¿QUÉ ES EL SOCIALISMO?

Por John C. Goodman

Independent Institute
19 de febrero del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en azul, si es de su interés puede verlo en https://www.independent.org/news/article.asp?id=13059

Desde que lo ha endosado un candidato del Partido Demócrata que lidera (a leading contender) la nominación presidencial, desde que la mayoría de sus competidores se han rehusado a denunciarlo (refused to denounce it), y desde que una mayoría de la gente joven (majority of young people) parece apoyarlo, es buen momento para preguntar: ¿qué es exactamente el socialismo?

En un mercado libre, usted puede comprar casi cualquier producto que usted pueda pagar, siempre que esté dispuestos a pagar el precio de mercado. Dado que los precios del mercado tienden a reflejar el costo social de la producción, para poder consumir un producto, usted debe pagar lo que le cuesta a la sociedad producirlo. Desde el lado de la oferta, la gente a menudo tiene muchas oportunidades de empleo. Pero, en dondequiera que usted trabaje, el salario que usted recibe tiende a reflejar el valor social de su contribución a la producción de bienes y servicios de la economía.

Bajo el socialismo, el gobierno, en vez del mercado, establece los precios y los salarios. ¿Qué diferencia hace eso?

Si el gobierno establece un precio por debajo del precio de mercado, la gente comprará bienes y servicios que para ellos tienen un menor valor que el costo social de la producción. Por ejemplo, puede costarle a la sociedad $10 producir un bien que tan sólo cuesta $5 para la persona que lo obtiene. El resultado será un sobreconsumo, provisto que la gente pueda, en la realidad, conseguir el producto. (A menudo no lo pueden conseguir). Si el gobierno establece un precio por encima del precio de mercado, la gente se abstendrá de comprar y consumir cosas que de otra forma habría comprado. Por ejemplo, la sociedad puede estar en capacidad de satisfacer las necesidades de las personas con un bien con un precio de $10, que ellas están dispuestas a pagar. Pero, debido a un mal precio de $20 que se establece, habrá un subconsumo.

Distorsiones similares ocurren en el mercado de trabajo. Si un gobierno fija los salarios por encima o por debajo de los salarios de mercado, los trabajadores reaccionarán sobre produciendo o sub produciendo diversos bienes y servicios, en comparación con el valor que los consumidores les dan.

Bajo el socialismo, el gobierno hace mucho más que fijar precios. Determina qué será producido, cómo será producido, adónde será producido y bajo qué circunstancias la gente estará en capacidad de consumir qué es lo que se produce. Dado que a los precios no se les permite equilibrar los mercados, inevitablemente habrá racionamiento por medio de filas de espera para obtener los alimentos, la ropa, la vivienda, el cuido médico y otras necesidades. La gente gasta enormes cantidades de tiempo y esfuerzo tratando de eludir las burocracias encargadas del racionamiento.

Hasta este momento no hemos dicho algo acerca de por qué el gobierno haría cosas como estas. Cualesquiera sean sus objetivos establecidos, siempre los gobiernos socialistas tienen un plan económico. Cualquiera sea el plan, no va en el interés propio de nadie llevarlo a cabo.

Suponga que el plan dice que usted debe tener dos platos de arroz todos los días, pero usted desearía tres. En una economía de mercado, usted obtendría ese tercer plato si está dispuesto a pagar el precio del mercado. Digamos que es de $10. Bajo el socialismo, a usted no se le permite comprar ese tercer plato a ningún precio. Así que, su incentivo es gastar hasta $10 en un esfuerzo por manipular a la burocracia que raciona para que le dé a usted su tercer plato.

O, digamos que el plan requiere que usted trabaje 8 horas al día, pero usted preferiría trabajar sólo 7. En una economía de mercado, si usted trabaja una hora menos, obtiene una hora menos de pago. Digamos, que son $15. Bajo el plan socialista, usted no tiene esta opción. Así que, su incentivo es gastar hasta $15 en un esfuerzo por manipular a la burocracia para tener esa hora menos de trabajo.

Ahora bien, cuando todos de los de abajo tienen un interés propio por derrotar un plan creado por aquellos en lo alto, ¿adivinen quién gana? El socialismo, en cualquier lugar en donde se ha intentado, ha sido un desastre económico.

Algunas veces, el capitalismo es descrito como egoísmo institucionalizado, mientras que el socialismo es, a menudo, descrito como altruismo institucionalizado. En todo caso, lo contrario es lo cierto.

Como lo expuso Adam Smith, en una economía de mercado la única manera de aumentar su ingreso es llenando las necesidades de otras personas. En un sistema socialista, la única forma de aumentar su ingreso es subvirtiendo el plan. Hacerlo así significa que su aumento en bienestar es a expensas de alguien más.

Aún si los gobiernos socialistas respetaran los derechos humanos -aún si no aprisionaran, torturaran y asesinaran a los disidentes- siempre el socialismo impone enormes crueldades económicas sobre la gente común y corriente. Esta es la razón por la que los países del norte de Europa, que han coqueteado con las ideas socialistas, subsecuentemente las han abandonado. En muchas formas, hoy los países escandinavos son más capitalistas que nosotros (more capitalistic than we are).

Hay varios ejemplos de libertad económica sin libertad política, por ejemplo, Hong Kong y Singapur. Pero, no tenemos ejemplos de países que hayan abolido la libertad económica, a la vez que conservan las libertades políticas y civiles.

Es fácil entenderlo por qué. Si el gobierno controla su trabajo, su salario, su elección de vivienda y casi que todo otro aspecto de su vida económica, ¿qué tan libre será usted para desafiar a los gobernantes en la próxima elección? Todos los regímenes verdaderamente socialistas rápidamente se convierten en dictaduras ̶ aún si, como la Alemania nazi y Venezuela en la actualidad, empezaron como democracias.

En este punto, no hice una distinción entre el nacional socialismo (fascismo) y el socialismo de tipo marxista (comunismo). La literatura tradicional de la ciencia política tiende a definir al primero como teniendo a la propiedad privada bajo un control estatal, mientras que la segunda tiene tanto la propiedad como el control estatal. La regla general es: entre más ejerce su poder el gobierno en la forma en que sea, peor es la privación económica y peores las atrocidades a los derechos humanos.

En el siglo XX, se estimó que 169 millones de personas (169 million people) fueron asesinadas por sus propios gobiernos. Fue un genocidio en una escala inimaginable. La vasta mayoría de estas víctimas fue asesinada por gobiernos socialistas. Los comunistas rusos fueron lo peor (62 millones), seguidos de los chinos comunistas (35 millones) y, luego, por los nazis (20 millones).

Aun cuando los socialistas alegan que los trabajadores son explotados por el capitalismo, ningún capitalista avaricioso en vez alguna ha empezado a emparejarse con lo que los socialistas han hecho.

Stalin, Mao Tse Tung, Fidel Castro y Hugo Chávez vivieron como reyes y acumularon vastas fortunas (lived like kings and accumulated vast fortunes) mientras, a menudo, que sus propios pueblos sufrieron la hambruna. Kim Jong-un y los actuales gobernantes de Cuba y Venezuela están siguiendo sus pasos.

También publicado en Townhall del sábado 15 de febrero del 2020.

John C. Goodman es compañero sénior del Independent Institute y presidente del Goodman Institute for Public Policy Research.