Desbaratando mitos.

CONCEPCIONES ERRADAS ACERCA DE LAS ECONOMÍAS NÓRDICAS

Por Luis Pablo de la Horra
Fundación para la Educación Económica
Domingo 23 de octubre del 2016


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/misconcepti...dic-economies/

La ficción de que un Estado de Bienestar en expansión es compatible con una economía sobre regulada, un mercado laboral inflexible y un sistema tributario progresivo, es insostenible.

Los países nórdicos usualmente se mencionan en el debate político español como ejemplos de Estados de Bienestar que funcionan bien y que son eficientes, en donde el gobierno les suple a los ciudadanos una amplia gama de beneficios sociales. (Los términos “Nórdico” y “Escandinavia” serán usados indistintamente para referirme a Suecia, Finlandia y Dinamarca. Noruega e Islandia se excluyen de mi análisis.) Los políticos, en especial del ala izquierda del espectro político, miran a Suecia, Dinamarca o Finlandia como experimentos de socialismo democrático exitoso, en donde los beneficios sociales se garantizan por la benevolente y atenta mano del Estado. Su existencia es evidencia concluyente de que están equivocados aquellos que cuestionan la sostenibilidad de una expansión ilimitada del Estado de Bienestar.

Sin embargo, existe una mala percepción generalizada acerca del funcionamiento de las economías escandinavas. Usualmente se les considera como países altamente intervencionistas con economías hiper reguladas y sistemas impositivos progresivos, en donde las clases altas mantienen al Estado de Bienestar, al pagar la así llamada parte justa. Este punto de vista altamente extendido, esencialmente está errado por dos razones principales. Primera, que, lejos de ser socialistas, las recetas económicas que han conducido a que Dinamarca o Suecia tengan Estados de Bienestar sostenibles, son aquellas usualmente identificadas con el mercado libre: economías desreguladas y mercados laborales flexibles. Segunda, la carga del sistema tributario en los países escandinavos es algo regresiva; por tanto, la carga fiscal esencialmente recae sobre las clases baja y media.

TRABAJANDO EN ESCANDINAVIA VERSUS ESPAÑA

Los nórdicos son calificados altamente en el Índice de Libertad Económica (Index of Economic Freedom) que cada año elabora la Fundación Heritage. Si uno mira al indicador de libertad de las empresas, que muestra la eficiencia de las regulaciones gubernamentales sobre el sector privado, Dinamarca, Finlandia y Suecia aparecen entre los 15 más altos, mientras que España está ubicado en la posición 44, entre Tailandia y Uruguay. Parece obvio que hay una fuerte correlación entre libertad económica y prosperidad: aquellos países con el mayor desarrollo económico, político y social ocupan las posiciones más elevadas de la calificación. De hecho, la libertad económica (al igual que el marco legal que define la vigencia de los contratos y que protege los derechos de propiedad) es el punto de inicio que dispara el círculo virtuoso del crecimiento económico: la libertad económica conduce a más inversiones en capital físico y humano, lo que, a su vez, resulta en una mayor productividad y, en última instancia, en salarios más altos e incrementos del PIB per cápita.

Dado que el PIB per cápita, basado en la Paridad del Poder de Compra (PPP) de los países nórdicos, es, en promedio, un 30% más alto que aquel de España (30% higher than that of Spain), debido esencialmente a su mayor grado de libertad económica, la cantidad de impuestos recaudada para pagar por su gasto social es, en términos absolutos, considerablemente más alta; y sería aún mayor si España y los Nórdicos compartieran las mismas tasas impositivas, lo cual no es el caso.

En términos de la flexibilidad del mercado laboral, Dinamarca (Denmark) tiene a estar por encima tanto de España como de sus vecinos nórdicos. Para empezar, los costos de despido en Dinamarca son muy bajos (firing costs in Denmark are very low). Por ejemplo, un trabajador de cuello blanco, que hoy fuera despedido injustamente, recibiría una compensación máxima de cuatro meses de salario, después de 10 años de laborar en la empresa. Por otra parte, si se considera que el despido fue justo, el empleado no recibiría compensación. Además, no existe salario mínimo establecido por ley (no minimum wage established by law), y las cargas sociales pagadas por los patronos en nombre de los trabajadores no exceden del 2% del salario bruto (do not exceed 2% of the gross salary).

En contraste, la indemnización por despido que el mismo empleado recibiría en España, equivaldría entre 13 o 21 meses de salario (13 or 21 months of salary) (dependiendo de si se usa la nueva o la vieja legislación); un despido justo resultaría en alrededor de ocho meses de paga como compensación; el salario mínimo legal es de €756 al mes (aunque el costo para la empresa es sustancialmente más alto (higher)) y las cargas sociales pagadas por la empresa son de una cuarta parte del salario bruto (one-fourth of the gross salary.)

UBICANDO LA CARGA IMPOSITIVA EN EL POBRE

En cuanto al sistema impositivo, los ciudadanos escandinavos están obligados a soportar fuertes cargas tributarias. Por ejemplo, la carga tributaria en Suecia (Sweden); o sea, el ingreso por impuestos como porcentaje del PIB, es de 42.8%, 1.020 puntos básicos más altos que la carga impositiva en España (Spain.) No obstante, contra lo que ampliamente se cree, esta gran diferencia se debe a la regresividad del sistema impositivo de Suecia al comparársele con el de España. En otras palabras, no son tanto los que reciben ingresos altos quienes pagan la cuenta del Estado de Bienestar, sino las clases media y baja por la vía de impuestos indirectos, que obviamente son más regresivos que los impuestos al salario o las ganancias de capital. Como lo muestra el gráfico siguiente, la diferencia más impactante entre España y Suecia, en este sentido, descansa en la tasa impositiva más alta sobre el consumo que se aplica en el país nórdico.

El gráfico que compara las tasas implícitas de impuestos de España versus Suecia en el 2012, puede verse en https://fee.org/articles/misconcepti...dic-economies/

Fuente: Rallo, J.R. (2016), La pizarra de Juan Ramón Rallo; Los 40 mitos de la economía española.
Barcelona: Deusto.

Como se mostró en el análisis previo, las políticas económicas de libre mercado y los sistemas de imposición regresiva son los pilares en los que descansan las economías nórdicas. La ficción, profundamente enraizada en el consenso social democrático à la española, de que un Estado de Bienestar en expansión es compatible con una economía sobre regulada, un mercado laboral inflexible y un sistema tributario progresivo (todos ellas características típicas de la disfuncional economía española) es insostenible. Los proponentes del Estado de Bienestar de ambos lados del espectro político deberían darse cuenta de que, el único camino para hacerlo viable y sostenible en el largo plazo, es llevar a cabo reformas que liberalizan la economía o aumentar aún más la ya pesada carga tributaria que tienen que soportar las clases baja y media.

Luis Pablo De La Horra tiene un Bachillerato en Inglés y una Maestría en Finanzas. Él escribe para la Fundación para la Educación Económica, el Instituto de Asuntos Económicos de Londres y en Speakfreely.today.