Mañana vendrán otros cinco más. Nos sirven para darnos cuenta de muchas historias de economía, que son puro cuenta: verdaderas falacias.

5 MITOS ECONÓMICOS QUE SIMPLEMENTE NO MUEREN

Por Corey Iacono

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 5 de noviembre del 2014


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/5-economic-...just-wont-die/

Un conjunto persistente de narrativas económicas todavía nos atormenta.

La mayoría de las personas obtiene su información económica por medio de memes de internet y de piezas que presentan informaciones falsas como si fueran verdaderas, llenos de disparates. Un tema frecuente es que la mano enérgica del gobierno es todo lo que se necesita para corregir las cosas.

Por ejemplo, todo mundo “conoce” que las leyes gubernamentales acabaron con el trabajo infantil y que el Nuevo Trato de los Estados Unidos terminó con la Gran Depresión, pero, ¿son estas, en realidad, afirmaciones válidas?
He aquí cinco de esos mitos que mucha gente simplemente los acepta como ciertos.

MITO 1. LA IDEA DE QUE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO AYUDA A LOS POBRES ES LA ECONOMÍA DEL GOTEO… EN REALIDAD NO LES AYUDA.

En el 2001, un artículo titulado “Growth Is Good for the Poor," los economistas Art Kraay y David Dollar del Banco Mundial encontraron que, cuando se eleva el promedio de los ingresos, los ingresos promedio de la quinta parte más pobre de la sociedad se elevan proporcionalmente. Este resultado se sostiene a través de regiones, períodos, niveles de ingresos y tasas de crecimiento. En el 2013, más de una década después del artículo original, Kraay y Dollar exploraron de nuevo la relación entre crecimiento económico y pobreza, usando datos de más de cuatro décadas de 118 países. Arribaron a la misma conclusión (same conclusion). De acuerdo con los economistas,

“Esta evidencia confirma la importancia central del crecimiento económico para reducir la pobreza… por lo general, las instituciones y las políticas que promueven el crecimiento económico elevarán los ingresos promedio de los pobres de forma proporcional, promoviendo así ‘la prosperidad compartida’… casi no hay casos en que el crecimiento es significativamente pro pobre o pro rico.”

Esto significa que las políticas que estimulan el crecimiento económico (policies that enhance economic growth) a través de métodos como limitar el tamaño del gobierno y reducir las barreras al comercio internacional, son claves para aminorar la pobreza. El crecimiento económico, no los programas de transferencias, es, en efecto, el principal impulsor de la reducción de pobreza, y esta verdad empírica ha sido demostrada por mucho tiempo.

MITO 2. EN EL MUNDO REAL, EL LIBRE COMERCIO NO CONDUCE A MEJORES RESULTADOS ECONÓMICOS.

Paul Krugman
una vez ironizó que, “si hubiera un Credo del Economista, con certeza que contendría las afirmaciones ‘yo entiendo el Principio de la Ventaja Comparativa’ y ‘yo promuevo el libre comercio.’” No obstante, los críticos al libre comercio, como el economista del desarrollo Ha Joon Chang (critics of free trade, such as development economist Ha Joon Chang) han hecho comentarios muy extraños, como este:

“Hay un caso histórico respetable en favor de la protección arancelaria para las industrias que aún no son rentables. …En contraste, el libre comercio funciona bien sólo en el mundo teórico fantasioso de la competencia perfecta.”

Comentarios como este son desconcertantes pues los proponentes del libre comercio no asumen que existe libre competencia. Simplemente reconocen que, si un país puede producir un bien con un costo de oportunidad menor que otro país, el comercio entre los países (o los individuos) es mutuamente beneficioso. (Esto se conoce como la teoría de la ventaja comparativa).

Los economistas han examinado incontables veces si un comercio más libre conduce a un crecimiento económico mayor. En relación con la liberalización comercial -reforma que reduce las barreras al comercio internacional- consistentemente la evidencia muestra que, con el paso del tiempo, tales reformas mejoran el desempeño económico (such reforms improve economic performance).

Según un estudio que examinó a 141 liberalizaciones comerciales y que comparó el desempeño económico antes y después de la liberalización (economic performance before and after liberalization) (después de controlar por factores de desviación), “El crecimiento per cápita de los países [después de la] liberalización fue de 1.5 puntos porcentuales más altos que antes de la liberalización, y las tasas de inversión fueron entre 1.5 y 2 puntos porcentuales más elevadas.”

Investigación posterior de Antoni Estevadeordal y Alan M. Taylor (research from Antoni Estevadeordal and Alan M. Taylor) llevaron el análisis más allá, al comparar las tasas de crecimiento antes y después de 1990, cuando ocurrió una ola de liberalizaciones del comercio. Los economistas dividieron a los países en un grupo experimental (los países que liberalizaron sus regímenes comerciales) y un grupo de control (aquellos que no lo hicieron). Según un resumen de su última investigación, los autores “encuentran fuerte evidencia de que la liberalización de los aranceles sobre capital y bienes intermedios importados (liberalizing tariffs on imported capital and intermediate goods), elevó las tasas de crecimiento en cerca de un punto porcentual por año en los países que liberalizaron.” La investigación también ha mostrado que la liberalización comercial ha provocado un mayor desempeño económico en el África sub Sahariana, región desesperadamente en necesidad de crecer.

Las reformas que resultan en un comercio más libre, por lo general, llevan a resultados económicos superiores. Esta es una observación bien documentada. Aún cuando puede haber situaciones en donde el libre comercio es indeseable, esas situaciones no son la norma, y las políticas de libre comercio son todavía la “regla de dedo razonable” (free trade policies are still the “reasonable rule of thumb,”) como lo ha puesto Paul Krugman.

MITO 3. EL GOBIERNO ACABÓ CON EL TRABAJO INFANTIL. EN UN MERCADO LIBRE, TODAVÍA EXISTIRÍA LA MANO DE OBRA INFANTIL.

La aseveración de que las leyes y regulaciones gubernamentales acabaron con el trabajo infantil se repite interminablemente y, a menudo, se usa como “prueba” de que, sin tales leyes, el trabajo infantil sería omnipresente en la economía de mercado. La Asociación de Historia Económica (AHE) ha mostrado que ese no es el caso (The Economic History Association (EHA) has shown this is not the case):

“La mayoría de los historiadores económicos concluyen que la legislación [de trabajo infantil] no fue la razón primordial de la reducción y virtual eliminación del trabajo infantil entre 1880 y 1940. En vez, apuntan a que la industrialización y el crecimiento económico lograron ingresos crecientes, lo que les permitió a los padres el lujo de mantener a sus niños fuera de la fuerza de trabajo.”

Según el National Bureau of Economic Research, “Si bien las prohibiciones contra el trabajo infantil son una herramienta de política común, hay poca evidencia empírica que valide su efectividad.”

No sólo hay poca evidencia que apoya la efectividad de estas leyes; hay evidencia de que tales leyes, en la realidad, hacen que estén peor las familias a las que se les intenta ayudar. Investigación acerca de las prohibiciones al trabajo infantil en India (Research on child labor bans in India) encontraron que “tomando en cuenta los diversos márgenes de gasto de los hogares, el consumo, ingesta calórica y tenencia de activos, las familias están peor después de la prohibición [al trabajo infantil].”

MITO 4. PAÍSES COMO SUECIA Y DINAMARCA COMPRUEBAN QUE ALTOS IMPUESTOS NO DAÑAN AL CRECIMIENTO ECONÓMICO.

Decir que altos impuestos no dañan el crecimiento económico pues sus efectos no son aparentes en la superficie de un país, o de unos pocos, es como decir que los cigarrillos no causan daño a la salud de un individuo, pues mucha gente joven y saludable fuma y no hay efectos perjudiciales inmediatamente claros. Muchos factores afectan al crecimiento económico. Para ver cómo los altos impuestos afectan el crecimiento, los investigadores controlan a factores de desviación y usan grandes conjuntos de datos nacionales e internacionales.

De acuerdo con una investigación publicada por el Banco Central Europeo (research published by the European Central Bank), que usó datos anuales desde 1965 al 2007 de 26 economías, “el efecto de un aumento en los impuestos sobre el PIB real per cápita es negativo y persistente: un aumento en la tasa total de impuestos (medidos por el cociente del total de impuestos con respecto al PIB) de un 1% del PIB, tiene un efecto a largo plazo sobre el PIB real per cápita que oscila entre -0.5% y -1%.”

Muchos otros estudios acerca del tamaño del gobierno y el crecimiento económico (studies on government size and economic growth) han llegado a la misma conclusión. Aun más, un estudio de los efectos macroeconómicos de los impuestos daneses (a study of the macroeconomic effects of Danish taxation) encontró que

“Los impuestos de Dinamarca generan una pérdida de la eficiencia que equivale, en general, a una reducción del 12 por ciento del ingreso total. Es posible cosechar 4/5 de esa eficiencia potencial si se va de un sistema escandinavo de altos impuestos a un nivel de imposición en línea con los países de la OCDE con impuestos menores, como Estados Unidos.”

A pesar de lo anterior, incluso países relativamente menos gravados, como Estados Unidos, no son inmunes a los efectos perjudiciales de los impuestos. Un artículo básico de los economistas keynesianos Christina y David Romer (seminal paper by Keynesian economists Christina and David Romer) encontró que los impuestos, a menudo, se aumentan en épocas de expansión económica y se recortan en épocas de crisis económica. Esta tendencia hace que sea difícil observar los efectos de los impuestos sobre el crecimiento económico. Según las estimaciones de los Romer, “los aumentos en los impuestos son altamente contractivos. Los efectos son muy significativos, altamente robustos y mucho mayores que aquellos obtenidos usando medidas más amplias de cambios en los impuestos.” En específico, ellos encuentran que ¡aumentar los impuestos en un 1 por ciento del PIB, encoge al PIB en un 3 por ciento!

Como un todo, parece estar claro que niveles más altos de imposición reprimen el crecimiento económico y que los países con una carga tributaria total más elevada, tienen economías que crecen más lentamente que países con cargas tributarias más pequeñas, manteniendo igual otras cosas.

MITO 5. EL CAPITALISMO NO ES ECONÓMICAMENTE SUPERIOR AL SOCIALISMO.

Una cantidad considerable de investigación ha examinado cómo afecta al crecimiento económico una transición desde el socialismo (o desde una economía de mercado reprimida) hacia una economía de mercado (o hacia una economía más libre) ̶ un proceso conocido como liberalización económica.

Por ejemplo, usando datos de 140 países de un período que va de 1960 al 2000, economistas de la Universidad Bocconi compararon los países que tuvieron una liberalización económica (countries that underwent economic liberalization) con otros que no. Después de controlar por otras variables relevantes, encontraron que

“la liberalización económica es buena a lo largo de todas las dimensiones: es mejor acompañada de mejores políticas estructurales y mejores políticas macroeconómicas, y es seguida de un desempeño económico mejorado. Esta sincronización sugiere una interpretación causal, al menos en lo referente a resultados económicos.”

Investigación subsecuente publicada en el Journal of Economic Surveys (research published in the Journal of Economic Surveys) ha encontrado que “hay fuertes indicaciones de que la liberalización… estimula el crecimiento económico.” Para un ejemplo específico, tan sólo vean a China.

Investigación del departamento de economía de la Universidad de Oxford ha encontrado que el crecimiento económico de China (China’s economic growth), que ha estado impulsando un reducción masiva de la pobreza, se alimentó de la liberalización comercial, una rápida privatización y cambios sectoriales. Como resultado de estas reformas, el PIB per cápita de China creció 4.1 puntos porcentuales más rápidamente que lo que habría tenido, sacando a millones de la pobreza.

Un análisis de más de 40 estudios acerca de la relación entre libertad económica y crecimiento económico (relationship between economic freedom and economic growth) (midiendo la libertad económica mediante el Índice de Libertad Económica en el Mundo del Instituto Fraser), encontró que la investigación demuestra consistentemente que los mercados libres están robustamente asociados con un mayor desempeño económico. Los estudios han mostrado que la libertad económica causa el crecimiento económico (economic freedom causes economic growth); la relación no es una simple correlación (not a mere correlation).

También, la investigación empírica encuentra que “los países pueden aumentar la utilidad de sus recursos nacionales (countries can increase the utility of their national resources) en más o menos un 45%, tan sólo al convertirse en economías basadas en el mercado” y, también, hallan consistentemente que el sector privado es más eficiente que el sector público (the private sector is more efficient than the public sector).

CONCLUSIÓN

A menudo se asume que el gobierno es una herramienta para crear mejores resultados económicos y sociales, pero, ¿qué si el gobierno es, en la realidad, un obstáculo para esos fines? La evidencia aquí citada sugiere que los gobierno simplemente no pueden legislar que los problemas no existan. En efecto, la intervención, a menudo, exacerba los problemas que pretendió resolver.

Más aún, son falsas las afirmaciones de que las teorías económicas tradicionales no son aplicables a la realidad. La investigación muestra que los impuestos distorsionan la economía, que el crecimiento es bueno para los pobres y que un comercio más libre conduce a un mayor desempeño económico.

Corey Iacono es estudiante de la Universidad de Rhode Island, principalmente en el área de la ciencia farmacéutica y, en segundo lugar, en economía. Es Compañero becario Thorpe de la Fundación para la Educación Económica del 2016.