.000 han muerto por el COVID-19 tan sólo en Estados Unidos. Es incierto cuántas más muertes ocurrirán por carencia de pruebas de cáncer, de tratamiento de riñones y de otros servicios.

Además, más camas para asilos de ancianos e instalaciones de cuido de largo plazo, podrían haber mitigado algo del riesgo de explosiones en la transmisión de coronavirus.

En un momento en que decenas de millones de estadounidenses están sin empleo, vale la pena considerar cada pequeña cosa que contribuyó al apuro por cerrar la economía. ¿Cuánto menos aplanamiento de una curva se habría requerido si más instalaciones y servicios fueran libremente llevadas al mercado?

Gavin Wax es presidente del Club de Jóvenes Republicanos de Nueva York, presidente de la Asociación de Clubes de Jóvenes Republicanos, y compañero asociado del London Center for Policy Research, un huésped frecuente de Fox News y editor de The Schpiel.