Una descripción sencilla y bien expuesta de algunas diferencias metodológicas esenciales e importantes de entender que hay entre la economía otras ciencias como la física o la química.

SI LA ECONOMÍA SÓLO FUERA TAN FÁCIL COMO LA CIENCIA DE LOS COHETES

Por Gary M. Galles

Fundación para la Educación Económica
Lunes 20 de febrero del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/if-only-eco...ocket-science/

La economía es una ciencia cuyos principios y lógica nos dicen por qué no podemos saber lo suficiente como para controlar a la gente, aun cuando conocemos lo suficiente como para controlar a los cohetes.

En el curso de los años, a menudo, he escuchado la expresión “ciencia de los cohetes” usarse para describir las cosas más difíciles de hacer. Pero, como profesor de economía, reconozco que los asuntos de la coordinación social que la economía encara son, en muchas formas, mucho más complejas y difíciles, en especial cuando se trata de controlar los resultados.

LA ECONOMÍA ES DIFÍCIL

Después de todo, hemos exitosamente enviado cohetes a muchos lugares en nuestra vecindad planetaria, demostrando una habilidad tolerable de resolver lo suficiente de problemas relevantes; sin embargo, muchas políticas económicas causan más daño que ayuda. Y, entre más uno trata de controlar, más asuntos de información e implementación (information and implementation issues) minan esa posibilidad -menos aún la probabilidad- de su efectividad.

Después de todo, hemos enviado exitosamente cohetes a muchos lugares en nuestro planetario. En un sentido importante, la ciencia de los cohetes es simplemente la suma vectorial de las fuerzas relevantes. Y las relaciones relevantes para generar el impulso de los cohetes, están gobernadas por leyes físicas y relaciones que son estables y expresables matemáticamente. El problema es uno de medir con exactitud la información necesitada y de controlar las fuerzas significativas ̶ esto es, organizar cosas muy complicadas de forma que funcionen como se busca.

En contraste, hay ciertas cosas acerca de la humanidad y sus interacciones que conforman la investigación económica y son menos fáciles de “resolver” (less easy to “solve”) que las interacciones de la química y la física, pues la escasez no tiene una solución.

La ciencia de los cohetes y la ingeniería se enfocan en lograr objetivos que ya han sido acordados. Eso significa que resolver desacuerdos respecto a objetivos no es una limitación importante. Pero, las interacciones económicas entre la gente son guiadas por el hecho de que estamos en desacuerdo en casi cada objetivo específico ̶ en lo específico, en qué queremos y cómo, cuándo, adónde, para quién, etcétera, sin dejar de mencionar quién debería pagar. En vez de lograr objetivos previamente acordados, los economistas se enfocan en resolver los intercambios entre deseos en conflicto de miles de millones de personas (desires of billions of people), y, en particular, el papel de los derechos al hacerlo. Y eso es muy diferente y más complicado que intentar, en conjunto, lograr un objetivo previamente acordado y una razón crucial de por qué induce al error el pensamiento de que “si podemos poner un hombre en la luna, podemos resolver el problema social X.”

LA FÍSICA TIENE CONSTANTES

Muchos de los problemas de la ciencia de los cohetes y la ingeniería involucran constantes físicas que determinan las relaciones, tales como la ley universal de la gravedad y ecuaciones que son estables y que predicen confiablemente. Y, al haber avanzado el poder de computación y la tecnología, los ingenieros de cohetes han estado en mayor capacidad de controlar el vuelo. A pesar de lo anterior, dado que la economía trata con personas, no existen tales constantes confiables y ecuaciones fiables que describen precisamente las relaciones.

Por ejemplo, la ley de la demanda (the law of demand) dice que la gente quiere comprar más a precios más bajos, siempre que otras cosas permanezcan iguales. Pero, no nos dicen cuánto más. Y eso cambiará cuando otras cosas, que se asumieron permanecían constantes, de hecho, cambian. Aún más, existen “otras cosas” que, potencialmente, son infinitamente relevantes en las relaciones económicas, muchas de las cuales son desconocidas o no mesurables en el momento, en vez del número mucho menor de variables que se incorpora en la ciencia de los cohetes.

Y, dado que la gente aprende de sus experiencias, a diferencia de las moléculas, las relaciones cambian con el paso del tiempo, pero no sabemos exactamente en cuánto o qué tan rápido eso pasará. Un avance en el poder de computación no puede superar esos problemas. Se conserva el caso que uno no puede derivar el control efectivo de la sociedad (effective control of society), de los principios que subyacen en la economía.

La física detrás de la ciencia de los cohetes, también, impide la causalidad de viajar hacia atrás en el tiempo. Los efectos no preceden a las causas. Pero, eso no siempre es cierto en las relaciones económicas. Los efectos empiezan a aparecer tan pronto la gente empieza a anticipar los acontecimientos futuros, no sólo después de que suceden. Por ejemplo, los precios de las acciones de las empresas empezaron a subir antes que fuera efectiva la reducción de impuestos de Trump. Así que la causalidad puede darse efectivamente hacia atrás en el tiempo, por la vía de expectativas modificadas, con algunos efectos sucediendo antes que la causa. Aún más, no tenemos una forma precisa de medir muchos cambios en esas expectativas.

VARIABLES EN POLÍTICA Y EN ECONOMÍA

En la física, lo que sucederá en una reacción es independiente de lo que usted piensa que sucedería. Las leyes de la física que se aplican lo hacen independientemente de si usted lo espera o no. No obstante, quienes formulan las políticas y los votantes creen que lo que una política logrará, cambiará lo que se hace, aún si esas creencias son inconsistentes con la realidad (por ejemplo, que salarios mínimos más altos beneficiarán a todos los trabajadores menos calificados (benefit all low-skill workers)).

En física, no existe preocupación acerca de los derechos de los elementos, de sus violaciones, o acerca de temas de imparcialidad, justicia o equidad hacia ellos. Sin embargo, los fundadores de los Estados Unidos testimoniaron vehementemente que los derechos están en la esencia de las interacciones sociales y del gobierno, cuyas violaciones pueden justificar la revolución. Y, a diferencia de las ciencias físicas, en que el objetivo del lenguaje es la precisión, en las ciencias sociales el lenguaje (y, por tanto, el análisis) es, a menudo, vago e inconsistente (por ejemplo, las versiones actuales de “justicia social” son inconsistentes con el significado tradicional de “justicia”), haciendo que sea más difícil una comunicación clara y, aún más, un análisis claro.

¿Cuál es el resultado de todo esto? La economía no es como las ciencias físicas y, en economía, el razonamiento y analogías basadas en ellas, a menudo, son engañosas. Aún más, pueden ser peligrosas para la sociedad, en particular en bocas de aquellos que desean sujetar a otros a su mando y control. Esta es la razón por la que Friedrich Hayek escribió (wrote),

“La curiosa tarea de la ciencia económica es demostrar a los hombres lo poco que realmente saben de lo que imaginan que pueden diseñar.”

La economía es una ciencia cuyos principios y lógica nos dicen por qué no podemos saber lo suficiente como para controlar a la gente, aun cuando conocemos lo suficiente como para controlar a los cohetes.

Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad Pepperdine. Sus libros recientes incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014) y Apostle of Peace (2013). Es miembro de la facultad de la Fundación para la Educación Económica (FEE).