NO SE SABE DE LOS RESULTADOS DE MEDIDAS TOMADAS AISLADAMENTE

Por Jorge Corrales Quesada


A pesar de los problemas actuales y futuros con los presupuestos de algunas universidades estatales, la Contraloría General de la República determinó que, en tres de ellas, la UNED, el Tec y la Universidad Técnica Nacional (UTN), las medidas de contención del gasto se han venido tomando aisladamente y en donde sus resultados no se conocen.

Esto se presenta en el comentario de La Nación del 14 de enero titulado “’U’ públicas toman medidas ‘aisladas’ para frenar el gasto.” El análisis no es importante sólo porque no hay una aplicación ordenada de las medidas restrictivas, sino también a la luz de las prácticas gubernamentales de subsidios a la educación pública superior, de más impuestos para cubrir un déficit significativo de las finanzas públicas y, a la vez, de las relativamente pocas medidas restrictivas del gasto consideradas en el paquete fiscal, aprobado como ley a fines del 2018.

Según la auditoría efectuada por la Contraloría del proceso de planificación central, ejecución y evaluación de los presupuestos de esas tres universidades, ellas “no podrían cubrir sus gastos corrientes… con ingresos corrientes para el 2025,” de forma que, para obtener el equilibrio financiero, deberían ser “’más rigurosas y eficientes’ en el empleo de fondos públicos” y “es impostergable” tomar las acciones requeridas.

Un resumen del análisis mencionado es el siguiente, para cada uno de esos entes:

1. Universidad Técnica Nacional (UTN): El análisis es del período 2014-2018. Se encontró que “las tasas de crecimiento interanuales de los gastos son superiores a las de los ingresos en ese período,” generando una brecha entre gastos e ingresos.” Se indica que la UTN, desde el 2015, ha tomado medidas de contención del gasto, pero que las acciones “resultan aisladas,” y que “no se expresan en documentos consolidados,” tal como un programa que regule la relación ingresos-gastos y que haya un “control y seguimiento y de rendición de cuentas” de los resultados de esas medidas.

La Contraloría indica que lo anterior “no permite que se realicen valoraciones ni actividades de seguimiento” de la puesta en marcha de las medidas tomadas.

2. Universidad Estatal a Distancia (UNED): Allí sucede algo parecido. Entre el 2018-2019 se practicaron medidas de control del gasto del presupuesto del 2020, pero fueron medidas “aisladas” y sus resultados se ignoran. Asimismo, se indica que la UNED “no cuenta con un plan estratégico para generar recursos propios,” que pueda “fortalecer la sostenibilidad financiera de dicha universidad.” De hecho, sólo un 7.8% del presupuesto aprobado para el 2018 (de ¢85.642 millones), se generaría por la vía ingresos por matrículas, venta de bienes y servicios o inversiones. Me imagino que el resto con fondos provenientes del Fondo Especial para la Educación Superior (FEESS), sufragados con los aportes de los ciudadanos contribuyentes al fisco.

3. Instituto Tecnológico (TEC): Para el 2018, sólo un 5.1% del presupuesto total de ¢81.603 millones, provenía de la venta de bienes y servicios al sector externo de la entidad. Y se indica que, a pesar de que al 30 de junio había una reducción de los gastos por ¢485 millones, “los efectos reales de las medidas de contención se desconocen,” pues la administración de la entidad no los ha evaluado.

Esto que aparente ser muy irrelevante, en realidad no lo es, pues si las cuentas no son claras en cuanto a la evaluación de medidas tomadas para un fin determinado, no puede tenerse el grado de certeza necesario de que, a mediano plazo, mejoren sus posiciones deficitarias, de forma que no se dependa, como ha sido lo usual, en alto grado del aporte estatal (de todos nosotros) para sufragarlas. La eficiencia en el uso de los recursos debería ser la norma que defina el actuar de las administraciones universitarias, en este caso. En esos entes estatales no hay un esquema de pérdidas y ganancias, como sí lo hay en una empresa privada, que incentive para que, a cierto plazo, no se presenten déficits que terminarían descapitalizando y perdiendo sus dueños lo invertido. Ello los llevaría a tomar las medidas correctivas. Pero, en el caso concreto de las universidades públicas no deja de inquietar que se considere que ese problema, de seguirse presentando, será resuelto por el aporte ciudadano mediante presupuestos gubernamentales. Lo peor, es que, si tal fuera la creencia, habría un incentivo menor para poner en orden a la casa propia. Esto es, ¿para qué ordenarse, si nada pasa pues el estado estará garantizando los aportes de solvencia necesarios?

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 27 de febrero del 2020.