PARA ENCONTRAR EL INFIERNO EN LA TIERRA, LEA EL ARCHIPIÉLAGO GULAG

Por Art Carden

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 15 de junio del 2016

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/to-encounte...g-archipelago/

El tratado épico de Solzhenitsyn tiene mucho que enseñarnos.

Hace pocos meses leí la epopeya de Alexandr Solzhenitsyn, The Gulag Archipelago [El Archipiélago Gulag], compuesta de tres volúmenes y con alrededor de 2.000 páginas, de una memoria sórdida que relata uno de los ejemplos más oscuros en la historia de la inhumanidad del hombre para con el hombre.

Excusados por los entusiastas del socialismo como excesos trágicos del gobierno de Stalin, Solzhenitsyn muestra que el Archipiélago precedió a Stalin y que continuó después de su desaparición.

Leer El Archipiélago Gulag lo aterroriza a uno. Es estar inmerso en un mundo vuelto al revés, una pesadilla en el que derecho es izquierdo, negro es blanco, libertad es esclavitud, guerra es paz e ignorancia es fortaleza. He aquí unas pocas cosas que me impactaron.

1. La libre expresión y la libre investigación están entre las primeras cosas que se acaban. Solzhenitsyn relata ejemplo tras ejemplo de escenarios en donde se suprime el libre flujo de información y en los que las mentes de las personas son golpeadas inmisericordemente con propaganda.

2. Aquellos que prometieron el cielo socialista crearon un infierno hobbesiano. Entre las patologías más aterradoras estaban las demandas para que denunciaran e hicieran confesar. Se destruyeron la confianza y las normas de una reciprocidad generalizada, cuando todo mundo fue convertido en un espía: “Si usted ve algo, diga algo,” por así decirlo ̶ incluso si usted no vio algo, en todo caso, diga algo.

3. Es fácil deshumanizar y maltratar al Otro. Piense en los horrores de las películas El Experimento en la Prisión de Stanford (Stanford Prison Experiment ) y El Experimento de Milgram (Milgram experiments ) acerca de qué tan rápidamente vamos a ceder ante la “autoridad,” pero en la vida real. Usted se verá apabullado por los extremos a los que llegó el Partido para despojar a los prisioneros de su humanidad y su dignidad ̶ todo, por supuesto, en nombre de crear una nueva y gran sociedad.

Al mismo tiempo, leí el libro de James Otteson, The End of Socialism y el de Thomas Sowell, Wealth, Poverty, and Politics. The End of Socialism es una de dos respuestas del tamaño de un libro al de G.A. Cohen, Why Not Socialism? (¿Por qué no el socialismo?) (el otro es el de Jason Brennan Why Not Capitalism? (Capitalismo, ¿por qué no?)).

Otteson señala una sección en la que Cohen se refiera al mercado como “un casino”, del cual es “difícil de escapar,” y también discute la afirmación de Cohen de que las desigualdades que emergen bajo el capitalismo desarman el tejido social.

El Archipiélago Gulag le habla al argumento de Cohen. Primero, si es que hay un ambiente del cual es “difícil de escapar,” es el de las sociedades no de mercado de los países socialistas. El comunismo produjo el Muro de Berlín y a Corea del Norte.

De acuerdo con mi leal saber, jamás nadie ha sido obligado a punta de pistola a permanecer en el casino de Bellagio.

Segundo, el reemplazo de la desigualdad financiera por la desigualdad política claramente deshizo el tejido social. Incidentalmente, el alegato de Cohen es empírico y algo de mi trabajo muestra que es inconsistente ante la evidencia.

Tercero, Cohen justifica su endoso del socialismo como un ideal, usando un viaje de campamento como experimento mental. Él señala (pienso que correctamente) que pocos de nosotros disfrutaríamos de un viaje de campamento en que toda interacción es mediada por el mercado y en donde estamos haciendo por otros no debido a sus necesidades, sino por lo que otros harán por nosotros.

No obstante, como lo hace ver Otteson, es problemático el supuesto de Cohen de que el equipo para acampar y todo lo demás simplemente está allí. Es interesante que Cohen fuera a usar un viaje de campamento como su experimento mental: la historia ha mostrado que los “viajes de campamento” socialistas han sido más como las pesadillas descritas por Solzhenitsyn en el Archipiélago Gulag, que por el viaje amistoso que Cohen usa como su experimento mental.

A la luz de esta historia, tan bien documentada, podemos y debemos considerar al socialismo como poco más que un camino hacia el Infierno en la tierra.

Reimpreso con ligeras modificaciones de Art Carden’s blog.

Art Carden es profesor asociado de Economía en la Escuela de Negocios Brock de la Universidad Samford. Además, es un compañero investigador sénior del Institute for Faith, Work and Economics, un compañero sénior del Beacon Center de Tennessee y un compañero investigador del Independent Institute.