Siempre debe pensarse si dar el voto vale la pena o no.

¿DEBERÍA USTED VOTAR? LA RESPUESTA NO ES TAN OBVIA COMO PODRÍA PENSARLO

Por Art Carden

Independent Institute
3 de febrero del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en azul y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://www.independent.org/news/article.asp?id=13041

Parece que mi amigo Jason Brennan, un filósofo de la Escuela McDonough de Negocios de la Universidad Georgetown, ha cometido blasfemia. Tal vez, yo no debería estar sorprendido de que el autor de libros como The Ethics of Voting, Against Democracy, y When All Else Fails: The Ethics of Resistance to State Injustice, tenga opiniones controversiales e impopulares. No obstante, las reacciones ante su más reciente herejía son fascinantes y un poco más que desconcertantes.

¿Cuál es su crimen? En una reciente columna en el periódico USA Today (In a recent column for USA Today), Brennan formula el punto obvio y que debería ser totalmente no controversial, de que el voto de un individuo es poco posible que haga una gran diferencia en una elección de tamaño grande.

Por tanto, afirma él, casi que, con certeza, usted haría mayor bien para la sociedad si trabajara un poco de horas extra y donara sus ingresos adicionales a una organización con un historial probado de ayudar a la gente (ver Givewell.org para algunas sugerencias y evaluaciones).

Su argumento… no fue popular. Los escritores de cartas al editor de Delaware Online (letters to the editor at Delaware Online) no sólo estuvieron en desacuerdo con el argumento. Estaban positivamente indignados ante la simple sugerencia de que votar es cualquier cosa, menos obligatoria. Debemos creer que todos los votos importan, simplemente porque sí importan.

Pero, Brennan y otros escépticos de la tesis de que hay un deber de votar, están formulando lo que debería ser un punto matemático absolutamente incontrovertible: la posibilidad de que usted emita el voto decisorio en una elección de tamaño grande es efectivamente de cero. Duermo confortablemente al saber que la misma gente resultaría electa, si voto o no voto, cuando llegue al día de la votación.

Brennan y otros -por ejemplo, Christopher Freiman, en el episodio del cual abajo hay un podcast como ligamen al Christian Libertarian Institute, y su próximo libro acerca de la ética de la participación política ̶ están tratando al voto como sólo una opción entre muchas otras, para aquellos de nosotros que deseamos ver al mundo convertirse en un lugar mejor. A la luz de la matemática de la votación, ellos aseveran que votar per se es una forma muy débil de ayudar a la gente alrededor nuestro. Como lo pone Brennan en su columna en el USA Today, “Emitir un voto es el equivalente de donar un tiquete para el premio mayor de la lotería en los Estados Unidos, a una entidad australiana de ayuda contra los incendios forestales: que 999.999.999 veces de mil millones, usted no ganará nada.” Ante lo cual yo agregaría, “pero, usted consumirá recursos que podrían haberse utilizado en cualquier otra cosa.”

En la realidad, convertirse en un votante informado, que toma decisiones políticas con base de lo que Brennan, en The Ethics of Voting, llama “Creencias verdaderas epistemológicamente justificadas” acerca de lo que, de hecho, es conducente al bien común, es mucho más difícil de lo que parece. ¿Qué más podríamos hacer con todo el tiempo y energía que estamos consumiendo en el esfuerzo, no sólo de votar, sino de votar bien? Resulta que podríamos hacer muchas cosas y hay un fuerte argumento en particular de que esas cosas ocasionarán un avance mayor al bien común que votando.

Antes he dicho que, criticar a alguien por votar pues eso no va a cambiar nada, es como criticar a alguien por recibir la comunión en una iglesia pues no es nutritiva en concreto. Probablemente no da en el blanco. Sin embargo, si ese es el caso, entonces, es necesario cambiar cómo es que pensamos acerca de votar y considerar que, en realidad, no es una forma de lograr directamente un mundo mejor. Si es que tiene algún valor, tiene valor como un ritual cívico o un sacramento de la religión cívica.

Al igual que en cualquier cosa, es importante pensar tan claramente como podamos acerca de estos asuntos. Votar, como Brennan, Freiman y otros aseveran, es sólo una opción entre muchas, para gente que desea ver alimentados a los hambrientos, vestidos a los desnudos y fortalecidos a los débiles. Puede no ser la mejor de esas alternativas, y, de hecho, casi que ciertamente no lo es.

Originalmente publicado en Forbes, el 31 de enero del 2020.

Podcast: Ep 155: Could Not Voting Improve the World? with Chris Freiman Libertarian Christian Institute

Inspirado en parte por Bryan T. McGraw y Timothy Taylor “How to Think About Voting When Your Vote Does Not (Really) Matter,” presentado en el American Enterprise Institute Initiative on Faith and Public Life, en un retiro académico en Houston, Texas, enero 10-11 del 2020. Por transparencia: he aparecido en el Podcast Christian Libertarian en varias ocasiones, más recientemente en agosto (most recently in August). He aquí algunas cosas potencialmente escritas que he (Here are a few potentially useful things I’ve) escrito acerca de votar y política.

ART CARDEN es Compañero Investigador del Independent Institute y Profesor Asociado de Economía en la Universidad Samford.