EL CONTROL DE LA POBLACIÓN NO ES LA RESPUESTA AL CAMBIO CLIMÁTICO. LO ES EL CAPITALISMO

Por Zach Weismueller
REASON
23 de enero del 2020


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis y con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://reason.com/video/population-...capitalism-is/

El desacreditado economista del siglo XVIII Thomas Malthus todavía obsesiona el debate ambiental.

“Estamos en el inicio de una extinción masiva y lo único de lo que ustedes pueden hablar es de dinero y de cuentos de hadas sobre crecimiento económico eterno,” dijo (said) la activista climática y personaje de año de la revista Time, Greta Thunberg, ante las Naciones Unidas en el verano del 2018. “¡Cómo se atreven!”

Algunos alabaron (praised) el desempeño de Thunberg, como una refutación punzante a los ricos y poderosos, que fallan en poner la supervivencia del planeta por encima de nuestra propias necesidades. Otros (Others) vieron la explotación con fines propagandísticos de una joven con problemas emocionales.

No hay duda de que el estilo de ambientalismo de Thunberg -estridente, urgente y crítico del capitalismo global- ha logrado un sitio firme en la política contemporánea.

Un artículo (paper) del 2019 de la revista Bioscience, firmada en conjunto por más de 11.000 científicos, afirmó que la población de la Tierra “debe ser estabilizada” ̶ e, idealmente, reducida gradualmente.” Y algunos políticos han cuestionado (questioned) la moralidad de tener hijos del todo.

Los temores de sobrepoblación y desastre ecológico están empezando a manifestarse en la extrema derecha, mezclados con una animosidad anti inmigrante. En el 2019, esta lógica se expresó en su forma más dramática y retorcida en los manifiestos “ecofascistas” (ecofascist) de asesinos en masa, en Nueva Zelandia y en Texas.

Lo sepan o no los proponentes contemporáneos de esas ideas, ellos son los herederos de un pensador desacreditado del siglo XVIII, Robert Thomas Malthus, quien creyó que, al crecer la población humana, sobrevendrían la hambruna y la destrucción ambiental.

El corresponsal de ciencia de la revista Reason, Ron Bailey, autor del libro del 2015 The End of Doom: Environmental Renewal in the Twenty-first Century, dice que Malthus falló en ver que, al aumentar la población humana, también lo haría la población de ganado y las cosechas, con la ayuda de una tecnología agrícola siempre mejor, siendo el porqué del aumentó (increased) constantemente de la disponibilidad de alimentos durante los últimos dos siglos, sobrepasando al aumento de la población.

“Básicamente, la receta malthusiana resultó ser totalmente equivocada,” dice Bailey.

En el mundo contemporáneo, el maltusianismo fue más famosamente expresado por medio del ecólogo Paul Ehrlich, en especial en su libro de 1968, The Population Bomb [La Bomba Poblacional], quien predijo (predicted) que, durante los setentas y ochentas, “cientos de millones morirían de hambre.”

Ehrlich, quien aún conserva un profesorado patrocinado en Stanford, no respondió a nuestra solicitud para una entrevista. Pero, sus soluciones propuestas en esa época incluían poner impuestos (taxing) a los pañales, subsidiar las vasectomías, e incluso adulterar la ayuda alimenticia (spiking food) y los suministros de agua con drogas esterilizadoras y, luego, hacer un rifa para tener acceso al antídoto.

Ehrlich comparó a la humanidad con el cáncer, cuando escribió “debemos desviar nuestros esfuerzos de tratar los síntomas hacia extirpar el cáncer.”

Igualmente, el ecólogo Garrett Hardin en 1968 comparó a la humanidad con reproducir excesivamente el ganado, al escribir (writing,) “La libertad para reproducir es intolerable.”

Ehrlich resultó estar tan equivocado como Malthus. Medio siglo después de que Ehrlich hiciera su predicción calamitosa, las calorías asequibles per cápita habían aumentado constantemente en casi toda región (every region) del mundo, gracias a técnicas y tecnologías agrícolas mejoradas.

“Los humanos no sólo somos consumidores ̶ también somos productores,” dice Bailey. Somos capaces de crear cosas nuevas para usar los recursos en formas mejores y mejores con el pasar del tiempo.”

Y, no obstante, la hambruna en el mundo tiene que erradicarse, al reportar (reporting) las Naciones Unidas que cerca de un 10 por ciento de la población global está desnutrida. Y, tal vez, es cierto que las tendencias pasadas no predicen el futuro.

Karen Pitts, miembro de Sierra Club y que dirigió un subcomité acerca del crecimiento de la población en el norte de California, está preocupada pues el mundo no tendrá capacidad para acomodar una población que se espera llegue a un pico de 11.000 millones para el 2100. Ella llegó a interesarse en el tema luego de un viaje a China en 1996.

“Al ir volando por el país, cada espacio estaba tomado por viviendas,” dice Pitts. “Si producen o no suficiente alimento es una gran pregunta y realmente no podemos asumir el riesgo de estar equivocados.”

¿Es realmente posible que al mundo se le pueda acabar la comida?

Si bien el International Food Policy Research Institute proyecta (projects) que los agricultores tendrán que producir un 70 por ciento más de comida, durante los siguientes 30 años, para alimentar a todos en el planeta, ya la tecnología existe para cumplir ese objetivo. El agrónomo Paul Waggoner calcula (calculates) que, si todos los agricultores llegan a ser tan eficientes como lo son hoy los productores de maíz en Estados Unidos, hoy el mundo podría alimentar a 10.000 millones con solo la mitad de la tierra usada.

Al continuar (continues) la humanidad trasladándose a las ciudades, también aumentará la eficiencia en la producción de alimentos y surgirán nuevas oportunidades de protección ecológica, pues ello permite la restauración de bosques y otros ecosistemas en la tierra que los migrantes han dejado atrás, señala Bailey.

A los malthusianos de hoy les preocupan más los efectos perturbadores del cambio climático. Citando al calentamiento global y la destrucción del hábitat, el documentalista David Attenborough describió (described) a la humanidad como una “plaga sobre la Tierra.”

Entre tanto, el articulo en Bioscience firmado por 11.000 científicos, proyecta el colapso total de la sociedad, si la población no es administrada adecuadamente.

“Pienso que existe una especie de un trasfondo catastrófico, apocalíptico,” dice Ted Nordhaus, fundador del Instituto Breakthrough (the Breakthrough Institute), que impulsa soluciones tecnológicas para los problemas ambientales. Cree que, por mucho tiempo, el movimiento ambientalista ha sido obstaculizado por su paradigma anti crecimiento.

“La ideología ambiental convencional postula estar en oposición al desarrollo humano y la protección ambiental, y yo tengo exactamente el punto de vista opuesto,” dice él.

Nordhaus señala que la forma más efectiva de lidiar con el cambio climático, es promoviendo políticas que aceleren el crecimiento económico.

La mayoría de los ambientalistas de hoy no promueven abiertamente las medidas draconianas de control de la población, impulsadas por Ehrlich y otros malthusianos durante los años setentas.

Karen Pitts dice que ella sólo quiere mayor educación sexual y un acceso más amplio al control de la natalidad en el mundo en desarrollo, señalando un proyecto en donde ella participó con la población local de Tanzania, en que la introducción de contraceptivos redujo drásticamente los embarazos no deseados.

“Y fue muy fácil de hacer, sorprendentemente fácil,” dice ella. “Esas mujeres querían la planificación familiar.”

El financiamiento de un mayor acceso al control y la educación de la natalidad para las mujeres en países en desarrollo, también fue una recomendación del artículo de Bioscience. Está también en la agenda política de las Naciones Unidas (the U.N.) y muchas ONGs importantes, como la Fundación Bill y Melinda Gates.

Dice Nordhaus que tales medidas pueden ayudar marginalmente, pero que, en última instancia, pasa por alto la visión de conjunto, cual es que, al aumentar la riqueza, naturalmente caen (fall) las tasas de fertilidad, al tiempo que las familias invierten más recursos en menos hijos.

“Los verdaderos impulsores de la declinación de la fertilidad en el largo plazo y la estabilización de la población alrededor del mundo, son sólo cosa común y corriente en el desarrollo económico; lo que mucha de la misma gente que firma esos documentos en realidad está diciendo que es el problema, no la solución,” dice Nordhaus.

El artículo de Bioscience afirma que el crecimiento económico está impulsando el sobreconsumo de recursos y dice “nuestras metas necesitan cambiar desde un crecimiento del PIB y la búsqueda de afluencia, hacia la sustentabilidad de los ecosistemas.”

“No pienso que estamos manteniéndonos al día con el crecimiento de la población y el consumo incrementado,” dice Pitts. “Tan pronto como encontramos nuevas formas de hacerlo, aumenta nuestro consumo. Ese es el problema.”

Pitts está en lo correcto en cuanto a que la gente en sociedades más ricas tiende a consumir recursos y generar gases de invernadero, a tasas de órdenes de magnitud superiores a aquellas del tercer mundo.

Pero, apunta Nordhaus, cuando las sociedades pobres se enriquecen, hay más gente posicionada para ayudar a resolver los problemas ambientales, en la única forma en que realmente eso funciona ̶ con nueva tecnología.

“Sociedades más desarrolladas, más ricas, están mejor posicionadas para adaptarse a los temas, a problemas como el cambio climático y los impactos del clima,” dice Nordhaus. “Ellas también están mejor posicionadas para desarrollar y desplegar nueva tecnología.”

Y, así, Nordhaus promueve descansar más en energía limpia, abundante, como la energía nuclear (nuclear power), para alimentar a las economías avanzadas hacia posiblemente innovar alternativas que son hasta de un menor impacto. Pero, el tercer mundo podría todavía necesitar descansar en los combustibles fósiles tradicionales, en su camino hacia la prosperidad y la estabilización de la población.

“Cuando usted llega al fondo del asunto, en última instancia es una cuestión de qué tan rápidamente África se desarrolla económicamente,” dice Nordhaus.

Malthus no estaba totalmente equivocado acerca de la tendencia de los humanos a agotar los recursos, dice Bailey. Pero, Malthus falló en ver que las nuevas formas de organizar a la sociedad, disminuirían el problema.

“El mundo entendió el papel de los derechos de propiedad, la regla de la ley,” dice Bailey. “Y esto cambió dramáticamente las estructuras de incentivos que la gente tenía previamente.”

Bailey dice que ambientalistas como Naomi Klein, quien asevera (argue) que el capitalismo y la salud del planeta están en guerra, tienen la fórmula al revés.

“[Klein] quiere reemplazarlo con alguna especie de socialismo comunitario. Yo le sugeriría a usted que, hacer eso, nos llevaría de nuevo a las condiciones malthusianas en las que nosotros solíamos vivir,” dice Bailey.

Zach Weismueller es un escritor y cineasta. Trabaja como productor de videos y como periodista en Reason TV.