DOS GRANDES FORMAS EN QUE LOS CONSUMIDORES ESTADOUNIDENSES SE BENEFICIAN COMERCIANDO CON CHINA

Por Art Carden

Fundación para la Educación Económica
Viernes 16 de agosto del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, con letras en rojo, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/two-big-way...de-with-china/

En un estudio reciente, los economistas Liang Bai y Sebastian Stumpner analizan datos de precios del panel Homescan de Nielsen, para estimar los efectos del comercio con China sobre los consumidores estadounidenses.

Un nuevo artículo (new paper) por salir en el American Economic Review: Insights estima el efecto del comercio con China sobre los consumidores estadounidenses y nos muestra lo que podemos perder si no terminamos la guerra comercial.

En “Estimando las ganancias de los consumidores de los Estados Unidos provenientes de importaciones chinas,” los economistas Liang Bai de la Universidad de Edimburgo y Sebastian Stumpner de la Universidad de Montreal y del Banco de Francia, estudian los datos de precios provenientes del panel de Nielsen Homescan, para encontrar que el comercio con China reduce, en este año, en 0.19 punto porcentuales los precios que los estadounidenses pagan por bienes de consumo intercambiables. Aquí (here) usted puede obtener un borrador del artículo.

TRABAJO E INFLACIÓN

Bai y Stumpner afirman que, alrededor de un tercio de la ganancia de los consumidores con el comercio con China, proviene de una mayor variedad en los productos, mientras que los restantes dos tercios resulta de menores precios para bienes que la gente ya está adquiriendo.

Otra forma de ponerlo es que la inflación fue menor -los precios no se elevaron tan rápidamente- a causa del comercio con China. El efecto que ellos estiman fue más o menos similar a través de las categorías de ingresos, aunque es razonable asumir que una investigación ulterior puede, de alguna forma, revelar mayores efectos en los hogares de menores ingresos, que gastan más en bienes intercambiables, a como lo hacen los hogares de ingresos más altos. Su estudio no es capaz de encontrar diferencia alguna entre grupos de ingresos, pero ese hallazgo sería más o menos consistente con lo que mis coautores y yo encontramos, en un estudio acerca de las relaciones entre los Supercentros Walmart y la seguridad alimentaria (una versión con costo de $0 es asequible aquí (here), resumida para VoxEU aquí (here)).

La tendencia del resultado no sorprenderá a los economistas, quienes por siglos han dicho que el comercio internacional ayuda a que sea posible para los ciudadanos de un país, obtener más con cada hora de sus duramente ganados ingresos por trabajar. Su estimación nos permite ser más precisos al comparar costos y beneficios de diferentes políticas comerciales -y, en concreto, nos permite ser más específicos acerca de los costos de la guerra comercial del presidente Trump con China- si alguna vez existió una frase que es un contrasentido, es “guerra comercial”- la que Paul Krugman describió recientemente como una “pesadilla” (quagmire). En respuesta a una fallida política comercial, económicamente iliterata, el presidente está prosiguiendo… una política comercial más económicamente iliterata, que está prácticamente garantizada que fracasará.

Este artículo se reimprime con el permiso de Forbes.

Art Carden es profesor asociado de Economía en la Escuela de Negocios Brock de la Universidad Samford. Además, es un compañero investigador sénior del Institute for Faith, Work and Economics, un compañero sénior del Beacon Center de Tennessee y un compañero investigador del Independent Institute.