De mucha actualidad en todos los ámbitos, sin duda que incluyendo el nuestro. Algo podemos aprender siempre…

MI RESPUESTA A LA HISTORIA DE LA PORTADA DE LA REVISTA TIME ACERCA DEL CAPITALISMO

Por Lawrence W. Reed

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 11 de diciembre del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/my-response...on-capitalism/

[Nota del editor: La siguiente es una respuesta a la historia de la portada, “How the Elites Lost Their Grip,” por Anand Giridharadas en la edición de la revista Time del 2 al 9 de diciembre del 2019].

El caso en favor del verdadero capitalismo es uno moral, que está sustentado en la naturaleza humana y los derechos humanos.

El inventor de la ahora famosa “Ventana de Overton,” el desaparecido Joseph P. Overton, fue mi mejor amigo y colega sénior de la organización en Michigan que encabecé por casi 21 años (1987-2008), el Mackinac Center for Public Policy. La Ventana postula que, en un momento dado, las opciones de la política pública se enmarcan en la opinión pública. Los políticos que operan dentro de ella pueden lograr ser electos o reelectos, mientras que. aquellos que ofrecen propuestas fuera de ella, corren el riesgo del rechazo público. Mueva la Ventana cambiando la opinión pública y, entonces, una propuesta perdedora puede llegar a ser políticamente posible.

El concepto de la Ventana de Overton es el trampolín que Anand Giridharadas usa en su reciente artículo en la revista Time. Él sugiere que ahora están ganando los candidatos y las propuestas anticapitalistas, porque la Ventana ha cambiado hacia el socialismo (socialism).
Si bien agradezco las citas personales, tanto de Joe Overton como de mi persona, en el artículo de Giridharadas, me siento obligado a señalar algunos de sus supuestos cuestionables. Al hacerlo, me siento como el mosquito proverbial en un campo de nudistas: Sé lo que hay que hacer, pero es difícil decidir por dónde empezar.

UNA CLARA EQUIVOCACIÓN

Empecemos por la evaluación del artículo de la carrera del partido demócrata para la presidencia de Estados Unidos. Las encuestas que muestran que los súper críticos del capitalismo, los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren, son los “principales contrincantes” son prueba, sugiere el señor Giridharadas, de que es válida su ilusión acerca del socialismo. Esa es una “ventana” que parece que ha cambiado marcadamente, en el corto intervalo que va entre el momento en que el artículo fue escrito y en el que fue publicado.

Recientemente (recently) Warren le puso el precio a su fantasía del Medicare para Todos, una política que prohibiría (ban) el seguro de salud privado. El apoyo hacia ella colapsó. Sanders languidece en tercer o cuarto lugar, bien lejos del apoyo que obtuvo en la última convención del partido demócrata. Todo de lo que ahora se habla es cómo las bases están volando hacia el centro.

El señor Giridharadas apunta al alza en la membresía de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos ̶ desde 5.000 miembros a, al menos, 50.000 en la actualidad. Pero, eso es todavía la mitad de la membresía (113.000) que el Partido Socialista alegó tener en su apogeo en 1912. Hoy, la membresía del Partido Libertario es 10 veces mayor.

Entre la gente joven, la historia que el señor Giridharadas completamente ignora, es la explosión de membresía y actividad entre grupos amistosos hacia la libertad, la empresa privada y los mercados libres ̶ como los Young Americans for Liberty [Jóvenes Estadounidenses por la Libertad], Students for Liberty [Estudiantes por la Libertad], Young Americans for Freedom [Jóvenes Estadounidenses por la Libertad], Young Americans Against Socialism [Jóvenes Estadounidenses contra el Socialismo], Turning Point USA [Momento Decisivo para los Estados Unidos], y aquella en que sirvo como presidente emérito, la Foundation for Economic Education [Fundación para la Educación Económica]. Si el número de seguidores en Facebook es algún signo de popularidad relativa, es de notar que, la presencia de los socialistas democráticos en la plataforma del medio social, es una pequeña fracción de aquella de las organizaciones juveniles pro capitalistas.

Si yo fuera socialista, estaría preocupado porque son en estas o similares organizaciones en donde está el genuino y vibrante fermento intelectual. Mientras que la izquierda parece estas sumida en suprimir el debate, estos grupos, quietamente, están ampliando la discusión y nutriendo a la próxima generación de líderes pensantes.

LOS ESTADOUNIDENSES NO CONFÍAN EN EL GOBIERNO

Entre tanto, reporta (reports) el Pew Research Center, que la confianza del público en el gobierno se encuentra en niveles históricos bajos (stands at historic lows). Pew encuentra que “Sólo el 17% de los estadounidenses dice hoy que ellos pueden confiar en el gobierno en Washington, de que hará lo que es correcto ‘casi siempre’ (3%) o ‘la mayor parte del tiempo’ (14%).” El señor Giridharadas le haría un verdadero servicio al público estadounidense, si él señalara que ese es el mismo gobierno al que los socialistas quieren conferirle mayor poder y dinero.

La retórica socialista siempre sale calificada más alto que las políticas socialistas y ambos califican mejor que los resultados socialistas. Decirle a la gente que ellos tienen derecho a cosas gratis, o asaltar generalmente a los ricos, atrae a cierto número, pero esas cifras cambian cuando la retórica enfrenta a la realidad. Esta es una razón por la que nadie -mucho menos los socialistas- está haciendo alguna encuesta en Venezuela.

¿QUÉ ES EL CAPITALISMO?

Sin embargo, el peor supuesto en el artículo del señor Giridharadas tiene que ver con qué es el capitalismo en la realidad. Implícito en todo aquél, está su creencia de que el capitalismo no es más que amiguismo, mediante el cual los ricos usan conexiones políticas para llenar sus bolsillos.

El señor Giridharadas ignora el hecho de que aquellos de nosotros, a quienes él con seguridad calificaría como pro capitalistas, están tanto en contra del amiguismo y la corrupción, como cualquier otro, y posiblemente más que como lo están los socialistas. Entendemos que la respuesta al amiguismo y la corrupción no es dándole aún más poder y dinero al gobierno. No apoyamos a algún testaferro corrupto capitalista, sino a mercados genuinamente libres, un gobierno limitado, la propiedad privada y la regla de la ley. ¿Cuándo los medios de la corriente principal aprenderán esta distinción?

Más aún, para aquellos de nosotros que apreciemos esta distinción, la búsqueda del dinero no es el objetivo principal en la vida. Interminablemente, los críticos del capitalismo sugieren que sí lo es, pero eso es infantil. El caso en favor del capitalismo descansa en algo mucho más importante que la riqueza material. No es refutado por los ocasionales sinvergüenzas que se comportan mal (de paso, el socialismo produce sinvergüenzas por montones (bad eggs by the bushel) y nunca crean nada que se parezca a una omelet).

El caso en favor del capitalismo verdadero es uno moral, que está enraizado en la naturaleza humana y los derechos humanos. Crear riqueza y agregar valor para la sociedad por medio de la invención, la innovación, la empresariedad, la producción y el comercio, es un derecho de nacimiento. Uno nunca puede estar plenamente satisfecho -o incluso sentirse plenamente humano- si debe vivir su vida y conducta según los dictados de aquellos con el poder político. Habla volúmenes que el capitalismo es lo que sucede cuando se deja sola a la gente pacífica; el socialismo, por el contrario, es una máquina de Rube Goldberg [Nota del traductor: expresión usada en el idioma inglés para denotar cualquier forma de sistema excesivamente confuso o complicado], con un registro histórico pésimo, alimentado por la envidia y la guerra de clases.

He conocido a unos pocos empresarios que, de hecho, parecen adorar “al dólar todopoderoso” y quienes gustosamente hacen trucos o se acuestan con el gobierno para hacer dinero. Por cada uno de esos, he conocido a cientos que están en los negocios por la estimulante satisfacción que derivan de crear productos útiles, resolver problemas y llenar las necesidades de clientes felices.

La Ventana de Overton es una herramienta notable para entender las conexiones entre las ideas y la realidad política. Pero, es importante que, aquellos que la invocan, lo hagan con un pensamiento claro, con definiciones apropiadas y sin intereses creados.

Lawrence W. Reed es presidente emérito y compañero senior Familia Humphreys de la Fundación para la Educación Económica y Embajador Ron Manners de la Libertad Global de la Fundación para la Educación Económica. También, es el autor de los libros Real Heroes: Incredible True Stories of Courage, Character, and Conviction y Excuse Me, Professor: Challenging the Myths of Progressivism. Follow on Twitter and Like on Facebook.