Este es un tema actual en nuestro medio, así como en Facebook, en donde hay amigos opinando acerca del tema. Respetuosamente, les sugiero la lectura de este interesante comentario, que no dudo ayudaría a una mejor comprensión de las complejidades y de los efectos que podrían tener políticas regulatorias del estado, que piden al respecto.

POR QUÉ UNA TASA MÁXIMA DE INTERESES EN LOS PRÉSTAMOS DEL 15% AFECTARÍA A LA GENTE QUE SE PRETENDE AYUDAR

Por Anne Fleming

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 29 de mayo del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/why-a-15-in...ended-to-help/

Millones de consumidores de todo el país dependen del acceso a préstamos pequeños. Limitar el tipo de interés que se cobra a un 15 por ciento anual, no hará que esos préstamos sean más baratos.

El senador Bernie Sanders y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez quieren poner un tope a las tasas de interés (want to cap consumer interest rates), en un esfuerzo por frenar las “astronómicas” tasas que cobran las tarjetas de crédito y otras formas de préstamos abusivos.
Mientras que eso, en principio, suena bien, en la práctica su plan dañaría a algunas de las personas que se intenta ayudar, al acabar con una industria vital para los hogares que luchan: préstamos a corto plazo de montos pequeños.

La historia de los préstamos de montos pequeños y su regulación -lo que exploro en una libro recientemente publicado (recently published book)- muestra por qué Sanders y Ocasio-Cortez deberían repensar su propuesta o correr el riesgo de envalentonar el tipo de préstamos que ellos tienen la esperanza de erradicar. En parte, ello es porque su plan descansa en una historia sobre simplificada de las reglas que restringen la usura o de cuánto pueden los prestamistas cobrar como intereses.

UNA BREVE HISTORIA DE LA USURA

Las leyes contra la usura son una idea antigua (ancient idea). Textos religiosos, tales como la Biblia y el Corán, prohibieron todas las formas de usura, en tanto que los romanos eliminaron el cobro del interés compuesto.

Y, cuando los primeros colonizadores de los Estados Unidos, empezaron a establecerse a lo largo y ancho del Litoral Oriental, llevaron con ellos la ley sobre usura de Inglaterra (England’s usury law). Hacia los años de 1970, todos, excepto tres estados (all but three states), todavía tenían leyes generales sobre la usura. Los topes anuales usuales variaban desde tan poco como un cuatro por ciento en Dakota del Norte hasta uno tan alto como un 30 por ciento en Rhode Island.

Estos topes se hicieron menos efectivos en 1978, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos dictó (the U.S. Supreme Court ruled) que las leyes estatales no eran aplicables a préstamos de bancos de fuera del estado. Esto permitió que bancos emisores de tarjetas de crédito, evitaran leyes de usura más estrictas, al ubicarse en estados que tenían los topes más altos o ninguno del todo. Algunos estados, como Dakota del Sur (South Dakota) y Delaware, repelieran sus leyes después de aquel fallo, a fin de atraer bancos.

Así que, si bien las leyes sobre la usura restringen generalmente las tasas en algunos tipos de préstamos, el cielo se convirtió en el límite para las tarjetas de crédito emitidas por los bancos, con algunos cargando tasas de alto riesgo tan altas como 79.9 por ciento anual (79.9 percent per year).

A Sanders y a Ocasio-Cortez les gustaría regresar al mundo, tal como existió antes de lo que ellos llamaran esa “desastrosa” decisión de la Corte Suprema (“disastrous” Supreme Court ruling). La ley que ellos proponen, Ley de Prevención de Préstamos de Usura (Loan Shark Prevention Act), impondría un tope al interés del 15 por ciento anual sobre todos los préstamos de consumo, a la vez que permitiría que los estados incluso fijaran tasa más bajas.

Pero, su entendimiento no es correcto. Eso es porque, empezando el siglo XX, los estados empezaron a hacer excepciones a sus leyes de usura, para permitir préstamos pequeños.

LEYES PARA PRÉSTAMOS DE SUMAS PEQUEÑAS

A principios del siglo XX, las leyes estatales sobre usura se aplicaban a casi todo tipo de préstamos. Como resultado, los préstamos pequeños fueron efectivamente proscritos (effectively outlawed) casi en todas partes, pues los prestamistas no podían operar obteniendo ganancias a esas tasas legales de cobro.

Las leyes de usura fijaban cobros máximos como un porcentaje anual de la cantidad pedida prestada, lo que significaba una pequeñísima suma en dólares por préstamos pequeños de corto plazo. Por ejemplo, en un estado con un tope del 6 por ciento, un prestamista que ofrecía un préstamo por tres meses de $200, podría cobrar tan sólo $3 en intereses totales ̶ siendo la tasa mensual de sólo 0.5 por ciento. A tasas tan bajas, los prestamistas de pequeñas sumas no podían cubrir los costos de manejar sus empresas.

Pero, las familias de la clase trabajadora seguían necesitando tener acceso a crédito, de forma que las leyes estrictas de usura no disminuyeron la demanda de esos préstamos. Los topes a las tasas simplemente desalentaron la entrada al mercado de empresas legítimas. Eso dejó a quienes pedían prestado tratando con usureros dispuestos a romper la ley.

La filantrópica Fundación Russell Sage, que estudió el problema en la década de 1910 (which studied the problem in the 1910s), urgió a los estados a eximir de sus leyes generales de usura a prestamistas autorizados de pequeñas sumas. La Fundación diseñó una ley modelo, que llegó a conocerse como la Ley Uniforme de Pequeños Préstamos, que permitía a esos prestamistas cobrar hasta un 3 por ciento mensual, o un 36 por ciento anualizado, por préstamos en efectivo de pocos cientos de dólares.

Hoy en día, todos los 50 estados (all 50 states) continúan permitiendo a prestamistas de sumas pequeñas, cobrar más de un 15 por ciento anual.

¿UN RETORNO DEL USURERO?

Creo que Sanders y Ocasio-Cortez están en lo correcto al preocuparse acerca de los altos pagos y tasas de las tarjetas de crédito.
Pero, la Ley para la Prevención de la Usura en Préstamos (Loan Shark Prevention Act), tal como está escrita, no nos llevaría de regreso a 1978, sino totalmente de retorno a fines del siglo XIX, cuando los estadounidenses de bajos ingresos que necesitaban préstamos de corto plazo, estaban a merced de los usureros. Con esa ley, se eliminaría a los prestamistas tradicionales a plazos (Traditional installment lenders) y a otros proveedores de crédito de pequeñas sumas a corto plazo.

Eso se debe a que un tope a la tasa, que funciona para préstamos grandes a largo plazo, no funcionará para préstamos más pequeños de corto plazo. Sólo un ente de caridad o un prestamista subsidiado por el gobierno, como un banco postal (postal bank), podría ofrecer préstamos pequeños a corto plazo, con una tasa del 15 por ciento anual y lograr que el dinero alcanzara.

Millones de personas en todo el país (Millions of consumers nationwide) dependen del acceso a préstamos pequeños. Limitar el tipo de intereses a un 15 por ciento anual no abaratará esos préstamos. Simplemente hará que desaparezca la industria obediente de las leyes ̶ dejando a más deudores a la merced de los usureros.

Este artículo se reimprime de The Conversation bajo una licencia de Creative Commons. Lea el artículo original (original article).

Anne Fleming es profesora asociada de derecho en la Universidad Georgetown y autora de “City of Debtors: A Century of Fringe Finance” (Harvard, 2018), acerca del surgimiento y la regulación de instituciones de préstamos de sumas pequeñas en los Estados Unidos durante el siglo XX. Ella enseña cursos de contratos, ley comercial y finanzas para consumidores. Recibió su grado en derecho, magna cum laude, en la Escuela de Derecho de Harvard, en donde sirvió como miembro de la junta directiva de la Oficina de Ayuda Legal. También posee un Doctorado en Historia de la Universidad de Pennsylvania.