LA LUZ SIGUE AUMENTANDO

Por Jorge Corrales Quesada


Creo que es obvio decir que aquí la electricidad ya es muy cara. Pues bien, si se aprueba una solicitud que hizo recientemente la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (FyL) ante la ARESEP, sus más de medio millón de abonados tendremos que pagar alrededor de un 6% adiciona en el recibo, en el período que va del 1 de octubre de este año al 31 de diciembre del 2020 (y eso si es que, de pronto, no aparecen en el camino otras solicitudes de aumentos, pues nada impide tal posibilidad).

Lo interesante es que, en su pedido, FyL pide un aumento del 5.21% para recaudar más de ¢20.000 millones correspondientes a un “rédito para el desarrollo,” lo que uno no entiende, pues, se supone que el proyecto que se desarrolle deberá financiarse a sí mismo, algo relativamente fácil en condiciones de monopolio fundamentado en razones geográficas, en donde el consumidor no puede optar libremente por otro proveedor que le venda más barato.

Además, FyL pide un 0.98% de incremento para lograr la “reactivación de la tarifa de media tensión,” pues, en apariencia, quiere colaborar con el gobierno en la “reactivación económica” mediante “criterios de razonabilidad.” Pero, lo que nos están imponiendo es un simple cargo a casi todos los usuarios cautivos para subsidiar el costo de la electricidad a las empresas. La forma razonable es si se reduce el ya muy elevado costo comparativo de la electricidad en el país para todos; no sólo mediante un “impuesto” (alza en la tarifa) para unos, para darle un subsidio a otros, empresas que ciertamente han perdido competitividad por el alto costo de la energía eléctrica.

Lo que debe hacerse es lograr que haya mayor competencia y mayor eficiencia en la producción eléctrica, para reducir a todos el elevado precio de la electricidad, y no cargar más a unos para relativamente subsidiar a otros. Esta nueva distorsión altera la eficiencia en toda la economía, pues se alteran los precios relativos para hacer la vida más difícil a unos y, en este caso, no perjudicar sino subsidiar a otros. Para ser eficientes, debe reducirse el costo para todos, consumidores y empresas, no alterando los incentivos en beneficio y perjuicio de unos ante otros.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 26 de agosto del 2019.