¿No se les parece en algún grado a lo que está sucediendo aquí con Uber y Airbnb, que termina dañando al trabajador independiente, además del consumidor?

CÓMO EL SESGO COGNITIVO DESTRUYÓ LA SUBSISTENCIA DE TRABAJADORES INDEPENDIENTES.

Por Barry Brownstein

Fundación para la Educación Económica
Martes 31 de diciembre del 2019


NOTA PRIMERA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/how-cogniti...s-gig-workers/

NOTA SEGUNDA DEL TRADUCTOR: La expresión en inglés “gig economy” se refiere a trabajos esporádicos que tienen una duración corta, en que el contratado hace una labor específica dentro de un proyecto. Es similar a lo que conocemos como “trabajo por cuenta propia” o “trabajadores independientes.

Nosotros ignoramos la trampa de la inteligencia a nuestro propio riesgo.

En setiembre, California aprobó una ley regulando al trabajo por cuenta propia. La ley del estatus del trabajador (worker status bill), que entra en efecto el 1 de enero del 2020, redefine al “empleado” para incluir a quienes trabajan independientemente. Los progresistas alabaron la nueva ley por brindar las protecciones necesarias a los trabajadores.

Después de que la ley fuera aprobada (After the law passed), Veena Dubal, profesora de derecho de la Universidad de California, Hastings, y prominente promotora de la ley, tuiteó, “Tengo lágrimas en mis ojos y piel de gallina en mis extremidades.”

Al aproximarse el 2020, son los trabajadores por cuenta propia quienes están lamentándose.

Vox Media anunció (Vox Media announced) “ella terminará los contratos con cientos de escritores independientes y editores en California.” Vox es la misma compañía mediática que alabó la aprobación de la ley (hailed the passage of the bill), como “una victoria para los trabajadores de todas las partes.”

UN RESULTADO PREDECIBLE

Una de las empleadas de Vox despedidas, Rebeca Lawson, tuiteó: “California, me estás rompiendo el corazón (y quitando mi dinero),” agregando (adding):

“Me ha roto el corazón que el estado que amo tanto haya obligado a mi empresa, en la que tanto amo trabajar, a romper lazos formales con personas que están haciendo un trabajo admirable ̶ y que tienen posibilidades de ayudarse a sí mismas y a sus familias con el dinero extra que un proyecto apasionante o un trabajo extra puede brindarles en ocasiones.”

Otro escritor independiente, Andi Loveall, tuiteó (Another freelance writer, Andi Loveall, tweeted):

“Acabo de perder mi capacidad para ganarme mi vida debido a la Ley No. 5 del Congreso de California. Mi compañía de correduría independiente dice que ellos tienen que dejar que los autores de California se vayan. Casi una década de trabajo arduo se esfumó en un instante. No paro de llorar.”

Difícilmente las consecuencias para los trabajadores independientes no eran previsibles. Prevaleció la ley de las consecuencias no anticipadas (The law of unintended consequences): “acciones de personas -y en especial del gobierno- siempre tienen efectos no anticipados o no buscados.”

Dubal y otros que apoyaron la ley del estatus del trabajador, podrían haber leído cientos de artículos -incluyendo aquí (here) y aquí (here), en la Fundación para la Educación Económica- que predicen los tristes resultados para los trabajadores independientes. Como lo señaló (pointed out) Elizabeth Nolan Brown en Reason:

“Políticos y comentaristas de la corriente principal aman citar las “consecuencias no previstas” cuando sus políticas preferidas causan daño en las maneras exactas que los libertarios señalan que ellas ocurrirían. Es una forma brillante de obtener crédito por tratar de ¡Hacer! ¡Algo! acerca de un problema, a la vez que se absuelve al lado de uno de cualquier culpa por las consecuencias negativas de esa acción.”

Dudo que Dubal, quien es considerada una experta en la economía del trabajo por cuenta propia y de la tecnología, reconocerá las consecuencias de su error.

INTELIGENTES PERO SESGADOS

Es demasiado fácil desestimar a Dubal por estúpida; las posibilidades son de que ella sea inteligente.

Keith Stanovich, profesor emérito de psicología aplicada en la Universidad de Toronto, escribe que,

“Tenemos un supuesto implícito [pero equivocado] de que la inteligencia y la racionalidad van juntas ̶ o, de no ser así, ¿por qué deberíamos sorprendernos tanto cuando gente inteligente hace cosas tontas?”

Stanovich acuñó el término disracionalidad (coined the term dysrationalia) que “significa la incapacidad de pensar y comportarse racionalmente, a pesar de poseer una inteligencia adecuada.”

En su libro The Intelligence Trap [La Trampa de la Inteligencia], David Robson explora “por qué gente inteligente,” como Dubal, “comete errores tontos.”

Robson reporta acerca de una investigación dirigida por los profesores Norbert Schwarz y Eryn Newman, quienes estudian cómo nuestras emociones influyen en nuestra toma de decisiones.

Considere esta pregunta; “¿Cuántos animales de cada especie se llevó Moisés al Arca?

Puesto que fue Noé, no Moisés, quien construyó el arca, la respuesta es cero. Escribe Robson, “Aún incluso al evaluar a estudiantes altamente inteligentes en una universidad prestigiosa, Schwarz ha encontrado que sólo un 12 por ciento de las personas registra ese hecho.”

De acuerdo con el trabajo de Schwarz y Newman,

“la veracidad proviene de dos sentimientos particulares: familiaridad (si sentimos que hemos escuchado antes algo como eso) y la fluencia (qué tan fácil es una afirmación para procesarla).”

Robson lo explica aún más:

“El problema es que la fraseología de la pregunta [acerca del arca] calza dentro de nuestro entendimiento conceptual básico de la Biblia, significando que somos distraídos por la pista falsa -la cantidad de animales- en vez de enfocarse en el nombre de la persona involucrada. ‘Es algún viejito que tuvo algo que ver con la Biblia, así que lo esencial está bien,’ me dijo Schwarz. En otras palabras, la pregunta se convierte en una cognición mísera ̶ e incluso los estudiantes universitarios inteligentes del estudio de Schwarz no notaron la falacia.”

Intente este ejercicio mental. Imagínese que usted es un político, un profesor o un ciudadano interesado en los derechos de los trabajadores. Usted tiene un sesgo cognitivo preestablecido de que el gobierno es el mejor protector de los trabajadores. Así, una afirmación como la Ley del Estatus del Trabajador de California es necesaria para proteger los derechos de los trabajadores independientes, es posible que obtendría su aprobación. Dados sus sesgos cognitivos, la afirmación posee “familiaridad” y “fluencia.” Usted se ha regocijado miles de veces ante afirmaciones que empiezan con: Esta ley es necesaria para… Tales afirmaciones son fácilmente procesadas cognitivamente.

LOS ARGUMENTOS ELABORADOS ESCONDEN LOS ERRORES

Si usted necesita de artillería “intelectual” para su sesgo, Dubal y otros expertos están listos para ayudarle. En su ensayo “Regulating the Gig Economy is Good for Workers and Democracy,” Dubal presenta argumentos elaborados:

“La pobreza no es una clasificación sospechosa bajo nuestra Constitución, pero es una afrenta a la vida y la dignidad y a la democracia, más ampliamente. Con la evisceración del estado de bienestar y la deferencia de la judicatura a los resultados políticos en el área de la “economía y el bienestar social” de los Estados Unidos, el empleo es el medio legal y político primario para enfrentar la desigualdad económica. A su vez, el empleo es -para bien o para mal- clave para nuestra democracia. Brinda acceso a las herramientas para un sostén básico en los Estados Unidos moderno: al salario mínimo, al seguro de salud, a las protecciones de la red de seguridad e incluso al derecho a organizarse y las convenciones colectivas. Nuestra capacidad para participar en la vida y formar parte de la política, depende, no en parte pequeña, de nuestro estatus de empleo. En palabras del teórico político Judith Shklar, ‘Somos ciudadanos si ganamos.’ Ante esta observación, debo agregar que somos ciudadanos si ganamos lo suficiente.”

Si usted es un verdadero creyente, como lo es Dubal -preocupada por una “tendencia alarmante” en el “uso de una tecnología basada en apps, para multiplicar el trabajo fuera del marco regulatorio del ‘empleo’”- tal vez, como Dubal, derrame lágrimas de alegría pues los políticos pasaron una ley que usted creía que salvaría a la democracia y resolvería el problema de la desigualdad. ¡Hurra! Si se llega al cielo por tener buenas intenciones, tenga por seguro que su tiquete ya está marcado.

Sin embargo, si se lee con cuidado, vemos que los intereses de los trabajadores por cuenta propia fueron enterrados bajo las muchas preocupaciones de Dubal. Tal vez, trabajadores independientes como Rebeca Lawson y Andi Loveall no significan algo para aquellos que quieren expandir el papel del gobierno. Tal vez, Dubal se dijo a si misma que estaba ayudando a los trabajadores independientes, a la vez que su ideología buscó expandir el papel del gobierno a expensas de los trabajadores independientes.

Ser inteligente no es garantía de protección contra ideas tontas. Podemos esperar escuchar argumentos más elaborados de gente inteligente, justificando el error de la ley del estatus del trabajador. Como indica Robson:

“Por ejemplo, es menos posible que personas inteligentes y educadas aprendan de sus errores o que acepten consejo de otros. Y cuando se equivocan, están en mayor capacidad de construir argumentos elaborados para justificar su razonamiento, significando que llega a ser más y más dogmática en sus puntos de vista.”

En otras palabras, la disracionalidad necesita ser defendida. Cuando pensamos que somos inteligentes, explica Robson, “racionalizamos y perpetuamos nuestros errores, sin reconocer las fallas de nuestro propio pensamiento.” El resultado es “construir ‘compartimentos de lógica estricta’ alrededor de nuestras creencias, sin considerar toda la evidencia disponible.”

Robson ofrece un antídoto contra la disracionalidad:

“Además de la reflexión cognitiva, otras características importantes que pueden protegernos de la trampa de la inteligencia, incluyen la humildad intelectual, el pensamiento activamente abierto, la curiosidad, la consciencia emocional refinada y una mentalidad de crecimiento. Juntos, mantienen a nuestra mente en el rumbo correcto y impiden que nuestro pensamiento se desvía hacia el abismo proverbial.”

La disracionalidad no se limita a los progresistas, ni está limitada a la política. Nosotros ignoramos la trampa de la inteligencia a nuestro propio riesgo.

En su ensayo de 1710, “Political Lying” [El Arte de la Mentira Política], Jonathan Swift escribió:

“La falsedad vuela mientras que la verdad llega cojeando penosamente tras ella, de manera que cuando los hombres llegan a desengañarse es ya tarde; la broma ha terminado y el cuento ha producido su efecto.”

Swift brinda como un ejemplo “al médico que encuentra una medicina infalible, cuando el paciente ya ha muerto.”

La economía de los trabajadores independientes está sufriendo las consecuencias de la disracionalidad. La “medicina,” en este caso, es un rechazo a una ley que ya está dejando a mucha gente sin empleo. No se necesita de argumentos elaborados. Antes que se muera la economía del trabajo por cuenta propia en California, lo que se necesita es una gran dosis de humildad para admitir un error.

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership [The Inner-Work of Leadership]. Para recibir los ensayos de Barry, suscríbase en Mindset Shifts.