Ojalá estas sugerencias nos sirvan a todos ante este comportamiento adictivo. Ciertamente el mundo digital es de una ayuda incalculable para la acción humana, pero la moderación y el uso inteligente de él nos ayudaría a vivir mejor.

CÓMO SOBREPONERSE A SU ADICCIÓN DIGITAL

Por Barry Brownstein

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 9 de octubre del 2019

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/how-to-over...tal-addiction/

En su último libro “Digital Minimalism,” el profesor de ciencias de la computación, Cal Newport, dice que nuestro impulso por una aprobación social es uno de los factores detrás del surgimiento de la adicción digital.

En un ensayo del 2016, “I Used to Be a Human Being,” Andrew Sullivan explora su debilitante adicción digital. El subtítulo del ensayo de Sullivan atrae nuestra atención:

“Un bombardeo interminable de noticias y de chismes y de imágenes nos ha convertido en adictos maniáticos de la información. A mí me destrozó. También a usted lo puede destrozar.”

Hay al menos un pedacito de Sullivan en muchos de nosotros, juzgando por la popularidad del último libro Digital Minimalism, del profesor de ciencia de la computación, Cal Newport. ¿Estamos, sin pensarlo, gastando mucho tiempo en línea y no lo suficiente en el mundo real?

Si sus hábitos en línea están interfiriendo con su productividad (your productivity), su tiempo de descanso o sus relaciones, Newport merece su atención embelesada. Newport ya ha escrito varios de los libros de desarrollo profesional y personal más importantes de la década pasada. En So Good They Can’t Ignore You [Hazlo tan bien que no puedan ignorarte], Newport desacredita la sabiduría convencional de que se nos hemos engañado a nosotros mismos en creer que podemos ser capaces de hacer multiplicidad de tareas eficientemente; todos nos beneficiaríamos con una mayor “concentración libre de distracciones.”

USTED PUEDE SER UN ADICTO

Algunos se burlan de la idea de una adicción a los medios sociales, pensando que la adicción es algo que aflige a quienes abusan de drogas y de alcohol.

Facebook y otros sitios de los medios sociales están diseñados para hacer de usted un adicto. Ellos usan, en palabras de Newport, “un refuerzo positivo intermitente y el impulso por obtener aprobación social” como herramientas para hacer que usted utilice sus productos, a expensas de mejores usos de su tiempo.

El antiguo ingeniero de Google, Tristan Harris, ha comparado el chequeo frecuente (likened the frequent checking) de su teléfono con usar una máquina tragamonedas:

“Cada vez que reviso mi teléfono, estoy jugando en la máquina tragamonedas a ver ‘¿Qué fue lo que obtuve?’”

Cada vez que usted envía un mensaje, pregunta Newport, ¿Recibirá un me gusta (o corazones o reenvíos), o languidecerá sin respuesta? Lo anterior crea lo que un ingeniero de Facebook llama “sonidos alegres de seudo placer.” En el 2017, Sean Parker, el primer presidente de Facebook, lo describió como “explotar una vulnerabilidad en la psicología humana” con el objetivo de secuestrar su atención (aim of hijacking our attention).

“’¿Cómo es que nosotros consumimos tanto como sea posible gran parte de nuestro tiempo y atención consciente?’ Fue esa mentalidad la que condujo a la creación de características como el botón de ‘me gusta,’ que les daría a los usuarios ‘un pequeño toque de dopamina’ para estimularlo a que descargue más contenido.”

Si usted no es un usuario de Facebook, no piense que es inmune a la adicción digital. Escribe Newport,

“Mucha gente ha tenido la experiencia de visitar un sitio en la red con contenido para un fin específico -digamos, por ejemplo, ir al sitio de un periódico para revisar el pronóstico del tiempo- y, luego, encontrarse, treinta minutos más tarde, todavía impensadamente siguiendo pistas de enlaces, pasando de un encabezado hacia otro. Este comportamiento puede también dispararse por una retroalimentación inesperada: la mayoría de los artículos terminan siendo fiascos, pero, ocasionalmente, usted aterriza en uno que crea una emoción fuerte, ya sea de furia o de risas justas.”

Otro factor que refuerza la “adicción de comportamiento” es el “deseo de una aprobación social.” Lo explica Newport:

“En tiempos del Paleolítico, era importante que usted administrara cuidadosamente su posicionamiento social ante los otros miembros de su tribu, pues su supervivencia dependía de ello… Si mucha gente le hace clic al icono del pequeño corazón bajo su último mensaje por Instagram, se siente como que la tribu le está mostrando su aprobación ̶ a lo cual estamos adaptados a desear con tanta fuerza. El otro lado de este trato evolucionario, por supuesto, es que una carencia de respuestas positivas crea un sentimiento de angustia.”

Con este sentimiento de angustia, se puede desarrollar “una necesidad urgente de monitorear constantemente esa “información vital.”

HACIA UNA FILOSOFÍA ACERCA DEL USO DE LA TECNOLOGÍA

Si su atención ha sido secuestrada, Newport está convencido de que usted necesita

“una completa filosofía acerca del uso de tecnología, basada en sus valores profundos, que brinde respuestas claras a las preguntas de qué herramientas usted debería usar y cómo debería usarlas e, igualmente importante, que le permita a usted, con confianza, ignorar todo lo demás.”

Newport recomienda el Minimalismo Digital:

“Una filosofía acerca del uso de la tecnología en la que usted enfoca su tiempo en línea a un número pequeño cuidadosamente seleccionado y optimizado de actividades, que apoyan fuertemente las cosas que usted valora y que, después, felizmente, deje pasar a todo lo demás.”

¿ES USTED UN MINIMALISTA O UN MAXIMALISTA TECNOLÓGICO?

Newport hace la observación de que la mayoría de nosotros despliega su vida digital con una mentalidad maximalista sin cuestionamiento. Con una mentalidad maximalista “cualquier potencial de beneficio es suficiente para empezar a utilizar una tecnología que atrapa su atención.”

El maximalista es como un político que mira los beneficios de un programa, sin considerar, vez alguna, a los costos.

“El maximalismo tecnológico,” escribe Newport, “sostiene que más es mejor cuando se trata de tecnología ̶ más conexiones, más información, más opciones.” A simple vista, el maximalismo tecnológico, escribe Newport, parece coincidir

“con el objetivo general del proyecto de humanismo liberal, de ofrecer a los individuos una mayor libertad, haciendo que parezca vagamente iliberal evitar una popular plataforma social mediática o declinar seguir a la última conversación en línea.”

Por el contrario, advierte Newport, un enfoque de maximalismo tecnológico puede no estarlo conduciendo hacia la libertad:

“Externalizando su autonomía hacia una atención al conglomerado económico -como los hace usted impensadamente al inscribirse en cualquier nuevo servicio que emerge de la clase capitalista inversora de capital de riesgo del Valle del Silicón- es el opuesto de la libertad y muy posiblemente degradará su individualidad.”

Esté atento, aconseja Newport

“ante actividades de bajo valor, que pueden desordenar [su] tiempo y su atención y terminan haciendo más daño que una ayuda.”

Ante el temor de “dejar de lado cosas pequeñas,” ¿estamos “disminuyendo las cosas grandes” que hacen que una vida valga la pena?

SI USTED QUIERE CAMBIAR

Darse cuenta de un asunto es la base para el cambio. Un paso siguiente es el cambio en el comportamiento. Newport brinda muchas sugerencias para el cambio en el comportamiento que puede inspirar al nuestro. He aquí tan sólo unos pocos:

Considere un despejador digital.

¿Está usted desordenando su vida con “demasiados aparatos, aplicaciones y servicios… que pueden agobiar los pequeños beneficios que cada ítem individual le brinda aisladamente?” Si es así, hágase más consciente acerca de cómo usted se involucra con la tecnología.

Por ejemplo, hace muchos años dejé de tener Twitter; simplemente porque requería mucho de mi tiempo y atención. Newport hace la observación,

“Cuando la gente considera herramientas o comportamientos específicos en sus vidas digitales, tiende a enfocarse sólo en el valor que cada cual produce. Por ejemplo, mantener una vida activa en Twitter puede, ocasionalmente, abrir una nueva conexión interesante o exponerlo a una idea que usted no había escuchado previamente. ¿Cuánto de su tiempo y atención… deben sacrificarse para obtener una pequeña ganancia por conexiones ocasionales y nuevas ideas, que son obtenidas cultivando una presencia significativa en Twitter?”

Newport nos exhorta a que

“tratemos los minutos de nuestra vida como una sustancia concreta y valiosa -probablemente la sustancia más valiosa que poseemos- y que siempre calculemos cuánta de esta vida nosotros damos a cambio de las diversas actividades que reclaman nuestro tiempo.”

Remueva de su teléfono a las aplicaciones de medios sociales.

Al remover las aplicaciones de su teléfono, usted no “buscará sus cuentas como una respuesta irreflexiva al aburrimiento.” Newport indica que usted aun así puede obtener los beneficios de esos sitios por medio de su buscador.

Involúcrese en más conversaciones del mundo real.

Los miembros de la llamada generación de los milenarios y otros están luchando con las comunicaciones cara a cara (struggling with face-to-face communications). Newport, construyendo sobre el trabajo de la profesora del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Sherry Turkle, señala que las interacciones digitales no son un sustituto de las conversaciones cara a cara. En palabras de Turkle, es cara a cara

“donde desarrollamos la capacidad para la empatía. Es donde experimentamos la alegría de ser escuchados, de ser entendidos.”

La interacción digital hace una conexión, pero “no cuenta como conversación” dado que nosotros dejamos pasar la oportunidad de ver “señales análogas detalladas, tal como el tono de la voz [de alguien] o las expresiones faciales.”

Reclame Su Descanso.

Newport apunta a un elemento crucial para un cambio duradero: “[A]l cultivar primordialmente un ocio de alta calidad, se hará más fácil minimizar más tarde las desviaciones digitales de baja calidad.”

Newport hace la observación de que,

“Ahora es fácil llenar los vacíos entre el trabajo y el cuidado de su familia y del sueño, sacando su teléfono inteligente o su tableta, y atontándose irracionalmente con un arrastrar y un golpetear.”

Su recomendación: “Priorice una actividad exigente por encima de un consumo pasivo.”

Construya cosas y arregle cosas. Escriba algo. Redacte algo. Aprenda a cocinar. Regrese a pasatiempos abandonados hace mucho tiempo. Descubra nuevas aficiones (Discover new hobbies). Usted puede haber abandonado el piano o un guitarra de hace años atrás, pero usted puede empezar de nuevo.

Newport endosa “actividades que requieran de interacciones sociales estructuradas del mundo real.” Por ejemplo, Newport ensalza con elocuencia a la camaradería en la comunidad actual de CrossFit (CrossFit). Hasta mis años treinta, las actividades de un club de senderismo y de ciclismo eran parte importante de mi actividad ociosa. Clubes como el Appalachian Mountain Club todavía florecen en la era digital actual.

LA PREGUNTA QUE LAS EMPRESAS DE MEDIOS SOCIALES NO QUIEREN QUE USTED HAGA

Es ahora fácil darse cuenta de por qué usamos los medios sociales, pero raramente hacemos la pregunta de cómo los usamos. Escribe Newport, “Una vez que la gente empieza a pensar seriamente acerca del [cómo], tiende a reconocer que está gastando demasiado tiempo en línea.” Considere esto,

“Facebook, que tenía menos de un millón de usuarios hace diez años, ahora tiene más de dos mil millones y es la quinta compañía más valiosa de Estados Unidos, con una capitalización en el mercado de más de $500 miles de millones. En contraste, ExxonMobil actualmente vale alrededor de $370 miles de millones. Extraer minutos de ojos, el recurso clave para empresas como Google y Facebook, ha llegado a ser significativamente más lucrativo que sacar petróleo.”

El libro de Newport nos ayuda a examinar cómo usamos la tecnología y ofrece “maneras [de usarla] altamente selectivas e intencionadas, que rinden grandes ganancias.”

Con un uso meditado de la tecnología, podemos decir: “Debido a la tecnología, soy un ser humano mejor de como jamás antes lo había sido.”

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership [The Inner-Work of Leadership]. Para recibir los ensayos de Barry, suscríbase en Mindset Shifts.