Información valiosa y útil para aquilatar los recientes acontecimientos en Chile.

CÓMO LOS MANIFESTANTES CHILENOS SE EQUIVOCAN EN CUANTO A LA DESIGUALDAD Y LA POBREZA

Por Jacob Maichel

MISES INSTITUTE
18 de febrero del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en azul, si es de su interés puede verlo en https://mises.org/wire/how-chiles-pr...-poverty-wrong

La desigualdad en el ingreso ha sido un tema candente por cierto tiempo y es el factor que dirige el deseo de reforma a la política económica alrededor del mundo. Una distribución desigual del ingreso parece justificar una acción desde arriba hacia abajo si redistribuye asignaciones injustas de la riqueza. No obstante, esa no es una estrategia inteligente, pues el enfoque debería, en vez de ello, estar en qué tipo de políticas económicas aumentan el bienestar y las libertades individuales de todos, no sólo de la élite. Aumentar la libertad económica y estimular políticas de mercados de laissez faire, son las únicas formas de sacar de la pobreza abyecta a los más pobres entre nosotros y que disfruten de una calidad de vida significativamente mejor, comparados con aquellos que sufren las plagas de las economías planificadas.

LA LIBERTAD ECONÓMICA

La libertad económica, que es medida globalmente tanto por el Fraser Institute, como por la Heritage Foundation, muestra qué tan libres son las empresas e individuos privados en la economía de un país. El Instituto Fraser determina la libertad económica basado en cinco factores: tamaño del gobierno, sistemas legales y derechos de propiedad, dinero sano, libertad para comerciar internacionalmente y regulación. Para poner las cosas en contexto, Hong Kong está de primero, Estados Unidos es quinto y Venezuela es el país menos libre entre los que se midieron. Aunque estos datos son importantes, lo que realmente importa es cómo la libertad económica se traduce en una vida mejor para aquellos que la disfrutan.

Ante todo, los mercados no obstaculizados permiten que los recursos satisfagan las necesidades de los consumidores de una manera muy personal. El Instituto Fraser describe las piedras angulares de la libertad económica como

“elección personal, intercambio voluntario, mercados abiertos y derechos de propiedad claramente definidos y ejecutados. Los individuos son libres económicamente cuando se les permite escoger por sí mismos e involucrarse en transacciones voluntarias en tanto no causen daños a la persona o a la propiedad de otros. Cuando está presente la libertad económica, las elecciones de los individuos decidirán qué y cómo se producirán los bienes y servicios.”

Imaginar un sistema en donde el consumidor es rey, debería atraernos y entusiasmarnos. Usted y yo decidimos qué productores florecerán y qué empresarios se convertirán en nombres familiares, con base en sus méritos, no por su ascendencia de nobleza o alguna otra designación arbitraria del poder. Con nuestras preferencias de consumo, todo mundo tiene la libertad de perseguir sus propios fines, mediante cualquier medida deliberada que aquellos consideren como las mejores.

LIBERTAD ECONÓMICA Y DESIGUALDAD EN EL INGRESO

No existe una relación clara entre la libertad económica y la desigualdad en el ingreso. Una investigación de Bergh and Nilsson (2010) encontró que ochenta países, entre 1970 y el 2005, que experimentaron una libertad económica creciente, también obtuvieron un nivel más elevado de desigualdad en el ingreso. ¿Es este un producto injusto resultante del capitalismo o es ilustración de los consumidores recompensando a productores que mejor satisfacen sus necesidades? Aunque parece ser lo último, muchos todavía permanecen ciegos ante ese hecho y, en última instancia, descartan el hecho de que cada consumidor mejoró por medio de transacciones voluntarias. La riqueza no es un juego de suma cero y los ricos no se enriquecen quitándosela a los pobres. En vez de ello, crean más riqueza y valor para la sociedad como un todo.

LA AGITACIÓN SOCIAL EN CHILE

Una consecuencia importante de la desigualdad del ingreso es el disturbio social que se ha conocido ocasiona, particularmente en los últimos tiempos en América del Sur. Chile ofrece una oportunidad de examinar el impacto de la libertad económica sobre la desigualdad del ingreso. El país ha sido devastado por huelgas y protestas que se han venido dando desde el 18 de octubre del 2019 (October 18, 2019), en respuesta a una multitud de injusticias sociales ̶ algunas verdaderas y otras presuntas. Aunque los chilenos pueden tener todo el derecho a estar molestos con las injusticias verdaderas, demandar una nueva política económica que empobrece a todos, en verdad que exacerbará los problemas. El escándalo político y la corrupción son rampantes en toda América del Sur, indicando que muchos de esos problemas no son exactamente exclusivos de Chile. Pero, lo que es especial acerca de Chile, son las últimas cuatro décadas de política pro mercado.

Permitir que el mercado opere con una intervención gubernamental mínima, le ha ayudado a Chile a convertirse en uno de los países más libres y ricos de América del Sur, en especial al compararse con sus vecinos. Chile tiene salarios promedio significativamente más altos, medidos en dólares estadounidenses (ajustados por la paridad del poder de compra). Los salarios de los vecinos más cercanos son casi un 44 por ciento más bajos que los niveles domésticos y los salarios chilenos sólo seguirán aumentando si el capital sigue acumulándose y si se permite que el capital humano se desarrolle aún más.

Otro fenómeno que, tanto los manifestantes como los medios parecen ignorar, es el descenso histórico en la desigualdad del ingreso, que ha ocurrido en el mismo lapso arriba señalado. Esto lo ilustra el coeficiente de Gini, una medida estadística de la distribución de la riqueza en un país, en la que 0 es una distribución completamente igual y 1 (100) sería que toda la riqueza reside en una persona. En 1990, el Gini de Chile era de 57.2, en comparación con el 46.6 en el 2017.

Que esta reducción en la desigualdad del ingreso es un resultado directo de la libertad económica es difícil de determinar. Una distribución más igualitaria podría también ser lograda mediante políticas coercitivas, como tasas marginales altas de los impuestos; sin embargo, en el largo plazo, eso daña la riqueza del país, en general. En vez de ello, si ese dinero se reinvirtiera o ahorrara, la acumulación de capital generaría ganancias positivas para el más pobre de los ciudadanos. Con el paso del tiempo, ello crearía una presión hacia abajo en los precios, al estar las empresas en capacidad de operar con herramientas más eficientes y cuando la población desarrolla crecientemente su capital humano, creando una fuerza de trabajo más productiva. Aunque, en algunos casos, la libertad económica puede reducir la desigualdad del ingreso, en otros puede aumentarla, pero eso es aceptable, en el tanto en que todo mundo (incluyendo el 10 por ciento inferior) puede disfrutar de los beneficios de una sociedad más rica.

Aunque el coeficiente de Gini y los salarios promedio pueden indicar que las condiciones medianas son mejores que en países vecinos, estas mediciones no nos dicen nada acerca de aquellos que están peor. El Banco Mundial estima que el 10 por ciento más pobre de la población de Chile recibe una participación del 1.9 por ciento del ingreso del país, una tasa superior a aquella de los países fronterizos. Si bien Chile no tiene el PIB más grande la región, aún así, los chilenos más pobres tienen ingresos más elevados que sus contrapartes inmediatas.

Este importante cuadro puede verse en https://mises.org/wire/how-chiles-pr...-poverty-wrong
Participación
Participación Participación 10% de individual
GDP total en del 10% más del 10% población promedio del
millones de pobre en el en el PIB total ingreso del 10%
País US$ PIB. en millones más pobre
de US$ de un país
Chile $277.746.0 1.90% $5.277.174 1.847.043,9 $2.857,09
Argentina $624,696.0 1.80% $11.244.528 4.404.481,1 $2.552,97
Perú $211.007.0 1.20% $3.587.119 3.144.429,7 $1.140,79
Bolivia $37.509.0 1.70% $450.108 1.119.285,4 $402,14

Fuente: Banco Mundial, aquí (Here) y aquí (here). Todas las cifras son del 2017. [1]

Los manifestantes están en todo su derecho de sacar a la luz atrocidades cometidas por su gobierno. Sin embargo, es un error asumir que el mismo gobierno, o alguna otra mezcla de burócratas, pueden aportar libertad financiera por medio de una política intervencionista y la acción coercitiva. En vez de ello, el enfoque debería ser el empoderamiento de los individuos para que ellos persigan sus propios objetivos, por medio del libre ejercicio en el mercado. Se puede admitir que eso podría distorsionar la distribución del ingreso, pero a expensas de ningún individuo ̶ el intercambio voluntario no es un juego de suma cero. Otorgarle el poder a los consumidores de recompensar a los productores que mejor sirven sus intereses da lugar a la concentración del ingreso, pero, todo mundo, independientemente de su participación en ese ingreso, puede salir ganando. Como lo hace ver Ludwig von Mises en Liberalism (1927):

“Sólo porque la desigualdad de rentas y patrimonios es posible en nuestro orden social, sólo porque estimula a todo mundo a producir lo máximo que en su mano esté y al costo más bajo posible, hoy la humanidad puede tener a su disposición la riqueza anual total que permite atender, cada vez mejor, las necesidades de las masas consumidoras. Suprimidos los aludidos estímulos, la productividad se reduciría tanto, que inevitablemente la porción que asignaría una distribución igual para todos los individuos, sería mucho menor que lo que hoy reciben incluso los más pobres.”


[1] Porción individual del ingreso para el10% más bajo = αβ/δ, en donde α = porcentaje del ingreso recibido por el 10% más bajo de la población; β = PIB total; y δ = 10% de la población total.

Jacob Maichel es graduado en economía de negocios y administración de empresas de Ottawa University y es gradado asistente del Gwartney Institute de Ottawa University.